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Cómo conseguir enfriar bebidas en el menor tiempo posible según la ciencia (y no es en el congelador)

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Cómo conseguir enfriar bebidas en el menor tiempo posible según la ciencia (y no es en el congelador)

Por mucho que nos digan que es más efectivo tomar algo tibio para combatir el calor, no hay nada como una bebida refrescante en plena subida de las temperaturas. Mantenerse bien hidratado es esencial y un buen trago de agua fría, limonada o refresco ocasional, recién salido de la nevera, sienta de maravilla. Pero, ¿y si se nos ha olvidado reponer las reservas de bebidas frías?

El congelador y los cubitos parecen la solución más obvia, pero no es la única ni la más efectiva. El hielo además aguará nuestra bebida antes de que se enfríe, pero sí podrán ser muy útiles empleando otra técnica mucho más rápida. Hay un método infalible para enfriar las bebidas rápidamente, no hace falta usar el congelador y además tiene su explicación científica.

Agua, hielo... y sal

Es uno de los métodos más antiguos que se llevan usando para enfriar bebidas, muy útil cuando no existían los congeladores y neveras o no eran tan accesibles. Hoy en día es muy común servir en celebraciones las típicas botellas y botellines en barreños o cubos llenos de hielo, que además quedan muy vistosos.

Bebidas frías

Las bajas temperaturas del agua fría y los hielos se transmiten más rápidamente a las bebidas que en un congelador doméstico, donde reciben el frío por aire. Pero si además sumamos agua y sal, la capacidad de refrigeración de este sistema se multiplica.

Necesitarás:

  • Un recipiente amplio y resistente, preferiblemente de un material grueso.
  • Hielo.
  • Agua.
  • Sal común.

Llena el recipiente escogido de hielo y vierte abundante agua para cubrirlo y que permita introducir las bebidas sin desbordarse.

Añade un par de cucharadas soperas de sal y remueve todo con suavidad, mejor usando una cuchara de madera. A continuación, coloca dentro las bebidas y vuelve a remover. Espera unos 5-10 minutos, removiendo de vez en cuando, y comprueba la temperatura.

Las bebidas deberían haberse enfriado tanto como si estuvieran recién sacadas de la nevera, pero en un tiempo considerablemente menor. ¿Por qué ocurre este fenómeno? Todo es cuestión de química.

Los iones de sodio y cloro de la sal consiguen descender el punto de congelación del agua muy por debajo de los 0º C. Al disolver la sal en el agua se produce una reacción endotérmica de absorción de la energía en forma de calor, potenciada por el movimiento que producimos al agitar el cotenido. En otras palabras, se absorbe el calor del refresco, pasando más rápidamente el frío del hielo a la bebida.

Bebidas2

Si vas a organizar una barbacoa este verano, una comida en la terraza o si, simplemente, te has quedado sin sitio en la nevera para enfriar tus bebidas, prueba a poner en práctica este truco. Además de efectivo, es una buena forma de entretener a los invitados con un poco de ciencia, y puede ser una curiosidad divertida para los niños.

Fotos | Unsplash - Pixabay


Aprovechemos que es temporada de ciruelas para preparar alguna de estas cinco deliciosas recetas

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Aprovechemos que es temporada de ciruelas para preparar alguna de estas cinco deliciosas recetas

Nada hay más gratificante que comer la fruta recién cogida del árbol, especialmente durante los meses más calurosos del año en los que tantas variedades podemos encontrar. Una de estas frutas de verano son las ciruelas, de las que podemos encontrar una amplia gama de tamaños, formas, colores y sabores que dependen de la variedad.

El principal componente de la ciruela es el agua, aunque también es muy rica en antocianos, que tienen una acción antioxidante y antiséptica, por lo que ayudan a combatir procesos infeccioso y bloquean el efecto dañino de los denominados "radicales libres". Por su contenido en fibra, sorbitol y derivados de hifroxifenilxantina, sustancias que estimulan la actividad de los músculos del colon, tienen efecto laxante

El origen de esta fruta se sitúa en el Cáucaso, Turquía e Irán, aunque en la actualidad los principales países productores son Argentina, Chile, Sudáfrica, Estados Unidos y España (se cultiva en Aragón, zona mediterránea, Sevilla y Lérida). El color de su piel y de su carne varía según la variedad, por eso las podemos encontrar amarillas, rojas, negras y verdes.

Recién sacadas de la nevera las ciruelas están deliciosas. Con ellas podemos preparar un montón de recetas, algunas de ellas, como mermeladas y confituras, nos ayudarán a conservarlas, pues no duran demasiado. También pueden prepararse con ellas sabrosas salsas agridulces que con las que podemos acompañar carnes y conseguir un contraste delicioso.

Cinco recetas con ciruelas

1. Solomillo de cerdo al horno con ciruelas claudias y citronella

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  • Ingredientes: Solomillo de cerdo 2, Aceite de girasol 60 ml, Salsa de soja 75 ml, Sirope de arce 45 ml, Citronella en tallo 6, Diente de ajo 2, Vinagre de arroz 100 ml, Ciruelas claudias 1 kg, Mantequilla 30 g, Zumo de lima 15 ml, Cinco especias chinas 5 g, Sal y pimienta al gusto.

  • Preparación: Comenzaremos preparando la marinada, para eso en un bol grande ponemos el aceite, 3 cucharadas del total de la salsa de soja y 2 cucharadas del total del sirope de arce. Salpimentamos la mezcla y añadimos los tallos de citronella cortados en trozos o en su falta la ralladura de lima. Colocamos la carne en esta marinada, añadimos los dientes de ajo enteros y pelados y dejamos en el bol la carne marinando durante una hora y media en la nevera. Cuando pase el tiempo retiramos para que se temple la marinada y la carne de la nevera y precalentamos el horno a 200 grados. En una cazuela que después puede ir al horno hacemos dorar la carne por todos los lados y la reservamos, conservando por otra parte la marinada. Una vez sellada la carne añadimos la marinada, el vinagre de arroz y dejamos reducir cinco minutos a fuego medio. Pasamos todo al horno y dejamos asar durante diez minutos. Mientras tanto cortamos las ciruelas claudias en cuartos y las salteamos hasta que estén blandas en una sartén con la mantequilla fundida, añadiéndoles el resto del sirope de arce y la salsa de soja y dejándolas cocinar durante cinco minutos a fuego ya más vivo. Cuando pase este tiempo les añadimos el zumo de lima y la mezcla de cinco especias chinas, salpimentamos y reservamos la guarnición de fruta al calor. Sacamos la carne del horno y con cuidado la fileteamos manteniendo la forma inicial de la pieza de solomillo, volvemos la carne a la cocotte y horneamos de nuevo otros cinco o diez minutos. Servir bien caliente con las ciruelas claudias especiadas.

Receta completa

2. Pollo estilo marroquí con salsa de ciruelas claudias

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  • Ingredientes: Un pollo troceado o 4 pechugas enteras, 500 g de ciruelas claudias, 100 g de azúcar 200 ml de nata líquida, 1/2 vaso de caldo de pollo, 1 cucharada sopera de cebolla frita crujiente, aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta, especias ras el hanout.

  • Preparación: La receta queda estupenda con un pollo troceado en porciones como cuando hicimos el wok de pollo con calabacines al curry o si lo preferís sin huesos, también podéis utilizar 4 pechugas de pollo y trocearlas en tacos gruesos como hice yo en esta ocasión, porque tenía niños a comer. La primera operación es freír los trozos de pollo sin dorarlos en exceso, pero sí al menos hasta que la carne cambie de color. Una vez frito, retiramos el pollo y lo reservamos. Lavamos bien las ciruelas y les retiramos el hueso, partiéndolas en cuartos. En el mismo aceite donde hemos frito el pollo, incorporamos las ciruelas y al cabo de dos minutos el azúcar, dejando que se hagan como si estuviéramos haciendo una mermelada. Cuando empiece a burbujear de modo constante, reincorporamos el pollo a la cacerola y añadimos medio vaso de caldo. Dejamos que el conjunto cueza durante unos 15 minutos y agregamos la nata líquida y las especias de Marruecos. Mantenemos cociendo a fuego lento durante 10 minutos. Para terminar la receta, añadimos la cebolla frita crujiente y la dejamos cocinarse durante 5 minutos mezclándola con el resto de ingredientes, consiguiendo dar más sabor y más cuerpo a la salsa. Servimos inmediatamente espolvoreando con un poco más de ras el hanout por encima para la presentación.

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3. Sandwich de pollo a la mostaza, queso de cabra, ciruelas y membrillo

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  • Ingredientes: Pechuga de pollo fileteada 200 g, Mostaza de Dijon 5 g, Sal de ajo pizca, Miel media cucharadita, Salsa de soja media cucharadita, Queso de cabra para untar, Ciruelas pasas 10, Dulce de membrillo, Pan de hogaza en rebanadas 4, Aceite de oliva virgen extra.

  • Preparación: En un cuenco mezclamos la mostaza con el ajo en polvo, la miel y la salsa de soja. Cortamos la pechuga de pollo fileteada en tiras y las mezclamos con la marinada. Dejamos macerar durante 30 minutos a temperatura ambiente o, si hace mucho calor, dentro de la nevera para evitar que se estropee. Transcurrido este tiempo calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén y marcamos el pollo a fuego muy fuerte. Volteamos para que se cueza por ambas caras. Retiramos y reservamos. Cortamos las ciruelas pasas por la mitad, sin llegar a dividir en dos trozos, y las abrimos. Untamos dos de las rebanadas de pan con el queso de cabra y colocamos las ciruelas pasas encima. Cubrimos con el pollo y, sobre este, colocamos varias láminas de dulce de membrillo. Cerramos el sandwich, untamos cada cara con aceite de oliva virgen extra y marcamos en la plancha hasta dorar por ambos lados. Servimos caliente.

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4. Pastel levado de ciruelas y almendras o Hefekuchen

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  • Ingredientes: Harina de fuerza 200 g, Harina de espelta integral o trigo integral 80 g, Azúcar 40 g, Leche 120 ml, Levadura fresca de panadería 10 g, Esencia de vainilla 2 ml, Ralladura de limón, Huevos L 1, Mantequilla sin sal atemperada 25 g, Sal 3 g, Ciruelas 600 g, Tomillo seco o fresco al gusto, Almendras laminadas, Coco rallado opcional, Azúcar moreno al gusto.

  • Preparación: Comenzar calentando ligeramente la leche y mezclar en ella la levadura fresca desmigada con una pizca de azúcar. Esperar 15-20 minutos, hasta que esponje un poco. Disponer en un recipiente grande la harina de fuerza con la harina de espelta integral, la sal y el azúcar. Formar un hueco y echar la levadura; empezar a mezclar. Agregar el huevo ligeramente batido, la vainilla, la ralladura de limón y la mantequilla. Trabajar la masa hasta que quede homogénea, tapar con un paño y esperar 15 minutos. A continuación amasar hasta que quede lisa, elástica y suave. Formar una bola y colocar en un recipiente limpio ligeramente engrasado con aceite o mantequilla. Tapar y dejar que crezca hasta doblar su tamaño. Precalentar el horno a 200ºC y preparar las ciruelas. Lavar y secar, retirar los rabitos, sacar los huesos y cortar como más guste, en gajos o medias lunas. Deshinchar la masa, volver a formar una bola ovalada y colocar sobre una bandeja de horno engrasada o cubierta con papel sulfurizado. Aplastar con las manos o usando un rodillo hasta dejarla fina, porque crecerá un poco de todas formas. Repartir las ciruelas por encima, apretando con suavidad. Cubrir con almendra laminada, coco rallado, tomillo fresco y azúca moreno al gusto. Hornear durante unos 25-30 minutos, bajando la temperatura a 180ºC si se dorasen demasiado rápido las ciruelas a la mitad. Dejar enfriar sobre una rejilla.

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5. Croissants de hojaldre rellenos de lacón, brie y ciruela

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  • Ingredientes: Hojaldre (preferiblemente redonda) 1, Queso Brie 125 g, Lacón 100 g, Ciruelas medianas maduras 2, Agua 100 ml, Bicarbonato sódico 1 cucharadita, Tomillo fresco o seco, Pimienta negra molida, Sal.

  • Preparación: Sacar la masa de hojaldre de la nevera unos minutos para que se atempere. Precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja con papel sulfurizado. Estirar el hojaldre sobre una superficie limpia ligeramente enharinada, o sobre papel de horno, usando un rodillo para dejar un grosor fino. Cortar en triángulos del mismo tamaño. Trocear el queso brie en piezas pequeñas, retirando la corteza. Cortar el lacón en piezas y trocear las ciruelas, desechando el hueso. Repartir unas láminas de lacón en el centro de cada triángulo, añadir el queso y piezas de ciruelas. Dar un golpe de pimienta negra y agregar unas hojitas de tomillo. Enrollar con cuidado, desde la parte más grande hascia la punta. Distribuir los croissants en la bandeja. Mezclar el bicarbonato con el agua y pintar la superficie de cada uno. Añadir sal y pimienta y hornear durante unos 15 minutos, hasta que se hayan dorado bien al gusto.

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Este verano dominarás el gazpacho: siete trucos imprescindibles

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Este verano dominarás el gazpacho: siete trucos imprescindibles

Llevábamos muchos meses soñando con el calor. Llevábamos muchos meses deseando que subiesen las temperaturas. Pues ya está aquí el cambio que ha llegado con fuerza y despertando la necesidad de hidratarnos con recetas frescas y sabrosas entre las que destaca indudablemente el gazpacho andaluz. Para que siempre te salga perfecto, hoy te daremos todas las claves. Podemos asegurarte que este verano dominarás el gazpacho con estos siete trucos imprescindibles.

Cada verano estamos deseando hacer nuestras recetas de gazpacho más sabrosas, con la textura perfecta y con ese sabor andaluz inconfundible que hace de esta sopa fría un delicioso entrante, ya lo tomemos en un tazón o en un vaso de chupito. Hoy te contamos todas las claves para conseguir un gazpacho perfecto de punto y textura, si bien la receta a utilizar puede ser la que te proponemos o la que tú prefieras. Con un toque frutal, con sabor intenso, en textura más clara o espesa... vamos, a tu gusto.

Siete trucos para que tu gazpacho quede perfecto

Gazpacho
  • Usa siempre tomates maduros ya que dan más color y sabor a tu receta de gazpacho andaluz.
  • Utiliza aceite de oliva virgen extra de la variedad que más te guste, aunque te recomiendo picual, hojiblanca o manzanilla, variedades andaluzas que le van muy bien a esta sopa fría.
  • Puedes hacer el gazpacho sin preocuparte de pelar los tomates ni quitarles las pepitas si después de hacerlo lo pasas por un colador fino para quedarte con la textura de sopa fría más fina. Así ahorras tiempo.
  • Cuando tritures el pan, los tomates y el resto de hortalizas, no añadas el aceite para no provocar la emulsión -a diferencia de como hacemos en la receta del salmorejo- aquí buscamos un aliño. Una vez triturado todo, agrega el aceite y el vinagre y remueve poco a poco.
Gazpacho
  • Atrévete a preparar otros gazpachos con toques de fruta como el de sandía, el de sandía, el de fresas o el de cerezas. Ese toque especial de sabor afrutado en tus gazpachos te encantará y los niños se acostumbrarán a las sopas frías con facilidad.
  • Puedes conseguir un gazpacho de sabor intenso con un toque extra de potencia con este truco que requiere pasar por la plancha algunos ingredientes para caramelizar su superficie.
  • No olvides los toppings habituales para decorar el gazpacho: elige picatostes y trocitos de cebolla, tomate y pimiento muy picados que se presentan como guarnición y cada uno se sirve en su taza.

Tecnología para los muy gazpacheros

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El gazpacho más tradicional se elabora manualmente a mortero, pero hoy en día nadie tiene muchas ganas -o tiempo- de mantener viva esa técnica salvo que no dispongamos de otro sistema. Lo mejor es recurrir a la perfección que ofrece la tecnología: batidoras de brazo o turmix, de vaso o robots. Además de cómodas, garantizan un triturado perfecto, homogéneo y sin grumos. Añade el aceite poco a poco a medida que trituras para conseguir emulsionar la mezcla.

  • Si quieres algo básico a buen precio, puedes optar por una batidora de mano con accesorios, que incluya el vaso batidor para hacer gazpacho. Hay muchas opciones, por ejemplo esta batidora de Braun en El Corte Inglés que viene con varillas, vaso medidor y vaso picador grande que sale por 85 euros, e incluye un regulador de velocidad para ajustar la potencia sobre la marcha con una sola mano.
Breville
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  • Si prefieres el modelo Versa de Oster que como se ve en la foto también es práctico para hacer batidos de frutas y smoothies, puedes encontrarlo en Amazon al precio de 199 euros, con el descuento. Es tan potente que también pica hielo.

  • Si te gustan los modelos clásicos, estás de suerte porque tienes una gran oportunidad para adquirir la Oster Clásica en El Corte Inglés, que con sus tres velocidades tiene un precio de 79 euros.

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  • Otra opción es aprovechar la temporada de gazpachos para adquirir un robot de cocina con el que cocinarás todo el año, tanto los gazpachos salmorejos y otras sopas frías, como muchos otros platos calientes. En Amazon tienes la Cuisine Companion de Moulinex con la que tus gazpachos quedarán perfectos, con una textura tan fina que no necesitarás ni colarlos.

  • También puedes elegir otros robots de cocina multifunción para hacer todo tipo de platos, entre ellos, por supuesto el gazpacho. En ese caso puedes optar por el Mambo Black de Cecotec, con un precio de 199 euros tras el descuento del 33% que tienen también en Amazon.

Con cualquiera de estos electrodomésticos, nuestros trucos para hacer gazpacho, buenos ingredientes y tu toque personal, el éxito del verano lo tienes prácticamente garantizado. Ahora solo falta que te pongas manos a la obra y alegres a los tuyos con esta estupenda sopa fría veraniega.

Imágenes | iStockPhoto/jultud | iStockPhoto/dana2000

Empieza la temporada de calabacín y le damos la bienvenida con siete deliciosas recetas

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Empieza la temporada de calabacín y le damos la bienvenida con siete deliciosas recetas

El calabacín es una hortaliza muy consumida en todos los países mediterráneos y dada su versatilidad en la cocina, no es raro encontrar muchas recetas en las que interviene como ingrediente. Gracias a la globalización y los cultivos en invernadero, esta hortaliza está presente en el mercado durante los 12 meses del año pero no es hasta ahora que empieza la temporada de calabacín y podemos encontrar los ejemplares más sabrosos, jugosos y económicos.

Por eso le damos la bienvenida con siete deliciosas recetas con calabacín, una para cada día de la semana. Y es que el calabacín nos gusta tanto que nos apetece comerlo de lunes a viernes. En este pequeño recopilatorio encontraréis recetas variadas, desde una sopa fría hasta un hummus, pasando por un wok de fideos de calabacín y muchas otras más. Esperamos que las pongáis todas en práctica.

Rösti de calabacín

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  • Ingredientes para dos personas: 2 calabacines (o 500 g), sal, aceite de oliva virgen extra y semillas de alcaravea al gusto (opcional).

  • Elaboración: Lavar y secar bien los calabacines. Deberían pesar algo más de 500 g entre los dos, para tener aproximadamente esa cantidad cuando los rallemos. Cortar apurando mucho la punta y rallar con un rallador grueso, o usar mandolina o procesador adecuado. Mezclar con una buena pizca de sal y colocar en un colado, Dejar reposar 30 minutos. Volver a remover y disponer en un paño limpio. Formar un hatillo estrujando muy bien el calabacín, y empezar a escurrir apretando todo lo posible. Empezará a soltar mucha agua, lo ideal es extraer toda la que podamos. Calentar un poco de aceite de oliva en una sartén de unos 18 cm de diámetro, preferiblemente de fondo grueso y antiadherente. Echar el calabacín y, si usamos, semillas de alcaravea. Saltear un poco y empezar a dar forma como de tortilla, compactando el calabacín. Dejar un grosor de un dedo. Cocinar a fuego medio-bajo durante unos 15 minutos -cuidado que no se queme, si calienta demasiado-. Pasar por debajo una espátula fina para comprobar que no se ha pegado, sin levantar la masa. Dar la vuelta colocando un plato sobre la sartén, y devolver a ella para dorar el otro lado. Esto requiere un poco de maña pero tampoco pasa nada si se nos desmonta un poco, buscamos que se forme una capa exterior más dorada y algo crujiente, con el interior jugoso. Continuar la cocción, volviendo a darle la vuelta si fuera necesario, hasta que quede a nuestro gusto.

Enlace | Rösti de calabacín

Wok de fideos de calabacín con verduras

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  • Ingredientes para dos personas: 1 calabacín grande, 1 zanahoria pequeña, 1 cebolla pequeña, 1 cebolleta, medio pimiento rojo, 5 ml de aceite de girasol, 5 ml de aceite de sésamo o coco, 15 ml de salsa tamari o de soja y 1 cucharadita de semillas de sésamo.

  • Elaboración: Lavamos el calabacín y lo pasamos por un cortador de verduras en forma de espiral o espiralizador para hacer fideos de calabacín. Lavamos y pelamos la zanahoria y la pasamos también por el espiralizador, aunque podemos laminarla finamente si lo preferimos.nmPelamos la cebolla y la cebolleta y las cortamos por la mitad. Después cortamos cada mitad en finas tiras. Lavar el pimiento rojo y cortar en tiras finas. Calentamos los aceites en un wok o en una sartén grande y salteamos la cebolla, cebolleta, zanahoria y pimiento durante unos dos o tres minutos. Removemos sin parar para que el calor llegue por igual a todas las verduras y se mezclen los sabores. Añadimos la salsa tamari o de soja, una cucharadita de semillas de sésamo y removemos. Por último agregamos los fideos de calabacín, mezclamos todo bien y salteamos durante un par de minutos antes de servir.

Enlace | Wok de fideos de calabacín con verduras

Crema fría de aguacate y calabacín

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  • Ingredientes para cuatro personas: 1 aguacate maduro, 1 calabacín mediano, 1 apio, 1 diente de ajo, 1 pimiento verde italiano, 1 lima, 220 ml de caldo de verduras o agua, leche o nata ligera, pimentón picante o dulce, perejil fresco, sal, pimienta negra molida y 20 ml de aceite de oliva virgen extra.

  • Elaboración: Pelar el aguacate, retirando el hueso, y trocear. Pelar ligeramente el calabacín y cortar en medias lunas. Trocear el apio y picar el diente de ajo, retirando el nervio central. Trocear el pimiento verde desechando las semillas y los filamentos internos. Colocar todos los ingredientes en una picadora o procesador de alimentos. Si no nos cabe todo de golpe, triturar primero el aguacate con el calabacín e ir incorporando los demás. Triturar muy bien y añadir el resto de ingredientes, ajustando las cantidades al gusto. Continuar triturando, removiendo un poco, hasta conseguir la textura deseada, suave y homogénea. Enfriar hasta el momento de servir junto con unas gotas de aceite de oliva virgen extra y guarnición al gusto.

Enlace | Crema fría de aguacate y calabacín

Carpaccio de calabacín y almendras

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  • Ingredientes para dos personas: 1 calabacín, 100 g de queso Parmesano, 50 g de almendras laminadas, zumo de limón, aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta negra molida.

  • Elaboración: Empezando lavando y laminando el calabacín. Después, cortamos el queso Parmesano en lascas. Colocamos al calabacín en una bandeja y sobre él repartimos el queso. En un bol aparte batimos el zumo de limón, el aceite, la sal y la pimienta, añadimos las almendras y repartimos el aliño sobre el queso.

Enlace | Carpaccio de calabacín y almendras

Hummus de calabacín asado

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  • Ingredientes para cuatro personas: 2 calabacines (o 500 g), 2 dientes de ajo, 1 chalota grande, 250 g de garbanzos cocidos, 25 g de tahini, 20 ml de zumo de limón, 50 ml de aceite de oliva virgen extra, zaatar al gusto (opcional), pimienta negra molida, sal y semillas de sésamo tostado (opcional).

  • Elaboración: Precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja o fuente amplia. Lavar bien los calabacines y pelar con un pelaverduras, para quitar el mínimo posible de pulpa. Pelar la chalota y los dientes de ajo. Cortar en rodajas los calabacines, trocear en dos o tres piezas la chalota y distribuir en la bandeja. Salpimentar, añadir un chorrito de aceite y asar durante unos 20 minutos. Mientras tanto, escurrir los garbanzos, si fueran de bote en conserva, y pelarlos, si se desea. Dejar enfriar un poco las verduras antes de triturarlas con los garbanzos y el tahini, usando un robot, batidora o procesador de alimentos. Salpimentar ligeramente y añadir poco a poco el zumo de limón y el aceite de oliva, hasta tener una textura suave. Comprobar el punto de sal y agregar más aceite o agua si fuera necesario. Añadir un poco de zaatar y triturar de nuevo (opcional). Servir el hummus con un chorrito extra de aceite, zaatar al gusto o unas semillas de sésamo tostado, sal gruesa y un golpe de pimienta negra.

Enlace | Hummus de calabacín asado

Tarta salada de yogur griego, calabacín y queso feta

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  • Ingredientes para dos o cuatro personas: 4 hojas de pasta filo, 6 cucharadas de aceite de oliva, 2 calabacines medianos, 125 g de yogur griego, 50 g de queso feta, 2 cucharadas de vinagre balsámico, 1 cucharada de miel, cebollino fresco, tomillo, sal y pimienta negra.

  • Elaboración: Comenzaremos precalentando el horno a 180 grados y engrasando ligeramente un molde de tarta desmontable. Separamos cuatro hojas de pasta filo y las vamos pincelando con dos cucharadas de aceite de oliva, montándolas en la base del molde. Ponemos el resto del aceite en una sartén a calentar y cortamos los calabacines limpios y sin pelar en rodajas finas del mismo grosor. Los salteamos durante cuatro minutos en la sartén hasta que estén ligeramente dorados. Extendemos el yogur por la base de la masa, salpimentamos, colocamos las rodajas de calabacín montándolas unas sobre otras, y volvemos de nuevo a salpimentar la hortaliza, así como a espolvorear el tomillo fresco picadito. Deshacemos el queso feta en trozos por encima y horneamos durante 25 minutos, o hasta que la pasta esté dorada y crujiente. Mientras, en un cacito calentamos el vinagre balsámico y la miel hasta que adquiera una textura de sirope. Una vez que la tarta salga del horno, le espolvoreamos el cebollino picado y le añadimos el glaseado de balsámico y miel.

Enlace | Tarta salada de yogur griego, calabacín y queso feta

Crema de calabacín

crema de calabacín
  • Ingredientes para cuatro personas: 2 calabacines, 1 patata, media cebolla, 500 ml de caldo de verduras, aceite de oliva virgen extra, 30 ml de nata líquida, 1 diente de ajo (opcional), sal y pimienta negra molida.

  • Elaboración: Cortamos la cebolla en juliana y la sofreímos en una cazuela con un poco de aceite de oliva. Opcionalmente, podemos añadir también un diente de ajo pelado. Dejamos que se poche la cebolla, pero siempre a fuego lento para no que no llegue a tomar mucho color. Mientras tanto vamos picando los calabacines, sin pelar y pelamos y cortamos las patatas en trozos irregulares. Cuando la cebolla esté pochada, añadimos el calabacín picado y las patatas a la cazuela. Sofreímos el conjunto ligeramente durante unos diez minutos. Transcurrido ese tiempo rehogando todos los ingredientes a fuego lento, añadimos el caldo de verduras y dejamos que el conjunto cueza otros 20 minutos. Entonces, trituramos con la batidora o pasamos la crema por el pasapurés. Reintegramos nuestro guiso a la cazuela y probamos para rectificar de sal y pimienta. Añadimos la nata líquida para que no quede textura espesa de puré sino de crema, dejamos cocer otros cinco minutos más y servimos.

Enlace | Crema de calabacín

Imagen de portada | Pixabay

Cómo asar mazorcas de maíz a la barbacoa: cinco métodos infalibles

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Cómo asar mazorcas de maíz a la barbacoa: cinco métodos infalibles

Una barbacoa de verano sin mazorcas de maíz no es una barbacoa. Es algo que aprendí pasando las vacaciones en Suiza y que también nos ha llegado a través de la cultura estadounidense, donde es un básico del mundo BBQ. Quien no ha comido nunca una buena mazorca asada sobre brasas o a la parrilla no ha probado realmente el maíz, pues su sabor es incomparable con el habitual de lata de las ensaladas.

Es el complemento perfecto de parrilladas de carne y pescado, y por supuesto no puede faltar en la sección de verduras y hortalizas si planeamos una barbacoa más vegetariana. Ahora bien, el maíz tiene algunas particularidades que conviene tener en cuenta si queremos conseguir resultados realmente sabrosos. Cada maestrillo tiene su librillo, pero hay cinco métodos básicos para asar unas mazorcas de maíz irresistibles.

¿Qué metodo es mejor? Depende del tipo de barbacoa que tengamos en casa y, como siempre, del gusto personal. Cada técnica permite desarrollar cualidades diferentes en el maíz, dejándolo más o menos crujientes, con una textura más suave y jugosa, potenciando el sabor de las brasas, etc. El toque final también puede variar en función de nuestras prefencias, añadiendo diferentes especias, mantequilla o aceite.

Escojamos el método que escojamos, es importante adquirir buenas mazorcas de maíz dulce de calidad, frescas y crudas, tersas y en su punto de maduración, preferiblemente con las hojas. Cuanto más frescas, más dulces y tiernas estarán, y pedirán menos tiempo de cocinado. Los granos deben ser firmes, brillantes y tiernos al tacto, jugosos y prietos, con una textura lisa.

Cinco métodos para asar mazorcas de maíz a la barbacoa

Mazorcas

El primer paso común a todas estas cinco fórmulas es lavar con delicadeza las mazorcas y dejarlas a remojo en agua limpia durante, al menos, 15 minutos, mejor media hora. A pesar de que si el maíz es muy tierno es un paso opcional, vamos a cocinarlas a alta temperatura, y no queremos que se chamusquen demasiado rápido.

1. Mazorcas enteras con las hojas (sobre brasas de carbón)

Ideal para los amantes de los sabores a "brasa de verdad", también en los vegetales. Conservando las hojas podemos proteger de forma natural el maíz, y de esta manera asarlo directamente sobre las brasas de carbón. El resultado es un maíz con un sabor pronunciado, rústico y campestre.

Mazorcas

Para ello, primero hay que retirar hacia atrás las hojas sin romperlas para exponer la mazorca y poder quitar todos los pelos que pueda tener. Se limpian ligeramente con agua y se vuelven a cubrir con las hojas, asegurando las puntan con una pieza de papel de aluminio para que no se separen. A continuación se dejan a remojo 15-30 minutos mientras se preparan las brasas.

Una vez remojadas, las mazorcas se asan tal cual sobre una parrilla colocada directamente encima de las brasas de carbón, a una temperatura media-alta. Con unas pinzas se van girando cada 1-2 minutos para asarlas por todos los lados, durante unos 8-10 minutos en total. Las hojas se descartan para comer.

2. Mazorcas 'desnudas'

No siempre es fácil encontrar mazorcas con hojas, así que podemos asarlas directamente desnudas. También hay que limpiar los pelos, lavarlas y dejarlas a remojo el tiempo indicado.

Mazorcas

En este caso podemos usar una barbacoa de carbón, otras brasas o un modelo eléctrico. Las mazorcas se pueden asar enteras o cortar en 2-3 porciones, para repartirlas más fácilmente. Una opción es cocinarlas directamente sobre una parrilla, y otra es utilizar una bandeja especial para verduras, paera así asarlas al mismo tiempo que las carnes o pescados.

Se asan sin tapar y girándolas cada par de minutos, controlando que no se quemen muy rápido, especialmente si tenemos la temperatura muy alta. Al cabo de unos 8 estarán en su punto, con un delicioso sabor tostado o a llama, crujientes por fuera. Cuando los granos empiezan a estar oscuros, sin quemarse, es un signo de que están casi listas.

3. Al papillote

La saludable y facilona técnica del papillote también es apta -y muy recomendable- para sacar partido a la barbacoa. De este modo protegemos las mazorcas de maíz y podemos asarlas más lentamente, en una zona menos caliente o expuesta a las brasas, y nos permite dar más sabor añadiendo mantequilla, ajos, hierbas u otros aderezos.

Mazorcas

Tendremos menos sabor a fuego pero el papillote genera vapor interno, produciendo un maíz extremadamente tierno, jugoso y lleno de sabor, muy suave y equilibrado. También empezaremos limpiando las mazorcas, retirando hojas y pelos, y dejándolas a remojo. En este caso usaremos papel de aluminio, no papel de horno ni plástico, por supuesto.

Tenemos la opción de dejarlas asándose en una zona menos caliente durante más tiempo, pero también podemos exponerlas a temperaturas altas, siempre girando con frecuencia cada paquete, usando pinzas adecuadas. Hay menos riesgo de que se quemen, así que podemos mantenerlas al fuego durante unos 15-20 minutos.

4. Ahumadas

Los apasionados del aroma ahumado pueden disfrutarlo también en sus mazorcas. La forma más sencilla es adquirir virutas de madera especial para ahumar, que venden de distintas variedades para conseguir diferentes aromas, y que a menudo solo hay que colocar en la misma parrilla de la barbacoa. Otra opción son los ahumadores específicos.

Mazorcas

En una barbacoa de brasas solo hay que sustituir las briquetas de carbón por madera especial para ahumar, o colocarlas encima -según indicaciones de cada fabricante- y preparar las mazorcas como si las fuéramos a cocinar desnudas. Primero hay que dorarlas, girándolas a menudo con las pinzas, durante unos 4-5 minutos en la parrilla, para terminar el proceso con la tapa puesta unos 2 minutos más, dejando que se ahúmen.

5. En brochetas

Podemos preparar brochetas de verduras añadiendo maíz para alternarlo con otras hortalizas, como calabacín, pimiento, cebolla o champiñones grandes. Hay que procurar que el maíz sea tierno para que no necesite más tiempo de cocción que las demás verduras.

Mazorcas

Lo ideal es cortarlo en piezas de unos 2,5 cm de grosor, bien limpio de hojas y pelos, y dejarlo a remojo 30 minutos. Si usamos brochetas de madera, también hay que remojarlas antes de usarlas en la barbacoa.

Después solo queda montar las brochetas alternando piezas de verduras diferentes, sazonarlas al gusto y pintarlas con aceite o mantequilla. Hay que asarlas girándolas con frecuencia, vigilando que no se quemen, durante unos 10 minutos a temperatura media-alta.

Las mazorcas de maíz asadas se pueden aderezar antes de cocinarlas o justo inmeditamente antes de servir, aún bien calientes. Lo mejor es simplemente pintarlas con aceite o mantequilla y un poco de sal y pimienta antes de colocarlas en las brasas, si bien el papillote admite más aderezos.

Quedarán deliciosas si preparamos una salsa o mantequilla aromatizada con dientes de ajo bien picados, especias más o menos picantes, hierbas frescas o incluso mayonesa, queso, pesto, chimichurri o romesco.

Fotos | iStock - Unsplash

Asturias o el Principado de los 40 quesos: así es la ruta del destino soñado para los muy queseros

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Asturias o el Principado de los 40 quesos: así es la ruta del destino soñado para los muy queseros

Tapizada por el verdor de los prados, salpicada de poderosos ríos, gobernada por las espléndidas alturas de los Picos de Europa y abrazada por el mar Cantábrico, Asturias se ha ganado por méritos propios el apelativo de "paraíso natural". Un paraíso que no sólo atrapa al viajero por su belleza y por la variedad de sus paisajes, sino que también lo conquista desde la mesa, donde la hospitalidad y el producto son los valores sobre los que se asienta una forma de entender la vida que se vertebra en torno a la cocina y a la generosidad.

De los guisos de montaña a los platos marineros, pasando por las recetas de la llanura, la gastronomía asturiana presume de tener en tan breve terreno una oferta culinaria de postín que todos identificamos en torno a la materia prima y cuyas banderas nos sabemos casi de carrerilla.

Reina la fabada, con su suculento compango ahumado, pero no se quedan atrás las fabes con almejas ni el arroz con pitu de caleya. Importantísimas son las cebollas rellenas, los tortos de maíz, los bollos preñaos, el pixín y los oricios, el pote asturiano, las carnes de ternera autóctona como la casina o sus ilustres postres, como las casadielles, el arroz con leche o los carbayones. Y, junto a todo ello, nuestros protagonistas de hoy: sus quesos, que presumen de variedad, calidad y fama, fuera y dentro de las fronteras asturianas, en las que hay más de cincuenta queserías artesanas.

Pastor Picos De Europa Un pastor con su rebaño en la majada de Belbín, en Picos de Europa. © Juanjo Arrojo

Aunque el gran protagonismo de la región está en los quesos de vaca, siendo la protagonista en el 65% de los quesos, aunque hay variedades que se producen con leches de oveja o cabra, e incluso con mezcla, por lo que la panoplia quesera está a la orden del día en la región. De todos ellos seguramente la gran fama corresponda a los azules, los que más identificados tenemos con el terruño, pero en nuestro viaje de hoy comprobarás que hay una Asturias quesera aún más amplia.

Quesos con 'sello'

Con el perfil de los Picos de Europa como testigo pero también como hogar para los ganados que aquí pacen, algunos de los más importantes quesos de la región se fraguan aquí, encontrando en la zona oriental de Asturias la mayor parte de referencias queseras del Principado, incluyendo las más relevantes a nivel de denominación de origen o indicaciones geográficas protegidas.

Cabrales

Elaboracion De Queso Cabrales Maduración en cueva de queso cabrales ©Turismo Asturias

Si existe un trono de los quesos azules patrios, el rey indiscutible de ellos es el cabrales, capaz de mirar de tú a tú a los grandes quesos azules del mundo, con poco o nada que envidiar al roquefort o al stilton. Cuenta con la segunda denominación de origen más antigua de España, conseguida en 1981, y de él consta un carácter centenario, encontrándose citado ya en el Catastro que el Marqués de la Ensenada realizó a principios del siglo XVIII, aunque existen menciones previas, tanto de monasterios como de concejos, del queso.

Sólo se puede elaborar en las parroquias del concejo homónimo, además de en tres de Peñamellera Alta, que linda con Cabrales. En la actualidad se puede fabricar con leche cruda de vaca, oveja y cabra, aunque se permite que sean sólo dos de estas leches, e incluso sólo de vaca, las que se utilicen, ya que los rebaños de ganado menor, las 'reciellas' son cada vez más escasos. En el pasado, irónicamente, el cabrales estaba elaborado principalmente con leche de oveja y cabra, ya que la de vaca se destinaba a la producción de mantequilla, que era más rentable y exigía menos elaboración.

Lo que no ha variado es la forma de madurar el queso, que se sigue realizando en las mismas cuevas que antaño. Es el ejemplo de Jéssica López, de Quesería Maín, en Sotres de Cabrales, que distribuye su producción por tres cuevas distintas, a diferentes alturas, y que algunas son sólo accesibles a pie, por lo que el trabajo se endurece. Sin embargo, nos cuenta que el paso por cueva es fundamental. "El cabrales no se inyecta de penicillium [el hongo que le confiere su carácter distintivo], sino que está presente de forma natural en ellas", asegura.

Razón por la que la humedad de la cueva también gana importancia. "Si una cueva es más húmeda, el queso absorberá la humedad y será más cremoso", asegura. Además, una particularidad de este queso también estriba en la propiedad de las cuevas, ya que algunas son privadas y otras comunales, al encontrarse en monte común, por lo que es frecuente que los queseros las compartan.

En ese mismo sentido se explica Pepe Bada, otro de los iconos del cabrales, responsable de Quesería Pepe Bada -con más de 40 años de fabricación a sus espaldas- y cuyo queso Teyedu es uno de los más representativos de la zona. Parte de esta culpa es de la cueva, que se sitúa a 1.200 metros de altura, y con orientación norte, por lo que la temperatura es más baja y se controla mejor.

Pepe Bada Volteo Y Lavado Pepe Bada volteando y cepillando sus quesos en la cueva El Teyedu. © Lobo

El resultado es un queso que debe pasar más de dos meses madurando, aunque muchos queseros mantienen hasta cuatro meses las piezas. Incluso cinco de ellos elaboran un 'Cabrales Reserva', con añejamientos que van más allá de los 10 meses. Una vez abierto un queso cabrales debe tener un olor intenso, penetrante, ligeramente picante y salado pero nunca a sucio, rancio o a establo. Aromas que nunca debe tener un buen cabrales y que Pepe erradica con una buena limpieza del queso durante el volteo, cepillando cada queso con mimo.

Además, su textura debe ser cremosa, capaz de deshacerse en la boca y las vetas deben llegar hasta el centro del queso, señal de un correcto añejamiento. A su vez, debe conservar una buena humedad, por lo que su corteza -que no debe ser dura- no debe presentar signos de sequedad o rajado. Para mantenerlo en casa, la mejor opción es sacarlo de su envoltorio original y cubrirlo con un trapo húmedo dentro de la nevera en un tupper, garantizando así que el queso no se seque.

Como colofón, el cabrales tiene su gran certamen anual el último domingo de agosto, llenándose el pueblo de Arenas de Cabrales de aroma a queso, a tragos y a fiestas en torno a su ilustre hijo. Ah, y tiene el privilegio de haber sido el queso más caro del mundo, ya que en la subasta del certamente de 2018 se pagó por una pieza de dos kilos de cabrales de Valfríu nada menos que 14.300 euros. Un recórd histórico que habla a las claras de este ilustre queso.

Gamonéu

queso gamonéu del valle asturiano Corte de queso gamonéu del valle. © Noé Baranda.

También llamado gamonedo, este queso se caracteriza por tener dos versiones: la del puerto, que sólo se realiza entre junio y septiembre con leche de ganado itinerante, y la del valle, que se realiza todo el año, siendo más escaso y afamado el del puerto. Al contrario que el cabrales, el tono azulado del gamonéu no debe aparecer en todo el queso, sino solamente en la parte que esté cercana a la corteza -ya que también envejece en cuevas en las que está presente el penicillium- y que se forma por haber sido ligeramente ahumado, siempre con leña de árboles o arbustos autóctonos como el fresno, el brezo o el haya.

Producido sólo por una veintena de queseros, que sólo pueden fabricar queso en los concejos de Onís y Cangas de Onís, el gamonéu se elabora con las mismas tres leches que el cabrales, aunque deberá contener al menos un 10% de las leches de rebaño menor. Las piezas de gamonéu pueden llegar a pesar 7 kilos, necesitando como mínimo un par de meses de maduración en las cuevas. Eso no impide que algunos productores lo afinen más tiempo, con la finalidad de hacer más exquisito el producto final.

También su tipo de pasta difiere de la del cabrales, ya que su textura debe ser de una consistencia dura o semidura, fruto del prensado durante el desuerado, por lo que no será fundente pero se debe desmenuzar con facilidad (ser fríable). Su sabor debe ser equilibrado, aunque con predominio del carácter mantecoso y nunca los tonos ahumados o a queso azul deben ser los absolutos protagonistas en el paladar.

Además, el gamonéu tiene un certamen en su honor a finales del mes de octubre en Benía de Onís, que incluye compras y catas, pudiéndose encontrar ya los primeros ejemplares del gamonéu del puerto.

Casín

Elaboracion De Queso Casin Elaboración de queso Casín en Caso. © José Suárez

El más joven de los quesos con DO, aunque con antiquísimos orígenes, es el Casín, de tremenda intensidad aromática y gustativa, perfecto para los que buscan quesos potentes. Se elabora con leche cruda de vaca en los concejos de Caso, Piloña y Sobreescobia, que en el pasado estaba producida mayoritariamente por vacas de raza casina, aunque en la actualidad también se utiliza leche de frisona o de asturiana de los valles.

Su carácter diferenciador viene dado por el proceso de amasado, que es posterior al cuajado y desuerado (que deja el queso con muy poca materia líquida), y que se produce en torno a las máquinas de rabilar, cuyos dos cilindros dan forma aplanada a la cuajada y donde el quesero va obteniendo los llamados gorollos, unas formas piramidales que se moldean con las manos y que el producto puede decidir volver a pasar por las rabiladoras. De este modo el queso obtiene un grano más fino y homogéneo pero también gana intensidad, porque además se le añade la sal y al ser 'prensado'de nuevo sigue perdiendo el poco agua que pueda tener.

Estos gorollos se llevan posteriormente a la cámara de oreo, donde pueden estar hasta dos semanas, a una temperatura controlada que oscila entre los 15 y los 20 grados. De allí serían moldeados manualmente para ser llevados a la sala de maduración, donde la temperatura baja hasta los 8-10 grados, donde se completarán los dos meses de madurado mínimo del queso, que comienzan desde el día que se forma la cuajada, permitiendo que las unidades oscilen entre los 250 gramos y el kilo. Además, como colofón, se marca cada unidad con el sello del productor (sólo existen cuatro autorizados), que sirve como garantía de origen.

A nivel organoléptico, el queso casín presume de ser muy proteico y muy graso, debido a las numerosas fases de escurrido por las que ha pasado, y puede llevar a error al aficionado que lo considera a simple vista un queso suave. A pesar de estar elaborado con leche de vaca y de una maduración breve, el casín es un queso muy potente, gracias al tiempo que ha pasado en el oreo y el madurado, donde las grasas se han convertido en sustancias volátiles, responsables del gusto. Por eso, en boca es un queso muy intenso, de largo retrogusto y matices picantes, en ocasiones acres, que son más intensos cuanto más trabajado esté el queso, y que le hacen algo bravo para paladares inexpertos. Para el docto, un manjar.

Afuega'l Pitu

Elaboracion De Queso Afuega L Pitu Añadido del pimentón para hacer queso afuega'l pitu. © José Suárez

La leyenda cuenta que los queseros pellizcaban un trozo de queso para dárselo a sus gallinas. Si la gallina se ahogaba, significaba que el queso estaba en su punto. De ahí el nombre, que en bable significa "ahoga al gallo". Esto se debe, mito aparte, a la textura granulosa y pastosa de este graso queso, elaborado con leche de vaca cruda (aunque también hay opciones pasteurizadas) y que tiene en sus formas (pirámide truncada y 'trapu') y en su versión roxu (rojo, debido al pimentón) varios de sus particulares encantos.

Elaborado bajo el perfil de la Denominación de Origen en sólo ocho queserías del Centro de Asturias, que se establecen en parte del territorio natural que se comprende entre los cauces del Nalón y del Narcea, guarnecidos por la sierra del Aramo, y donde se lleva produciendo el afuega desde hace siglos, aunque sean pocas las empresas, casi todas familiares, que hoy lo trabajan, en muchos casos de manera totalmente artesanal.

Allí se gesta este queso, que debe su consistencia al largo período de cuajado, de hasta 20 horas, desde el que se traslada después a los moldes en los que se desuera por gravedad durante un día entero. El desuerado continúa tras un volteo, en el cual ya se le da la forma deseada -no habiendo diferencias de sabor entre el pirámidal y de forma globosa- y donde se añade pimentón a los roxus. Este añadido, que algunos malpensados consideran un invento para enmascarar un mal queso, es realmente una deformación de haber compartido en el pasado el espacio con chacinas como el chorizo o diferentes carnes adobadas, cuyo pimentón flotaba en el ambiente y acabó por posarse en el queso.

Lógicamente el afuega roxu es más intenso en aroma que el 'normal', aunque el pimentón matiza las notas picantes del queso, que se producen por la acidez inicial de la cuajada, permitiendo al paladar regodearse con un queso de vaca que bien pudiera ser de cabra. Muy recomendable para untar sobre tostas o como inicio de una tabla de quesos, el afuega no tiene un corte limpio, debido a esa consistencia, sobre todo en los quesos poco madurados, con notables sabores lácticos y a mantequilla. Una vez madurado, evoluciona hacia notas más boscosas, como las de los hongos, y ofrece una textura más granulosa y desmenuzable, que invita al maridaje con vinos tintos, sobre todo si se apuesta por los roxus, que ganarán en picante cuanto más madurados estén.

Queso Los Beyos

Queseria La Collada Beyos Lote de queso de Los Beyos de la quesería La Collada, en Amieva. © José Ramón Navarro Tudela

Compartido entre un par de concejos asturianos, los de Amieva y Ponga, y otro de león, el de Oseja de Sajambre, el queso de Los Beyos no tiene aún el distintivo de la DOP, pero sí el de indicación geográfica protegida. Al contrario que los otros quesos con nombre y apellidos de Asturias, el queso de Los Beyos es suave al paladar, sobre todo si se compara con los otros estandartes queseros.

En su elaboración pueden intervenir las tres leches mayoritarias, además pueden ser pasteurizadas -lo que no limita la calidad del queso- y podríamos considerarlo como pequeño, ya que su peso oscila entre los 250 gramos y el medio kilo. Como todo queso, gana sabor a medida que madura, siendo el período mínimo de curado de 60 días cuando se produce con leches crudas. De estas, las que más aroma y sabores ácidos y picantes brindan son los de cabra.

No tiene un matiz salado fuerte, por lo que es un queso apropiado para casi todas las edades y marida especialmente bien con vinos blancos jóvenes del país, por lo que es una buena introducción para los que no conozcan demasiado los quesos asturianos.

Los quesos de Occidente

El abrigo que los Picos de Europa brindan a las majadas asturianas hacen que sea la gran zona quesera de la región pero los pueblos del oeste no se quedan cortos. Quizá no pugnen en fama pero cada vez más se abren un hueco a través de su calidad, no sólo en Asturias, sino llegando también a otras plazas españolas.

Aquí no encontraremos denominaciones de origen y los quesos azules, que en el este se tiñen gracias a las cuevas, escasean en esta zona asturiana, en la que el prado de altura es el tapiz con el que el horizonte se cubre hasta prácticamente el Cantábrico. Uno de estos ejemplos lo encontramos en Taramundi, acariciando la linde gallega, donde una cooperativa láctea local dispone de tres versiones con las que poner en valor la industria quesera del oeste asturiano.

Bajo el nombre de Sociedad Cooperativa de Productos Lácteos de Taramundi se comercializan varios quesos, siendo de los más peculiares el que incluye frutos secos como avellanas y nueces, que guardan un perfil suave, fundente y que combina bien con el crujiente de su interior. Aún más peculiar, principalmente por su leche, es el de cabra, ya que se elabora en su totalidad con leche proveniente de este animal, lo cual ya es una rareza en Asturias.

Suave también y muy cremoso es un queso de un único productor en Coaña, que elabora el queso Abredo -que lleva el nombre de la quesería-, fundente y versátil, con buen aprovechamiento en cocina, ya sea en planchas o en ensaladas, y que rompe el tópico de los quesos intensos de Asturias.

Con larga trayectoria pero en peligro de extinción está el queso de Xenestoso, producido de manera artesana por una sola quesería, la de San Ignacio, en Cangas de Narcea, y de la que se hace cargo Paloma López, última representante de una estirpe ligada al mundo lácteo.

De medio tamaño, corazón fundente y pasta prensada, el queso de Xenestoso remonta sus orígenes a las trashumancias pretéritas, cuando las mesnadas castellanas pacían en verano por tierras leonesas y asturianas. De color blanco amarillento en su interior, este queso de peso inferior al kilo es hoy una reliquia gastronómica que las autoridades del Principado buscan cómo conservar.

Quesos del Centro de Asturias

Queseria Ca Sanchu Elaboración de afuega en la quesería Ca Sanchu, cerca de Grado. © José Ramón Navarro Tudela

La línea vertical que marcan Avilés, Gijón y Oviedo delimita en gran medida la barrera geográfica de lo que se considera este y oeste en Asturias. En torno a esta división encontramos algunos ejemplos queseros, como en Proaza, donde se elabora el queso de fuente, que debe su nombre a los antiguos recipientes de estaño en los que fabrica.

Es de textura untuosa aunque potentísimo sabor, que procede de la adición de orujo de miel que se hace a la cuajada, una vez desuerada y seca, tras tres meses de curado. Podría asemejarse al tupí catalán, ya que comparte con él un sabor realmente fuerte y se suele servir sobre pan tostado, aunque es difícil de encontrar fuera del denominado Valle del Oso, en concejos como el de Proaza, Teverga o Lena.

Cerca de Proaza, en Urbiés, otra peculiaridad quesera se sigue produciendo hoy en día, dentro del concejo de Mieres. Este queso sin forma definida se elabora con leche de vaca, coagulando por acidificación y sin añadir ningún tipo de cuajo. Una vez cuajado, se mete en pequeños sacos de tela donde debe envejecer más de seis meses, generando una ligera capa de moho superior, que se debe remover con el resto del queso cuando dé lugar.

Una vez 'curado', presenta una textura granulosa pero fácil de extender que se suele vender en las denominadas tarreñes, muy cotizadas en la zona central del Principado, aunque su sabor es muy potente para el paladar no acostumbrado.

No lejos de allí, en el concejo de Siero, otra de las rarezas asturianas modernas se cita en Varé, donde la quesería que regenta Anita González elabora un peculiar queso de leche cruda de cabra, sometido a seis meses de curación, que conserva la frescura pero también los matices ligeramente ácidos y picantes del ganado caprino. Curioso por tratarse de un cabra 100% en un terreno en el que las cabras hace tiempo que dejaron de predominar, el varé es un buen ejemplo de nuevas prácticas dentro de una industria que gana fuerza dentro de Asturias.

Aunque haya una considerable distancia a los Picos de Europa, en el centro del Principado también encontramos ejemplos de quesos azules, más modernos y con menos trayectoria que los iconos, pero que se van abriendo un hueco en torno a sabores más sutiles. Un ejemplo lo encontramos con los quesos de La Peral, que ofrece una gama amplia con las tres leches y que tiene por estandarte al La Peral Estrella, elaborado con leche de vaca y con mohos seleccionados.

Algo más extravagante es el Peñoceo, que se elabora sólo con leche de cabra y que se convierte en una rareza, porque es muy complicado encontrar azules de cabra en España y el Peralzola, a base de leche de oveja, que emula la cremosidad del gorgonzola italiano pero con un moho más amable y una textura menos fundente.

Queso La Peral Varios quesos de quesería La Peral, en Illas, cerca de Avilés. © Comarca Avilés

También azul, aunque de momento sólo con la leche cruda de vaca como materia prima, funciona la quesería Alcares, en la parroquia de Vega de Poja, dentro del concejo de Siero. Aquí se han propuesto hacer un azul distinto, cremoso a pesar de no tener cueva, intenso en sabor pero manteniendo frutalidad y frescura en el bocado, que son síntomas de una maduración lenta y cuidada.

Su veteado es irregular, no presentando casi la implacabilidad del azul que existe en un cabrales, que aquí nos refleja a un queso untuoso, con ligera mordida y que seguramente dé mucho que hablar en los próximos años.

Queso Azul Alcares Alcares Es El queso azul de quesería Alcares, de leche cruda de oveja. © Quesería Alcares.

Parecido morfológicamente al afuega pero ligeramente enmohecido y con únicamente leche de vaca se elaboran los quesos Rey Silo, que representan la misma pirámide troncónica del emblema asturiano. Muy populares en gastronomía y mesas gourmet, sobre todo fuera del Principado, estos quesos de Pravia pertenecen a una nueva estirpe de queseros independientes, capaces de innovar en un terreno tan peliagudo como el de la industria láctea pero obteniendo grandes resultados.

Rey Silo Queso De Asturias Rey Silo, queso de Asturias. ©reysilo.es

En una dinámica parecida, relacionada con salirse de los esquemas queseros tradicionales, se encuentra la quesería Lazana, en Las Regueras. Aquí el producto estrella es el Geo de Lazana, un queso de leche cruda de vaca, de intensidad media y corteza natural anaranjada, ligeramente enmohecida, que podría hacerse pasar por un reblochon de Saboya.

Queso Geo De Quesos Lazana 0 Quesoslazana Com El Geo de Lazana, similar a algunas pastas blandas francesas. © Quesería Lazana.

Con este ilustre queso francés comparte además matices organolépticos, como el de mantequilla fresca o avellanas, a medida que el queso se va añejando. Además, cuentan con otro queso el Afinado, de corteza lavada y 300 gramos de peso, con el que comparte un ligero olor a hongo y monte en el exterior, suavizándose en el interior hacia gustos más lácticos y herbáceos.

Retorno al este

Majada De Belbin Majada de Belbín, cerca de Onís. © Juanjo Arrojo

El epicentro que marcan los Picos de Europa generan un seísmo quesero que tiene réplicas a cincuenta kilómetros a la redonda, donde encontramos el grueso de la explotación quesera del Principado. Más allá de la vida que cabrales y gamonéu generan, otros quesos, a veces con parentescos o a veces rupturistas, engrandecen la riqueza de la región en torno a los derivados lácteos. Se comercializan al año casi 35.000 toneladas, aunque la cifra, evidentemente, también trasciende a quesos que podríamos encontrar en cualquier supermercado.

Los que hoy nos conciernen, que podríamos considerar la élite de los quesos, encuentran un fortín en la zona oriental de la región, extendiéndose desde Llanes hasta Peñamellera Baja, en el límite con Cantabria. Precisamente es en Llanes donde se encuentran dos referencias de quesos muy populares, como son el Vidiago y el Bedón.

El de Vidiago se lleva realizando desde 1940 por la Quesería Collera, habiendo tres variedades distintas, en función de la leche, además de un par de formas, la circular y la rectangular. El de vaca es especialmente cremoso, debido a la leche utilizada, por lo que es sutil y fundente en el paladar. En el caso del Bedón se encuentran también quesos de cabra, además de los de vaca, de forma circular y no superiores al medio kilo de peso, con una curación en torno a los tres meses y que mantienen un grano fundente aunque ofrecen resistencia a la mordida.

En el concejo vecino, en Peñamellera Baja, última referencia asturiana antes de llegar a Cantabria, se da otra curiosa casualidad con los quesos de La Chivita, cuya leche y elaboración corren por cuenta de Manuel Gutiérrez. Este emprendedor, segunda generación al frente de la quesería, abierta por Jesús, su padre, en 1982, decidió aventurarse en la loca idea de criar ganado caprino de producción lechera, una quimera si vemos la evolución de este mercado en Asturias.

Quesos La Chivita El queso de 100% cabra de La Chivita. © Quesos La Chivita.

La apuesta salió bien y ahora vende 5.000 kilos al año de un leche cruda de cabra, ligeramente curado, que trasgrede las reglas no escritas de la industria quesera asturiana. Además, también elabora otro curado, esta vez con leche de oveja, que guarda cierta similitud con un queso manchego, aunque es más graso y algo más blando.

También de ese reformismo se nutre la quesería Jaime, en Amieva, donde se han salido de la rutina de Los Beyos para elaborar otro queso transgresor: el Cueva de Pregondón. Sólo leche cruda de cabra, envejecido en cueva y de fina corteza, podría ofrecer tintes parecidos a un gamonéu pero la maduración en la cueva lo mantiene en un medio camino entre lo fundente y lo terroso, siendo muy amable al paladar y fácilmente fríable.

Queso Cueva De Pregondon El queso Cueva de Pregondón, de Quesería Jaime, en Amieva. © Quesería Jaime

Azules con notable presencia, sobre todo en su versión de tres leches, son los Quesos de Pría, a orillas del Cantábrico. Larga es la panoplia de quesos que trabajan siendo el ahumado de Pría uno de sus grandes éxitos, pero el que más se cotiza en los mercados de España es el azul de tres leches, que guarda cierta similitud con el cabrales pero es más suave y el veteado verde y azul está más disperso, atravesando el queso como flechas.

En esa misma batalla pero volviendo al concejo primigenio encontramos los quesos de El Cabriteru, que han abanderado una revolución de los azules, ganando notable protagonismo en certámenes internacionales como los World Cheese Awards. El mérito está en dos referencias, el 100% leche de cabra y el 100% leche de oveja, que constituyen dos desafíos en un sector en el que este ganado se encuentra en decadencia. Ejemplos como el de El Cabriteru redignifican las reciellas y demuestran que se puede ser rentable sin defenestrar los precios.

Queseria El Cabriteru Una de las variedades de azules de El Cabriteru. © Quesería El Cabriteru.

Con un mercado creciente y con la vista puesta en la exportación y tomando ideas de otros mercados, queserías como la Cooperativa de Alles, en Peñamellera Alta, elaboran el queso Cueva de Llonín. Similar a un camembert en forma, este queso de leche cruda de vaca presenta una corteza blanda ligeramente enmoheciada. De hecho, uno de los cachopos de más renombre de Asturias, el Cacholetus de Casa Eutimio, utiliza este queso en su relleno.

De cierto parecido a ese rey del queso francés es el Franxón, que elabora la quesería Ca Llechi, una de las que también producen el casín, y que también apuesta por adaptar a la materia primera asturiana algunas referencias galas. Más allá de la imitación, el trabajo de esta joven quesería está en demostrar la versatilidad del producto del Principado, elaborando quesos que se salgan de la tónica general.

Queso Franxon Ca Llechi Tres afinados distintos, de menor a mayor intensidad (de izq. a dcha.) del franxón. © Quesería Ca Llechi.

Algo parecido sucede con el queso de Caxigón, un verso libres dentro del concejo de Cabrales, ya que es el único queso elaborado allí que no es azul. En este caso encontramos tres variedades de quesos 'blancos', ya sean de cabra, vaca u oveja, de textura fundente y suave corteza. Sutil pero elegante, estos fragantes quesos son la demostración de que hay otra vida posible en Cabrales sin pasar por la cueva.

Como última curiosidad, no se debe dejar de mencionar el rebollín con sidra, elaborado en Salas, cuya cuajada mezcla la leche con la sidra. El resultado es un queso fragante, curioso, que emparenta a dos de los emblemas más icónicos de Asturias en un bocado, haciendo que las estrofas del Asturias, patria querida salgan de la boca casi sin pretenderlo.

Imágenes | Noé Baranda/Lobo/Pelayo Lacazette/José Suárez/Comarca Avilés/Juanjo Arrojo/José Ramón García/José Ramón Navarro Tudela/Turismo Asturias/El Cabreritu/Quesería Alcares/Rey Silo/Quesería La Peral/Quesería Ca Llechi/Quesería Alcares/Quesos La Chivita/Quesería Jaime

Es tiempo de berenjenas: siete recetas para disfrutar de este ingrediente cuando está en su mejor momento

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Es tiempo de berenjenas: siete recetas para disfrutar de este ingrediente cuando está en su mejor momento

El verano es la mejor época para los que tenemos huerto y en estos meses, la cosecha de tomates, calabacines, pimientos y berenjenas -entre otros productos- llena nuestra despensa de deliciosos frutos. Por eso, ahora que es tiempo de berenjenas, os enseñamos estas siete recetas para disfrutar de este ingrediente cuando está en su mejor momento.

Asadas, rellenas, en guisos, fritas, etc, las berenjenas están riquísimas y por eso tenemos muchísimas recetas en las que son protagonistas. Con esta selección de siete recetas elaboradas con berenjenas, estamos seguros de que las vais a disfrutar aprovechando que están de plena temporada y las encontraréis a buen precio en el mercado.

1. Musaka o moussaka griega

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  • Ingredientes: 2 Berenjenas, 400 g Carne picada, 1 Cebolla, 1 Zanahoria, 3 Tomates, Vino tinto medio vaso, Caldo de carne medio vaso, Tomillo seco al gusto, Sal y pimienta al gusto, Queso Parmesano al gusto, Salsa bechamel para cubrir y opcionalmente 1 patata para la base
  • Elaboración: Esta receta es laboriosa, aunque ninguna de las fases que tiene esta elaboración tienen dificultad. Comenzamos cortando las berenjenas en láminas y las ponemos con un poco de sal sobre un papel absorbente para que recoja el agua que suelten y así las berenjenas no tendrán ningún regusto amargo. Después las freímos ligeramente y las reservamos. Por otra parte, picamos la cebolla y la zanahoria en brunoise y las pochamos en una sartén. Cuando estén blanditas, añadimos los tomates muy picados y dejamos que se cocinen en la sartén hasta tener un buen sofrito o salsa para la carne. Freímos ligeramente la carne picada en una sartén, la añadimos a la salsa de tomate y hortalizas y agregamos el tomillo, el vino y el caldo, dejando que cueza durante unos diez minutos hasta que no quede rastro de líquido. Finalmente, hacemos una salsa bechamel con 25 g de harina, 25 g de mantequilla y medio litro de leche, removiendo hasta que esté bien espeso. Con todos estos preparativos, podemos comenzar a montar el plato para después hornearlo. En la receta habitual de moussaka que vemos en España no necesitamos nada más, pero en la mayoría de recetas tradicionales de moussaka en Grecia, se pone una primera capa de patatas cortadas en rodajas y fritas ligeramente. Esta capa hace de base para la moussaka. Sobre las patatas se pone una primera capa de berenjenas que después se cubren con una capa de carne. Sobre la capa de carne ponemos otra capa de láminas de berenjena y volvemos a cubrir con la carne de cordero con la salsa, aplastando un poco con el dorso de la cuchara para que quede bien compacta. Finalmente cubrimos con bechamel, espolvoreamos con queso rallado y metemos la fuente en el horno donde horneamos durante 20 minutos a 160º y gratinamos 3 minutos a 220ºC.

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2. Curry de berenjena, tomate y espinacas

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  • Ingredientes: 1 Cebolla, 2 Diente de ajo, 50 g Jengibre fresco, 1 Guindilla de Cayena, 10 g Comino molido, 10 g Garam masala, 10 g Cilantro molido, 5 g Cúrcuma molida, 75 g Tomate concentrado, 50 g, Aceite de girasol, 2 Berenjenas 2 Tomate, 80g Espinaca fresca, 300 ml Caldo de verduras, Aceite de oliva virgen extra, Sal
  • Elaboración: Trituramos en un robot de cocina la cebolla, pelada y troceada, los dientes de ajo, pelados, el jengibre fresco, también pelado, la guindilla de cayena, sin las semillas (que es lo que pica), el comino, el garam masala, el cilantro, la cúrcuma, el tomate concentrado y el aceite de girasol. Cuando tengamos una pasta homogénea y sin restos ni tropezones de ningún ingrediente, paramos y reservamos. Lavamos la berenjena y los tomates. Cortamos la primera en dados de 2 cm aproximadamente y los tomates en ocho gajos cada uno. Lavamos las espinacas y reservamos. Calentamos un par de cucharadas de aceite de oliva en una cazuela amplia y añadimos la pasta que tenemos reservada. Incorporamos los dados de berenjena, removemos y cocemos 10 minutos a fuego bajo. Regamos con el caldo de verduras y cocemos suavemente durante 30 minutos. Añadimos los tomates y cocemos 10 minutos más. Por último agregamos las espinacas y dejamos cocer de nuevo unos minutos hasta que se hayan pochado. Sazonamos al gusto y servimos inmediatamente con cilantro fresco esparcido por la superficie.

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3. Milhojas de patatas y berenjenas para guarnición

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  • Ingredientes: 2 Patatas, 1 Berenjena, Tomillo seco al gusto y 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Elaboración: Si tenéis una mandolina, podéis preparar esta guarnición en un periquete, pero aunque no tengáis, con un cuchillo afilado podéis hacerla también con facilidad. Comenzamos lavando las patatas y la berenjena ya que las vamos a cortar en rodajas con su cáscara. Las patatas las queremos muy finas, por lo que la mandolina nos vendrá muy bien. Las rodajas de berenjena pueden ser algo más gruesas. Una vez cortadas, ponemos las patatas en agua y las berenjenas las espolvoreamos con sal y las dejamos sobre un paño para que eliminen líquido y un poco de su amargor. En una fuente de horno forrada con papel sulfurizado, vamos colocando una capa de patatas hasta cubrir el fondo. Añadimos unas gotitas de aceite, un pellizquito de sal y unas hojitas de tomillo. Cubrimos con una capa de berenjenas. Repetimos la operación, cuatro o cinco veces hasta acabar con todas las hortalizas. Horneamos a 200ºC durante 40 minutos. Sacamos del horno, cortamos en cuatro partes y las apilamos formando una torre. Espolvoreamos con más tomillo y gratinamos durante 4 minutos a 230ºC subiendo la bandeja a la zona superior del horno para dorar la superficie y corriendo a la mesa.

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4. Dip de berenjena, pipas de calabaza y pistachos con Magimix Cook Expert

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  • Ingredientes: Berenjena (unos 600-700 g), Pipas de calabaza 40 g, Mantequilla de cacahuete natural, 25 g, Pistachos 20 g, Yogur griego natural 70 g, Zumo de limón 15 ml, Comino molido al gusto, Pimentón dulce al gusto Diente de ajo o ajo granulado al gusto, 1, Pimienta negra molida al gusto Cilantro en grano 1/2 cucharadita, Aceite de oliva virgen extra, Perejil fresco o cilantro, Pistachos extra para servir, Sal al gusto
  • Elaboración: Lavar las berenjenas y cortar en cubos pequeños. Introducir en la olla inoxidable con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal. Añadir también el diente de ajo picado, si lo usamos natural. Programar EXPERTO, 45 minutos/veocidad 2A/100ºC. Cuando finalice el programa, sacar y extender sobre una bandeja para que se enfríe. Cambiar la olla por el robot y triturar las pipas de calabaza con los pistachos, las semillas de cilantro y un golpe de pimienta, usando la cuba pequeña. Trasladar a la cuba grande con la cuchilla metálica las semillas trituradas, la berenjena enfriada, el yogur, la mantequilla de cacahuete y el zumo de limón. Añadir las especias y salpimentar ligeramente. Triturar hasta tener una textura homogénea cremosa. Continuar triturando y añadir poco a poco aceite de oliva en hilo, para emulsionar. Dejar la textura al gusto y probar para ajustar el nivel de especial o de sal. Servir con perejil o cilantro fresco picado, pistachos extra, ralladura de limón y aceite de oliva.

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5. San Jacobos de berenjena rellenos de salmón

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  • Ingredientes: 1 trozo de lomo de salmón, de la parte ancha, de 1/2 kg aproximadamente, 1 berenjena, 4 lonchas de queso de fundir para sandwiches, aceite de oliva y pan rallado
  • Elaboración: Nuestra primera tarea es preparar los filetes de salmón con que rellenaremos las láminas de berenjena. Aunque esta tarea se la podéis encargar a vuestro pescadero, yo prefiero hacerla personalmente partiendo de un lomo sin piel, para cortarlos a mi gusto, y también para que sean de tamaño similar al de las berenjenas. Lo que hago es partir el lomo por la mitad y luego cada mitad en dos o tres filetes más finos como podéis ver en la imagen. Con los recortes, podemos hacer muchas otras recetas como albóndigas de salmón o por ejemplo, una ensalada de cogollos con salmón al vapor. Con una mandolina, o con un cuchillo afilado, cortamos la berenjena en 8 rodajas finas y montamos los San Jacobos sobre papel de hornear, comenzando con la berenjena, poniendo el salmón sobre ella, cubriendo el pescado con el queso de sándwich y tapando con otra rodaja de berenjena. Para completar el efecto de San Jacobo, pintamos con aceite de oliva la berenjena de arriba y ponemos un poco de pan rallado por encima, apretando para que quede bien fijado. Horneamos a 220ºC hasta que el pan empiece a dorarse y el queso fundido burbujee.

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6. Caviar de berenjena ruso

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  • Ingredientes: 1 Cebolla dulce, 1 Pimiento rojo mediano, 3 Diente de ajo 3 Berenjena grandes o 4 medianas, 125 ml Tomate triturado, 15 ml Tomate concentrado, Caldo de verduras o agua, cantidad necesaria, Cilantro en grano 1 cucharada (o al gusto), Cilantro fresco o perejil, Eneldo fresco (opcional), Aceite de oliva virgen extra, Pimienta negra molida, Sal
  • Elaboración: Lavar y secar bien las berenjenas, el pimiento y las hierbas frescas. Picar la cebolla en piezas pequeñas, picar también los dientes de ajo muy finos y machacar el cilantro en grano en un mortero, dejando trocitos más enteros. Cortar el pimiento en cuadrados y las berenjenas en cubos no muy grandes. Calentar dos cucharadas de aceite en una sartén o cazuela amplia y pochar la cebolla con una pizca de sal hasta que esté transparente, durante unos 5-8 minutos sin prisas. Añadir el pimiento y el ajo, y cocinar unos 10 minutos. Incorporar el cilantro y remover durante un par de minutos. Agregar la berenjena, salpimentar ligeramente y remover a fuego vivo para que empiece a coger color. Añadir el tomate triturado, el tomate concentrado y un poco de agua o caldo -muy poco-. Remover, llevar a ebullición, bajar el fuego y dejar cocinar lentamente durante unos 60-70 minutos. Remover de vez en cuando y añadir algo más de líquido según lo vaya necesitando. Tiene que quedar una consistencia melosa, pero no aguada. Vigilar que no se pegue al fondo. Al final de la cocción agregar un puñado de perejil o cilantro picado. Ajustar el punto de sal y servir con eneldo fresco (opcional).

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7. Baba Ganoush o mutabal al estilo jordano

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  • Ingredientes: 2 Berenjenas, Aceite de oliva virgen extra, 1 Limón, medio Tomate, medio Pimiento verde italiano, hierbabuena 2 ramas, 1 Diente de ajo y una pizca de Sal
  • Elaboración: Barnizamos las berenjenas con un poco de aceite de oliva y las asamos durante treinta minutos en el horno a 190º. Transcurrido ese tiempo, damos la vuelta a las berenjenas y las asamos otros treinta minutos. Una vez asadas, estarán algo chamuscadas y muy arrugadas. Dejamos que se enfríen lo justo para no quemarnos y las pelamos tirando de la piel que se desprende sin dificultad. Picamos con un cuchillo la pulpa resultante, añadimos la sal y ponemos el puré de berenjena en un bol, donde lo aliñamos con cinco cucharadas de aceite de oliva virgen y el zumo de un limón. Mezclamos bien. Picamos el tomate, el ajo, el pimiento y la hierbabuena y los añadimos en crudo al bol de la berenjena asada. Es importante que todo esté muy picado para que ningún ingrediente destaque especialmente sobre los demás. Removemos con cuidado, probamos y rectificamos de sal y lo servimos en una fuente acompañado de pan de pita o panes planos que sirvan para untar en ellos el paté de berenjena o mutabal.

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Imagen portada | Pixabay

Las nueve mejores recetas con atún fresco de Directo al Paladar

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Las nueve mejores recetas con atún fresco de Directo al Paladar

Cada vez es más fácil encontrar atún fresco en los mercados. Por eso hemos seleccionado las nueve mejores recetas con atún fresco de Directo al Paladar, para que las tengáis a mano y podáis prepararlas cuando os hagáis con un buen lomo de este delicioso ingrediente.

El atún fresco, tanto el blanco como el rojo, así como el de almadraba o incluso las variedades más económicas como el yellow fin, es un pescado azul de carne magra cuya textura recuerda en cierto modo a la de la carne, por lo que es fácil conseguir que guste a toda la familia.

Nueve recetas con atún fresco para disfrutar en verano

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Más allá de los clásicos nigiris, o el sashimi de atún rojo, este pescado tiene muchas posibilidades en la cocina. Además de en tartar, el atún queda muy rico en recetas en las que se marca ligeramente. El secreto para que quede bueno es no cocinarlo mucho para evitar que se reseque. De las nueve recetas que os sugerimos a continuación, ¿cuál resulta más apetecible?

1. Timbal de atún fresco con pimientos asados

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  • Ingredientes: 250 gr de atún fresco, 1 pimiento amarillo, 1 pimiento verde y 4 pimientos del piquillo (de lata)
  • Preparación: Comenzamos dejando el atún a temperatura ambiente, si podemos unos 30 minutos antes de cocinar. Para preparar los pimientos de forma rápida, los cortamos en trozos, los espolvoreamos con un pellizco de sal gorda y los mezclamos con una cucharada de aceite de oliva, dentro de un recipiente de vidrio, cocinándolos en el microondas en función grill durante 5 minutos. También podéis hacerlos en el horno durante unos 15 minutos a 190ºC Mientras se hornean, pasamos los pimientos del piquillo por la plancha, hasta dorarlos un poco. Una vez horneados los pimientos amarillos y verdes, los sacamos y retiramos su piel. Si queremos podemos cortarlos en tiras, aunque no es necesario. Con un aro o molde de emplatar, vamos colocando capas de pimiento por colores, procurando dar algo de altura al timbal. Hacemos el taco de atún a la plancha a fuego fuerte para que se dore su superficie y quede sin cocinar el interior, que quedará templado. Es importante que el atún sea muy fresco y es conveniente que lo congeléis durante 48 horas para evitar el riesgo de anisakis. Una vez doradas todas sus caras, lo sacamos y lo cortamos en filetes de unos tres milímetros de grosor como véis en el collage. Montamos los lomos de atún dentro del timbal, de forma que cada trocito se acaballe sobre el anterior y espolvoreamos con unos cristalitos o escamas de sal marina. Hacemos una vinagreta con aceite de oliva y salsa soja, la emulsionamos y la usamos para manchar el plato y cubrir los alimentos. Retiramos el aro y servimos inmediatamente.

Receta completa | Timbal de atún fresco con pimientos asados

2. Tartar de atún

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  • Ingredientes: 300 g Atún fresco (lomo), Salsa de soja, 15 ml, Salsa wok, 15 ml, Pimiento amarillo, 50 g, Apio, 15 g, Mayonesa, 15 g, Zumo de limón, 15 ml, Aceite de oliva suave, Cogollo de lechuga (para presentar), Semillas de sésamo (para presentar), Alcaparras 20 g
  • Preparación: Troceamos el lomo de atún atún en piezas muy finas, es decir, lo picamos. Este proceso lo hacemos a cuchillo, por lo que necesitamos de uno que esté bien afilado, de lo contrario, en lugar de trocearlo, lo machacaremos. Mezclamos el atún picado con la salsa de soja y la salsa wok y lo dejamos macerar en la nevera durante 15 minutos. Picamos el pimiento en brunoise fina y, en una sartén, lo sofreímos en una cucharada de aceite de oliva, a fuego muy lento. Una vez listo, retiramos la sartén del fuego y dejamos que el pimiento se enfríe. Mientras tanto, picamos finamente el apio y también las alcaparras. Cuando el pimiento se haya enfriado, lo agregamos al atún picado junto con el apio y las alcaparras. Removemos. Por último, incorporamos la salsa mayonesa y el zumo de limón. Removemos nuevamente hasta integrar y servimos inmediatamente sobre hojas de cogollos de lechuga, lavadas y escurridas, y espolvoreado de semillas de sésamo, para aportar un toque crujiente.

Receta completa | Tartar de atún

3. Atún a la Puttanesca

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  • Ingredientes: Una rodaja de atún de 1 cm de altura, 1 pimiento del piquillo, 1/2 guindilla, 2 tomates maduros, 1 diente de ajo, 6 anchoas, 10 alcaparras y 4 aceitunas negras
  • Preparación: Como si estuviéramos ante una receta de pasta, lo primero es preparar la salsa, que tiene que quedar como una salsa de tomate espesa. Para ello, comenzamos picando bien el pimiento del piquillo y media guindilla, y poniéndolo a dorar en la sartén con un poco de aceite de oliva. Añadimos los tomates maduros pelados y cortados en dados y dejamos que se cocinen con el pimiento, removiendo de vez en cuando mientras la salsa va espesando. Picamos las anchoas y las alcaparras y las añadimos a la sartén. Cuando vemos que la salsa ya está casi en su punto, hacemos el atún a la plancha dejando que se cocine durante un minuto y medio por cada lado, de forma que quede hecho en el exterior y con un puntito menos hecho en el interior. Cuando el atún esté cocinado, colocamos la rodaja en el plato y cubrimos el atún con la salsa puttanesca recién hecha. Después lo decoramos con las aceitunas negras sin hueso cortadas por la mitad, sirviéndolo inmediatamente.

Receta completa | Atún a la puttanesca

4. Atún glaseado al miso

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  • Ingredientes: Atún fresco 400 g, Miso 30 ml, Miel 15 ml, Vinagre de arroz 15 ml, Mirin o vino blanco 5 ml, Zumo de limón 3 ml, Salsa de soja baja en sal 15 ml, Aceite de oliva virgen extra y un poco más para la plancha 5 ml, Semillas de sésamo, Habas frescas en sus vainas 1 kg, Hinojo fresco (hojas) o eneldo, Alcaparras 15 ml, Zumo de limón y su ralladura 5 ml, Pimienta negra molida, Aceite de oliva virgen extra, Sal.
  • Preparación: Mezclar en un cuenco todos los ingredientes de la salsa (hasta los 5 ml de aceite), batiendo bien para tener una crema homogénea, no muy espesa ni muy líquida. Secar el atún con papel de cocina, disponer en un plato hondo y pintar con un poco de la salsa. Dejar marinar mientras preparamos la ensalada. Sacar las habas de las vainas. Poner agua a calentar y escaldarlas durante un par de minutos, dependiendo del tamaño. Escurrir rápidamente, mejor si las dejamos enfriar en un cuenco frío sobre hielos. La piel externa se habrá quedado más oscura y es fácil retirarla, con mucha suavidad para no romperlas demasiado. Disponer en un cuenco, añadir las alcaparras, las hojas picadasde hinojo, la ralladura y zumo de limón y aceite al gusto. Salpimentar ligeramente y mezclar bien. Para el atún, calentar un poco de aceite en una plancha o buena sartén y cocinar vuelta y vuelta. Añadir la salsa por ambos lados para glasear el pescado. Podemos usar el grill para el toque final si tenemos encendido el horno, o darle un toque de soplete. Servir con una capa extra final de salsa si nos ha sobrado, y semillas de sésamo.

Receta completa | Atún glaseado al miso con ensalada de habas tiernas

5. Tataki de atún con salmorejo

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  • Ingredientes: Para el tataki, 2 tacos de solomillo, morrillo o lomo de atún de unos 150 gr cada uno, salsa soja y unas gotas de aceite de sésamo. Para el salmorejo, 6 tomates rojos, 2 dientes de ajo, 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, 6 rebanadas de pan duro y un chorreón de vinagre. Para decorar, aceite de oliva virgen extra con perejil picado, unas gotas de salsa soja y brotes de alfalfa
  • Preparación: Ponemos los trozos de atún en maceración, en un plato con salsa de soja y unas gotas de aceite de sésamo. Mientras se va marinando, preparamos un salmorejo, utilizando la batidora de vaso en la que ponemos los tomates troceados, los dientes de ajo y las rebanadas de pan mojadas en agua. Tras batir un poco, obtendremos una crema espesa. A continuación vamos añadiendo el aceite de oliva virgen extra y el vinagre, para que se vayan incorporando a la crema. Una vez a nuestro gusto, probamos y rectificamos de sal. Si queremos el salmorejo más fino, lo pasamos por el chino y reservamos en la nevera. Cortamos los trozos de solomillo de atún una vez marinados, en dos o tres porciones cada uno. En una plancha muy caliente, o una sartén con muy poco aceite, los marcamos por cada una de las caras con el fuego muy fuerte. Solamente lo haremos durante un minuto, por lo que intentaremos que quede crujiente, y el calor penetre a toda la tajada. Colocamos el salmorejo en el centro del plato, y lo rodeamos con aceite de oliva virgen extra perfumado con perejil picado. Sobre el salmorejo, colocamos unos brotes de alfalfa. Colocamos los trozos de lomo alrededor del salmorejo, poniendo un chorreón del aceite de perejil y de la soja del marinado por encima de los trozos para que los colores contrasten.

Receta completa | Tataki de atún con salmorejo

6. Tacos de atún marinado al tomillo y limón

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  • Ingredientes: Sal gruesa 300 g, Azúcar 100 g, Tomillo fresco rama 2, Ralladura de limón 2, Atún fresco 200 g, Aceite de oliva virgen extra, Tomate cherry para decorar 6 .
  • Preparación: Comenzamos cortando el atún en 16 tacos, retirando los laterales y reservándolos para elaborar, por ejemplo, un tartar de atún. Hay que procurar que tengan todos el mismo tamaño y forma, así como que sean "de bocado", puesto que los vamos a servir como aperitivo. Lo adecuado es cortar cubos de 2 x 2 cm como máximo, aunque yo los he cortado en forma de prisma rectangular. Colocamos la sal, el azúcar, el tomillo y la ralladura de limón en un cuenco y los mezclamos bien. Con 1/3 de la mezcla, cubrimos la base de un recipiente de tamaño acorde a la cantidad de tacos que hemos cortado. Colocamos los tacos encima, dejando espacio entre unos y otros, y cubrimos con el resto de la mezcla asegurándonos de rellenar los huecos. Introducimos el recipiente en la nevera y lo dejamos reposar durante un máximo de 2 horas. Transcurrido este tiempo, retiramos la sal y limpiamos cada taco con una brocha. Los lavamos bajo un chorro fino de agua, sin pasarnos para que no queden acuosos, y los secamos con papel absorbente. A la hora de servir los tacos, los engrasamos ligeramente con aceite de oliva virgen extra. Cortamos los tomates cherry en cuatro rodajas cada uno, procurando que sean gorditas, y las ensartamos en palillos junto con el atún marinado.

Receta completa | Tacos de atún marinado al tomillo y limón

7. Atún con berenjena y tomatitos

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  • Ingredientes: Cebolleta, 0.5, Berenjena, 1, Tomate cherry, 200 g, Atún fresco o descongelado, limpio, 300 g, Vino blanco, 50 ml, Pasta o concentrado de guindilla roja, 2.5 ml, Caldo de pescado o fumet o verduras o agua, 200 ml, Pimienta negra molida, Sal, Aceite de oliva virgen extra, Albahaca
  • Preparación: Picar la cebolleta y cortar la berenjena en cubos pequeños. Calentar un par de cucharadas de aceite de oliva en una sartén y pochar la cebolleta unos minutos. Incorporar la berenjena, salpimentar y saltear unos 10 minutos a fuego medio. Incorporar los tomatitos, partidos por la mitad si son algo grandes, y regar con el vino blanco. Agregar la pasta de guindilla, remover bien y cubrir con el caldo o agua. Llevar a ebullición, tapar y dejar cocer a fuego medio-bajo unos 10-15 minutos. Destapar y remover. Continuar la cocción unos minutos más hasta que las verduras estén bien cocinadas. Añadir el atún troceado, tapar y cocinar unos pocos minutos más, hasta que el pescado esté en su punto. Salpimentar y agregar unas hojas de albahaca picada.

Receta completa | Atún con berenjena y tomatitos

8. Tataki de atún marinado en salsa Ponzu

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  • Ingredientes: 300 g de Atún fresco en un taco o lingote, Salsa de soja 75 ml, Caldo dashi hecho con alga Kombu y copos de atún katsuobushi, 50 ml, Zumo de limón un chorrito, Jengibre fresco, 5 g, Semillas de sésamo blancas y negras para decorar, Alga wakame seca para guarnición
  • Preparación: Comenzamos preparando la salsa Ponzu casera. Hacemos un caldo dashi rápido, mezclando los ingredientes y llevando a ebullición. En cuanto empiece a cocer, apagamos el fuego, añadimos los copos de atún deshidratado y dejamos enfriar. Colamos y listo para mezclar con la soja, el limón y el jengibre y así obtener una salsa Ponzu casera. También podemos usar salsa Ponzu comercial. Cortamos el atún en dos lingotes y los metemos dentro de la salsa Ponzu, dejando que el pescado marine dentro de la nevera durante una hora. Una vez marinado, ponemos una plancha al fuego dejando que se caliente muy bien, durante al menos diez minutos. Cuando la plancha está muy muy caliente, marcamos cada lingote de atún escurrido, dejando que se dore la superficie, pero dejando crudo el interior. Pasamos el lingote de atún por la mezcla de semillas de sésamo blanco y negro apretando un poco para que se queden pegadas y cortamos el lingote en rodajas de medio cm de grosor, dejandolas acaballadas unas sobre otras. Servimos nuestro tataki de atún en un plato, añadiendo un poco más de salsa ponzu en el fondo y acompañamos con ensalada de algas wakame. Se puede servir en frío o templado, según nuestros gustos.

Receta completa | Tataki de atún marinado en salsa Ponzu

9. Tacos de atún con crema de guisantes a la menta

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  • Ingredientes: Atún fresco (1 filete o lomo) de 200 g, Guisantes cocidos, 200 g, Menta fresca unas hojas, Semillas de sésamo al gusto
  • Preparación: Empezamos preparando la crema de guisantes a la menta. Para ello escaldamos los guisantes durante 3 minutos en agua hirviendo y los pasamos a agua fría para que mantengan su color intenso. Si usáis congelados o de lata, os ahorráis ese paso. Luego los trituramos en la batidora junto a 8 hojas de menta. Continuamos cortando el lomo de atún en seis tacos rectangulares para su consumo como pincho o bocado y los hacemos a la plancha dejando que se hagan un minuto por cada lado. Una vez cocinados, añadimos unos cristalitos de sal a cada taco de lomo. En un plato ponemos las semillas de sésamo y según vamos retirando de la sartén los tacos de atún cocinados, los apoyamos sobre ellas para que se rebocen de semillas por una de sus caras o si lo preferís, por las dos. Para montar el plato, ponemos una base de crema de guisantes en el plato -dos o tres cucharadas serán suficiente- y sobre la crema colocamos los tacos de atún rebozados de sésamo dejando un espacio entre uno y otro para que se vea el color verde.

Receta completa | Tacos de atún con crema de guisantes a la menta


Siete recetas con el tomate como protagonista para sacar el máximo partido a este fruto de temporada

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Siete recetas con el tomate como protagonista para sacar el máximo partido a este fruto de temporada

La época estival es un despiporre de frutas y verduras sin parangón que hay que aprovechar mientras dura, aunque podamos encontrar muchas de ellas el resto del año. Su sabor se intensifica y más de lo mismo le ocurre a su jugosidad y textura. Apetece alimentarse de ellas a todas horas y, muy especialmente, de tomate.

Comeríamos a bocados este maravilloso fruto (de hecho lo hacemos, ejem). Así, tal cual. Aunque solemos utilizarlo principalmente como ingrediente de ensaladas o gazpachos y sopas frías. Sin embargo, hoy homenajeamos al tomate como protagonista de otras recetas menos populares, pero que estamos seguros que os van a encantar por su originalidad y sencillez. El momento de prepararlas es ahora. ¡No dejéis de probarlas!

Tomates rellenos de verduras asadas y piñones

Tomates asados rellenos de verduras de temporada
  • Ingredientes para cuatro personas: 4 tomates, 100 g de tomate cherry variado, 120 g de pimiento rojo, 120 g de pimiento amarillo, 100 g de calabacín, 25 g de piñones, 100 g de champiñones, 45 ml de aceite de oliva virgen extra, sal, hierbas provenzales y pimienta negra molida al gusto.

  • Elaboración: Comenzaremos cortando la parte superior de los tomates. Reservamos. Con una cucharilla vamos vaciando su interior. Cortamos en cuartos los tomates cherry. Seguidamente picamos en trozos finos los pimientos de dos colores así como el calabacín. Limpiamos y partimos los champiñones, y los cortamos en cuartos. Posteriormente precalentamos el horno a 185 grados. Disponemos los tomates vacios en una fuente refractaria untada con una cucharada de aceite de oliva virgen extra. Para el relleno, mezclamos en un bol los tomates cherry, los trozos de pimiento, los champiñones picados y los dados de calabacín. Agregamos también los piñones, le añadimos a la mezcla el aceite de oliva y salpimentamos. Rellenamos con esta mezcla los tomates. Disponemos también en la bandeja las tapas de los tomates que teníamos reservadas, añadimos dos cucharadas de aceite de oliva por encima y horneamos durante media hora.

Más detalles, aquí.

Tarta salada de tomates y tres quesos

Tarta salada de tomate y tres quesos
  • Ingredientes para cuatro personas: Para la base: 115 g de harina de trigo, una pizca de sal, 25 g de manteca de cerdo, 25 g de mantequilla y 15 ml de agua muy fría. Para el relleno: 100 g de tomates variados, 5 g de harina de trigo, 100 g de queso crema, 25 g de queso Parmesano, 50 g de queso Emmental, 2 huevos, 50 g de yogur natural, 5 g de mostaza de Dijon y orégano seco para decorar.

  • Elaboración: Comenzamos por la masa quebrada, para darle el tiempo de reposo que necesita sin prisas. Para elaborarla, simplemente mezclamos, en un cuenco amplio, la harina y un pellizco de sal junto con la mantequilla y la manteca cortadas en pequeños dados. Usamos las puntas de los dedos para mezclar, evitando dar calor. Esto es importantísimo. Hay que tocar la masa lo justo, sin pasarse. Cuando la mezcla se asemeje a un conjunto de migas, agregamos una cucharada de agua bien fría. Con ayuda del filo de un cuchillo, incorporamos el agua al resto de ingredientes de manera inicial, y terminamos trabajándola con las manos. En el momento en que la masa obtenga un aspecto y textura homogéneos, dejamos de trabajarla. La envolvemos en papel film y la dejamos reposar en la nevera durante 30 minutos. Transcurrido el tiempo de reposo, extendemos la masa con un rodillo sobre una lámina de papel sulfurizado. Enharinamos el rodillo para evitar que se nos pegue la masa y se quiebre. Trasladamos la masa a un molde de horno de 14 cm de diámetro y cubrimos su base y laterales. No pasa nada si se nos rompe, tomamos pequeñas porciones de la masa y las colocamos sobre las grietas a modo de parche. Retiramos el sobrante de masa de los laterales, cubrimos con papel sulfurizado y legumbres (o piedras de hornear) y cocemos a 180ºC durante 20 minutos. Transcurrido este tiempo, sacamos el molde y retiramos las legumbres y el papel sulfurizado. Lo introducimos de nuevo en el horno y cocemos en blanco durante 5 minutos más, con la temperatura un poco más alta.

Más detalles, aquí.

Tomates confitados al horno

Tomates confitados al horno
  • Ingredientes para cuatro personas: 4 tomates, 50 ml de aceite de virgen extra, 45 g de azúcar moreno, escamas de sal al gusto, pimienta rosa molida al gusto, tomillo seco al gusto y orégano seco al gusto.

  • Elaboración: Comenzaremos precalentando el horno a 120 grados con calor arriba y abajo. Lavaremos los tomates y los cortamos a la mitad o en tres rodajas gruesas. Tapizamos una bandeja refractaria con papel sulfurizado y colocamos las rodajas de tomates. Regamos con el aceite de oliva virgen extra por encima, espolvoreamos el azúcar moreno y repartiéndolo encima de los tomates. Añadimos encima de cada rodaja unas escamas de sal maldon y espolvoreamos con el orégano y el tomillo. Horneamos a baja temperatura durante dos horas.

Más detalles, aquí.

Clafoutis de tomates cherry y queso feta

Clafoutis de tomates cherry y queso feta
  • Ingredientes para tres personas. 18 tomates cherry, 150 g de queso feta, 3 huevos, 200 ml de nata líquida para cocinar, 10 g de harina de maíz refinad, queso Parmesano rallado (para cubrir los moldes), aceite de girasol (para cubrir los moldes), sal y pimienta negra molida.

  • Elaboración: En un recipiente hondo mezclamos los huevos con la nata líquida, sal y pimienta al gusto. Batimos bien hasta homogeneizar. Preparamos tres moldes aptos para horno, engrasando la base y laterales y espolvoreando con queso Parmesano rallado (también podemos usar pan rallado). Colocamos seis tomates cherry en cada molde y repartimos el queso feta cortado en pequeños dados. Podemos añadir un poco de queso de cabra o mozzarella y aportar otros matices. Repartimos la mezcla del huevo entre los moldes y cocemos en horno pre calentado a 180ºC durante 25 minutos o hasta que la superficie comience a dorar. Servimos inmediatamente.

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Carpaccio de tomate

Carpaccio de tomate
  • Ingredientes para cuatro personas: 2 tomates grandes y firmes, 1 lata de anchoas, 6 pepinillos en vinagre, media cebolla pequeña, aceite de oliva virgen extra, pimienta negra molida y tomillo seco.

  • Elaboración: Empezamos lavando los tomates y los cortamos en rodajas muy finas (podemos usar un cortafiambres o una mandolina y asegurarnos que quedan todas iguales sin esfuerzo). Escurrimos las anchoas del aceite y cortamos los filetes en diagonal para obtener pequeños rombos. Escurrimos los pepinillos y los cortamos en rodajas finas. Picamos muy menuda la cebolla. Repartimos las rodajas de tomate sobre una bandeja, cubriendo toda la superficie. Distribuimos por encima las anchoas, el pepinillo y el vinagre, espolvoreamos con el tomillo y aliñamos con el aceite y la pimienta negra.

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Mermelada de tomate y albahaca

Mermelada de tomate y albahaca
  • Ingredientes para cuatro personas: 1,6 kg de tomate maduro, 800 g de azúcar, 15 hojas de albahaca fresca, sal al gusto y 5 g de agar agar.

  • Elaboración: Comenzaremos pelando los tomates y picándolos en dados pequeños. Los añadimos a una olla, y les agregamos 750 g de azúcar, reservando los restantes 50 g en un bol pequeños para mezclar con el agar agar en polvo. Añadimos a la mezcla de tomates y azúcar las hojas de albahaca cortadas en chiffonade o muy menudas, así como la pizca de sal. Ponemos a cocer todo junto y le controlamos la temperatura con un termómetro de cocina hasta que la mezcla llegue a 104 grados centígrados. Si no disponéis de termómetro será una cocción de aproximadamente media hora. Cuando esté cocida la mermelada o haya llegado a esta temperatura, añadimos el azúcar mezclado con el agar agar y dejamos que vuelva a hervir un minuto. Llenamos frascos de cristal esterilizados con la mermelada caliente, les damos la vuelta con la base hacia arriba y los dejamos enfriar. Si hacéis mucha cantidad debéis de volver a esterilizar durante 20 minutos en agua hirviendo, en una olla con agua hasta la mitad de la altura de los frascos la mermelada, para que se conserve correctamente.

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Mousse de tomate y albahaca

Mousse de tomate y albahaca
  • Ingredientes: 4-6 tomates, 100 ml de mayonesa, 200 ml de nata fresca para cocinar (o yogur griego en su defecto), 1 diente de ajo, unas hojas de albahaca, sal y pimienta negra molida.

  • Elaboración: Comenzamos lavando los tomates, partiéndolos por la mitad y quitándoles las pepitas. Los salamos bien y los ponemos boca a bajo sobre papel absorbente, para que suelten todo el agüilla. Con media hora será suficiente. Transcurrido ese tiempo, trituramos los tomates con la batidora junto con el diente de ajo picado y las hojas de albahaca. Luego añadimos la nata y la mayonesa (100ml son unas tres cucharadas soperas llenas), mezclamos suavemente con una cuchara, ajustamos de sal y pimienta y refrigeramos al menos durante dos horas antes de servir.

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Imagen de portada | Pixabay

Nuestras quince mejores recetas con gulas

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Nuestras quince mejores recetas con gulas

Hemos recopilado para que las tengáis a mano, nuestras quince mejores recetas con gulas, un producto derivado del pescado que cada día consumimos más en todos los hogares ya que está bueno, es fácil de cocinar y siempre nos queda bien.

Probablemente, la mayoría de nosotros no haya probado nunca las angulas, o en su caso, las recuerde como algo anecdótico que probó una vez hace ya mucho tiempo. Lo cierto es que desde que surgieron las gulas, el sucedáneo de las angulas elaborado con surimi de pescado, muchos de los platos tradicionales elaborados con aquella variedad de pescado se preparan hoy con este peculiar ingrediente.

Nuestras quince mejores recetas con gulas

1. Gulas al ajillo

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  • Ingredientes: 500 g de Gulas (sucedáneo de angulas), 2 Diente de ajo, 1 Guindilla, Aceite de oliva virgen extra y sal
  • Elaboración: La receta es tan sencilla, que casi no requiere explicación, pero sí seguir dos pasos importantes para que las gulas queden jugosas y calientes pero sin freírse, así que vamos a la cocina a prepararlas. Lo primero, yo uso siempre gulas frescas y no congeladas, porque el resultado es mucho mejor con las primeras. Si las compras congeladas, deja que se descongelen en el paquete dentro de la nevera y usalas cuando ya estén como las frescas. Lo segundo, siempre las compro al natural, no las que vienen ya preparadas al ajillo y que solamente necesitas un minuto para tenerlas listas, porque al hacer yo el ajillo, lo puedo regular a mi gusto en cuanto a potencia del picante, nivel de tostado de los ajos y cantidad de aceite. Para hacerlo yo, comiendo cortando el ajo en láminas no demasiado finas. En una sartén, ponemos el aceite de oliva virgen extra y ponemos los trozos de ajo, dándoles la vuelta cuando empiecen "a bailar". En ese momento, incorporamos la guindilla cortada en dos o tres trozos y mientras los ajos van cambiando de color, vamos abriendo el paquete de gulas y las separamos un poco con los dedos para notarlas sueltas. Echamos las gulas a la sartén y removemos continuamente para evitar que ninguna se fría en el aceite. Lo mejor es hacer el movimiento de salteado, consiguiendo a la vez que las gulas se impregnen así con el aceite de oliva aromatizado con los ajos y la guindilla, calentándose lentamente. Tras saltear dos minutos, probamos y rectificamos de sal -suele hacer falta añadir un pellizco- y las pasamos a la cazuela de barro caliente para llevar a la mesa.

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2.Rollitos de calabacín con gulas en vinagreta

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  • Ingredientes: 1 calabacín, 1 pimiento verde italiano, 1/4 de pimiento rojo, 1 cebolleta, 200 g de gulas, zumo de 1/2 de limón y sal.
  • Elaboración: Empezamos laminando el calabacín, con el pela patatas se hace perfectamente y si no con una mandolina, pero tiene que quedar muy fino. Los podéis blanquear aunque yo prefiero dejarlos crudos. Hacemos la vinagreta picando bien la cebolleta, el pimiento verde y el pimiento rojo, y mezclamos las gulas, el zumo de limón y sazonamos. Hacemos rollitos de calabacín y los rellenamos de la mezcla, servimos.

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3. Salteado de alcachofas y gulas

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  • Ingredientes: 500 g Alcachofa, 500 g de Champiñones, 300 g de Gulas (sucedáneo de angulas), 6 Diente de ajo, Aceite de oliva virgen extra y sal
  • Elaboración: Con el tiempo suficiente, descongelamos las gulas. Pelamos los dientes de ajo y los picamos. En una sartén, ponemos un poco de aceite y freímos los ajos, con cuidado de no quemarlos. Lavamos las alcachofas y las troceamos, cada una cuatro trozos. Las agregamos a la sartén y las salteamos. Pelamos los champiñones, los lavamos y los laminamos. Después, los añadimos a la sartén, dejándolos hasta que la mezcla pierda toda el agua que van soltando. Por último, agregamos las gulas. Rectificamos de sal, lo dejamos hacer unos minutos removiendo para que se integre todo y servimos enseguida.

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4. Revuelto de gulas, trigueros y champiñones

Revuelto De Gulas Champis Y Trigueros Directo Paladar Pakus
  • Ingredientes: Gulas (sucedáneo de angulas), 300 g, Huevo, 2, Espárragos trigueros, 150 g, Champiñones, 150 g, Sal al gusto
  • Elaboración: Comenzaremos nuestra receta picando los champiñones y los espárragos en trozos pequeños para que no se tarden nada en saltear. En una sartén amplia, comenzamos con los espárragos que cocinaremos a fuego vivo con dos o tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Cuando los espárragos estén empezándose a dorar, agregamos los champiñones y seguimos salteando. En unos cinco minutos veremos como todos los ingredientes han menguado y volvemos a tener sitio en la sartén. Añadimos entonces las gulas y bajamos un poco el fuego, salteando el conjunto durante unos dos minutos más. Terminamos incorporando dos huevos que batimos con los demás ingredientes ya fuera del fuego para evitar que se cuajen en exceso. Si os gusta con más huevo podéis añadir un tercero si es preciso. Servimos inmediatamente para que esté caliente y reciente.

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5. Espaguetis negros con gulas y gambas

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  • Ingredientes: Espaguetis negros, 400 g, Gamba pelada, 300 g, Cabeza de ajos, 1.5, Sal, Aceite de oliva virgen extra, Guindilla, Gulas, 400 g
  • Elaboración: Empezamos pelando y fileteando los dientes de ajo. Ponemos un poco de aceite en una sartén y los confitamos a fuego bajo hasta que queden dorados pero sin hacerse demasiado. Los reservamos y en el mismo aceite sofreímos las gambas peladas. Añadimos las gulas, los ajos reservados y la guindilla y le damos unas vueltas a todo para que quede bien integrado. Rectificamos de sal y lo reservamos. Ponemos agua en abundancia a hervir y cocemos los espaguetis el tiempo recomendado por el fabricante si os gustan al dente, si no dejadlos un poquito mas. Servimos la pasta con la salsa por encima.

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6. Huevos poche con gulas y gambas

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  • Ingredientes: 4 Huevos, 200 g de Gulas (sucedáneo de angulas), 12 Gambas cocidas, 1 diente de ajo, cebollino al gusto y Aceite de oliva virgen extra
  • Elaboración: Para hacer los huevos poché, cortamos unos cuadrados de film o plástico de cocina de unos diez cm de lado y los situamos sobre unas tazas, barnizando con un poquito de aceite. Echamos un huevo en cada paquete y sazonamos ligeramente. Cerramos los paquetes y los anudamos en la parte superior o los cerramos con un alambre de los del pan de molde. Cocemos los huevos en agua hirviendo durante 6 minutos para que la clara cuaje y la yema se conserve en estado líquido. Abrimos los paquetes y ponemos los huevos poché en el fondo del vaso donde los vayamos a servir con ayuda de una cuchara para que no se rompan antes de tiempo. Salteamos las gulas en una sartén con un diente de ajo laminado y cuando están, las repartimos en los cuatro vasos, procurando que queden en uno de los laterales. Por otro lado pelamos las gambas y las colocamos en el otro lado del vaso, intentando dejar hueco en el centro. Insertamos los tenedores de madera ideales para las gulas en el vaso y rompemos la parte superior de la clara para que se pueda ver la yema en el fondo y los dejamos en el lateral del vaso para su uso por los comensales. Decoramos con unos cebollinos y servimos inmediatamente.

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7. Volovanes de gulas picantes

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  • Ingredientes: 1 envase de gulas, 2 cabezas de ajos pelados y laminados, 3-4 pimientas de cayena, aceite de oliva, 6 vol au vent.
  • Elaboración: En un sartén, con aceite de oliva, vamos a dorar ligeramente, los ajos laminados. Después, añadimos las cayenas. Normalmente yo las presiono con los dedos para romperlas en varios trocitos. A continuación, agregamos las gulas y dejamos que se cocinen unos 7 minutos. Si el envase estaba congelado, tardaremos un poquito más. Y ya por último, nos queda rellenar los vol au vent con el preparado anterior. No me diréis que la imagen no es terroríficamente deliciosa.

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8. Barquitas de endivias con gulas y jamón

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  • Ingredientes: Las hojas grandes de 4 endivias, 150 gramos jamón serrano, 1 bandeja de gulas, 3 dientes de ajo, 1 guindilla o cayena al gusto, aceite de oliva y sal.
  • Elaboración: Separa las hojas más grandes de las endivias y ponlas en remojo una media hora para que pierdan el amargor. Sécalas y disponlas en una fuente. Corta el jamón en tiras y disponlas sobre las endivias, la cantidad irá al gusto. Pela y lamina los dientes de ajo, pon una sartén con aceite a calentar y cuando esté a temperatura agrega los ajos, una vez se empiecen a dorar agrega las gulas y la guindilla, deja un par de minutos como mucho y retira. Pon sobre cada barquita una cucharada de gulas y riega con un poco de aceite de su elaboración.

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9. Revuelto de ajetes y gulas

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  • Ingredientes: Cinco huevos de corral, 300 grs. de ajetes congelados (si son frescos mucho mejor), una chalota, 250 grs. de gulas, aceite de oliva y sal.
  • Elaboración: Picamos finamente la chalota y la pochamos en una sartén con un chorro de aceite. Añadimos los ajetes y cocinamos a fuego medio hasta que estén tiernos. Añadimos las gulas y revolvemos hasta que estén bien calientes. Batimos los huevos ligeramente y salamos, solo hace falta que las yemas rompan, así podremos disfrutar de un sabor más puro a huevo. Ponemos el huevo en la sartén y bajamos el fuego, sin dejar de remover, hasta que el huevo cuaje ligeramente pero sin perder la textura casi líquida.

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10. Empanada de zombies con gulas

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  • Ingredientes: 1 plancha de Hojaldre refrigerado, 400 g de atún en agua escurrido, media Cebolla, 3 cucharadas de Salsa de tomate, 1 Pimiento verde italiano, 50 g de Gulas (sucedáneo de angulas), 1 Dientes de ajo, 1 Yema de huevo
  • Elaboración: Comenzamos la preparación haciendo un sofrito. Para ello pochamos la cebolla picada en cuadraditos, y cuando empieza a transparentar, añadimos el pimiento también muy picado. Dejamos que se ablanden durante 5 minutos y añadimos el tomate frito, cocinando todo junto durante 5 minutos más. Apagamos el fuego y añadimos el bonito y mezclamos bien hasta hacer una pasta de relleno idónea para nuestra empanada casera. Extendemos la masa de hojaldre, rellenamos la mitad con el atún con tomate y tapamos doblando la masa. Cerramos bien doblando los extremos para que quede bien sellada. En lugar de hacer un agujero como chimenea para que salga el vapor de la empanada mientras se hornea, hacemos una especie de cicatriz dando un corte en el centro. Barnizamos con una yema de huevo y horneamos la empanada a 200ºC en horno precalentado hasta que tenga un bonito color dorado. Mientras se hornea, salteamos un puñadito de gulas con un ajito y al sacar la empanada del horno, colocamos las gulas como si fueran gusanos saliendo de la herida de un zombie. Tras esa operación, ya estamos listos para disfrutarla en la mesa.

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11. Ensalada de gulas con salsa de mostaza

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  • Ingredientes: 200g de gulas, lechugas y verduras varias (batavia roja y verde, lollo rosso, rúcula y brotes de espinacas), 1 granada, 3 dientes de ajo, 2 guindillas, mostaza, sal, pimienta, vinagre y AOVE
  • Elaboración: No hace falta decir que esta receta es fácil, pero como todo en esta vida, hay que cuidar los detalles para que salga perfecta. Ya lo dice mi abuela; cuesta lo mismo hacer las cosas bien que mal, así que los ojos bien abiertos y a trabajar. Lo primero es preparar los ingredientes; lavamos y cortamos las lechugas, desgranamos la granada, pelamos los ajos, sacamos un par de guindillas y listo.Para la salsa, colocamos dos dientes de ajo y una guindilla en el mortero y picamos bien. Cuando se haya formado una pasta, añadimos el aceite, la mostaza, un poco de vinagre y una pizca de sal. Tiene que quedarse espesa, pero no mucho, y un poco picante, pero sin pasarse. Una vez lista, aliñamos ligeramente el verde de la ensalada con aceite y sal, para que allí donde no llegue la salsa no nos encontremos con la lechuga seca. Ahora solo queda dorar un diente de ajo laminado y la otra guindilla en la sartén con un poco de aceite. Luego salteamos brevemente las gulas para que se impregnen de su sabor y, aún calientes, las servimos sobre un lecho que habremos preparado con las lechugas. Rematamos con la salsa y la granada y listo.

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12. Huevos rotos sobre gulas y jamón crujiente

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  • Ingredientes: 375 g de gulas frescas, dos ajos, una cayena, 100 g de jamón en lonchas finas, dos huevos de corral, aceite.
  • Elaboración: Cortamos las lonchas de jamón para obtener pequeñas láminas. Ponemos el aceite a calentar en una sartén y una vez alcanzada la temperatura de fritura, echamos el jamón. Lo dejamos freír hasta que esté crujiente y reservamos. Pelamos y laminamos los dos ajos. Los añadimos al aceite junto a la cayena y dejamos que se frían cuidando de que no se quemen. Añadimos el jamón y las gulas, y salteamos lo justo para que se calienten. Freímos los huevos en aceite, y emplatamos, colocando una cama de gulas y jamón con el huevo coronando el plato. Salaremos únicamente el huevo frito, pues tanto el jamón como las gulas ya vienen suficientemente salados.

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13. Ensalada con mango, gulas, pato y vinagreta de pimientos

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  • Ingredientes: Lechugas variadas, 1 mango, 150 gramos de gulas, 100 gramos de jamón de pato, ½ pimiento verde, ½ pimiento rojo, 1 cebolla tierna, 10 aceitunas de Aragón, aceite de oliva, vinagre de Módena, pimienta negra y sal.
  • Elaboración: Lava las hojas de lechuga variadas y escúrrelas bien. Prepara la vinagreta cortando en daditos pequeños los pimientos y la cebolla, trocea también las aceitunas desechando el hueso y mezcla todos los ingredientes en un bol, riega con aceite, un poco de vinagre y sal, mezcla bien y reserva en la nevera hasta su servicio. Pela el mango y córtalo en finas láminas que dispondrás en los platos de servicio. Saltea las gulas en la sartén (si lo deseas con guindilla y ajo) durante un minuto. Sírvelas sobre el mango cuando estén templadas. Dispón también las lechugas variadas y el jamón de pato en los platos, espolvorea un poco de pimienta negra sobre todos los ingredientes y riega finalmente con la vinagreta de pimientos y aceitunas.

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Otras recetas con gulas

Gulas Con Ajo Y Guindilla 02 Imagen Basotxerri https://commons.wikimedia.org/wiki/User:Basotxerri

Otras recetas que podéis preparar con este ingrediente para completar así nuestra selección de quince recetas con gulas son los nidos de alcachofas rellenos con huevos de codorniz y bechamel con gulas o las gulas con gambas y leche de coco, dos posibilidades más de cocinar con este producto.

Vayamos al grano: ¿en qué se diferencian los arroces de Valencia, Murcia y Cataluña?

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Vayamos al grano: ¿en qué se diferencian los arroces de Valencia, Murcia y Cataluña?

La pregunta que encabeza este artículo es más difícil de responder de lo que parece, porque las fronteras gastronómicas son mucho más difusas que en la geopolíticas. Es fácil intuir el vínculo entre el arroz con conejo y caracoles murciano y la clásica paella valenciana. O entre el arroz parellada catalán y el arròs del senyoret que se consume en tierras levantinas. Y es que en estas tres regiones de la franja mediterránea podemos encontrar versiones bastante similares de arroces caldosos y secos; de arroces marineros y de montaña.

A todas les une la devoción por este versátil cereal, cuyo cultivo introdujeron los árabes en el siglo VIII. Debemos a los musulmanes la transformaciones de muchos paisajes anegados y pantanosos de marismas y lagunas -considerados hasta entonces estériles para la agricultura- en vergeles dedicados al cultivo de un producto que revolucionó para siempre la gastronomía de la España mediterránea. Una valiosa herencia que ha dado lugar a arroces con denominación de origen como el bomba de Calasparra (Murcia); el Arroz de Valencia que tiene la Albufera de Valencia como buque insignia (variedades bomba, albufera, J.Sendra o marisma); o también el del Delta del Ebro (bomba, bahía, montsianell, senia, tebre).

La clave está en el sofrito

Sofrito

Sabemos cuál es el vértice común de la cultura arrocera en Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña, pero ¿cuáles son los principales puntos de divergencia? En opinión de Paco Solé, actual propietario e hijo de los fundadores de la emblemática arrocería de Barcelona 7 Portes (Passeig d’Isabel II, 14), la diferencia principal se encuentra en el sofrito. “Las distintas combinaciones de sofrito y de caldo o fumet son las que explican la gran variedad de arroces que tenemos. Es una cuestión clave -apunta Solé, en declaraciones a Directo al Paladar-. En Cataluña, por ejemplo, el sofrito lleva cebolla, algo que en Valencia se considerarroa una herejía (ríe)”.

Casa Carmela Casa Carmela

Murciana de nacimiento, valenciana de adopción, y con varios años de experiencia en una arrocería de Barcelona, la cocinera María José Martínez, propietaria del restaurante Lienzo de Valencia, es una voz autorizada para hablar del asunto que nos ocupa. “Efectivamente, el sofrito es esencial. En Cataluña, además de ponerle cebolla, se le echa al arroz muchísimo más tomate que en Valencia y además la paella se mete en el horno. Controlas el tiempo, abres al final la puerta para que salga vapor, y el arroz se seca. Eso sí, socarrat no vas a encontrar. El cliente catalán no lo aprecia como el de Valencia”.

Y ¿cómo se resuelve al sofrito en Murcia? “Allí lo hacemos como en Alicante: una salmorreta con tomate, **ñora, aceite y ajo**. Y también utilizamos el pimiento muy a menudo, sobre todo cuando son arroces con marisco”. Otra diferencia que lo diferencia del arroz valenciano y le hermana con los que se preparan en Alicante es que en Murcia no se suele preparar caldo, “se echa agua directamente después de nacarar el arroz previamente [es decir, rehogar el grano con el sofrito hasta que adquiere un aspecto perlado o nacarado]”, nos explica la chef.

Los arroces más típicos de Valencia

Paella Valenciana

Es el arroz más universal… y también el que mayores polémicas suscita. La paella valenciana es un plato de origen rural y humilde. Los campesinos echaban al arroz lo que tenían a mano: pollos, conejo, anguila, rata de albufera (de las que se alimentaban de arroz), y productos de la huerta como la judía verde (bajoqueta) o habas gruesas y planas (garrofó). Otro rasgo de autenticidad es la incorporación de caracoles de vaqueta, una especie que crece en montes secos y en lugares donde crece el romero, la lavanda y el tomillo (lo que los convierte en un complemento perfecto para este plato). Con el objetivo de despejar cualquier tipo de dudas, la asociación Wikipaella ha establecido cuáles son los 19 ingredientes que sí puede llevar un arroz digno de portar el nombre de paella.

Paella Valenciana

A pesar de la humildad de sus ingredientes, este plato es de lo más protocolario. Los puristas defienden que ha de comerse directamente del recipiente, a ser posible con ayuda de una cuchara de madera bien pulida. (Y sin limón, por favor). Es importante rascar bien el socarrat, esa deliciosa película de arroz tostado (que no quemado) que se adhiere al fondo de la paella.

Arroz al horno

Buenos días Empezamos la semana con este delicioso arroz de Arantxa con la variedad (bomba #moliderafelet), tomamos buena nota de la receta vía Repost @arantxabrujilla Muero por este arroz Hoy día festivo en Valencia y con más hambre. ARRS AL FORN. Este Arroz al horno, la verdad es que lo preparo mucho muchísimo, porque es mi receta preferida entre todas las recetas de Arroz. Más que la paella Valenciana...que ya es decir En esta ocasión he utilizado el arroz de @moliderafelet Y también el pimentón de la Vera @pimenton_elcaballodeoros ... Lleva además de los ingredientes tradicionales de Arroz, costillas de cerdo, panceta, tomate, garbanzos, cabeza de ajos, patata, pimentón, y caldo de puchero, el blanco ( embutido típico de la terreta). Tenéis receta en mi galería.... #arroz #arros #arrosalforn #arrozalhorno #valencia #valenciagram #paellalover #paellalovers #ricelover #morcilla #papas #ribs #cocina #cocinafacil #easyrecipes #comidareal #almuerzo #cuina #receptes #cocinar #gastronomia #cheff #foodgood #instafoods #instafood . Foto de @arantxabrujilla. Muchas por este manjar #arantxabrujilla . ¡¡Feliz lunes y semana #fanmoliderafelet Teresa y Rafael Moli de Rafelet #hermanosmargalef #fansmoliderafelet

Un arroz de aprovechamiento que permite "reciclar" los restos del cocido del día anterior. Lleva garbanzos, tocino, morcilla, chorizos o costilla de cerdo, se le añaden patatas, tomate y una cabeza de ajos en el centro. La receta, que en una primera versión aparece ya recogida bajo el nombre de arròs en cassola al forn en el Libre del coch de 1520, apenas sufre variaciones en ninguna de las comarcas de la Comunidad Valenciana. Es el del municipio interior de Xàtiva, en la provincia de Valencia, el que atesora más fama.

Arroz con habichuelas y nabo

Un plato de cuchara que suele comerse en familia y se transmite de generación en generación. Es quizás el buque insignia de los melosos-caldosos valencianos. Contundente y lleno de sabor, gracias a las distintas partes del cerdo con la que se elabora (oreja, morro, tocino, manitas), esta receta es perfecta para los meses fríos.

Arroz a banda

A banda

Un plato marinero que vale por dos. Es típico de las zonas costeras de Alicante y su invención se atribuye al gremio de pescadores, que utilizaban la morralla o los pescados de descarte que no podían vender en la lonja y los utilizaban para preparar un suculento caldo o fondo de pescado donde se cocina un arroz separado (a banda). Al día siguiente se cocina un guiso con ese caldo, añadiendo patata y pescado desmenuzado.

¿Dónde comer buenos arroces en la Comunidad Valenciana? En la propia Valencia sobresalen locales de tradición como Casa Carmela, Casa Roberto y L’Alter, en Picassent, que presume de haber aparecido en The New York Times. Cabe destacar los arroces cocinados con leña de sarmiento de Casa Elías (Xinorlet, Alicante) y Paco Gandía, en El Pinós (Alicante), así como o Casa Jaime (Peñíscola), donde se puede probar el atípico pero espectacular arroz Calabuig, con espardenyes y ortiguillas.

Los arroces más típicos de Cataluña

Arroz parellada

Paella Parellada Mixta Arroz parellada de 7 Portes

Un arroz con leyenda. Cuentan que la receta surgió a principios de siglo XX en el Suís de Plaça Reial. Este restaurante tenía como cliente habitual un abogado rico llamado Juli Maria Parellada. Un buen día decidió pedir un plato de arroz sin huesos y sin espinas para no mancharse los dedos. Y así dicen que nació este plato "primo hermano" del arroz del senyoret valenciano.

Arroz a la catalana con embutido

Un arroz de montaña que hace honor a la maestría de los catalanes en la elaboración de chacinas. Se puede preparar con diferentes tipos de embutido (especialmente butifarra negra y blanca), además de pimientos morrones y el imprescindible sofrito de tomate.

Arroz a la cazuela

Arroz Cazuela Imagen de Catalunya.com

Un plato tradicional que antiguamente se servía en las bodas y fiestas mayores y después se estableció como una comida típica de los jueves. Se cocina en un recipiente de barro y admite muchas variantes, dependiendo de los ingredientes de la temporada. Por ejemplo, en primavera es común utilizar judía tierna y en otoño setas. Admite tanto pollo -en ocasiones incorporando su sangre frita- y carne de caza como pescado o marisco.

Dónde comer buenos arroces en Cataluña: 7 Portes, La Mar Salada y Can Solé en Barcelona; El Llagut (Tarragona); Els Pescadors (Llançà); Llagostera (Gero 16. na); Sol Blanc (Pals)

Los arroces más típicos de Murcia

Caldero murciano (del mar Menor)

Receta marinera muy típica de Murcia. Debe su nombre a la olla en la que se elabora, usada tradicionalmente por los pescadores. Se elabora con pescados del mar Menor, sobre todo con dorada y mújol. El más célebre es el que sirven en el restaurante Venezuela de Lo Pagán, elaborado con tripas e hígados de pescado con tomate, cabezas y gañiles fritos, caldo de pescado, tajadas del pescado y, por supuesto, arroz.

Arroz con conejo y caracoles serranos

Cocinado a leña de sarmiento con arroz bomba de Calasparra y caracoles serranos (o serranas), que son puro sabor a monte. Esta especialidad murciana tiene su réplica también en El Pinòs, un pequeño pueblo del interior de Alicante y muy cercano a su vez de Murcia y Albacete.

Arroz de caza

Perdiz Y Foie Arroz de perdiz y foie de Los Cazadores de Corvera

Uno de los más célebres es el de perdiz y foie que preparan a la lumbre en Los Cazadores de Corvera. Un arroz meloso y aromático que es puro monte gracias a la presencia de hierbas del monte como el romero y el tomillo.

Dónde comer buenos arroces en Murcia: es famoso el caldero del restaurante Venezuela (Lo Pagán) donde también destacan sus mariscos y pescado fresco; también con solera son los calderos y otros arroces de Ramón (Los Alcácares); en Los arroces de los 9 Pisos (Murcia) está claro qué se va a comer, donde se cocinan al sarmiento en pleno centro urbano; Taúlla de Julio Velandrino (Murcia) destaca por su cocina estacional basada en la gastronomía murciana tradicional pero reinterpretada con toques de autor y técnicas más modernas; Los Cazadores de Corvera; Los Limoneros (Archena); y para arroces más de caza, La Perdiz (Sierra Espuña) es otro clásico situado en un enclave de lujo, en pleno parque natural.

Imagen de portada | iStock.com

¿Se pueden congelar el gazpacho, el salmorejo y el ajoblanco? Cómo conservar tus sopas frías del verano

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¿Se pueden congelar el gazpacho, el salmorejo y el ajoblanco? Cómo conservar tus sopas frías del verano

En verano se juntan el calor con las pocas ganas de cocinar, por eso no es de extrañar que el gazpacho y sus parientes sean la base de la dieta de tanta gente cuando suben las temperaturas. Y, para qué negarlo, son una delicia, siempre apetecibles, nutritivos y versátiles. Se preparan tan casi tan rápido como se devoran; ¿merece entonces la pena preparar más cantidad? ¿Se pueden congelar el gazpacho y otras sopas frías?

Es cierto que su elaboración es muy sencilla, pero precisamente por eso a menudo se nos acaban las raciones de gazpacho mucho más rápido de lo que nos gustaría. O quizá alguna vez nos emocionamos de más y resulta físicamente imposible acabar con toda la remesa de salmorejo de una sentada. Disponer de reservas en el congelador podrían sacarnos de más de un apuro, y solucionarnos muchas cenas.

¿Cuánto duran el gazpacho y otras sopas frías en la nevera?

Las típicas sopas y cremas frías veraniegas se caracterizan por la ausencia de cocción en su elaboración. Son recetas vegetales que básicamente consisten en triturar juntos todos los ingredientes. Teniendo esto en cuenta, su conservación en frío podría alargarse hasta casi una semana, aunque es mejor ser precavidos y no almacenarlos más de cuatro días, mejor si nos limitamos a tres.

Salmorejo

En el momento en que trituramos los ingredientes los exponemos al contacto con el oxígeno, acelerando su oxidación y degradación, haciendo más fácil que le afecten los microorganismos externos. Y el principal problema es el calor típico de esta época, cuando precisamente más se consumen.

En verano no es recomendable conservar las sopas frías más de tres días en la nevera

Para conservarlos más tiempo y en las mejores condiciones, se recomienda prepararlos con los ingredientes ya fríos, en buen estado -nunca jamás hay que hacer gazpacho con tomates pasados-, y refrigerar inmediatamente. Si no se van a consumir de golpe, es conveniente dividir en raciones más pequeñas y usar recipientes herméticos en los que apenas haya espacio para el aire.

Además, los mantendremos en la parte más fría de la nevera, siempre comprobando que enfría lo suficiente, lejos de fuentes de calor y procurando no romper la cadena de frío. Cuanto más estable se mantenga la temperatura, mejor se conservará. Si además tienen un mayor contenido de vinagre, un poco de limón o mayor proporción de ajo, estos ingredientes ayudarán a alargar la conservación.

Cómo congelar y descongelar el gazpacho o salmorejo

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Recordemos que, en principio, cualquier alimento se puede congelar. El problema es que durante el proceso hay ciertos productos que ven afectada su textura, su sabor o incluso adquieren un color poco apetecible. Aunque incluso alimentos tan conflictivos como la patata tienen sus trucos para congelarlos.

Pero la congelación no es la solución mágica para todo ni protege indefinidamente la comida, mucho menos en los congeladores domésticos que tenemos en casa. La buena noticia es que sí, el gazpacho, salmorejo, ajoblanco, porra antequerana o cualquier otra sopa fría se pueden congelar. Con ciertas consideraciones.

Estas elaboraciones son emulsiones en las que la textura es fundamental. Aunque depende del estilo, en general el gazpacho es más una "sopa" como tal, líquida, mientras que el salmorejo, la porra y el ajoblanco son mucho más espesos y melosos. En todos los casos es clave ligar y emulsionar todos los ingredientes para lograr una textura homogénea, fina e integrada.

La xantana puede ayudar a ligar y conservar la textura

Al congelar y descongelar estas sopas lo más probable es que se separen parte de sus componentes. Nada grave que no solucione un buen triturado antes de servir, aunque la textura final nunca será exactamente igual a cuando están recién hechas. Para que nos queden casi-casi tan ricas, podemos aplicar estos trucos:

  • Procesar o triturar al máximo los ingredientes en su primera elaboración. En el caso del gazpacho es casi imprescindible además colarlo para separar las impurezas o restos de pieles o semillas.
  • No agregar agua, ya que cristalizará más en la congelación. Se puede incorporar posteriormente si fuera necesario.
  • Emulsionar añadiendo poco a poco el aceite de oliva al final y obtener una mezcla bien ligada y homogénea.
  • Agregar 0,2 g de goma xantana por cada litro de sopa ya triturada antes de incoroporar el aceite, triturando todo bien de nuevo.
  • Congelar rápidamente una vez elaborado, en recipientes horizontales, dejando un ligero espacio para su expansión.
  • Comprobar que el congelador funciona correctamente y tiene una gran potencia, mejor si es de cuatro estrellas.
  • Envasar previamente al vacío utilizando una envasadora adecuada, tanto con recipientes de corto y medio plazo como de largo. Es imprescindible que sean recipientes adaptados para alimentos líquidos.
  • Descongelar lentamente en la parte menos fría de la nevera.
  • Volver a triturar muy bien una vez descongelado por completo.
  • Añadir una nueva pequeña cantidad de ingredientes extra, como tomate o de aceite de oliva, a la hora de procesar la sopa descongelada.

En relación con en último punto, si ya sabemos de antemano que vamos a destinar parte de la receta a la congelación, podemos ajustar los ingredientes para completar las cantidades una vez descongelado. Lo más fácil es reservar 1/3, aproximadamente, del aceite de oliva para la emulsión descongelada; así evitaremos que nos quede una crema muy grasa.

Fotos | iStock

Media docena de recetas con bonito del norte, para disfrutar de este pescado de temporada

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Media docena de recetas con bonito del norte, para disfrutar de este pescado de temporada

El bonito del norte, Thunnus alalunga, es una variedad de pescado que pertenece a la familia de los túnidos o atunes pero que se caracteriza por un menor tamaño y por la gran aleta pectoral. Hoy recopilamos media docena de recetas con bonito del norte, para disfrutar de este pescado de temporada.

El bonito del norte habitualmente no supera los 50 Kg, y tiene una carne de color clara e incluso blanca a diferencia de la atún rojo o Thunnus thynnus, cuya carne tiene un color más rojizo o incluso de color rojo vivo intenso.

Media docena de recetas con bonito del norte

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Por ser un pescado que se captura en las aguas del Cantábrico, la zona costera que comprende el País Vasco, Cantabria, y en parte Asturias y Galicia, es aquí donde más se consume este pescado en guisos marineros tradicionales y en otras recetas y conservas. Veamos qué podemos preparar con este pescado.

1. Marmitako de bonito

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  • Ingredientes: 1 k de Bonito, 5 Patatas, 1 Cebolla, 2 Pimiento verde italiano, 1 Zanahoria, 2 Dientes de ajo, 1l de Caldo de pescado, 200 ml Vino blanco, 15 g de pimentón dulce, una cucharada de pimiento choricero, 1 Guindilla, 30 g de Salsa de tomate, Laurel, Aceite de oliva virgen extra
  • Elaboración: Comenzaremos picando la cebolla en juliana, el pimiento en tiras de mediano tamaño, para que se vean, y el ajo muy picado. En una cazuela grande y ancha, que nos permita remover los ingredientes, ponemos un poco de aceite y en él, salteamos la cebolla, el pimiento y el ajo. Bajamos el gas al mínimo, y añadimos la zanahoria, bien picada. Dejamos pochar los ingredientes para que se ablanden bien. Ponemos el pimiento choricero en agua caliente, y sacamos su carne con el canto de una cuchara. También podemos utilizar la carne de pimiento choricero en conserva, que da un excelente resultado y resulta muy cómoda de utilizar. La incorporamos al sofrito junto a la guindilla y removemos bien. Añadimos el vino blanco, y dejamos que evapore el alcohol. Pelamos las patatas y las cortamos en cachelos, desgajando un poco con el cuchillo para que los pedazos suelten más fécula, lo cual hará que el caldo resultante engorde un poco. Añadimos las patatas al guiso, junto a una punta de cuchillo de pimentón, y un buen pellizco de sal. Subimos el gas a fuego fuerte e incorporamos el caldo, las hojas de laurel y las dos cucharadas de tomate, removemos un poco y soltamos la cuchara. Si se desea, se puede poner una ramita de perejil a cocer que después retiraremos. Una vez que el caldo comience a hervir, bajamos de nuevo el gas al mínimo. A partir de ahora removeremos solamente agitando las asas de la cacerola. De esta manera, las patatas permanecerán enteras. Dejamos a fuego lento durante unos treinta minutos, hasta que las patatas casi se deshagan, y aprovechamos ese tiempo para repasar los tacos de bonito, cortándolos en trozos de bocado, y retirando alguna espina que puedan tener. Pasados los treinta minutos, añadimos el bonito a la cazuela, apagamos el fuego y dejamos que las tajadas se hagan con el calor residual. Servimos tras cinco minutos de reposo.

Receta completa aquí

2. Bonito con tomate

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  • Ingredientes: Bonito fresco, 500 g, Pimiento verde, 1, Cebolla mediana, 1, Diente de ajo, 2, Guindilla de Cayena, 1, Salsa de tomate, Sal, y Aceite de oliva virgen extra
  • Elaboración: Lavamos, limpiamos de escamas y sangre, y secamos el bonito. En una cazuela con un poco de aceite de oliva lo marcamos unos segundos por cada lado, retiramos a un plato, sacamos las espinas y la piel, salamos y reservamos. En la misma cazuela, añadimos un poco más de aceite si fuese necesario, pochamos la cebolla, el pimiento y el ajo troceados junto a la guindilla. Agregamos la salsa de tomate, suficiente para que cubra el bonito y dejamos que se haga la mezcla durante 20 minutos. Retiramos la guindilla, pasamos la salsa por el pasapurés y la volvemos a la cazuela. Echamos el bonito y lo dejamos hacer durante un minuto a fuego bajo. Retiramos la cazuela del fuego, dejamos que repose un par de minutos y servimos inmediatamente para que el bonito no se seque.

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3. Sorropotún de bonito

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  • Ingredientes: 3 Patatas, 1 kg Bonito, 1 Cebolla, 1 Pimiento verde italiano, pan de hogaza, Agua o caldo de pescado, Perejil, Salsa de tomate una cucharada
  • Elaboración: Comenzamos picando la cebolla en brunoise y poniéndola a pochar a fuego muy lento, como si la quisiéramos caramelizar. Se trata de que vaya tostándose muy poco a poco para sacar un color uniforme y no trozos quemados y trozos más crudos. Aquí podéis ver la técnica para hacerlo sin prisa y con un resultado perfecto. Una vez pochada la cebolla, la retiramos del fuego y la escurrimos bien, quitando el exceso de aceite. Por otro lado, picamos el pimiento en trozos y las patatas en cachelos o trozos irregulares. Es bueno desgarrar o escachar la patata al cortar cada pedazo para que al cocer suelte más almidón dejando así más trabado el caldo. Freímos los trozos de pimiento, los mezclamos con la cebolla y añadimos las patatas, rehogando el conjunto. Cubrimos con agua (o caldo de pescado) sobrepasando un par de dedos la altura de las patatas y cocemos a fuego lento, dejando que todo vaya tomando sabor. Aprovechamos para cortar la rodaja de bonito en tacos limpios. Si queréis podéis añadir una cucharada de tomate frito pero la receta original no lo lleva, aunque ayuda a dar un poco de color. Cuando las patatas están ya cocidas, añadimos el bonito del Norte y unas rebanadas de pan blanco, dejamos cocer durante un par de minutos más y apagamos el fuego para evitar que se resequen las tajadas de bonito. Espolvoreamos con perejil y llevamos a la mesa.

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4. Bonito en piperrada

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  • Ingredientes: 750 g de bonito, 500 g de cebolla, 350 g de pimientos verdes, 400 g de tomate triturado, 2 ajos, perejil fresco picado, aceite de oliva virgen extra y sal.
  • Elaboración: Empezamos cortando la cebolla y el pimiento verde en juliana, una vez limpios. En una cazuela con un poco de aceite de oliva lo pochamos con un poco de sal. Añadimos el ajo también. Por otro lado cortamos el bonito en dados y le quitamos la piel. Los ponemos en otra cazuela con un poco de aceite y lo introducimos en el horno precalentado a 180º C hasta que dejen de tener color de crudo. Mientras añadimos el tomate a la cebolla y el pimiento y los dejamos a fuego suave hasta que reduzca y espese. Ponemos la salsa por encima del bonito y volvemos a introducir en el horno durante unos 5 a 7 minutos.

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5. Rollo asturiano de bonito

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  • Ingredientes: Para el rollo: 500 g de bonito fresco, 50 g de jamón serrano o tocino, 2 huevos crudos, 2 huevos cocidos, 50 g de harina, 2 cucharadas de pan rallado, 2 pimientos del piquillo en conserva, media cebolleta, un vaso de aceite de oliva, perejil y sal. Para la salsa: 2 cebollas, 4 tomates, 1 vasito de vino blanco, 1 diente de ajo.
  • Elaboración: En un cazo cocemos dos huevos y reservamos. Comenzar quitando las pieles y las espinas al pescado y desmenuzándolo muy menudo en un tabla de cortar. También se podría dar unos golpes en una picadora de carne si os gusta más fino y que no se encuentren los trozos de bonito. Se pone el pescado desmenuzado en un bol y se le añade sal, ajo y perejil picados. Incorporarle el jamón o el tocino en trocitos, los huevos duros picados, los pimientos del piquillo también en trozos así como la cebolleta. Añadir el pan rallado y compactar la mezcla formando seguidamente dos rollos pequeños o uno grande, dándoles forma cilíndrica. Si os resulta complicado ayudaros con un papel film de cocina. Rebozarlos en harina y huevo batido y freírlos en una sartén con aceite caliente. Reservarlos y pasarlos al frigorífico para que enfríen y sean más fáciles de cortar en rodajas. Para preparar la salsa, poner un chorrito de aceite en una cazuela de fondo grueso. Picar menuda la cebolla y el ajo, pelar los tomates y trocearlos en trozos pequeños. Una vez que haya calentado el aceite añadir la cebolla y el ajo hasta que se doren a fuego suave. Echar el tomate picado y sofreírlo durante veinte minutos, añadir el vino y dejarlo unos diez minutos más. Añadir el rollo entero o en rodajas y dejarlo cocer unos minutos todo junto. Servirlo bien caliente.

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6. Bonito encebollado

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  • Ingredientes: 1 k Bonito fresco, 5 Cebollas, 2 Dientes de ajo, Vino blanco seco, 150 ml, Aceite de oliva virgen extra, 100 ml, Pimentón dulce, 15 g, 2 Laurel, Perejil fresco al gusto, Orégano seco al gusto, Sal y pimienta al gusto, Agua, 125 ml
  • Elaboración: Comenzaremos lavando y limpiando de piel y espina central las rodajas de bonito. Haciendo cuatro trozos por cada rodaja. Reservamos. Continuamos picando las cebollas en dados y laminando los dientes de ajo. En una cazuela de fondo grueso echamos el aceite y lo calentamos, sofriendo en él las cebollas y los ajos durante unos 15 minutos a fuego suave. Una vez que pase el tiempo añadimos el laurel, el orégano y el pimentón, damos unas vueltas rápidas con una cucharad de madera y agregamos el vino blanco seco, dejándolo evaporar durante tres minutos. LLevamos a ebullición la mezcla y añadimos 125 ml de agua. Cocinamos durante cinco minutos, agregamos nuestro bonito en trozos grandes, salpimentamos al gusto y dejamos que se cocine en la salsa durante 10 minutos. Agregamos al servir un poco de perejil fresco. Servimos bien caliente.

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Cómo elegir un queso de la D.O. Cabrales sin equivocarnos

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Cómo elegir un queso de la D.O. Cabrales sin equivocarnos

Uno de los productos más apreciados de la gastronomía asturiana es, sin duda, el queso de Cabrales, y por eso hoy queremos explicaros sus características y en qué hay que fijarse, para que quede claro cómo elegir un queso de la D.O. Cabrales sin equivocarnos.

Asturias un territorio donde se elaboran 40 variedades diferentes de queso y 5 de esas variedades, -Gamoneu, Cabrales, Afuega el Pitu, Los Beyos y Casín-, gozan de la protección que otorga a sus productos, la etiqueta de una Denominación de Origen.

Cómo elegir un queso de la D.O. Cabrales sin equivocarnos

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Hace unas semanas, tuve ocasión de visitar Sotres, el pueblo más alto del Principado, y acompañar a Jessica López, visitando la quesería en la que elabora sus quesos y lo más interesante, conociendo una de las cuevas en las que se maduran. A sus poco más de 25 años, Jessica es la presidenta de la Denominación de Origen Cabrales.

Ella nació en Sotres y estudió Diseño Gráfico y Publicidad. Tras casarse con Javi, su marido, regresaron al pueblo y decidieron continuar con la tradición familiar y dedicarse al ganado y a la elaboración de queso de Cabrales. La Quesería Maín, tras 12 años funcionando, elabora sus quesos de Cabrales que maduran en sus cuevas situadas en lo alto de los montes de la zona.

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A estas cuevas, no es posible acceder con vehículos por lo que es un trabajo complicado el de llevar los quesos recién elaborados para que maduren allí, y recogerlos cuando están listos para poder comercializarlos. Nosotros les acompañamos a la cueva más accesible, situada más cerca del pueblo, pero nos enseñó otras cuevas a las que tienen que llevar los quesos haciendo muchos viajes cargados con dos o tres quesos en sus mochilas, porque no hay otra forma de hacerlo.

La cueva que visitamos, es una cueva de montaña, muy alta y relativamente difícil de acceder, a la que llegamos caminando acompañados de algunas cabras que se movían bastante mejor que nos otros por los escarpada orografía de la zona de Picos de Europa.

Img 9700 Jessica López en la puerta de una de sus cuevas en Sotres

"Javi y yo nos fuimos a trabajar a Oviedo, pero a él no le gustaba la vida en la ciudad, ya que se había criado en una familia de ganaderos y queseros. Hacer quesos es una labor que no tenía demasiado relevo generacional, por lo que nos lo planteamos como opción de negocio. Por suerte, la familia de Javi, que tenía experiencia, nos enseñó la manera de trabajar. Haciendo lo que nos enseñaron al pie de la letra, hasta tener nuestra propia forma de elaborar el queso fue la clave para iniciarnos en esta labor, y aún seguimos", nos cuenta Jessica.

Los quesos se elaboran como ya os contamos aquí, con leche de vaca de dos ordeños, el de por la mañana y el de la noche. Para hacer un queso de unos 2 kilos y medio es necesario usar 25 litros de leche. Es posible utilizar mezcla de leche de vaca con leche de oveja, de cabra, o de ambas.

Img 9679 Javi añade el cuajo a la leche para comenzar el proceso de elaboración del queso de Cabrales

"Para que en un Cabrales se notase la presencia de leche de cabra, debería tener más de un 20% de esta leche en su composición, y sin embargo, la mayoría de los que etiquetan indicando que el queso se elabora con leche de vaca y cabra o con las tres leches, utilizan una proporción mínima y prácticamente es como el nuestro, que solo hacemos con leche de vaca",- contó Jessica López a Directo al Paladar. "Llegando a ese 20% sí se notaría un picor, una textura, pero ya que es un queso que madura y fermenta tanto y de forma tan natural en una cueva, no se nota", aclararon Jessica y Javi.

Otra de las razones, según nos explicaba, es la presencia del lobo, que cada año va matando cabras y ovejas hasta el punto que la leche de estos animales, es más cara y cada vez hay menos ganadería. En Quesería Maín, compran la leche de vaca a un joven ganadero local, y con ella elaboran sus quesos.

Ellos elaboran cada dos días, cortando la leche con el cuajo y después, van formando los quesos dejando que salga el suero y dejando entrar el hongo pennicilium de forma natural. Tras salar el queso durante 24 horas en varias tandas, pasan a la sala de secado para ayudar a eliminar la humedad. Dada la mínima presencia de leches de oveja o cabra en la composición del queso ellos optan por hacer queso con leche solamente de vaca.

En la cueva, con su temperatura, humedad y corrientes aire, entra el pennicilium de forma natural en los quesos, desarrollándose las esporas y produciendo el tono y color característicos de los quesos de Cabrales.

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Para elegir un queso de la DO Cabrales, es importante fijarse, -además de que lleve la etiqueta de la D.O., y la composición o tipos de leche utilizados- en el corte del queso para ver su textura. La maduración hace que cuanto más maduro esté el queso, más cremoso sea. Al contrario de lo que muchos suponen, un queso más maduro no es más terroso sino que va ganando en cremosidad y es más fácil de untar.

Con dos meses de elaboración -mínimo establecido por la DO- un queso se puede vender y al elaborador le quitaría mucho trabajo, sobre todo en la cueva donde tienen que darles la vuelta cada semana. Pese al trabajo que supone, Javi y Jessica nos recomiendan elegir quesos con más maduración, entre cuatro y seis meses, aunque se puede llegar a quesos que han madurado algo menos de un año. El tiempo de esta maduración viene indicado en el lote en la etiqueta.

Elegir Cabrales

Existen quesos reserva, que están en la cueva hasta doce meses, pero esos tienen que madurar en las cuevas más altas, -las más difíciles de acceder- por sus condiciones de temperatura y humedad, donde maduran más tiempo y más despacio, consiguiendo una cremosidad maravillosa. En la cueva que visité con Jessica, tienen los quesos un máximo de seis meses porque tenerlos más tiempo haría que desarrollasen algún sabor raro, según nos explicaba.

Los precios se notan, ya que un queso cabrales normal cuesta a unos 16 euros el kilo, costando la pieza unos 40 euros, mientras que un cabrales reserva de un año, puede estar en torno a los 70 euros. El trabajo de ir cada semana a sobar los quesos, salarlos, cepillarlos y darles la vuelta, justifica la diferencia de precio.

De las 28 queserías que elaboran queso de Cabrales solamente cinco hacen el queso de reserva, y vale la pena elegirlo. El problema es que solamente las mejores tiendas pueden encontrar este tipo de quesos.

Otra última recomendación es elegir quesos Cabrales de 2,3 kg de peso aproximadamente ya que los quesos mini, de menor peso y tamaño, no puedes tenerlos más de 3 meses y se hacen todo corteza. Jessica nos aconseja comprar porciones de quesos de tamaño dos kilos y pico ya que se conserva fácilmente en casa y puede durar hasta un año. Es mejor no llevarte la pieza entera porque se estropearía.

Cómo conservar el queso una vez comprado

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Para conservar bien el queso, al llegar a casa retiramos la etiqueta y envoltorios y envolvemos el queso en un paño húmedo, metiéndolo dentro de un táper y dejándolo en la nevera. Cuando el paño se seque, volvemos a humedecer el paño para que el queso siempre tenga algo de humedad. Si se mete tal cual en la nevera, sin este tema del paño, el queso se estropea muy pronto. El envoltorio de aluminio, etc, es para proteger el queso en el transporte, no sirve para conservar el queso, debido a la humedad que tiene.

Propiedades nutricionales y beneficios de los higos, un dulce placer muy saludable

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Propiedades nutricionales y beneficios de los higos, un dulce placer muy saludable

Pasada ya la época de las brevas, ya avanzado el verano llega una de las frutas más mediterráneas, exquisitas y delicadas, también de temporada muy corta. Los higos, verdes o morados, son toda una delicia ya muy apreciada en la Antigüedad, valorados tanto por su sabor como por sus propiedades medicinales y nutricionales.

Lo consideramos una fruta, aunque, siendo más precisos botánicamente, el higo es una infrutescencia, igual que la piña o las fresas. Al principio es una especie de saco que guarda las flores de la higuera. Una vez fecundadas, se va engrosando, formando el "fruto" carnoso. La fruta, propiamente dicha, son las diminutas semillas. Todas estas peculiaridades se trasladan a sus cualidades gastronómicas y también nutricionales, convirtiendo al higo en una pequeña joya del verano.

Se suelen distinguir tres grandes variedades: verdes, azulados y negros, de color mucho más oscuro. Los higos verdes son los más apreciados por ser habitualmente más jugosos, aromáticos y dulces, con una piel más sencilla de retirar. Sin embargo, en cuanto a sus propiedades todos comparten prácticamente las mismas características, similares también a las de las brevas.

Composición nutricional de los higos frescos

Según los datos recogidos en por la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA), el higo fresco aporta unas 70 kcal por cada 100 g de producto fresco comestible. Es, por tanto, una fruta algo más calórica que, por ejemplo, la manzana (50 kcal por 100 g), el melocotón (39 kcal por 100 g) o el melón (27 kcal por 100 g), si bien su tamaño es mucho más pequeño.

Higos

El higo es fuente de hidratos de carbono, agua y fibra, además de vitaminas y minerales

Como alimento vegetal fresco, también es rico en agua (80,3 g por cada 100 g de ración comestible) y su contenido en grasas es insignificante. Aporta fundamentalmente hidratos de carbono (unos 16 g por cada 100 g), siendo rico en azúcares naturales de la propia fruta, y por tanto una buena fuente de energía. Es además saciante, pues contiene 2,5 g de fibra dietética total, frente al 1 g del melón.

Si el 93% del higo se compone de hidratos de carbono, ese 7% restante corresponde a proteínas vegetales, concretamente aporta 1,2 g de proteína, una cantidad similar al plátano por cada 100 g de peso. Como hemos comentado, las grasas son prácticamente anecdóticas, destacando si acaso apenas un 0,21 g de ácidos grasos poliinsaturados totales.

En cuanto a las vitaminas y minerales, el higo fresco sobresale por su contenido en vitamina A y vitamina C, con algunas leves trazas de vitamina B-6, y una pequeña presencia de aminoácidos esenciales (niacina, tiamina y riboflavina).

Muy interesante es su aporte de minerales. Los higos son una buena fuente vegetal de calcio, con 38 mg por cada 100 g de porción comestible, de potasio (270 mg), fósforo y magnesio, además de pequeñas trazas de selenio y zinc, eso sí, mucho menos relevantes.

Higuera

Propiedades y beneficios de los higos

Considerando su composición nutricional, el consumo de higo fresco como parte de una dieta equilibrada suma numerosas propiedades beneficiosas, como todos los alimentos vegetales. Aunque también se destaca su poder antioxidante, de protección frente a los radicales libres y otras agresiones externas, el higo es ante todo una gran fuente de energía, fibra y agua.

Higos

Su consumo moderado es perfectamente compatible con dietas de adelgazamiento, ya que una ración de unas pocas unidades no suma tantas calorías en fresco, y además nos ayudan a sentirnos saciados, pudiendo ayudar a calmar el antojo de dulce o de picotear alimentos menos recomendables.

Por su contenido en fibra y agua son un buen aliado contra el estreñimiento, pueden ayduar a prevenir ciertas enfermedades como el cáncer de colon y contribuyen al buen funcionamiento del sistema digestivo. Asimismo, es una fruta fácil de comer, de masticar y de digerir, salvo que se sufra gastroenteritis o alguna condición similar.

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Son perfectamente adecuados para personas de todas las edades, recomendándose especialmente a deportistas o a quienes practiquen una intensa actividad física. Por supuesto, las personas con patologías concretas, como diabetes o insuficencia renal, tendrán que controlar su consumo y consultar con su médico para adaptar su ingesta a sus necesidades específicas.

Hay que recordar que los higos secos pierden gran cantidad del agua y concentran todos sus nutrientes, multiplicando también las cantidades de azúcares. La versión desecada es mucho más calórica, y también posee mayor cantidad de fibra y minerales. Entonces sí que son un alimento muy energético, ideal para la práctica de deporte intenso.

De etsa forma, incorporando los higos frescos a nuestra alimentación en esta época estaremos sumando muchos nutrientes beneficiosos, además de disfrutar de su placer gastronómico. En recetas dulces o saladas, hay muchas formas de combinar esta exquisita fruta.

Foto | Pixabay


Siete tartas saladas de tomate, para aprovechar su temporada

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Siete tartas saladas de tomate, para aprovechar su temporada

La temporada de tomate comprende los meses de julio a septiembre, aunque hay algunas variedades más tempranas que comienzan a mediados de junio y otras más tardías que llegan al mes de octubre. El resto de tomates que encontramos durante el año, proviene de invernaderos, de variedades específicas o de otras zonas geográficas. Por eso, ahora que encontramos tomates de huerto, llenos de sabor, hemos seleccionado estas siete tartas saladas de tomate, para aprovechar su temporada.

Ya os dijimos que el mes de agosto es perfecto para hacer conservas de tomate, embotando tomates pelados, tomate triturado y por supuesto, haciendo tomate frito para tenerlo disponible todo el año. Así no nos quejaremos de esos tomates de invierno que prácticamente no saben a nada.

Siete tartas saladas de tomate para aprovechar su temporada

1. Tarta rústica de tomates, berenjenas y crema de queso

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  • Ingredientes: Hojaldre 1 lámina, 2 Berenjenas, 4 Tomates, Queso Parmesano rallado, 4 cucharadas, Yogur natural, 250 g, Orégano seco al gusto, Sal al gusto, Pimienta negra molida al gusto, Requesón, 200 g, 4 Huevos, Harina 1 cucharada rasa y Aceite de oliva virgen extra
  • Elaboración: Forramos un molde redondo con la lámina de papel de horno y sobre él colocamos el hojaldre. Reservamos. Lavamos y troceamos una de las berenjenas, después la hacemos en una sartén con una cucharada de aceite y otra de agua. Dejamos que se evapore el líquido y después pasamos la berenjena por la batidora. Añadimos el requesón, el parmesano, los huevos, el yogur y la harina. Removemos hasta obtener una crema. Salpimentamos y volvemos a remover. Vertemos la crema sobre la masa. Cortamos la otra berenjena y los tomates en rodajas finas y después cada rodaja por la mitad. Cubrimos la crema de queso con las medias rodajas de berenjena y tomate alternándolas y montándolas un poco unas sobre otras. Salamos y espolvoreamos con el orégano. En un bol mezclamos unas cuatro cucharadas de agua con dos de aceite. Untamos las verduras con esta mezcla. Ponemos la tarta en el horno precalentado a 200ºC unos 35 o 40 minutos. De vez en cuando vamos pincelando con la emulsión, para que no se seque la tarta.

Receta completa aquí

2. Tarta de tomates gratinados, feta y pesto

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  • Ingredientes: Para la base: 1 lámina de hojaldre refrigerado, 24 tomates cherry, 1 cucharada de aceite de oliva, 3 huevos L, 200 g de queso feta, 120 ml de nata, sal y pimienta. Para la mermelada de cebolla: 3 cebollas, 2 cucharadas de aceite de oliva, un pellizco de tomillo, 1 diente de ajo, 2 cucharadas de azúcar moreno, 100 ml de vinagre balsámico. Para el pesto: 15 hojas de albahaca, 2 cucharadas de piñones tostados, 1 diente de ajo, 70 ml de aceite de oliva, 30 g de queso parmesano rallado, sal y pimienta.
  • Elaboración: Comenzaremos preparando la mermelada de cebolla, para ello en una olla combinamos todos los ingredientes y cocinamos durante veinte minutos con la olla tapada, removiendo de vez en cuando. Una vez que pase el tiempo, descubrimos la cazuela y seguimos cociendo durante otros veinte minutos. Reservamos para que se vaya templando. Para el pesto mezclamos todos los ingredientes excepto el parmesano y lo trituramos hasta que se forme un aliño. Añadimos el queso, y removemos para que vaya espesando. Reservamos tapado con un film en la nevera. Seguiremos precalentando el horno a 180 grados. En un molde desmontable de tarta estiramos la masa de hojaldre y le pinchamos con un tenedor la base para que no hinche en exceso. La devolvemos a la nevera mientras que se prepara el relleno. En un bol batimos los huevos junto con la nata, repartimos la mermelada de cebolla en una capa sobre el hojaldre, volcamos la masa de huevos y nata por encima y le desmenuzamos el queso feta. Salpimentamos. Horneamos durante veinticinco minutos hasta que veamos el hojaldre y el queso dorado. Mientras tanto preparamos en una bandeja pequeña los tomates cherry con una cucharada de aceite de oliva y sal. Metemos unos cinco minutos a gratinar fuerte. A la hora de servir colocamos los tomates gratinados por encima de la tarta y distribuimos el pesto entre ellos.

Receta completa aquí

3. Tarta de tomate y queso de cabra

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  • Ingredientes: 400 g de tomates maduros cortados en rodajas, 1 cebolla morada en rebanadas, 2 cucharadas de aceite de oliva, sal y pimienta negra recién molida (al gusto), una pizca de de azúcar, 250 g de masa de hojaldre, 100 g de queso de cabra y 2-3 cucharadas de salsa pesto.
  • Elaboración: Precalentar el horno a 200ºC. En un bol, mezclamos las rodajas de tomate y la cebolla. A continuación, añadimos el aceite de oliva, el azúcar y salpimentamos al gusto. Extendemos la masa de hojaldre en el molde que vayamos a usar (yo utilicé la bandeja del horno), previamente engrasado o cubierto con papel antiadherente. Disponer el tomate y la cebolla por toda la superficie del hojaldre, dejando más o menos 1 cm libre alrededor de los bordes. Continuamos con el queso de cabra, intentaremos distribuirlo por toda la tarta. Hornear en el centro del horno durante 20-25 minutos o hasta que la masa se haya dorado y los tomates se note que se hayan hecho. Sacar del horno y salpicar con salsa pesto, según el gusto. Dejar reposar unos minutos y servir caliente o del tiempo.

Receta completa aquí

4. Tarta tatin de tomates y cebolla, receta vegana

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  • Ingredientes: 1 Tomate, 16 tomate cherry, Masa o pasta brisa refrigerada, 1 cucharada de Caramelo líquido, 1 Cebolla y Orégano seco al gusto
  • Elaboración: Comenzamos picando la cebolla en juliana y repartiéndola por una sartén. Mientras se va pochando lentamente, cortamos el tomate por la mitad, y colocamos una de las mitades en el centro de la sartén. La otra mitad del tomate la cortamos en cuatro porciones y las repartimos en la sartén como veis en las imágenes. Rellenamos los huecos con los tomates cherry. Yo elegí tomates cherry surtidos de distintas variedades, rojos, kumato mini, pera, amarillos... salpimentamos y rehogamos todo durante unos diez minutos. Cuando la cebolla parezca pochada, agregamos una cucharada sopera de caramelo líquido y espolvoreamos con orégano abundante, moviendo la sartén para que todo se reparta bien y dejando que se cocine otros cinco minutos. Si vuestra sartén es apta para el horno, podemos seguir haciendo en ella la receta. Si no tiene el mango desmontable, podéis hacer la receta en una fuente redonda de horno desde el principio o traspasar los ingredientes una vez pochados. Cubrimos nuestra tarta con una porción de pasta brisa refrigerada, o si os gusta más, podéis utilizar también una plancha refrigerada de hojaldre, que os dará un resultado muy similar. Horneamos durante 20 minutos a 190º hasta que la cobertura de la tarta esté bien dura y crujiente. En ese tiempo la pasta brisa cambiará de color, aunque la humedad de los tomates hará una especie de dibujo moteado en la superficie. Para servirla debemos dar la vuelta a la tarta dejando la cobertura de pasta brisa como base.

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5. Tarta salada de tomates y tres quesos

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  • Ingredientes: Para la base, Harina de trigo, 115g, una pizaca de sal, 25 g de Manteca de cerdo, 25 g de mantequilla, 15 ml de agua muy fría. Para el relleno, 100 g de Tomate variado, 5 g de harina de trigo, 100 g de Queso crema, 25 g de Queso Parmesano, 50 g de Queso emmental, 2 huevos, 50 g de Yogur natural y 5 g de Mostaza de Dijon y Orégano seco para decorar
  • Elaboración: Comenzamos por la masa quebrada, para darle el tiempo de reposo que necesita sin prisas. Para elaborarla, simplemente mezclamos, en un cuenco amplio, la harina y un pellizco de sal junto con la mantequilla y la manteca cortadas en pequeños dados. Usamos las puntas de los dedos para mezclar, evitando dar calor. Esto es importantísimo. Hay que tocar la masa lo justo, sin pasarse. Cuando la mezcla se asemeje a un conjunto de migas, agregamos una cucharada de agua bien fría. Con ayuda del filo de un cuchillo, incorporamos el agua al resto de ingredientes de manera inicial, y terminamos trabajándola con las manos. En el momento en que la masa obtenga un aspecto y textura homogéneos, dejamos de trabajarla. La envolvemos en papel film y la dejamos reposar en la nevera durante 30 minutos. Transcurrido el tiempo de reposo, extendemos la masa con un rodillo sobre una lámina de papel sulfurizado. Enharinamos el rodillo para evitar que se nos pegue la masa y se quiebre. Trasladamos la masa a un molde de horno de 14 cm de diámetro y cubrimos su base y laterales. No pasa nada si se nos rompe, tomamos pequeñas porciones de la masa y las colocamos sobre las grietas a modo de parche. Retiramos el sobrante de masa de los laterales, cubrimos con papel sulfurizado y legumbres (o piedras de hornear) y cocemos a 180ºC durante 20 minutos. Transcurrido este tiempo, sacamos el molde y retiramos las legumbres y el papel sulfurizado. Lo introducimos de nuevo en el horno y cocemos en blanco durante 5 minutos más, con la temperatura un poco más alta. Mientras tanto, preparamos los ingredientes del relleno. Pesamos los tres quesos y los mezclamos en un cuenco. En otro recipiente, un poco más amplio, mezclamos los huevos con la harina y el yogur batiendo hasta homogeneizar. Agregamos los quesos a este batido y removemos bien. No hace falta sazonar pues los quesos son sabrosos, pero podéis condimentar con pimienta negra si os apetece. Pincelamos la base con mostaza y rellenamos con la mezcla anterior. Cortamos los tomates cherry por la mitad y los repartimos sobre el relleno, presionando ligeramente si fuera necesario para que se hundan sin que desaparezcan. Espolvoreamos con alguna hierba aromática. Yo he usado orégano pero se puede sustituir por albahaca, salvia, etc. Horneamos a 180ºC durante 20 minutos o hasta que se dore y se note cuajada al tacto. Dejamos reposar unos minutos antes de servir.

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6. Tarta tatin de tomates y queso fresco de cabra

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  • Ingredientes: 1 Masa quebrada refrigerada, 6 Tomates, 150 g de Queso fresco de cabra, Mostaza a la antigua , 4 cucharaditas, Albahaca al gusto Aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas y Sal y pimienta al gusto
  • Elaboración: Comenzaremos precalentando el horno a 180 grados con calor arriba y abajo. Engrasamos con una de las cucharadas de aceite de oliva una fuente redonda de 24 centímetros que pueda ir al horno y disponemos los tomates ordenador cortados en rodajas. Los salpimentamos, les añadimos el resto del aceite por encima y los horneamos durante veinte minutos. Una vez que pase el tiempo retiramos la fuente del horno y extendemos por encima de los tomates el queso de cabra fresco desmigado junto con la mostaza a la antigua. Cubrimos con la pasta quebrada remetiendo los bordes sobrantes hacia dentro. Horneamos durante treinta minutos. Una vez que pase el tiempo dejamos reposar durante diez minutos hasta que pierda algo de calor y con cuidado la desmoldamos en un plato grande para que queden los tomates hacia arriba. Espolvorear con unas hojas de albahaca fresca.

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7. Tarta salada de tomates, queso y mostaza

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  • Ingredientes: 60g de Harina de repostería, 30g Harina de maíz (no maizena), 4g Sal, 2g Ajo granulado, 55g Mantequilla sin sal fría, 15ml de Aceite de oliva virgen extra, 30 ml Agua fría (aproximadamente), 75g Queso crema, 10 ml Mostaza de Dijon, Pimentón picante una pizca, Tomates de temporada, Orégano seco, Queso Parmesano, Pimienta negra molida
  • Elaboración: Disponer las harinas, la sal, el ajo granulado, un poco de pimienta negra, la mantequilla cortada en cubos y el aceite en un procesador de alimentos o picadora. Triturar en varias tandas cortas hasta que se integre todo y quede una textura granulosa fina. Añadir poco a poco el agua fría, triturando cada vez, hasta conseguir una masa que podamos trabajar con las manos sin que se pegue. Formar un disco homogéneo y liso, envolver en plástico film y dejar en la nevera como mínimo 30 minutos, mejor más tiempo si hace mucho calor. Precalentar el horno a 190ºC y preparar una bandeja. Lavar y secar los tomates y mezclar en un cuenco el queso crema con la mostaza, un poco de pimentón, orégano y un golpe de pimienta. Estirar la masa hasta dejar un grosor de 5 mm, aproximadamente, dando forma redondeada con un rodillo o con las manos. Trabajar rápido para que no se caliente mucho. Cubrir con la crema de queso, sin llegar a los bordes, y distribuir encima los tomates cortados en rodajas no muy gruesas. Doblar sobre la masa los bordes, para tapar un poco el relleno y los tomates, y agregar un poco de sal, orégano, queso y un chorrito de aceite. Hornear durante unos 25-30 minutos, hasta que se dore la masa. Vigilar que no se quemen los tomates, si esto ocurriera podemos tapar la parte superior con papel de aluminio. Si se resecan demasiado, añadir más queso a mitad de la cocción. Para que la masa tenga un aspecto más bonito podemos pintar los bordes con huevo batido o con mantequilla fundida.

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Cómo hacer una ensalada campera original: 13 ideas para triunfar en tus picnis veraniegos

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Cómo hacer una ensalada campera original: 13 ideas para triunfar en tus picnis veraniegos

Ensaladas comemos todo el año, pero el reino de la ensalada campera son, sin duda, los meses de calor. No en vaso se conoce también como ensalada de verano, si bien admite otros nombres como ensalada campesina o, simplemente, de patata. Porque aunque admite muchos ingredientes, el tubérculo es el protagonista principal indiscutible.

Parece que somos menos radicales en cuanto a defender una receta genuina de este plato y en cada casa se hace de una forma algo diferente, con sus trucos. Para no caer en la monotonía y dar más variedad a los picnics, barbacoas, comidas y cenas de verano, os proponemos muchas ideas y variantes para hacer una ensalada campera original y diferente.

Además de la patata, cocida en agua o al vapor y pelada, una ensalada campera canónica suele llevar aceitunas verdes o negras, cebolla o cebolleta, pimiento verde y/rojo crudo y atún o bonito en aceite, además de un buen aliño simple, con el huevo cocido opcional. Hay quien además agrega tomate, pepino o pepinillos, remolacha o incluso gambas o guisantes.

Tampoco se trata de abrir la nevera y empezar a mezclar ingredientes sin ton ni son con la base de patata, pero sí podemos introducir pequeñas variaciones para no repetir siempre la misma receta y darle una vuelta más originala nuestra ensalada campera de siempre.

1. Con ahumados y salazones

Arenque

Como complemento del atún o bonito en conserva, o en sustitución de este, podemos incluir en la ensalada algún pescado ahumado a nuestro gusto, incluso combinando varios tipos. El salmón ahumado combina de maravilla con la patata, pero también el bacalao, la mojama, el arenque o la trucha.

Podemos además marinar el pescado previamente con buen aceite y hierbas frescas, o darle un punto picante con algunas especias o guindilla picada. Y si queremos lucirnos más, tenemos la opción de preparar nuestro propio pescado ahumado, por ejemplo con un toque de bourbon.

2. Al estilo francés

Nicoise

Una de las recetas más famosas de nuestros vecinos franceses es la ensalada Niçoise, cuyas variantes habitualmente llamamos, simplemente, a la francesa. Puede incluir muchos ingredientes variados, pero no puede faltar la patata, huevo, atún o bonito, anchoas, judías verdes, aceitunas y tomate.

La vinagreta además suele incorporar mostaza de Dijon y es habitual servirla con una mezcla de hojas verdes o lechugas de temporada. Realmente es casi como una versión más completa o algo refinada de nuestra ensalada campera; así podemos inspirarnos en el estilo francés para convertirla en un auténtico plato único mucho más nutritivo, sin dejar de ser ligera y saludable.

3. Inspiración alemana mayonesa, salchicha y encurtidos

Kartoffel

A los alemanes -a los centroeuropeos en general- les encanta la ensalada de patata. Se denomina Kartfoffelsalat a la versión más clásica, a pesar de que cada región y casi en cada casa se prepara de una forma algo distinta. En su versión más sencilla encontramos una salsa de de caldo, mostaza, vinagre y/o mayonesa. La salchicha y los encurtidos son casi imprescindibles.

En sí misma ya es una versión germana de la ensalada campera, sin los ingredientes típicos de la huerta mediterránea, pero podemos hacer un mix de ambas tradiciones incorporando el mismo aliño o agregando mayonesa -mejor sin huevo o pasteurizada-, pepinillos o unas salchichas de tipo alemán troceadas y mezcladas con los demás ingredientes. Con el atún sería una curiosa ensalada campera "mar y montaña".

4. Con salsa de yogur

Ensalada de Patata y Yogur

A quien le guste una textura cremosa en su ensalada, seguro que le encantará el toque de la salsa de yogur griego como la que usamos en esta sencilla receta. Agregando a la base los demás ingredientes de nuestra ensalada campera favorita, ya tendremos un plato único muy completo, nutritivo y muy refrescante. El cilantro lo podemos obviar y usar perejil, eneldo o cebollino.

5. Combinando diferentes tipos (y cocciones) de patata

Patata

Una forma muy fácil de darle una vuelta original a la clásica ensalada campera es emplear diferentes tipos de patata en la misma. Todo depende un poco de nuestra zona y de la época del año, pero si combinamos patatas comunes con variedades rojas y/o moradas, o incluso la codiciada papa canaria, ganaremos en la presentación y en el sabor.

Solo habrá que tener en cuenta el punto de cocción de cada variedad y ajustarlo a conveniencia, cocinando cada tipo por separado si fuera necesario para dar el punto justo. Y si nos aventuramos, podemos jugar con el punto de cocción, dejando algunas más firmes, o mezclando patatas cocidas y asadas.

6. Jugando con las conservas y semiconservas

La ensalada de patata de verano es un plato humilde y sencillo, pero que se puede elevar a la categoría de lujo usando buen producto. Una conserva ventresca de bonito de primera calidad marcará la diferencia, y no es el único límite que podemos ponernos para enriquecer la preparación.

Nada más sencillo para darle una vuelta original y sabrosa al plato que recurrir a otras conservas marineras, como alternativa o complemento: mejillones, berberechos, sardinillas, pulpo, navajas, zamburiñas, caballa, anchoas, boquerones, almejas, salmón, erizo... y podemos agregar también huevas.

Ya que nos ponemos a abrir latas y botes, podemos recurrir a las verduras en conserva; las hay de grandísima calidad y nos ahorran tiempo de cocinado, posibilitando el añadir verduras que estén fuera de temporada. Pimientos asados, espárragos, alcachofas, judías verdes, habitas... hay multitud de opciones.

7. Añadiendo más verduras y hortalizas (o frutas)

Ensalaca Campera

Hablando de vegetales, también es una buena idea aprovechar la riqueza del mercado de verduras y hortalizas de temporada, que brilla con esplendor propio en los meses de más calor. En crudo o cocinados, podemos agregar varios tipos de tomates, calabaza, cebollas o cebolleta, calabacín verde o blanco, berenjena morada o rayada, zanahoria, pepino, pimientos picantes o de Padrón, etc. Ciertas frutas como el aguacate o la manzana son asimismo buenas ideas.

Será más saciante y fresca, pero muy ligera, si incorporamos una base o acompañamiento de hierbas frescas y hojas verdes en crudo. No recomendamos la aburrida y sosa lechuga iceberg, pero hay muchas otras opciones más vistosas y sabrosas, como la hoja de roble, la escarola o la lechuga romana.

8. Vinagretas diferentes con aceites aromatizados

Vinagreta

Un mal aliño puede arruinar o matar de aburrimiento hasta la ensalada más completa. Si queremos más sabor, podemos aderezar la patata pelada con la vinagreta de rigor cuando aún está caliente, y lograremos además mejor textura. Tenemos las claves para hacer la vinagreta perfecta, pero siempre hay lugar para las innovaciones.

Una vinagreta de mantequilla negra, de lima, de miel, de mostaza... En la variedad está el gusto. Otra opción es emplear vinagres distintos (de sidra, de arroz, de Jerez, de frambuesa...) o aromatizar nuestro aceite de oliva virgen extra, con piel de cítricos, especias, hierbas frescas, guindilla, etc. Por supuesto, también tenemos la alternativa de emplear aceites diferentes, tanto en cuanto a la variedad de la aceituna (picual, cornicabra, hojiblanca...) como de otras semillas (calabaza, cacahuete, almendra...).

9. Un toque asiático

Sriracha

Ya que hemos mencionado el aceite de sésamo, enlazamos con otra idea que encantará a los amantes de la gastronomía exótica: viajar a Asia con la ensalada. No hace falta volverse muy locos con los ingredientes, basta algún toque especial para que tenga un punto asiático, japonés, tailandés, coreano, indio o chino.

Además del mencionado aceite, podemos incorporar salsa de soja, salsa de pescado o salsa ponzu, sriracha, wasabi, incluso hace un aliño con un toque de curry, miso, furikake o shichimi togarashi. En cuanto a ingredientes añadidos, el kimchi, la mayonesa japonesa, las huevas de salmón, el tofu, encurtidos japoneses, edamame o algas son ideas con muchas posibilidades.

10. Campera, pero muy marinera: con pescado fresco

Salmón

El atún en aceite es práctico porque podemos tenerlo en la despensa o usar una semiconserva de nevera, sin embargo, podemos intentar una alternativa mucho más marinera con pescado fresco. Ya sea cocinado o en crudo -con las debidas recomendaciones para evitar el anisakis-, pescados y mariscos como el salmón, el emperador, la lubina, el bonito, el bacalao, la sardina, la caballa, la sepia o los langostinos combinan muy bien con la patata y las demás hortalizas.

11. Contraste crujiente, frutos secos y semillas

Si los sabores planos en un plato resultan aburridos y poco llamativos, las texturas blandas tampoco son muy interesantes. Por eso la ensaladilla rusa va tan bien con un huevo frito de codorniz o panes crujientes, y por eso nuestra ensalada campera puede beneficiarse también de un contraste crujiente.

Semillas

El pimiento crudo y la cebolla ya aportan ese punto más duro y refrescante en boca, pero podemos potenciarlo aún más. Corren menos riesgo de reblandecerse con el reposo en la nevera los frutos secos y las semillas, mejor aún si están previamente tostados, un paso rápido que podemos aprovechar para aromatizar con especias.

Incorporados a la mezcla general o añadidos en el último momento como aderezo, hay todo un mundo de pequeños ingredientes crujientes para elegir. Almendras, pistachos, cacahuetes, anacardos, nueces, piñones, semillas de calabaza o girasol, sésamo, amapola, chía o lino, incluso semillas de mostaza blanca o negra son todas buenas opciones.

12. El maravilloso mundo de las aceitunas y encurtidos

Olvidemos las aceitunas de dudosa calidad y busquemos un producto que realmente merezca la pena ocupar un sitio en nuestra ensalada. ¿Por qué no jugar con toda la gama que existe de esta pequeña joya mediterránea?

Patata

Y no nos referimos solo a "verde/negras", "con hueso/sin hueso"; la oliva o aceituna nos ofrece multitud de variedades de sabores, formas y colores distintos. En las tiendas especializadas las encontraremos también con aliños distintos, o podemos hacerlo nosotros en casa. También existe la posibilidad de combinar tipos diferentes o probar especialidades rellenas originales.

Junto a las aceitunas no hay que olvidarse de sus primos encurtidos, el gran mundo de las "variantes" que tantas pasiones despierta entre los amantes de los sabores avinagrados. Pepinos y pepinillos, piparras, cebollitas, alcaparras y caparrones, zanahorias, berenjenas... Solo hay que evitar el exceso.

13. El queso lo mejora todo

Existen tantos quesos diferentes que podemos añadir a una ensalada que sería muy complicado hacer unas pocas sugerencias. Porque, realmente, cualquier variedad es perfectamente válida, salvo quizá los untables y cremosos -si bien se podrían combinar con la vinagreta-. Solemos optar por los frescos y suaves cuando hacemos platos fríos, pero unas lascas de buen queso curado también hace maravillas.

Queso

La patata y el queso además hacen una pareja de excepción, así que solo nos queda apostar por nuestro favorito. ¿Apuestas seguras? Mozzarella, burrata, un emmental suave, rulo o fresco de cabra, feta griego auténtico, de Burgos, brie sin corteza, appenzeller o láminas de Idiazábal.

Es muy fácil renovar la oferta de ensalada campera de verano en casa, tan solo hay que dejarse llevar un poco por la creatividad y poner el límite donde creamos conveniente.

Fotos | iStock - Unsplash

Siete refrescantes recetas con sandía para disfrutarla en su mejor momento

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Siete refrescantes recetas con sandía para disfrutarla en su mejor momento

Cada año las sandías son más dulces y además, resultan más cómodas porque prácticamente ya no tienen pepitas. Por esos dos motivos, cada vez se consumen más en nuestro país, por lo que hoy queremos proponeros estas siete refrescantes recetas con sandía para disfrutarla en su mejor momento.

En sopas frías, ensaladas, sorbetes y otros postres, y debido a su alto contenido en agua y bajo aporte calórico, la sandía resulta un ingrediente muy agradecido en esta época del año. Estamos seguros de que pronto haréis estas siete recetas elaboradas con este ingrediente.

Siete refrescantes recetas con sandía para disfrutarla en su mejor momento

1. Limonada de sandía y menta

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  • Ingredientes: Sandía, 1 kg, Hojas de menta fresca, 20, Azúcar moreno, 30 g, Zumo de 3 limones, 1 l agua y Hielo en abundancia
  • Elaboración: Vamos a empezar por pelar la sandía y retirarle las semillas. Luego la cortamos en trozos y reservamos. Enjuagamos ahora las hojas de menta y las machacamos en una jarra con el azúcar. Esta etapa es muy similar a la que hacemos cuando preparamos un mojito. Ahora vamos a poner la sandía en el vaso de la licuadora junto con el agua mineral y el zumo de los limones. Licuamos bien hasta que tengamos un líquido homogéneo. Vaciamos esta preparación en la jarra que contiene el azúcar y la menta machacada. Finalmente agregamos un puñado de hielo y revolvemos bien. Dejamos en refrigeración una hora antes de servir.

Receta completa aquí

2. Gazpacho de tomate y sandía con ricota y albahaca

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  • Ingredientes: 6 tomates medianos, 500 g de sandía, 100 g de queso ricotta, 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, Mezcla de pimientas, Hojas de albahaca fresca, Flor de sal
  • Elaboración: Comenzaremos colocando una olla de agua a hervir, una vez que llegue a ebullición escaldamos los tomates 30 segundos para quitarles la piel muy fácilmente. Una vez pelados los cortamos en trozos, quitándoles las pepitas y dejando solo la carne. Reservamos. Cortamos en dados la sandía y la ponemos en un vaso de una batidora, junto con los dados de tomate, añadimos sal, pimienta y dos de las cucharadas de aceite. Trituramos durante 10 segundos a potencia máxima, dejamos reposar durante dos minutos y volvemos a triturar. Pasamos a una jarra y dejamos reposar en la nevera durante una hora como mínimo. En el momento de servir, lo repartimos en vasitos o en boles, añadimos una porción de queso ricotta con una cucharilla, un hilo de aceite de oliva virgen extra, unas hojas de albahaca y unas escamas de flor de sal.

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3. Ensalada veraniega de espinacas con frutas de temporada

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  • Ingredientes: Sandía, 100 g, 1 Melocotón, Espinaca fresca, 30 g, Queso feta, 60 g, Pipas de calabaza, 20 g, Sal y Aceite de oliva virgen extra
  • Elaboración: Cortamos un par de rodajas de una sandía, retiramos las pepitas y la corteza, procurando que no quede nada de la parte blanca. Cortamos en dados de 1x1 cm, aproximadamente, y pesamos. Aunque esto último no es estrictamente necesario, pues la cantidad indicada en los ingredientes es orientativa y la podemos ajustar al gusto. Cortamos el queso feta en tiras y, después, en dados de igual tamaño a los dados de sandía. Cortamos el melocotón en gajos, ayudándonos de un cuchillo afilado con el que la tarea de retirarlos del hueso será más sencilla. Tostamos las pipas de calabaza en una sartén a fuego medio, removiendo para que no se quemen. Por último, lavamos las hojas de espinacas y las secamos bien. Montamos la ensaladas ensaladas en dos botes de cristal o vasos, comenzando por una cama de hojas de espinaca. A continuación, en cada bote, colocamos la mitad de sandía, la mitad del queso feta y, por último, la mitad de las espinacas. Repartimos el melocotón sobre las espinacas y las pipas de calabaza. Sazonamos, aliñamos con el aceite y servimos inmediatamente.

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4. Milhojas de ensalada de sandía, mozzarella y jamón

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  • Ingredientes: Media Sandía grande, mozzarella fresca, 50 g de Jamón serrano o prosciutto en lonchas muy finas, Lechuga batavia o similar, Aceite de oliva virgen extra, Pimienta negra molida, Sal
  • Elaboración: Cortar la media sandía por la mitad y a continuación cortar rebanadas de medio centímetro de grosor, procurando que salgan cortes rectos. Recortar con un cuchillo pequeño cuadrados o rectángulos más o menos del mismo tamaño. Retirar las posibles semillas y reservar. Escurrir bien la mozzarella y cortar en lonchas no muy gruesas. Lavar las hojas de lechuga batavia, escurrir y seleccionar piezas pequeñas. Cortar en lonchas muy finas el jamón, en caso de que no estuviera ya cortado. Montar dos milhojas alternando capas de sandía, jamón, queso y lechuga. Aliñar ligeramente cada capa con un poco de aceite, sal y pimienta negra recién molida. Coronar pinchando un palillo o brocheta, para ayudar a mantener firme la estructura, y terminar con un poco más de aceite y pimienta.

Receta completa aquí

5. Ensalada mediterránea de sandía y queso feta

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  • Ingredientes: 700 g Sandía, 200 g de Queso feta, 1 Cebolleta, 120 g de Aceitunas negras, Orégano seco , 1 cucharadita, Aceite de oliva virgen extra 45 ml, 3 hojas de Menta fresca, Sal y pimienta al gusto
  • Elaboración: Comenzaremos con un sacabolas metálico a sacar bolas de nuestra sandía, en el caso de que no dispongáis de él, la cortaremos en cuadrado de tamaño regular. Reservamos. Cortamos la cebolleta en rodajas finitas, y el queso feta en dados y los tomates cherry cortados a la mitad. En una ensaladera mezclamos estos ingredientes, añadimos las aceitunas negras, espolvoreamos con orégano y las hojas de menta, salpimentamos y aliñamos con el aceite de oliva.

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6. Sorbete de sandía

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  • Ingredientes: Sandía limpia y sin pepitas, 500 g, Agua, 125 ml, 60 g Azúcar, Zumo de limón 2 cucharadas, Sal una pizca
  • Elaboración: En un cazo echamos el agua y el azúcar. Removemos lo justo para que se mezclen y llevamos a ebullición. Una vez comience a hervir, contamos dos minutos. Retiramos del fuego y pasamos el almíbar a otro recipiente para que se enfríe. Mientras, trituramos la sandía que estará limpia, sin cáscara ni pepitas, junto al zumo de limón y la pizca de sal. Una vez obtenido el puré lo mezclamos al almíbar ligero. Pasamos a un recipiente que sirva para el congelador y congelamos durante unas horas, removiendo de vez en cuando, hasta que tenga la textura adecuada. En este caso no es necesario tener heladora y al hacer una base de almíbar, no cristalizará, pero es conveniente remover la mezcla con un tenedor un par de veces.

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7. Bavarois de sandía

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  • Ingredientes: Sandía (pulpa troceada y sin pepitas), 400 g, Zumo de limón un chorrito, Nata líquida para montar 35% MG, 300 ml, Azúcar, 130 g, Gelatina en láminas hidratada en agua fría, 5 hojas
  • Elaboración: Empezamos montando la nata con unas varillas o con un robot de cocina, la ponemos en un bol grande y la reservamos en la nevera. Batimos la sandía y el zumo de limón, la vertemos en un bol a través de una colador y la reservamos. Ponemos en un cazo 200 g del zumo de sandía, añadimos 80 g de azúcar y calentamos la mezcla sin que hierva. Retiramos del fuego, añadimos las hojas de gelatina escurridas y removemos para que se disuelva. Agregamos el resto de zumo de sandía y mezclamos. Dejamos enfriar la mezcla sin dejar cuajar. Incorporamos la nata que teníamos reservada y mezclamos con movimientos envolventes. Vertemos en 6 moldes individuales y reservamos en el frigorífico. Si queremos congelarlo, lo guardamos en el congelador.

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Llega el sucedáneo definitivo de la mantequilla: con la misma cremosidad, pero es 80 % agua (y bajo en calorías)

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Llega el sucedáneo definitivo de la mantequilla: con la misma cremosidad, pero es 80 % agua (y bajo en calorías)

A pesar de que la mantequilla no es tan perjudicial como habitualmente se cree, sigue siendo un producto muy calórico que concentra gran cantidad de grasas saturadas. Alternativas como la margarina no suelen ser buenas opciones, pero un grupo de científicos de la Universidad de Cornell ha creado el que parece el sucedáneo definitivo, compuesto por 80% de agua.

El trabajo, publicado en la revista Applied Materials and Interfaces de la Sociedad Estadounidense de Química (ACS), presenta un producto que ofrece la misma cremosidad de la mantequilla, imitando incluso la textura y sensación en boca que produce el derivado lácteo, pero reduciendo considerablemente las grasas. Elaborado con un 80% de agua y un 20% de aceite, la clave está en el proceso de emulsión.

Emulsionar dos componentes que en principio no se pueden mezclar, como el agua y el aceite, es una técnica que ya nosotros aplicamos en casa, por ejemplo a la hora de elaborar una vinagreta o mayonesa. Pero los investigadores han aplicado el proceso de emulsiones altamente concentradas ('HIPE', high-internal phase emulsions) para aumentar notablemente la proporción de agua, en una proporción de 4 a 1.

El proceso de emulsión permite usar un gran porcentaje de agua

En una emulsión corriente se forman diminutas esferas, pero con este proceso se consigue que empiecen a apretarse y concentrarse unas con otras, generando fricción entre ellas. Llega un momento en el que las esferas ya no pueden deslizarse más, impidiendo el flujo. Es entonces cuando se obtiene una consistencia firme, cremosa y "untable", que se comporta como la mantequilla.

Mantequilla

Los autores del proyecto destacan que este producto abre muchas posibilidades en la industria alimentaria para ofrecer al consumidor una alternativa saludable a la mantequilla, agradable y con muchas menos calorías. Mientras que una cucharada (15 ml) de mantequilla contiene unos 11 g de grasas y casi 100 kcal, la misma cantidad de este sucedáneo solo aporta 2,8 g de grasas y 25,2 kcal.

Una cucharada de este sucedáneo contiene solo unas 25,2 kcal

Además tiene la ventaja de que se pueden añadir componentes específicos, como proteínas lácteas o vegetales, para sumar nutrientes al producto base, y así convertirlo en un alimento más interesante. De la misma forma es posible jugar con los saborizantes y aromas para mejorar la palatilidad y convertir a la crema en un sucedáneo completo de la mantequilla tradicional, que combine sabor y textura.

Si bien a la hora de cocinar podemos sustituir casi siempre la mantequilla y la manteca por aceites vegetales saludables, como el aceite de oliva virgen extra, la grasa láctea no tiene competencia como crema untable. Un sucedáneo vegetal compuesto por un 80% de agua y sin grasas trans podría ser la alternativa definitiva, también apta para intolerantes a la lactosa, alérgicos o veganos.

Fotos | Cornell University - iStock

Siete recetas con pimientos para disfrutar de su temporada

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Siete recetas con pimientos para disfrutar de su temporada

Los pimientos están ahora mismo en su punto. Las matas, bien cargadas, nos traen en esta época todo tipo de pimientos. Del piquillo, de Padrón, gordos y carnosos para asar, verdes italianos perfectos para elaborar sofritos, pimientos para guarnición, para rellenar... Con algunas de estas variedades, hemos seleccionado estas siete recetas con pimientos para disfrutar de su temporada.

Además de esta selección, aquí podéis encontrar muchas más recetas con pimientos, formando parte de salsas, sofritos, ensaladas, guisos, arroces y vinagretas. Seguro que con tanta variedad, podréis disfrutar con este ingrediente cuando está en su mejor momento.

Siete recetas con pimientos para disfrutar de su temporada

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Fritos, asados, rellenos, como parte de una salsa o de un sofrito, los pimientos son siempre deliciosos al final del verano, cuando están en plena temporada. Esperamos que disfrutéis de estas siete recetas con pimientos.

1. Patatas a lo pobre

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  • Ingredientes: 4 patatas, 1 Cebolla, 3 Dientes de ajo, 2 pimientos verdes italianos, 1/2 Pimiento rojo, Perejil, Aceite de oliva virgen extra y sal y pimienta al gusto
  • Elaboración: Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas de unos 3 mm de grosor -similares a las panaderas-, cortamos los pimientos en pedazos de tamaño mediano y picamos las cebollas en juliana fina. En una sartén ponemos aceite abundante y echamos todos los ingredientes partiendo de aceite en frío. Así conseguimos que todo se fría muy lentamente o mejor dicho, que se vaya confitando. No os preocupéis por todo ese aceite que luego lo colaremos y lo podremos aprovechar para mil y una recetas, frituras y guisos. Tras unos quince minutos a fuego lento comenzará a haber movimiento en la sartén y veremos las primeras burbujas, momento en el que podemos sazonar y subir el fuego para dorar ligeramente las patatas, una vez hayamos comprobado que éstas ya empiezan a estar blandas al haberse confitado. Con otros cinco o diez minutos más a fuego medio tendremos listas las patatas a lo pobre. Para dorarlas un poco más, retiramos el aceite de freír y dejamos que se tuesten un minuto en la sartén. Tened cuidado para que no se partan, en la medida de lo posible. Una vez hechas las patatas, las escurriremos bien en un colador para retirar todo el exceso de aceite. Al servirlas, se suelen espolvorear con perejil picado y hay quien recomienda añadir unas gotas de vinagre de vino blanco.

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2. Zorongollo, ensalada extremeña de pimientos

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  • Ingredientes: 3 Pimientos rojo grandes y carnosos, 1 Cebolleta, 2 Tomate tipo pera o rama, 3 huevos, 2 Diente de ajo, Aceite de oliva virgen extra, Vinagre de Jerez, Sal, Perejil fresco o cebollino picado
  • Elaboración: Lo primero es asar los pimientos. Podemos partir de una remesa que ya tengamos hecha con anterioridad, o también aprovechar para asar más verduras, ya que encendemos el horno. Se pueden asar la víspera. Básicamente, hay que lavarlos y asarlos enteros en horno precalentado a unos 200º C durante 35-45 minutos, hasta que esté la piel negra. Se dejan sudar cubiertos con un paño o plástico para que se enfríen despegando la piel, y se pelan, desechando las semillas y los filamentos. Podemos aprovechar para asar unos tomates, que también añadiremos al zorongollo. Cortar la cebolleta en plumas finas y colocar en un cuenco cubiertas de agua muy fría y una pizca de sal; así resultarán mucho más suaves. Cocer los huevos en agua hirviendo, a temperatura media, durante unos 8-11 minutos. Enfriar, pelar y reservar. Montar el zorongollo cortando los pimientos asados en tiras, añadir pulpa de tomate asado o en conserva -opcional- y el diente de ajo. Echar un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra, vinagre al gusto y sal moderada. Mezclar para que se combinen bien los sabores. Servir con la cebolleta bien escurrida, el huevo cortado o picado y un poco más de aceite. Terminar con pimienta negra y/o perejil picado si se desea. Reservar en la nevera hasta el momento de servir.

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3. Pisto de tomate, cebolla y pimiento

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  • Ingredientes: 6 Tomates, 2 Pimiento verde italiano, 1 Cebolla, Aceite de oliva virgen extra 3 cucharadas, sal al gusto
  • Elaboración: Aunque el pisto se puede hacer utilizando tomate triturado con el que ligar un sofrito lento de cebolla y pimiento, a mi abuela -y a mi- nos gusta mucho más utilizar tomates enteros partidos en trozos. Por ese motivo, nuestra primera labor será picar los tres ingredientes, tomates, pimientos y cebolla en trocitos de tamaño similar. Lo ideal es cortarlos en cuadraditos para que todos se cocinen y queden bien blanditos y jugosos. En la sartén ponemos 3 cucharadas de aceite y comenzamos pochando la cebolla y el pimiento, que necesitan mayor tiempo para estar a punto. Después incorporamos los tomates, que habremos pelado y picado en trocitos. Dejamos que el conjunto siga cocinándose lentamente hasta que los trozos de pimiento estén bien tiernos y hasta que prácticamente se haya evaporado todo el agua que soltará el tomate.

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4. Terrina de pimientos y queso crema

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  • Ingredientes: 3 Pimientos rojos, 3 Pimientos verdes, 3 Pimientos amarillos, 250 ml Nata líquida, 400 g Queso crema, 6 g Gelatina en láminas, Aceite de oliva virgen extra , 3 cucharadas, Sal y pimienta al gusto y cilantro fresco al gusto
  • Elaboración: Comenzaremos cortando los pimientos en tiras grandes, les quitamos las semillas y los trozos blancos. Los cocinamos durante 10 minutos en agua hirviendo con sal. Una vez que pase el tiempo, los escurrimos y dejamos que se enfríen. Los espolvorear con aceite de oliva, sal, pimienta y los dejamos marinar durante 30 minutos. Por otra parte remoje las hojas de gelatina en un recipiente con agua bien fría 10 minutos. Hervimos en un cacito la nata, le añadimos la gelatina escurrida y mezclamos. En una ensaladera, trituramos con un tenedor el queso crema a temperatura ambiente, añadimos la nata, la sal, la pimienta y mezclamos. Rectificamos de sal y pimienta. Forramos un molde estrecho y alargado con film de cocina, dejando plástico para luego poder cerrar el molde. Colocamos tiras de pimiento de 3 colores, luego extendemos una capa de queso fresco. Repetimos el proceso y terminamos con una capa de pimientos. Reservamos unos pocos para decorar. Doblamos el film por encima para dejar bien cerrado el molde. Dejamos enfriar una noche en nevera. Cuando pasen las horas, desmoldamos, decoramos con pimiento picado y hojas de cilantro. Servimos bien frío.

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5. Timbal de brandada de bacalao con pimientos

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  • Ingredientes: 350 g Bacalao salado desmigado, 1 Patata mediana, Aceite de oliva virgen extra 200 ml 1 Diente de ajo, 4 bayas de Pimienta negra, 60 ml de Leche, 200 g de Pimientos del piquillo, Hierbas frescas al gusto para servir, Sal y Pimienta negra al gusto
  • Elaboración: El bacalao tendremos que desalarlo previamente si lo compramos salado. Las migas tardan menos que las piezas enteras, normalmente con 24 horas a remojo en agua fría será suficiente -cambiando el agua cada ocho horas-. Podemos dejarlo más tiempo para asegurarnos que queda perfecto. Lavar la patata, pelar, y cocer -hay quien prefiere cocerla sin pelar y entera, yo esta vez lo hice ya troceada un poco para acelerar el proceso-; podemos tenerla cocida de antemano, ya fría. Poner el aceite de oliva en una cazuela o sartén y calentar a fuego muy bajo. Cuando alcance los 80ºC -caliente al tacto sin quemar-, incorporar el bacalao, los granos de pimienta y el diente de ajo pelado; debe cubrirlo por completo. Cocinar manteniendo la temperatura durante unos 20 minutos, retirar y escurrir. Desechar la pimienta y el diente de ajo, aunque podemos usarlo en la brandada, pero eliminándolo quedará más suave. Colar el aceite y reservar. Colocar el bacalao en el vaso de la batidora o un recipiente adecuado con la leche y batir un poco. Añadir la patata machacada y batir un poco más. Incorporar aceite poco a poco, emulsionando la mezcla, hasta tener una crema fina. Podemos añadir más leche si quedara muy espeso. Escurrir los pimientos de la conserva, cortar por un lateral para abrirlos y secar con papel de cocina, limpiando las semillas. Cortar en tiras finas y aliñar con buen aceite en un cuenco. Reservar algunas para decorar. Montar los platos usando un aro de emplatar pequeño, ligeramente engrasado por dentro con aceite para que salga mejor. Alternar capas de brandada y pimientos, empezando y terminando con la primera. Coronar con una tira de pimiento, caviar o sucedáneo, hierbas picadas y un hilo de buen aceite.

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6. Tarta de pimientos y mozzarella

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  • Ingredientes: Hojaldre, 250 g, Pimientos de color, 2, Queso Mozzarella, 250 g, Cebolla morada, 30 ml Aceite de oliva, Sal y Pimienta negra molida
  • Elaboración: Para hacer la receta vamos a cortar los pimientos en julianas de tamaño similar. Las colocamos en un sartén con aceite de oliva y las salteamos, a fuego medio, por unos 10 minutos. Mientras tanto extendemos el hojaldre al que damos la forma del molde que usaremos. Cuando la tengamos lista la colocamos en el molde previamente engrasado o recubierto de papel antiadherente. Cortamos el queso mozzarella en trozos con los que recubrimos el fondo de la tarta. Sazonamos con sal y pimienta negra molida al gusto. Vertemos la mezcla de pimientos en la tarta. Cortamos la cebolla morada en julianas que añadimos a la tarta. Rociamos con aceite de oliva. Ponemos en horno caliente, a 180ºC, por unos 30 minutos.

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7. Tosta de vieiras gratinadas sobre pimientos confitadísimos de La Gabinoteca

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  • Ingredientes: 9 vieiras, 3 rebanadas de pan, 1 pimiento rojo grande, aceite de oliva, 3 cucharadas de salsa mayonesa
  • Elaboración: Cortamos tres rebanadas de pan muy alargadas, dando los cortes en oblícuo a la barra de pan. Para hacer las tostas, tendremos que tostar el pan ligeramente, lo que haremos al final de la receta, aprovechando el tiempo mientras se va precalentando el horno para gratinar. Marcamos a la plancha las vieiras para que caramelicen ligeramente en su superficie y reservamos. Para hacer los pimientos confitados, cortamos en tiras los pimientos en crudo y los metemos en un cazo con abundante aceite dejando que se hagan a baja temperatura durante una hora, sin que lleguen a dorarse. Después escurrimos los pimientos y los cortamos en cuadraditos. Pasamos los pimientos a un cazo pequeño, añadimos una cucharada sopera de azúcar y una cucharada de agua y los cocinamos hasta que empiecen a derretirse formando una especie de mermelada. Precalentamos el horno a 230º y mientras alcanza esa temperatura, tostamos el pan. Después ponemos sobre cada tostada una cucharada sopera de los pimientos confitadísimos y tres vieiras, cubriendolas con una cucharada de mayonesa. Gratinamos las tostas hasta que se forma una costra dorada y las servimos inmediatamente.

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