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¿Merece la pena comprar trufa negra para comer en casa? Esta pionera empresa de Aranda de Duero ha comprobado que, al menos, hay clientela

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¿Merece la pena comprar trufa negra para comer en casa? Esta pionera empresa de Aranda de Duero ha comprobado que, al menos, hay clientela

La trufa negra (Tuber Melanosporum) es un producto gourmet, que suele rondar los 1.000 euros el kilo. Dado su elevado precio, su consumo se concentra sobre todo en la hostelería de mayor nivel, donde el hongo no falta como toque de distinción en los menús de degustación de temporada. Pero ¿podemos disfrutar de ella en casa sin gastarnos una pasta?

Es la premisa de la que partió la empresa castellanoleonesa Trufbox, actualmente afincada en Aranda de Duero (Burgos), la pionera en el desarrollo en nuestro país de la venta de trufa a particulares a través del comercio electrónico.

Como explica su directora, Marta de Pablo, la empresa surgió hace ya más de un lustro como una spin off de Biotecnología Forestal Aplicada, una compañía de ingeniería forestal, que se dedica, entre otras cosas, a asesorar a truferos: “Con el tiempo vieron que había oportunidad de vender trufa, porque nadie la comercializaba desde la perspectiva digital. Es un comercio antiquísimo que siempre se ha hecho de manera bastante oculta, no ilegal, pero sin que haya registros. Y no los hay ni siquiera hoy en día”.

En Trufbox se vende solo trufa fresca por tramos de peso, a un precio fijo, que llega al consumidor en una cuidada caja, en la que encontramos el hongo envuelto por una tela. La trufa más barata, de entre 30 y 40 g, tiene un precio de 35 euros, una cantidad que De Pablo considera asumible para que todo el mundo disfrute de este manjar: “Nuestra idea siempre ha sido que la trufa llegue a todo el mundo, democratizarla, y hemos trabajado mucho en ello desde que nació la compañía”.

Ahora bien, para disfrutar de la trufa en casa, es necesario aprender a aprovecharla al máximo.

Cómo utilizar la trufa en casa

De Pablo es clara respecto a su producto: “La trufa no sabe a nada, o sabe muy poco, porque es un hongo que nace debajo de la tierra y el sabor no es intenso, lo que es intenso es el aroma”.

Para aprovechar bien una trufa lo ideal, explica, es usarla para trufar alimentos, sobre los que, además, rallaremos la trufa. “Hay que hacer las dos cosas para aprovecharla al máximo”, insiste, porque “echar una trufa encima de un alimento no sirve para mucho”.

“Tenemos muchísimas quejas de personas que dicen que no sabe a nada y es que no saben a nada, pero la gente está acostumbrada a ir a un restaurante a comerse una pasta con trufa, que se hace con aroma artificial”, puntualiza De Pablo.

Huevos Trufados

Lo ideal, continúa la directora de Trufbox, es utilizar la trufa, antes de rallarla o laminarla, para trufar cualquier alimento graso, que son los que más absorben su aroma: huevos, quesos, aceites, carnes…

“Para aprovechar una trufa como esta [de 30/40 g] la envuelves en papel de cocina, la metes en un túper con seis huevos y la dejas 48 horas”, explica De Pablo. “Absorben el aroma y saben a trufa”

Ahora bien, hay que planificar qué quieres hacer exactamente con la trufa antes de que se ponga mala. En los meses de enero y febrero la trufa negra está en plena temporada. Es la mejor época para comprar trufa, porque está más madura y tiene más aroma, pero no aguanta más que entre 15 días y tres semanas en buen estado (en la nevera). Y es mejor no congelarlas, porque se deshidratan y pierden peso y aroma.

Marta De Pablo Marta de Pablo, en la finca que la compañía tiene en Tórtoles de Esgueva (Burgos).

La trufa cultivada, una oportunidad para el desarrollo rural

De un tiempo a esta parte, la trufa se ha vuelto más accesible, pues ha aumentado enormemente la superficie cultivada de encinas truferas, que hoy comparten el mercado con la trufa salvaje. Y, a diferencia de otros productos, no siempre es más más apreciada su variedad silvestre.

“La silvestre es un poquito más aromática, pero no es tan redonda”, explica De Pablo. “La trufa extra, la de más calidad, es trufa redondita y olorosa, sin roturas, ni resquebrajada, y la silvestre, como nace en el monte, en encinares entre piedra y raíces, no tiene forma redonda”.

Trufbox trabaja con ambos tipos de trufa, pero solo con hongos de Soria y Burgos (aunque la mayoría de la trufa de España se cultiva en Teruel) por una cuestión de principios: “Somos de aquí, nuestras empresas están basadas en Castilla y León y creemos en el desarrollo rural y la sostenibilidad, no solo nos encargamos de comercializar trufa, sino de repoblar con encinas autóctonas”.

Perro Trufero La trufa cultivada también se recoge con perras como Rita, que se encarga de localizar las trufas en la finca de Tórtoles.

La empresa cuenta, de hecho, con 30 hectáreas de encina trufera propias, que dan empleo a tiempo completo a dos personas en la pequeña localidad de Tórtoles de Esgueva (Burgos), un municipio que tiene solo 433 vecinos.

Para De Pablo no cabe duda de que el cultivo y la comercialización de trufa es una oportunidad para el desarrollo, precisamente en algunas de las zonas más castigadas por la despoblación de España: “La trufa se planta en zonas que han sido bastante afectadas por la agricultura extensiva. Son suelos desgastados, que no se pueden utilizar para muchas cosas. No todos los suelos sirven para plantar trufa, pero son zonas que tuvieron encinas en su día, las cortaron para poner agricultura y ahora las estamos repoblando. Es importante porque las encinas fijan CO2 y reconstruyen ecosistemas que habían sido destruidos”.

El negocio tras la pandemia

Como en todos los negocios relacionados con la hostelería, la distribución de trufas se ha visto enormemente afectado por la pandemia, pero De Pablo está convencida de que su venta seguirá aumentando tras este parón: “Estamos buscando mercados en Estados Unidos, Australia, Asia…. Tiene que llevar una cadena de frío y mandarlo con celeridad, pero hemos enviado trufa a la India y ha llegado en 24 h”.

El mercado, explica De Pablo, también está creciendo para aplicaciones no gastronómicas: “Estamos vendiendo a empresa farmacéutica y cosmética. La investigación con los hongos aún está a años luz de la investigación con otras plantas, y hay mucho por hacer, muchas aplicaciones”.

Para De Pablo, no hay duda: “Hay margen para que la gente se dedique a esto”.

Imágenes | Trufbox
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Níspola o níspero de invierno, la olvidada fruta que es un manjar cuando empieza a pudrirse

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Níspola o níspero de invierno, la olvidada fruta que es un manjar cuando empieza a pudrirse

Mientras que cada año nos llegan nuevos productos exóticos que prometen ser la nueva moda, otros alimentos tradicionales van cayendo en el olvido. Es lo que sucede con la níspola o níspero de invierno, un fruto de lo más curioso cultivado ya por los antiguos romanos, que antaño podía verse a menudo de forma silvestre en gran parte de nuestro país, pero que hoy en día casi ha desaparecido.

No es cuestión de lamentarse por los tiempos pasados perdidos ni de desdeñar los nuevos productos que se han hecho un hueco en nuestros mercados, ya no solo importado, sino también asentándose en la producción local. Al fin y al cabo, debemos al descubrimiento de América alimentos tan básicos hoy como el tomate, el pimiento, el maíz, el cacao o el boniato. Pero sí que es inevitable sentir algo de pesar por esos sabores de infancia que, casi sin darnos cuenta, han ido cayendo en el olvido, desplazados por otros.

Nispola Arbol

Es lo que le ha sucedido al níspero europeo, que vio cómo la expansión del níspero japonés fue quitándole protagonismo en nuestras tierras, probablemente porque el segundo es mucho más atractivo y rentable que el fruto que nos ocupa hoy. Y lo primero que hay que dejar claro es que, a pesar de su nombre y apariencia, son plantas de géneros diferentes.

Fruto incomestible hasta que se deja pudrir

El llamado níspero europeo (Mespilus germanica) está emparentado con el japonés (Eriobotrya japonica) por pertenecer a la familia de las rosáceas. Por tanto, no es una variante como tal del níspero que hoy todos conocemos, y tampoco procede de tierras germánicas, sino también de Asia y del sudeste europeo.

Nispolas

Conocido en la Antigüedad, los romanos potenciaron su cultivo y lo introdujeron en diferentes zonas de Europa, adquiriendo gran importancia en tierras centrales del viejo continente, llegando también a las islas británicas. Llegó a tener un gran desarrollo hasta la Edad Media, naturalizándose en muchos territorios donde todavía se pueden encontrar ejemplares silvestres, casi siempre en zonas húmedas o cercanas a ríos.

Es un árbol frutal que puede alcanzar hasta unos cinco metros de altura, caducifolio, con hojas oblongas ligeramente puntiagudas que recuerdan a las del níspero, también con flores blancas. Ha llegado a apreciarse también como planta ornamental, aunque tiene un porte menos frondoso que el níspero japonés.

Nispola Dura Ejemplar de níspola todavía incomestible.

También a diferencia de aquel, el níspero europeo da sus frutos hacia finales del otoño, pero con la particularidad de que son incomestibles cuando aún están frescos. Las níspolas recién cogidas son muy duras y ácidas, desagradables e indigestas; es un caso similar al membrillo, con la particualridad de que estos frutos no se consumen cocidos, sino que se dejan madurar durante muchas semanas tras la cosecha.

Con el tiempo las níspolas van reblandeciéndose, la piel se oscurece hasta casi volverse negra, y adquieren una textura muy tierna con aspecto, en apariencia, poco apetitoso. Se dice que hay que dejar que se pudran, en un proceso que suena poco agradable, pero es el que la convierte en un manjar para quienes saben apreciarla, cuando pierde astringencia y se desarrollan sus azúcares.

Un sabor casi olvidado

El cultivo de Mespilus germanica ha desaparecido casi por completo, quedando relegado a producciones esporádicas más locales o usos particulares, con poca salida comercial, y sobreviviendo algunos árboles silvestres o ejemplares que en su día se plantaron en la ribera de ríos, acequias y márgenes de huertos.

Nispolas2

Podían encontrarse por casi todo el país, desde Galicia hasta la Región de Murcia, pasando por Galicia o Cataluña, adquiriendo diversos nombres populares según la región (cadapanal o ciparal en Asturias, nescles, en catalán, mizpira en euskera, etc.).

Para disfrutar del sabor peculiar de la níspola hay que tener paciencia, recolectando los frutos en el mes de noviembre y almacenándolos en un lugar fresco y seco, cubiertos de paja según las viejas costumbres. Ya a partir de enero, según la temporada, pueden empezar a degustarse, cuando la fruta ha adquirido ese color oscuro que anuncia una pulpa muy tierna y aromática.

Nispolas

Una vez en su punto óptimo de consumo, la níspola se transforma en un dulce natural, con una textura blanda y suave, de olor fragante con toques de alcohol fermentado pero un dulzor intenso que recuerda a compotas de membrillo o manzanas asadas, sin tener que pasar por ningún proceso culinario.

La costumbre popular es comerlas tal cual, desechando la áspera piel y lidiando con las incómodas semillas. Hoy en día se sigue utilizando en algunas zonas para elaborar mermeladas, compotas y otras conservas, se aprovecha en recetas dulces y es también un gran acompañamiento de asados y platos de carne.

Fotos | Takkk - Jean-Pol GRANDMONT - HDValentin - Nadiatalent
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Todo lo que la vitamina D puede hacer por tu salud y 37 recetas para sumarla a tu dieta en esta temporada

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Todo lo que la vitamina D puede hacer por tu salud y 37 recetas para sumarla a tu dieta en esta temporada

La vitamina D es la vitamina que siempre asociamos a la salud de nuestros huesos y que sabemos, podemos sintetizar cuando nos exponemos al sol. Por eso, en esta temporada de invierno es importante aumentar su ingesta para prevenir el déficit en el organismo. Te contamos todo lo que la vitamina D puede hacer por tu salud y dejamos 37 recetas que ayudan a sumarla a nuestra dieta habitual.

Las múltiples funciones de la vitamina D

La vitamina D es un nutriente de gran importancia para nuestro cuerpo y eso queda demostrado cuando identificamos sus funciones, las cuales detallamos a continuación:

Contribuye a la absorción del calcio

Cuando hablamos de vitamina D siempre reconocemos su participación en la absorción del calcio, lo cual repercute en la salud de nuestros huesos y dientes que poseen este mineral como componente principal.

Cuidar la ingesta de vitamina D es así un buen recurso alimenticio si buscamos prevenir la osteoporosis o garantizar el adecuado crecimiento y desarrollo de huesos y dientes, al favorecer la absorción del calcio y sus proporciones adecuadas en relación a las de fósforo.

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Favorece la salud cardiovascular

La vitamina D interviene en la contracción del corazón y puede reducir la presión arterial ayudando a moderar factores de riesgo cardiovascular.

Un déficit de vitamina D se ha asociado a mayor incidencia de enfermedades cardíacas diversas, y aunque no se conocen los mecanismos exactos podrían ser muchas vías las que permiten a la vitamina D ser beneficiosa para la salud cardiovascular, como señalan los estudios.

Contribuye a la prevención del cáncer

Según una investigación de gran tamaño, los niveles de vitamina D elevados se asocian a un riesgo inferior de sufrir cáncer de diferentes tipos.

Especialmente se han vinculado altos niveles de vitamina D con menos incidencia de cáncer de hígado, pero también, adecuados niveles de este nutriente servirían para alejarnos del cáncer de mama antes de la menopáusia.

Al parecer, el beneficio de la vitamina D viene dado por su efecto reductor de la proliferación y supervivencia de células cancerosas según indica un estudio.

Ayuda a lograr y mantener un peso sano

La evidencia científica señala una relación entre la obesidad y el metabolismo de la vitamina D, así como la presencia de hormonas que regulan el hambre y apetito, influyendo en el peso corporal.

Hay estudios que señala que a mayores niveles de vitamina D se poseen menores niveles de adiposidad y circunferencia de cintura, es decir, menos barriga.

También se ha observado una relación entre bajos niveles de vitamina D e infiltración grasa en tejidos musculares, lo cual puede caracterizar a la obesidad y a la enfermedad metabólica asociada.

Aunque no se saben bien los mecanismos, debemos saber que la vitamina D en adecuadas proporciones es clave para el logro y mantenimiento de un peso saludable.

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Interviene en el funcionamiento del sistema inmunitario

La vitamina D influye de diferentes maneras en la respuesta inmunológica de nuestro organismo ante enfermedades diversas.

Tal es así que podría ser de ayuda para prevenir enfermedades infecciosas como una gripe o resfriado común, así como también para afrontar con éxito o reducir las posibilidades de desarrollar Covid19, según señala un estudio reciente.

Ayuda a prevenir el desarrollo de diabetes

Ya se por vía indirecta al beneficiar el control del peso corporal o de forma directa al influir sobre la producción de insulina por afectar el funcionamiento de las células beta del páncreas, la deficiencia de vitamina D se ha asociado a mayor desarrollo de diabetes mellitus.

Asimismo, se han observado mejoras en la sensibilidad a la insulina cuando se administran suplementos de vitamina D, por lo tanto, debemos considerar a esta vitamina como un nutriente clave para prevenir enfermedades metabólicas de todo tipo, incluida la diabetes.

Lacteos

37 recetas para sumar vitamina D a tus platos

Ya vemos que la vitamina D constituye un nutriente con múltiples funciones en nuestro cuerpo, incluso mucho más allá del cuidado de nuestros huesos. Por eso, resulta grandemente beneficiosa para el organismo.

Aunque podemos obtenerla por exposición al sol debido a que se sintetiza en nuestra piel, en invierno es aconsejable su ingesta mediante alimentos fuente.

La vitamina D predomina en alimentos de origen animal, pudiendo encontrarse pequeñas cantidades en hongos y setas o en cereales así como otros productos enriquecidos.

Para que garanticemos un adecuado consumo de vitamina D en esta temporada, dejamos las siguientes recetas:

Platos con pescado graso

La vitamina D es soluble en grasas, por eso el pescado azul constituye una saludable fuente de este nutriente. aconsejamos para obtenerla el consumo de arenque, congrio, salmón fresco o ahumado.


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Salmonpatatas

Recetas con lácteos diversos

La leche y sus derivados, yogures y quesos, son buenas fuentes de vitamina D para el organismo. Por eso, podemos acudir a su ingesta en la dieta habitual durante el invierno:


Tarta
Huevosturcos Jpg

Preparaciones con huevos

En la yema de huevo encontramos gran cantidad de vitamina D que podemos aprovechar en diferentes platos de forma muy sencilla.


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Fritatta

Platos veganos con vitamina D

Para quienes no consumen alimentos de origen animal, las setas y hongos así como cereales y harinas enriquecidas pueden ser buenas fuentes de vitamina D.


Bourguignonsetas

Imagen | iStock, Directo al Paldar y Vitónica

Trapizzino: la fusión entre pizza y sándwich que es la nueva sensación de la comida callejera en Italia

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Trapizzino: la fusión entre pizza y sándwich que es la nueva sensación de la comida callejera en Italia

La popularidad que tiene la pizza en todo el mundo no parece atisbar su fin, y prueba de ello son las innumerables versiones, más o menos afortunadas, que llenan las redes casi cada mes, con creaciones de todo tipo. Pero la reinvención definitiva nació hace unos años en las mismas calles de Roma, se llama trapizzino y es la fusión del concepto de pizza al taglio con el tramezzino italiano.

Roma es una histórica ciudad bulliciosa que, pandemia aparte, recibe millones de visitantes al año. Uno de sus grandes atractivos es la gastronomía, con infinidad de locales que buscan atraer al turista y también al hambriento local, que normalmente tiene poco tiempo para detenerse a comer tranquilamente. La comida callejera está a la orden del día, y por eso no es de extrañar que los trapizzini se convirtieran en todo un éxito casi instantáneo.

La pizza romana, a diferencia de la napolitana, es fina y crujiente, pero la fórmula que se emplea para preparar el formato al taglio (al corte) también difiere de ambas. Conecta en cierta manera con la focaccia, pues se trata de una masa muy hidratada, esponjosa pero resistente, fermentada lentamente y con un buen alveolado interior.

Trapizzino6

Es una pizza muy popular como comida callejera rápida, ya que los locales suelen presentarla ya preparada en grandes bandejas rectangulares, precortada en porciones, destinadas a ser consumidas fuera del local. Hoy en día es un formato extendido por todo el mundo, muy común también en las grandes capitales de España. Para ser una comida satisfactoria, eso sí, debe contener una generosa cantidad de ingredientes, de ahí que la masa sea más gruesa.

La pizza al taglio triunfa por su carácter de street food ideal, pero puede resultar monótona. ¿Podía mejorarse la fórmula?

El panadero glotón que quiso reconectar la pizza con la gastronomía italiana

Callegari

El creador de la sensación romana de la última década es Stefano Callegari, un apasionado pizzero que casi se puede decir que lleva lo de trabajar con masas en la sangre. Comenzó sus andanzas entre harinas siendo aún un niño en un horno de panadería, donde aprendió los fundamentos del viejo oficio y los secretos de la masa madre.

Tras pasar por el obrador de distintas pizzerías, Callegari dedicó varios años de su juventud a viajar y conocer mundo, hasta que volvió a su Italia natal para emprender su propio negocio. Después de calentar motores en Roma con Sforno, una pizzería que montó con unos amigos, inauguró más tarde en el barrio de Testaccio 00100 Pizza, en referencia al tipo de harina que usaban para sus masas, con notable éxito.

Trapezzino1

Callegari, que se define a sí mismo como "glotón, romántico y soñador", tenía, sin embargo un dilema. La pizza al taglio parecía siempre la mejor opción para la hora del almuerzo, que exige velocidad para satisfacer el hambre antes de continuar con la jornada laboral, pero todo tiene un límite. Tenía que haber más opciones de comida callejera que permitiera degustar otras recetas tradicionales de la cocina italiana.

Tras ahondar un poco en la diversidad de street food que se come en las calles de todo el mundo, el chef tuvo la idea de combinar su masa de pizza con el concepto del sándwich italiano, el tramezzino. Tras diversas pruebas y ver que la cosa tenía futuro, se alió con su amigo el también cocinero Paul Pansera para lanzar oficialmente su nueva criatura, el trapizzino. Corría el año 2008 y no tardó en ganarse el estómago de romanos y turistas.

Masa madre, paciencia y rellenos a la italiana

Los trapezzini siguen esa línea de comida callejera rellena para devorar con las manos, que tanto han marcado tendencia en los últimos años. Los baos, los bubble waffles, los taiyakis o las arepas son solo unos ejemplos, aunque nos faltaba algo más mediterráneo.

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La creación de Callegari y Pansera, cuyo nombre está registrado, consiste en una masa de pizza blanca muy esponjosa horneada en bandejas rectangulares, porcionadas en cuadrados que se cortan diagonalmente por la mitad, obteniendo triángulos, como un sándwich. La esponjosa miga permite abrir un hueco en el interior de cada trapezzino, como un pan de pita, que se rellena a voluntad.

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La fórmula de la masa no ha cambiado desde las primeras pizzas de Callegari, y se enorgullecen mucho de conservar la tradición artesanal original del pizzaiolo. Solo trabajan con lievito madre, harinas de primera calidad y lentas fermentaciones, lo que unido al cocinado de sus suculentos rellenos alargan la preparación de cada pieza hasta 48 horas. Es comida rápida de comer, pero no de cocinar.

La carta de los rellenos sí varía a lo largo del año, según el local y según la temporada. Sus responsables han querido homenajear a la cocina más tradicional italiana, ahondando en su propio pasado familiar e investigando en los platos típicos de otras regiones del país, recuperando recetas familiares e ingredientes locales, reinterpretándolos para adaptarlos.

Bacalao

De esta forma, se pueden encontrar trapizzini de alcachofas a la romana, de pulpo al sugo, stracciatella de burrata con calabacines alla scapece o con anchoas, lengua en salsa verde, pollo alla cacciatora, berenjenas a la parmesana, tripa a la romana, bacalao con pimientos, etc. No son, desde luego, los ingredientes más típicos de una pizza, pero sí reflejan la riqueza de la cocina italiana más auténtica.

Un éxito fulgurante convertido en franquicia internacional

Trapizzino

Parecía obvio que el negocio podía tener mucho más recorrido fuera de sus fronteras, y Callegari tenía puesto el ojo en el mercado estadounidense, donde tanto la pizza como la comida callejera gozan de una popularidad evidente. El gusto americano por pizzas de toda condición, y la particular afición que allí tienen por un producto precocinado llamado hot pockets ("bolsillos calientes"), ponían en bandeja la expansión internacional de la nueva franquicia.

En el año 2013, los trapizzini se independizaron del local original, acabando así la historia de la pizzería madre que los vio nacer, para convertir, definitivamente, el producto en toda una marca propia de sus creadores. En pocos años, los socios y amigos expandieron su negocio por la capital y desde entonces han abierto también locales en otras ciudades del país, como Turín, Florencia o Milán.

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Así, menos de una década después de su nacimiento en el corazón de Roma, el trapezzino desembarcó en Estados Unidos con su primer local en 2017 en Nueva York. Allí sigue abierto hoy el local en pleno Lower East Side, ofreciendo un menú algo más modesto que sus hermanos italianos, pero que parecen haberse convertido en un referente del street food de la zona, particularmente para almuerzos y trabajadores con poco tiempo para cocinar en casa.

Debido a la pandemia, el restaurante ha tenido que adaptarse para ofrecer solo comida para llevar, y actualmente está cerrado de forma temporal. Si todo vuelve a la normalidad en un futuro próximo, se espera que la franquicia de estos sándwiches-pizza sigan expandiéndose también en otros países.

Fotos | Trapizzino
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Una apuesta por el bacalao fresco de temporada: qué es, qué propiedades tiene y en qué recetas sacarle todo el partido

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Una apuesta por el bacalao fresco de temporada: qué es, qué propiedades tiene y en qué recetas sacarle todo el partido

La versatilidad marina convertida en delicia gastronómica. El bacalao es una de esas estrellas culinarias que lleva presente en nuestras cocinas desde hace siglos, bien sea en fresco o en seco, y que durante muchos años ha sido el primer pescado en colarse en nuestros fogones, sobre todo en la versión en salazón, que permitía extender su vida útil y llegar así a todos los rincones de España.

Los tiempos han cambiado y seguramente consumamos menos bacalao que el que consumían nuestros antepasados, y sobre todo tomemos menos bacalao seco e incluso puede que los más mayores de las casas se sorprendan viendo su precio. De un producto humilde e incluso barato hemos pasado a tener al bacalao a un precio que podríamos catalogar de caro, independientemente de frescos y secos, pero que tiene sus razones.

Eso no quita que en nuestras cocinas no sigamos sintiendo devoción por un pescado de primera categoría que ha hecho de su polivalencia su razón de ser. Nos puede allanar el camino en entrantes y aperitivos, pero también ser el rey de la cocina cuando hablamos de primeros y de segundos platos. Pocas cotas le quedan por alcanzar al bacalao, quizá solo la del postre, y porque no nos hemos metido en harina.

En Directo al Paladar sentimos predilección por él en cualquier época del año, ya que su versión en salazón permite usarlo en cualquier momento y porque el ultracongelado también ha hecho mucho bien. Espléndido en las recetas navideñas, fundamental para hacer la pascua y la Semana Santa, para emular a nuestros vecinos con las recetas portuguesas o simplemente porque es un producto magnífico del que hemos sacado decenas de recetas y al que hoy ponemos en valor en su temporada de fresco, más allá del famoso skrei.

Son legión las opciones que nos da en cocina: patatas con bacalao, brandada, buñuelos, croquetas, al horno, al pilpil, a la vizcaína, en tortilla, el empedrat, la esqueixada o el bacalao a bras.

Descripción y características

Foto Descripcion

Del Atlántico, común o de Noruega son los nombres comunes con los que conocemos al Gadus morhua, nombre científico del bacalao. Hablamos de un pescado blanco, originario del Atlántico norte y que por tanto vive en aguas saladas y frías, habituado a temperaturas que no superen los siete grados. Pertenece a la familia de los gádidos, a la que da nombre, caracterizada por tener tres aletas dorsales, dos anales y una cola que no se bifurca.

Aunque no lo aparente, es un pescado con escamas, solo que son muy pequeñas, bastante blandas y circulares. Físicamente además sorprende por el tamaño de la boca y la cabeza, destacando la mandíbula superior, muy marcada, que alberga una colección de pequeños pero fuertes dientes que le sirven para ser un voraz predador de peces más pequeños, crustáceos y otros mariscos, que forman la base de su dieta.

No es habitual que lo veamos en entero en los mercados, sino ya en lomos, filetes, supremas o en los clásicos despieces de salazón, al contrario de lo que pasa con otros gadiformes como la merluza, el carbonero o la brótola. Es un pescado de tamaño medio, aunque hay pruebas de ejemplares que han llegado al metro y medio, pero el bacalao comercial que solemos encontrar supera escasamente el medio metro y rondar los cuatro kilos.

Si lo viéramos vivo, veríamos que sus colores oscilan entre el marrón y el verde, incluyendo el ciertos tonos rojizos y que presenta una línea lateral que le sirve para detectar movimientos submarinos. Además, la parte superior de lomo está ligeramente moteada en un color más claro que su piel, mientras que la zona ventral se aproxima a tonos plateados.

Sus costumbres son gregarias, encontrándose en grandes bancos a bastante distancia de la costa y a una profundidad que habitualmente es superior a los 300 metros de profundidad pero aún dentro de la plataforma continental, razón por la que se considera pesca de altura (realizada con arrastre y cerco, principalmente). En estado salvaje pueden vivir hasta los 25 años, además de tener una madurez sexual bastante pronta, en torno a los 4 años. Aún así, el bacalao ha sido objeto de capturas masivas desde hace décadas, razón por la que la especie está incluida como vulnerable por la UICN, que ha instado a limitar capturas y a permitir mayores vedas del bacalao.

Zonas de captura y la mejor temporada

Foto La Mejor Temporada

Todo el Atlántico norte, tanto en la parte americana como en la parte europea, son los caladeros principales del bacalao atlántico, que se pesca desde el Golfo de Vizcaya hacia el norte, llegando al mar Báltico, al mar del Norte, el de Noruega y el de Groenlandia, siendo las costas canadienses y noruegas en las que más bacalao se captura.

El bacalao común tiene una temporada bastante larga, comprendida entre finales de diciembre y primeros de mayo, que permite ser capturado durante más tiempo que el del otro gran bacalao, el skrei -del que te hemos hablado aquí-, y que se captura solo de enero a abril.

Solo por detrás de las sardinas, boquerones y anchoas, la industria pesquera del bacalao es la segunda en toneladas capturadas anualmente, lo que ha mermado sus caladeros naturales y ha obligado a restringir capturas y zonas de pesca. Es el caso del mar Báltico, que en 2019 fue sometido a una moratoria de pesca, y también al Mar del Norte, donde asociaciones ecologistas recomiendan reducir las capturas un 70%, de las que se han hecho eco la Unión Europea. Incluso países tan bacaladeros como Islandia o Noruega han reducido sus capturas con vistas a recuperar la especie.

Propiedades y beneficios nutricionales

Foto Beneficios

Sano, saludable y muy fácil de preparar, el bacalao es además es un tesoro gastronómico que cualquier médico recomendaría. Muchas proteínas de alto valor biológico, pocas grasas e importantes minerales le hacen práctico en cualquier tipo de dieta, sobre todo en aquellas que necesiten cuidar problemas de peso, de tensión o relacionados con el colesterol.

Hablamos de un producto con un 22% de proteínas sobre el total, aportando en crudo apenas un 1% de grasa, un tesoro que también debemos mimar en la cocina y donde es conveniente no aportar demasiadas grasas en las preparaciones. Respetando su punto y el tipo de cocción, el bacalao también ofrece un aporte mineral relevante en potasio, sodio, fósforo y yodo, por lo que encontraremos en él un buen aliado para cuidar nuestra salud renal, ocular y también para fortalecer huesos, músculos y dientes.

Además, tiene la ventaja añadida de ser un pescado con muy poca merma y de no aportar apenas mercurios a nuestra dieta, al contrario de lo que puede pasar con grandes pescados o mariscos, por lo cual no hay que temer la presencia de purinas o metales pesados en su carne.

Consejos para escoger y comprar el mejor bacalao

Foto Mejor Bacalao

Salvo en pescaderías del Cantábrico es difícil encontrar pescados parecidos al bacalao. Es el caso del abadejo, el cual no es frecuente en las pescaderías del sur y del Levante español, pero aún así se distinguen bien por su tamaño y por carecer estos últimos del barbillón mentoniano (un par de bigotes en la mandíbula inferior del bacalao que el abadejo no tiene). El otro parecido razonable es el que se da con el fogonero o carbonero, que sí tiene barbillón aunque su cola es ahorquillada, lo que le distingue fácilmente del bacalao.

Generalmente vemos el bacalao ya preparado, ya sea en lomos, filetes, rodajas o supremas, amén de las preparaciones en salazón. Si nos vamos al bacalao entero veremos que oscila entre el kilo y medio y los cuatro kilos, por lo que es un pescado que da mucho juego si lo compramos así.

Siempre hay que tener en cuenta para qué lo vamos a utilizar y qué tipo de bacalao entre manos, siendo los tres principales en fresco, curado en sal y en salazón. Estas dos últimas categorías, aunque puedan parecer iguales, no lo son, y de ellas te hemos hablado aquí, puesto que hoy nos vamos a centrar en el bacalao fresco.

Si estamos en la pescadería delante del bacalao fileteado debemos prestar atención a su brillantez, tersura y olor. El bacalao fresco debe ser blanco marfil y presentar un aspecto prieto y brillante. Nunca debe estar ligeramente baboso, ni oler amoníacado, y por supuesto no debe parecer apagado.

Si nos vamos al bacalao entero las condiciones deben ser similares -aunque no es frecuente que lo compremos así-. La piel debe ser brillante, húmeda y los ojos han de corresponder a esos parámetros, siendo vivos y estando bien ajustados a las órbitas. Si cuelgan, son saltones o secos, el bacalao no será fresco. Tampoco debe estar magullado ni golpeado, además de mantener sus escamas naturales.

Es habitual que ya esté eviscerado incluso en la pescadería, puesto que sus interiores no son especialmente aprovechables -salvo para la industria del hígado-, con una excepción, la mal llamada 'tripa', que en realidad es la vejiga natatoria y no es una víscera como podría ser el hígado, el intestino o el corazón, y que puedes aprovechar para hacer los callos de bacalao.

Cómo preparar el bacalao en casa

Foto Cocina El bacalao en salazón es fácilmente distinguible del bacalao fresco por su color, aroma y textura.

Ventresca, lomo, desmigado, cola, cocochas y tripa son las partes fundamentales del bacalao, tanto en fresco como en seco. Los cortes más frecuentes serán supremas, filetes y rodajas, pero aún así todos tienen diferentes usos, ya que cambian las texturas y la gelatina presente en cada una de ellas.

El lomo, que es la parte menos grasa y más tierna, es conveniente utilizarla para recetas al vapor, a la plancha o para hacer fritos -ya sean rebozados o no-, además de poder utilizarlo para el horno, pero siempre vigilando bien los tiempos. En cualquier caso, siempre que vayamos a cocinar bacalao conviene secarlo a conciencia -sobre todo si va a ser frito o con aceite-, ya que es un pescado con bastante agua y no queremos que salte o se cueza.

La ventresca, que es la parte inferior del bacalao, es más grasa y más gelatinosa, por lo cual es más indicada para hacer platos al horno y también para todos aquellos guisos en los que tengan importancia las salsas, como por ejemplo un pilpil o un bacalao a la vizcaína, ya que los hace más densos. La cola también tiene una buena proporción de gelatina, aunque es más seca pero también muy sabrosa, así que la recomendamos utilizar también para guisos, sopas y caldos.

Las espinas del bacalao también se pueden aprovechar para hacer caldos, aunque en mi opinión quedan demasiado bastos porque sueltan más gelatina y sabor que otro tipo de pescados como rapes y merluzas, así que no recomiendo realizar caldos con ellos porque el bacalao eclipsa al resto de sabores.

Las cocochas y las tripas se preparan también en guisos y pilpiles, mayoritariamente, siendo las primeras algo más bastas que las de la merluza pero también muy sabrosas. Las segundas se pueden preparar a la manera de unos callos, yéndole bien los sabores ligeramente picantes.

28 recetas para aprovechar el bacalao de temporada

Patatas Con Bacalao

Si le damos la batuta al Gadus morhua nos puede cuadrar una orquesta en la que empecemos en entrantes y aperitivos con él, luego demos paso a los primeros platos al mando de la cuchara y rematemos la sinfonía con los segundos platos. No se le puede exigir más versatilidad ni capacidad de adaptación porque vale para fríos, para calientes, para platos reconfortantes o para picoteos rápidos, razón por la que nos entregamos a la causa bacaladera con pasión.

Aperitivos, entrantes y platos fríos

Bunuelos De Bacalao

Es cierto que la mayoría de recetas en las que el bacalao se presenta en frío es por haber desalado una buena pieza, aunque eso no significa que con el bacalao fresco no podamos imitar ciertas recetas tradicionales. Solo debemos tener en cuenta que habrá que ponerles un puntito de sal, pero por lo demás la elaboración es prácticamente la misma.

Sencillas, resultonas y donde bien podemos funcionar con rebozados (véase croquetas o buñuelos), pero también ensaladas creativas, cremas como la brandada o el atascaburras, o, cómo no, algunos platos regionales como el esqueixada o el empedrat, que son herederos de tradiciones bacaladeras en salazón que podemos imitar con fresco.

Sopas, cremas, potajes y primeros platos

Potaje De Cuaresma Con Bacalao Y Langostinos

La legumbre, la patata y todo tipo de hortalizas se llevan de maravilla con el bacalao, al que le podemos sacar mucho partido con la cocina caliente y que es bastante fácil de integrar en todo este tipo de recetas. Sobre todo cuando se acerca Semana Santa y le ponemos en mente como solución llena de proteínas para cualquier tipo de dieta.

Horno, plancha, fritos, parrilla y otros segundos platos

Bacalao Al Pil Pil

Es difícil encontrar una casa en la que el bacalao no se trabaje o haya trabajado. Aquí le vemos en todo su esplendor de los platos principales, demostrando que a pesar de su humildad, puede ser un importantísimo pescado con poco que envidiar a otros reyes del mar.

Todo un recital en el que sacar todo el partido posible al bacalao y demostrar que hay vida mucho más allá de unas pocas recetas para aprovecharle en todo su esplendor esta temporada.

Imágenes | iStock

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No todos los cacaos en polvo son iguales: cuántos tipos hay, en qué se diferencian y cómo usarlos en nuestras recetas

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No todos los cacaos en polvo son iguales: cuántos tipos hay, en qué se diferencian y cómo usarlos en nuestras recetas

El chocolate y el cacao se suelen englobar en una misma categoría de productos, a pesar de que no son en absoluto lo mismo. El primero lo podemos comer directamente o usar en recetas, mientras que el cacao, normalmente, necesita ser procesado de alguna manera antes de su consumo, pues lo consideramos más como un ingrediente. Su naturaleza parece simple, pero en el mercado podemos encontrar diferentes tipos de cacao en polvo con propiedades y usos distintos.

Aunque poco a poco la sociedad va tomando conciencia de por qué es importante reivindicar una mayor transparencia en la industria chocolatera, y que no siempre el más oscuro es el mejor, sí hemos aprendido a elegir el chocolate en función de su porcentaje de cacao. Sin embargo, conociendo ciertas campañas promocionales de algunas marcas, no parecemos tener muy claro por qué es más saludable el chocolate que llamamos "negro".

Es sencillo: los supuestos beneficios saludables del chocolate proceden de las propiedades del cacao. Pero un chocolate está elaborado a partir de una mezcla de pasta de cacao, manteca de cacao (grasa) y azúcar o edulcorantes en proporción variable, más otros posibles ingredientes (leche, aromas, frutos secos...).

De las semillas del cacao se pueden obtener otros productos, pero el más común y conocido es el cacao en polvo. Ahora bien, existen igualmente distintos tipos, y no nos referimos solo a las bebidas de cacao soluble.

¿Qué es el cacao en polvo?

Cacao

En España, la legislación que regula la producción, comercialización y etiquetado del cacao y sus derivados está recogida en el Real Decreto 822/1990. En dicho documento, algo anticuado ya, se diferencian seis tipos de cacao:

  • Cacao en polvo o cacao. Las semillas de cacao, previamente secadas y fermentadas, se reducen a una pasta que se transforma en una especie de torta por presión hidráulica; esa torta se procesa mecánicamente para convertirla en polvo molido. Contiene, al menos, un 20% de manteca de cacao.
  • Cacao magro en polvo, cacao magro, cacao desgrasado en polvo, cacao desgrasado. El mismo cacao anterior, pero con menos grasa, pues debe tener un mínimo en manteca de cacao es de un 8%.
  • Cacao azucarado en polvo, cacao azucarado, chocolate en polvo. Aquí empiezan los problemas, pues ya no hablamos de cacao puro. El cacao se mezcla con sacarosa (azúcar), de tal forma que 100 g de producto contengan, como mínimo, 32 g de cacao en polvo.
  • Cacao familiar azucarado en polvo, cacao familiar azucarado, chocolate familiar en polvo. Bajo este confuso término se incluye una mezcla de cacao en polvo y sacarosa con menor porcentaje del primero, pues debe contar, como mínimo, con 25 g de cacao en polvo por cada 100 g.
  • Cacao magro azucarado en polvo, cacao magro azucarado, cacao desgrasado azucarado en polvo, cacao desgrasado azucarado. Es la versión desgrasada del cacao azucarado.
  • Cacao magro familiar azucarado en polvo, cacao magro familiar azucarado, cacao desgrasado familiar azucarado en polvo, cacao desgrasado familiar azucarado. Es la versión desgrasada del cacao azucarado familiar.

Los mal llamados cacaos en polvo con ingredientes añadidos

Estas denominaciones tan poco precisas pueden llevar al consumidor a confundir productos ultraprocesados como cacao en polvo, a pesar de que este es un ingrediente de su formulación, y no son cacao 100%. Solo hay que leer la lista de ingredientes para comprobar que incluyen azúcar (de cualquier tipo) y/o edulcorantes, almidones, leche en polvo, aromas, cereales, etc.

Cacao Soluble

Están destinados a ser consumidos diluidos en leche o algún otro líquido frío o caliente, por eso a menudo se conocen también como cacaos solubles. Sin embargo, los supermercados acostumbran a incluirlos en una misma categoría de "cacaos y cereales solubles", y en su diseño frontal no es raro que aparezcan llamativas afirmaciones del tipo "cacao natural 100%".

Estos productos, aunque pueden utilizarse como ingrediente en algunas recetas -nada que objetar si se emplean de forma consciente-, no son sustitutos del cacao natural. Y recordemos que, aunque tengan poca grasa, suelen contener grandes cantidades de azúcares.

Cacao en polvo

La legislación no obliga a incluir términos como "natural", "puro" o "100%", pero muchas marcas lo añaden como elemento diferenciador. Como ya hemos señalado, se obtiene a partir de las semillas de la vaina del cacao, secadas y fermentadas, que se convierten en una pasta la cual se prensa y después se procesa para convertirla en polvo.

Cacao

La mayoría de marcas comerciales ofrecen un cacao desgrasado, cuyo porcentaje de manteca de cacao puede variar ligeramente (por eso podemos ver diferencias en el etiquetado nutricional). A efectos prácticos, ese porcentaje de grasa total es prácticamente indiferente, lo importante es la calidad del cacao y que no se trate de un sucedáneo.

Es un producto difícil de diluir, que tiende a formar grumos también en seco, por eso siempre hay que tamizarlo antes de añadirlo a las recetas. Se puede consumir tal cual en bebidas de leche o con agua, aunque tiene un sabor muy amargo.

Tamizar Cacao

Lo que realmente distingue a este cacao es su acidez, a menudo color color marrón claro e intensidad aromática. Es el cacao más común en países como Estados Unidos, donde lo habitual es combinarlo en las recetas con bicarbonato sódico, que neutraliza esa acidez. Este cacao es ideal, por tanto, para recetas de chocolate de la repostería estadounidense como el brownie o sus típicas tartas, a menudo muy azucaradas.

Hershey's Cocoa - 226g

Hershey's Cocoa - 226g

Cacao en polvo alcalinizado o de proceso holandés

También se trata de cacao en polvo natural sin ningún tipo de endulzante o almidón añadido, pero ofrece una diferencia notable: se ha sometido a un tratamiento específico para eliminar o reducir al máximo la acidez natural del cacao.

Cacao Rojo

Este proceso, conocido como holandés (dutch processed) en honor a su inventor, el holandés Conrad Van Houten, consiste en aplicar un álcali que reacciona con los ácidos del cacao para suavizar su sabor y evitar ese regusto amargo. A la vista, es un cacao más rojizo y oscuro que el anterior, y se diluye y mezcla un poco mejor, con resultados más finos.

Este es el cacao más común en Europa, destinado a usos reposteros o culinarios, y normalmente no aparece indicado en el paquete porque, se supone, no hace falta. Con la expansión de la repostaría americana y la importación de muchos productos, algunas marcas empiezan a señalarlo.

Cacao Masa

Donde sí podemos comprobar si se trata de un cacao alcalinizado es en el listado de ingredientes, ya que debe aparecen incluido algún corrector de acidez, generalmente una mezcla de carbonato de potasio e hidróxido de potasio.

Es un cacao versátil para la repostería o ciertas recetas saladas, que proporciona un gran sabor a chocolate muy equilibrado, más agradecido al paladar para quienes no toleran bien las notas ácidas o amargas. En consecuencia, nos permite usar menos azúcar, y prescindir del bicarbonato.

¿Cuándo usar cada uno?

Aún es complicado encontrar en España cacao repostero al estilo estadounidense, sin alcalinizar, como el más típico americano de la marca Hershey. Sin embargo, curiosamente algunas marcas como Valor están lanzando productos aprovechando el tirón de lo saludable, lo supuestamente natural y la guerra contra el azúcar, pero más enfocados a su consumo diluido, como alternativa a las bebidas solubles.

Cacao

Un ejemplo reciente es el Cacao puro 100% natural de Valor, diferente al Cacao puro en polvo desgrasado de la misma marca. Ambos contienen solo cacao en polvo desgrasado, pero el primero no tiene correctores de acidez. Los dos se pueden usar para bebidas o para recetas, aunque la marca siempre ha promocionado el segundo, más antiguo, para usos reposteros.

Chocolates Valor Cacao Puro 100% Natural, 250 g

Chocolates Valor Cacao Puro 100% Natural, 250 g

Chocolates Valor Cacao Puro En Polvo, Tamaño Único, Pack de 1

Chocolates Valor Cacao Puro En Polvo, Tamaño Único, Pack de 1

Entonces, ¿cuál es mejor usar? ¿100% natural o alcalinizado? En nuestro país es raro que indiquemos el tipo concreto, más allá de que sea cacao de verdad, y se pueden usar casi indistintamente. Pero ahora que es más fácil dar con ambos, y que muchos reposteros aficionados se lanzan a probar recetas americanas, conviene tener en cuenta ciertos matices.

  • Cacao 100% natural. Las recetas saldrán más claritas, con un color menos oscuro. El resultado final puede tener un regusto amargo o ácido, por lo que no conviene usarlo en recetas poco dulces o que no incorporen aromas u otros ingredientes que añadan sabor (vainilla, frutos secos, fruta, licor, etc). Si la receta pide más de tres o cuatro cucharadas de cacao, conviene sustituir parte de la levadura química por bicarbonato sódico, para reducir esa acidez.

  • Cacao alcalinizado. Los dulces y postres lograrán un color más oscuro e intenso, y un gran sabor a chocolate. Si la receta pide usar solo bicarbonato sódico como agente levante, se recomienda sustituirlo por una cantidad ligeramente mayor de levadura química. Pero si incluye ambos, no es necesario hacer ningún cambio. Cuando la receta lleva, además, otros ingredientes ácidos (vinagre, zumo de limón...), se puede usar bicarbonato o simplemente añadir una pizca de levadura química, en el caso de que la cantidad de cacao sea elevada. Esto ayudará a que las masas crezcan mejor.

Algunos de los enlaces aquí publicados son de afiliados. A pesar de ello, ninguno de los artículos mencionados han sido propuestos ni por las marcas ni por las tiendas, siendo su introducción una decisión única del equipo de editores.

Fotos | Unsplash - Formulate Health - Mumuío
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Estas son las mejores legumbres de España (y te enseñamos con qué recetas sacarles el mejor partido)

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Estas son las mejores legumbres de España (y te enseñamos con qué recetas sacarles el mejor partido)

Aprovechando que hoy se celebra el Día Mundial de las Legumbres, queremos reivindicar la excelente calidad de las diferentes variedades que se producen en España. Aunque su consumo ha ido decayendo, somos un país con larga tradición en el cultivo y consumo de legumbres, consideradas un alimento humilde pero que también pueden ser un lujo exquisito.

Son muchísimas las variedades de alubias o judías, lentejas y garbanzos que encontramos por todas las regiones, pero quizá no todo el mundo conoce las legumbres de calidad diferenciada reconocidas por sus cualidades excepcionales. Hoy existen ocho Indicaciones Geográficas Protegidas y dos Denominaciones de Origen Protegidas, joyas gastronómicas y nutricionales que os invitamos a redescubrir para disfrutarlas en la mesa.

Saludables, sostenibles, económicas y asequibles, las legumbres han sido y son un alimento básico para millones de personas en todo el mundo, de larga tradición e inseparables de la propia cultura de cada pueblo. Por sus múltiples beneficios y ventajas, tanto para el ser humano como para el planeta, la FAO declaró el pasado 2016 como Año Internacional de las Legumbres, y ahora se ha fijado un día especial para seguir difundiendo sus bondades.

Legumbres

La Confederación Mundial de las Legumbres (Global Pulse Confederation) ya había promovido en años anteriores la celebración de una jornada especial, pero fue el pasado mes de diciembre cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó establecer un día oficial el 10 de febrero que continuara la labor de sensibilización e impulsar su consumo en todo el mundo.

Las 10 legumbres españolas con garantía de calidad diferenciada

En nuestro país disponemos de tal variedad de legumbres nacionales que sería una pena no prestar atención al origen del producto envasado del supermercado, o caer en la misma monotonía repetitiva. Comer legumbres no es aburrido ni soso si apostamos por materias primas de calidad y las cocinamos bien, probando diferentes recetas todo el año que nos permitan explorar todas sus posibilidades gastronómicas.

Fesols

Una buena manera de reenamorarnos de las legumbres puede ser a través de las variedades que presumen del reconocimiento de calidad diferenciada. Son diez alubias, lentejas y garbanzos cuyo origen y calidad ha sido certificado por la Unión Europea y se producen con todas las garantías de cumplir los máximos estándares.

Estas son las mejores legumbres de España, joyas de nuestra tradición culinaria a las que podemos sacar el máximo partido con todo tipo de recetas.

1. Faba asturiana (IGP)

Fabada

Es una judía o alubia blanca de la especie Phaseolus Vulgaris, L., de la variedad tradicional 'Granja Asturiana'. Se grano grande con forma oblonga alargada, deben tener una longitud mínima de 18 mm, un máximo de 11,5 mm de ancho y un grosor máximo de 8,5 mm. De color blanco y superficie lisa, las auténticas fabes se mantienen enteras tras la cocción, blandas y mantecosas, con una piel suave.

Está claro que la mejor receta para rendir homenaje a esta excepcional legumbre es la fabada asturiana al estilo tradicional, plato emblemático que, por suerte, no parece saber nada de modas. Otra opción nada desdeñable es la fabada asturiana en 20 minutos, cocinada en olla exprés de forma sencilla para simplicar el proceso, o en olla de cocción lenta.

Fabes

Pero las fabes también son exquisitas en guisos marineros con rape o pixín, mariscos o pulpo picante. Nada nos impide comerlas en frío o salteados, pero sin duda es una alubia que gana mucho en los platos más de cuchara, como la curiosa receta de "cena del cura", de tradición asturiano-gallega.

2. Alubia de La Bañeza-León (IGP)

Alubias con Sacramentos

Las alubias producidas bajo la Indicación Geográfica Protegida de La Bañeza-León se encuadran en 98 municipios de la provincia leonesa, y abarcan las variedades pinta, canela, plancheta y riñón menudo. Son en general alubias muy finas y elegantes, de tamaño no muy grande y que, si son frescas, requieren menos tiempo de cocción que otras variedades.

Alubias

Con planchetas y riñón podemos marcarnos desde unas alubias con almejas o con salchichas a la salvia y ajo negro, hasta un estofado con boletus, ajustando la cocción de las verdinas originales a estas alubias.

Las suaves pintas y canelas se podrían ajustar a guisos como este estofado de inspiración montañesa en olla exprés, este otro riojano con sacramentos o unas pintas estofadas con choricitos. Con embutido de León, por supuesto.

3. Garbanzo de Fuentesaúco (IGP)

Potaje Garbanzos

El de Fuentesaúco es un garbanzo caracterizado por su buen tamaño, medio-grande, con pico pronunciado curvado y una piel ligeramente rugosa. Cocido correctamente se mantiene entero, con la piel completa y suave, ligeramente firme pero un interior mantecoso, no harinoso. Tiene un sabor magnífico que combina con carnes y embutidos, pero también ennoblece platos de verduras e incluso recetas marineras.

Es otra legumbre excelente para el cuchareo, empezando por unos tradicionales garbanzos guisados o yendo ya al clásico cocido madrileño o sus variantes regionales, como el cocido gallego con castañas y kale. El potaje de garbanzos más humilde o el potaje de vigilia tradicional también son platos de lujo con esta legumbre. Incluso se puede disfrutar en frío, por ejemplo en la ensalada de garbanzos con tomates y ventresca de atún.

4. Judía de El Barco de Ávila (IGP)

Judias Chorizo

Esta Indicación Geográfica recoge alubias de las variedades blanca riñón, blanca redonda, arrocina, blanca planchada, morada redonda, morada larga y el judión de El Barco; hay, por tanto, judías para todos los gustos y recetas. Todas comparten la característica piel fina, su elegancia en el plato tras la cocción y la carne mantecosa sin textura harinosa, excelente para guisos, potajes, ensaladas o cremas.

Nos podemos animar para empezar con un plato de judiones en vinagreta o ir a lo más tradicional cocinando unas judías blancas con chorizo. Son estupendas con productos del cerdo, como en la receta de judiones del Barco con costilla y chacinas, o con las judías arrocinas con alcachofas y costillas. También son muy ricas convertidas en una apetecible crema o guisadas con verduras y pasta al estilo italiano.

5. Lenteja de La Armuña (IGP)

Lentejas con Bulgur

De color verde claro, ligeramente jaspeado, esta lenteja tiene un calibre medio de entre 5 y 7 mm de grosor. Su piel es fina y permanece adherida cuando se cocinan en su punto y son frescas, manteniendo el grano entero, suave, proporcionando gran sabor al caldo en el que se cuece.

Son lentejas muy sabrosas para disfrutar de platos tradicionales, típicos de los meses fríos o de temporada de matanza, como las lentejas con chorizo o las lentejas con costillas. Pero tampoco desmerecen en absoluto con recetas más ligeras, desde unas reconfortantes lentejas guisadas viudas o guisadas con verduras y bulgur, hasta una ensalada con vinagreta de mostaza.

6. Lenteja Pardina de la Tierra de Campos (IGP)

Lentejas con Gambones

La de Tierra de Campos, que integra los municipios de Palencia, León, Valladolid y Zamora, es una lenteja muy reconocible por su color pardo o marrón ligeramente rojizo. Es muy fina, de calibre pequeño, de piel suave que no se pierde durante la cocción, más breve que otras lentejas.

Es una lenteja estupenda para animarse con recetas más ligeras y frescas, por ejemplo en una ensalada o preparando un original hummus. Otras buenas propuestas para descubrir su textura y sabor son las lentejas con escabeche de pechuga de pollo, las lentejas con gambones y alcachofas o cocinadas al pimentón con presa ibérica embuchada.

7. Faba de Lourenzá (IPG)

Judiones

Conocida popularmente como "faba galaica", la de Lourenzá tiene una larga tradición en la tierra del mismo nombre, en Lugo. Es una alubia blanca de gran tamaño pero piel muy fina, casi imperceptible con el grano tras la cocción, que crece mucho en volumen gracias a su gran capacidad de absorción de agua. Es alargada y ligeramente arriñonada, sin manchas ni vetas.

Estas características la hacen estupenda para guisotes con fundamento como una réplica de la receta de judiones con sus sacramentos, pero no hay que olvidar los exquisitos caldos que salen de las recetas marineras. Podemos probarlas guisadas con calamar, también con langostinos en una receta exprés, o animarnos con una receta a fuego lento con langostinos y chipirones.

8. Mongeta del Ganxet (DOP)

Bacalao

La Denominación de Origen reconoce y protege la calidad de una variedad autóctona de alubia blanca, de cultivo tradicional en municipios de las comarcas del Vallès Occidental y del Vallès Oriental, El Maresme y La Selva. El nombre de ganxet, "pequeño gancho" en catalán", hace referencia a su pronunciada forma arriñonada curva. Es una alubia blanca brillante, ligeramente plana, de tamaño medio, muy tierna tras la cocción.

Si queremos darle un buen homenaje a esta judía podemos preparar la receta de bacalao de cuaresma de Carme Ruscalleda adaptada a cocinas domésticas, o animarnos con nuestra receta de alubias blancas favorita, por ejemplo guisadas con carne adobada. Para variar nuestro recetario podemos probar unas saludables alubias guisadas con calabaza y patata o al horno con salsa de tomate, cuscús y feta.

9. Garbanzo de Escacena (IPG)

Garbanzos Espinacas

Este garbanzo de tipo lechoso es una variedad tiene un calibre mínimo de 8 mm de grosor y se reconoce por su color blanco pálido, ligeramente amarillento y muy claro, con una forma algo alargada y aplanado por lados. El aspecto exterior es algo rugoso, con abultamientos y surcos, pero la piel es muy fina y no se pierde tras la cocción.

Es un garbanzo muy versátil para platos de cuchara y también para salteados, ensaladas y aperitivos más ligeros. Queda estupendo en recetas ligeras como la ensalada de garbanzos con tomates y ventresca, en versión agridulce o en platos vegetarianos como la calabaza salteada con garbanzos y aliño de yogur.

Ensalada

Por supuesto, también podemos disfrutarlo en recetas más tradicionales, como los garbanzos con espinacas, pasas y piñones simplemente guisados, con bacalao y espinacas o cocinados con calamares.

10. Fesol de Santa Pau (DOP)

Fesols

Mi compañero Pakus ya nos habló de esta deliciosa variedad de alubia blanca hace unos años, descubriéndonos todas sus características y bondades en la cocina. Los fesols de Santa Pau son una legumbre tradicional catalana que se cultiva en la localidad que les da nombre, en la comarca de la Garrotxa (Gerona), y se caracterizan por su pequeño tamaño, color blanco brillante, piel fina y forma ligeramente arriñonada.

La Denominación de Origen se encarga de proteger las semillas de judía Phaseolus vulgaris L. de las variedades tavella brisa, setsetmanera y gra petit, tanto secas como cocidas y en conserva. Son legumbres cultivadas en suelo volcánico y cuentan con reconocimiento de calidad de la Comisión Europea desde julio de 2015.

Fesols

Suaves, melosas, mantecosas y ligeramente dulzonas, ofrecen una piel muy delicada que, bien cocida, permanece intacta y resulta muy agradable al paladar, casi deshaciéndose en la boca. Son ideales para guisar al modo tradicional con productos típicos de la tierra, como la butifarra, pero también admiten otras cocciones de platos de cuchara y productos del mar. Además son estupendas para tomar en frío a modo de ensalada.

La mejor receta para descubrir sus propiedades gastronómicas es la tradicional de fesols de Santa Pau con butifarra y setas. Por su semejanza en tamaño y cualidades, también podemos cocinarlas al estilo de las verdinas con gambas y alcachofas fritas, con codornices guisadas o lucirnos con un fantástico arroz caldoso con judías blancas.

Sopa

¿Conocíais todas las variedades de legumbres con reconocimiento de calidad? ¿Cuáles son vuestras favoritas?

Fotos | iStock
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Todo sobre el azafrán, la fragante especia más cara del mundo: propiedades y usos en la cocina más allá de la paella

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Todo sobre el azafrán, la fragante especia más cara del mundo: propiedades y usos en la cocina más allá de la paella

El conocido como oro rojo de la cocina hace honor a su apodo, pues el azafrán es la especia más cotizada del mundo, pudiendo alcanzar precios que superan los 2.000 euros el kilo. A pesar de ello, es un ingrediente que bien merece reivindicar su lugar en nuestras cocinas, pues apenas necesitamos una minúscula cantidad de este condimento para llenar nuestros platos de su inconfundible aroma, imposible de imitar con colorantes y sucedáneos.

Casi siempre asociado a la elaboración de paellas y arroces amarillos, el azafrán ofrece, sin embargo, una versatilidad inusitada en la cocina, tanto en recetas saladas así como en dulces y bebidas. El sabor tan particular que aporta a los platos parece representativo de una parte de la identidad gastronómica española, y al mismo tiempo nos puede trasladar a cocinas más exóticas, como la india.

¿Qué es el azafrán?

Azafran Flores

Azafrán es el nombre que recibe tanto la planta como la especia obtenida de los estigmas de las flores de la misma. Se trata de la especie Crocus sativus, una iridácea a cuyo género (Iris), pertenecen miles de plantas herbáceas, bulbosas y perennes distribuidas por todo el mundo, que suelen tener flores llamativas, y no suelen superar los 15-20 cm de altura.

Azafran Flor

Es precisamente la flor del azafrán su parte más valiosa. Por sí sola podría ser muy apreciada únicamente por sus valores estéticos, pues llama mucho la atención debido al brillante color lila de los pétalos, y su elegante forma. El pistilo de cada flor alberga tres largos estigmas de color rojo sangre, que, una vez recolectado y tratado adecuadamente, se convierte en el azafrán como condimento.

Un poco de historia

Azafran2

Los orígenes del azafrán se remontan a unos 3.000 años, procedente de especies silvestres precursoras nativas del sudeste asiático. Su cultivo por el ser humano es uno de los más antiguos, pues ya las primeras civilizaciones apreciaron su virtudes, atribuyéndole propiedades en ocasiones rituales, también medicinales, cosméticas y culinarias.

Tal era su importancia que aparece plasmado figurativamente en frescos palaciegos de la Antigüedad Clásica, destacando los ejemplos de la Creta minoica. Asimismo, es una especia mencionada en fuentes escritas como 'La Odisea', y sabemos que era una de las mercancías más codiciadas por las que se emprendían azarosos viajes náuticos para su compraventa.

Azafran1

Su introducción y expansión por el centro y oeste de Asia no está del todo clara, aunque se cree que fueron los mongoles quienes llevaron el azafrán a China, y de allí pasaría a la India, donde ocupa hoy un papel primordial en su cocina.

En Europa, el desarrollo de cultivos propios se asocia a la llegada de los árabes, a cuya cultura se vincula también el mismo origen del nombre de la especia. Hubo producciones de diversa importancia y éxito en casi todos los países europeos, aunque la mayoría fueron abandonados, siendo más lucrativo el negocio de las importaciones. Los colonos llevarían el condimento a Norteamérica, donde incluso llegaría a cultivarse a pequeña escala en la zona de Pensilvania.

El cultivo y la producción de azafrán en España

Azafran Cosecha

Mientras que el interés y la producción de azafrán en Europa fue decayendo, en España su cultivo sobrevivió a la llegada de otras especias exóticas, debido en gran parte a haberse convertido ya en un elemento integrado plenamente en las tradiciones locales. Nuestro país es el segundo productor mundial, muy por detrás de Irán. Aún así, las plantaciones se han visto reducidas en la última década.

Castilla-La Mancha es la comunidad que produce más del 90% del azafrán nacional, y goza además del reconocimiento como producto con Denominación de Origen Protegida. También se produce a menor escala en algunas zonas de Valencia, Alicante, Murcia, Teruel o Baleares, entre otras.

El ciclo habitual de cultivo comienza con la siembra a finales de primavera o ya los meses de junio y julio, cuando los bulbos se desarrollan bajo la tierra, resistiendo muy bien las temperaturas cálidas. La floración se produce en otoño, centrándose la cosecha normalmente entre finales de octubre y las primeras semanas de noviembre.

Azafran Cosecha2

Es una planta que responde mejor a los climas extremos, de intenso calor veraniego y frío en otoño, y no necesita agua abundante, pero sí cierta humedad ambiental. Las heladas tempranas o la ausencia de lluvias de finales del verano pueden mermar o estropear una cosecha.

Esta se debe realizar manualmente en un trabajo costoso y lento, pues hay que retirar las flores una a una, con sumo cuidado para no estropearlas, deposiránse en cestas o cajas en las que circule el aire. Una vez cosechadas, las flores se mondan o desbriznan también a mano, retirándose los apreciados estigmas para proceder después al tostado y secado.

Iran

Es en esta fase de la producción donde se logra la calidad final del azafrán, pues el proceso de tueste, la temperatura y el tiempo influyen de manera determinante en aroma, sabor y poder colorante del mismo. Finalmente se envasa rápidamente, procurando aislarlo de la luz, de la humedad y del exceso de temperatura.

Propiedades y beneficios del azafrán

Por muy tentados que estemos de añadir al azafrán al grupo de los mal llamados superalimentos, lo cierto es que se emplea una cantidad tan pequeña en la cocina, que su ingesta no nos va a proporcionar nutrientes significativos por sí solo.

Azafran Macro

Destaca por su contenido de hidratos de carbono y proteínas vegetales, con una pequeña cantidad de en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, así como de ciertos minerales, entre los que sobresalen el potasio o fósforo. Pero, de nuevo, la ingesta habitual de azafrán no nos va a suponer un suplemento o exceso de ningún macro o micronutriente básico.

Sí es más interesante por las propiedades antiinflamatorias que se asocian a su consumo, pudiendo ejercer efecto protector contra ciertas enfermedades como el cáncer, incluso se está estudiando su uso para tratamientos de quimioterapia. Pero es su poder aromático, saborizante, colorante y fragante el que nos proporciona más beneficios.

Azafran Specias

Al condimentar con azafrán podemos reducir la sal, el azúcar y las grasas menos saludables en la cocina. También es conocido por sus propiedades estimulantes del apetito, relajantes y beneficiosas en el sistema digestivo, pudiendo alivar el estrés, los gases y el malestar digestivo general.

El problema del fraude: cómo distinguir el auténtico azafrán de calidad

Su elevado precio y la alta demanda han hecho que el azafrán sea uno de los productos más fraudulentos y adulterados de la historia, fraudes que continúan a día de hoy. Además de tener que combatir el abuso de colorantes y sazonadores de dudosa calidad, el azafrán nacional se enfrenta a las malas prácticas de algunos comerciantes que envasan en España el producto iraní, pues no se recoge en el etiquetado la procedencia de la materia prima.

Azafran Cuchara

Otros fraudes incluyen el uso de estambres de otras flores, como cártamo o caléndula, o se tiñe el producto viejo que ya ha perdido valor comercial para darle apariencia de fresco. El formato molido, muy cómodo para cocinar, se presta especialmente a las adulteraciones, ya que es fácil mezclar el azafrán en polvo con otras sustancias sin valor culinario que solo suman peso y volumen.

Para comprar azafrán auténtico de primera calidad es imprescindible dirigirse a comercios de confianza, y evitando el producto expuesto a la luz o en ambientes calurosos o muy húmedos. Lo ideal es comprar azafrán sin moler, en pequeñas cantidades para que no se nos pase, y en envases opacos. Si especifica el origen de la flor y cuenta con sellos de certificación de calidad, como el de la DOP de La Mancha, nos curamos en salud.

Manual de uso: cómo utilizarlo en la cocina

Como cualquier otra hierba o especia seca, el azafrán pierde propiedades cuanto más tiempo se almacena, y se acelera el deterioro si dicho almacenamiento no se cuida bien. Como hemos comentado, conviene protegerlo de la luz directa, de la humedad, del calor y de los cambios bruscos de temperatura.

Azafran Caldo

Si el azafrán es fresco y de calidad, no hay que tostarlo o calentarlo en exceso. A pesar de que ya compartimos hace tiempo el truco de tostarlo ligeramente protegiéndolo para evitar que se queme, no necesitaremos hacerlo si la materia prima es buena y no ha perdido propiedades, pues ya hemos visto que el azafrán se tuesta en origen.

Para extraer todo su poder aromático, saborizante y colorante, hay varios métodos que podemos aplicar según el plato que vayamos a cocinar.

  • Triturar las hebras. Simplemente machacándolas en un mortero pequeño, con suavidad, o sobre un papel antiadherente encima de una tabla. Si es fresco y no ha cogido humedad, se molerá fácilmente. Así se puede añadir directamente a un líquido durante el cocinado o en la última fase de la cocción, por ejemplo en escabeches, guisos de carne y pescado, potajes y estofados de legumbres, cremas de verduras, sopas, la mezcla de huevo de una tortilla, etc.
  • Triturar y disolver. Simplemente añade una pequeña cantidad de agua tibia para disolver el polvo molido, obteniendo un líquido concentrado muy aromático. Es perfecto para postres, cremas, masas de repostería o pan, helados, natillas, bombones o cócteles y otras bebidas.
  • Triturar e infusionar. Una vez molido el azafrán, puedes usar ese polvo para infusionar agua caliente, como si hicieras un té, con poca cantidad de líquido. Procura no hervir el agua, que no pase de 75ºC, y deja reposar la infusión 15 minutos. Este líquido se puede añadir a la receta junto con el caldo u otro líquido que pida, y es perfecto para arroces y paellas, calculando unas 6-7 hebras por persona. También se puede hacer lo mismo con líquidos como la leche o la nata, idealmente para recetas de masas o dulces.
  • Hebras enteras. Si se añaden al principio de la cocción, las hebras tienen tiempo suficiente para liberar todo su potencial sin necesidad de molerlas. Hay que vigilar la temperatura para que no se quemen; es un sistema sencillo en la elaboración de arroces caldosos, currys, sopas o risottos.

Recetas saladas y dulces para disfrutar del azafrán en casa

Pasta en salsa de azafrán

Pasta con salsa de azafrán

Ingredientes

Para 3 personas
  • Azafrán (hebras) 5
  • Mantequilla 40 g
  • Queso parmesano al gusto
  • Agua 550 ml
  • Pasta larga seca tipo espaguetis 250 g
  • Pimienta negra molida al gusto

Cómo hacer pasta con salsa de azafrán

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 25 m
  • Elaboración 5 m
  • Cocción 20 m

Echar el agua en una olla grande y añadir el azafrán y una pizca de sal. Calentar a fuego medio para que empiece a liberar su aroma. Agregar la mantequilla y cocinar, sin llegar a hervir, hasta que se derrita por completo.

Incorporar la pasta y remover para que se incorpore bien en el líquido. Tapar y dejar cocer a fuego medio hasta que esté al dente y la salsa cremosa. Comprobar el punto añadiendo un poco más de líquido si fuera necesario y añadir pimienta negra recién molida y queso al gusto antes de servir.

Más detalles en la receta completa.

Crema de azafrán y curry

Crema
  • Ingredientes para 4 personas. 250 g de cebolla, 40 ml de aceite de oliva virgen extra, 1 sobre de 90 mg de azafrán (algo menos de 1 g), 15 g de curry molido, 50 g de maizena, 450 ml de caldo de verduras, 70 ml de zumo de naranja, 100 ml de leche, 100 ml de nata líquida de cocina, 10 g de mantequilla, sal y pimienta negra.
  • Elaboración. Pelamos y picamos finamente la cebolla. Calentamos el aceite y la pochamos la cebolla a fuego suave cinco minutos. Añadimos las hebras de azafrán, el curry molido y la maicena, removemos bien y cocemos durante un par de minutos. A continuación regamos con el caldo, el zumo y la leche, reservando la nata para el final. Sazonamos al gusto y cocemos a fuego medio durante 20 minutos, removiendo con unas varillas para que la maicena se diluya uniformemente. Trituramos con una batidora, pasamos por un chino o colador y devolvemos a la cacerola para dar un último hervor y añadir la nata líquida, una pizca de pimienta negra y la mantequilla en dados antes de servir.

Más detalles en la receta completa.

Bacalao en escabeche de azafrán y naranja

Bacalao
  • Ingredientes para 2 personas. 300 g de bacalao desalado troceado, harina, 2 cebollas, 3 dientes de ajo, 2 zanahorias, tomillo y romero al gusto, 1 laurel grande, piel de 1/2 naranja, 100 ml de vinagre de Jerez (o más, al gusto), 2 g de pimentón dulce, 3 hebras de azafrán, aceite de oliva virgen extra, sal y 4 granos de pimienta.
  • Elaboración. Cortar las cebollas en juliana fina, pelar los ajos y las zanahorias y cortar estas en rodajas. Calentar aceite en una cazuela y pochar la cebolla con una pizca de sal, a fuego medio-bajo, unos 20 minutos. Añadir los ajos, el laurel, la zanahoria, el tomillo, el romero y los granos de pimienta, y cocinar unos minutos. Desmenuzar el azafrán en el vinagre y mezclar con una pizca de pimentón. Añadir a la cazuela cuando la zanahoria esté tierna, junto con la naranja y medio vaso de agua. Tapar y dejar cocinar a fuego lento. Podemos añadir también la mitad del zumo. Enharinar ligeramente el bacalao y marcar por ambas caras en una sartén aparte con aceite. Retirar y llevar a la cazuela. Apagar el fuego y remover bien, con suavidad. Añadir un poco más de agua para que el pescado quede bien empapado. Dejar enfriar antes de guardar en la nevera para que repose hasta el día siguiente.

Más detalles en la receta completa.

Alcachofas en tempura de azafrán

Alcachofas
  • Ingredientes para 4 personas. 1 kg de alcachofas, agua helada, sal, harina de trigo, azafrán, pimentón de la Vera, aceite de oliva virgen extra.
  • Elaboración. Limpiamos las alcachofas y las cocemos en agua hirviendo con una pizca de sal unos 15 minutos, que queden al dente. Mientras hacemos la tempura mezclando harina con agua helada y una pizca de azafrán. La masa debe quedarnos como una natilla. Calentamos abundante aceite de oliva en una sartén honda, escurrimos bien las alcachofas y las pasamos con la masa de tempura. Freímos en tandas pequeñas hasta que se doren y colocamos sobre papel absorbente para escurrir el exceso de aceite. Servimos inmediatamente espolvoreadas con un poco de pimentón.

Más detalles en la receta completa.

Pollo asado con naranja y azafrán

Pollo
  • Ingredientes para 4 personas. 4 cuartos traseros de pollo con piel, 50 ml de vinagre de manzana, 60 ml de aceite de oliva virgen extra, 2 naranjas, 1 sobre de azafrán en polvo, 2 dientes de ajo, pimienta negra y sal.
  • Elaboración. Comenzaremos echando en un bol grande el aceite, el zumo de una de las naranjas, la otra naranja cortada en rodajas, el vinagre de manzana, el azafrán y la miel. Remover bien hasta que los ingredientes se integren. Limpiar el pollo y salpimentarlo, añadirlo a la marinada y dejar allí un mínimo de media hora, o incluso toda la noche si es para el día siguiente. Cuando pase el tiempo colocar el pollo en una bandeja de horno y echarle la marinada por encima, añadiendo las dos cucharadas de aceite que restaban. Precalentar el horno a 200ºC con calor arriba y abajo y hornear durante unos 40 minutos, o hasta que esté en su punto.

Más detalles en la receta completa.

Panna cotta de azafrán y vainilla con salsa de arándanos

Pannacotta
  • Ingredientes para 6 personas. 400 ml de nata líquida mínimo 35% gasa, 50 g de azúcar, 4-6 hebras de azafrán (25 mg), 1/2 vaina de vainilla, 50 ml de leche, 1,5 cucharadita de gelatina neutra en polvo, 120 g de arándanos frescos o congelados, 10 ml de zumo de limón, azúcar al gusto para la salsa.
  • Elaboración. Engrasar con aceite neutro moldes tipo flaneras o de silicona antiadherente. Si se prefiere servir la panna cotta sin desmoldar, elegir unos recipientes bonitos de cristal o cerámica. Disponer la nata en un cazo con el azúcar, el azafrán y la vainilla de vainilla abierta con un corte longitudinal. Calentar a fuego suave, removiendo con unas varillas para disolver el azúcar. Cuando vaya a entrar en ebullición, retirar del fuego y dejar reposar unos minutos. Mientras, disolver la gelatina en la leche fría. Incorporar la gelatina disuelta a la nata y mezclar bien con las varillas. Pasar por un colador fino a una jarra y repartir la mezcla entre los moldes. Esperar a que se enfríe antes de dejar en la nevera unas 5 horas. Para la salsa, lavar y secar los arándanos, y poner en un cazo con un chorrito de agua, el limón y el azúcar. Cocer a fuego muy bajo, machacándolos ligeramente. Dejar enfriar.

Más detalles en la receta completa.

Lassi o batido de yogur y mango

Lassi
  • Ingredientes para 2 personas. 1 mango grande y maduro, 5 cubitos de hielo, 250 g de yogur griego natural, 2 g de cardamomo molido, 1/2 cucharadita de zumo de limón, 1 g de azafrán, leche o bebida vegetal al gusto.
  • Elaboración. Si queremos un lassi especialmente refrescante, se puede cortar el mango en cubos y congelar. En caso contrario, simplemente pelar la fruta, retirar el hueso y picar, conservando bien los jugos. Disponer en el vaso de una batidora o robot el yogur, el mango, sus jugos, unos cubitos de hielo, el cardamomo y el limón. Triturar muy bien hasta tener una textura homogénea. Comprobar el punto de la textura y de dulzor, y añadir azúcar y leche, agua o el líquido guardado del yogur, al gusto. Volver a mezclar muy bien y servir inmediatamente con unas hebras de azafrán.

Más detalles en la receta completa.

Fotos | iStock - La Manchuela al Día - Tiger500 - Safa daneshvar - Unsplash - Pixabay
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Los mejillones están a muy buen precio: te damos seis buenas ideas para disfrutarlos

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Los mejillones están a muy buen precio: te damos seis buenas ideas para disfrutarlos

Los estaréis viendo a diario en vuestros puntos de venta. Los mejillones están a muy buen precio y tenemos muchas ideas para sacarles partido. Si solamente los preparas al vapor o a la vinagreta, hoy te damos seis opciones diferentes para disfrutar con este ingrediente.

Cuando tienes claro cómo limpiarlos sin esfuerzo, resultan una fuente de proteínas económica y sabrosa, con una textura excelente que permite su utilización en numerosas elaboraciones, casi siempre asociadas a la hora del aperitivo o como ingrediente en ensaladas, sopas y arroces.

Características nutricionales

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En general los mejillones que consumimos provienen de las bateas de las rías de Galicia o de la zona mejillonera del Delta del Ebro. Su contenido en minerales (hierro, calcio, fósforo, yodo y magnesio) y en ácidos grasos hace que nos siente bien y contribuya en procesos de nuestro metabolismo de forma importante.

El mejillón es un producto de alta calidad nutricional ya que su consumo nos aporta la misma cantidad de proteínas que la carne roja, pero con mucha menos grasa y calorías. Este alto contenido en proteínas con baja incidencia de grasa es lo que convierte a los mejillones en un alimento muy recomendado en dietas de adelgazamiento, prevención o control de peso.

Comprar mejillones, opciones

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Encontraremos en los supermercados y pescaderías tanto mejillones frescos, como en conserva y también congelados. Cuando los compramos frescos, debemos comprobar que las conchas de los mejillones estén cerradas, -se abrirán durante la cocción-, y si están rotas, debemos desecharlos.

Los mejillones en conserva, son un excelente sustituto del mejillón fresco y un gran recurso para elaboraciones de salsas y dips o untables. Finalmente, los mejillones congelados son perfectos para tener a mano este producto durante todo el año. Puedes congelar tanto el mejillón con su concha como solamente la carne.

Seis recetas originales para disfrutar con los mejillones

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Hemos elegido seis recetas variadas con mejillones, sencillas y rápidas de llevar a la mesa. Junto a esas seis recetas, podríamos haber elegido algunas más como los espaguetis con mejillones al curry, el arroz caldoso de marisco, o los mejillones con salsa picante de tomate, que ya habréis probado en otras ocasiones. Estas son nuestras seis propuestas con mejillones para hoy.

1. Mejillones con leche de tigre

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  • Ingredientes para 6 personas: 100 mlk de vino blanco, 1 kg de mejillones frescos limpios, 10 g de jengibre fresco, 1 cebolla morada, apio, cilantro fresco, 125 g yogur griego, 50 g de pasta de ají amarillo al gusto de picante, 40 g zumo de lima.
  • Elaboración: Limpiamos bien los mejillones y los abrimos al vapor con el vino blanco. Con un colador filtramos el líquido y lo reservamos. Quitamos una de las valvas a los mejillones y cortamos las barbas con unas tijeras, si las tuviera. Colocamos los mejillones en una fuente de servir con la valva hacia abajo. Picamos el jengibre, media cebolla morada, el apio y el cilantro. Los ponemos en un bol y añadimos el líquido de cocción filtrado, el yogur, la pasta de ají amarillo y el zumo de lima. Lo trituramos todo con ayuda de una batidora de mano o la Thermomix. Vertemos la salsa en una jarra y rellenamos las valvas de los mejillones. Por encima repartimos el resto de cebolla morada picada menuda y servimos inmediatamente.

Más detalles, aquí.

2. Mejillones tigres o mejillones con bechamel empanados

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  • Ingredientes: Mejillones 12, Cebolla 1, Salsa de tomate 2 cucharadas soperas, Salsa Tabasco unas gotas, Salsa bechamel para rellenar, Pan rallado para empanar, Huevo para empanar y Aceite de oliva virgen extra abundante para freírlos.
  • Elaboración: Comenzamos cociendo los mejillones una vez limpios de tierras y barbas, poniéndolos al vapor durante unos 4 minutos y retirándolos en cuanto se abren. Separamos la carne de las conchas y nos quedamos con la mitad de ellas que limpiamos a conciencia. Es conveniente darles un hervor en agua con vinagre durante unos minutos. Secar y reservar. Picamos una cebolla lo más pequeña que podamos y la pochamos en una sartén con 3 cucharadas de aceite de oliva. Una vez transparente, añadimos la carne del mejillón picada en trozos de tamaño intermedio y salteamos el conjunto. Incorporamos el tomate frito, las gotas de tabasco y probamos, rectificando de sal si fuera necesario. Hacemos una bechamel utilizando 2 cucharadas de harina, medio litro de leche entera y un chorro del caldo de la cocción de los mejillones bien colado para que el conjunto tenga cierto sabor a mar. Reducimos la bechamel removiendo continuamente hasta que quede bastante espesa y dejamos enfriar. Para montar los tigres, ponemos en cada concha una cucharada del relleno de mejillones con tomate, cubrimos con otra cucharada de la bechamel espesa y cuando estén bien fríos, los pasamos por huevo batido y pan rallado, friéndolos en aceite muy caliente. Como siempre conviene escurrirlos después en papel absorbente.

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3. Mejillones a la marinera

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  • Ingredientes: 1 kg de Mejillones frescos y limpios, Cebolla, 150 g, Vino blanco, 80 ml, Tomillo fresco rama, 2, Laurel hoja, 1, romero fresco rama, 1, Pimentón dulce (una cucharadita), 5 g, Sal, Pimienta negra molida, Aceite de oliva virgen extra, Perejil fresco (opcional)
  • Elaboración: Esta es una receta que prepara en un abrir y cerrar de ojos, pero es necesario tener los mejillones limpios y listos antes de empezar a cocinarla. Aquí os dejamos unos consejos sobre su limpieza que os vendrá de perlas a la hora de poneros a ello y que os ahorrarán tiempo de trabajo. Pelamos la cebolla y la picamos muy finamente. Calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén y pochamos la cebolla durante unos cinco minutos (no debe dorarse). Añadimos el pimentón dulce, removemos para que no se queme. Inmediatamente después incorporamos los mejillones y regamos con el vino blanco. A continuación salpimentamos e incorporamos la hoja de laurel, las hojas de tomillo y la rama de romero. Con esta última no hace falta separar las hojas de la rama pues solo la queremos para aromatizar. Cocemos a fuego fuerte durante cinco minutos o hasta que los mejillones se abran. Una vez listos, separamos las conchas, colocamos las que tienen el mejillón en una fuente, regamos con la salsa y servimos inmediatamente. Si os gusta que la salsa sea más espesa, la podéis dejar reducir a fuego fuerte mientras desconcháis los mejillones o añadir un poco de espesante instantáneo y dejar cocer a fuego suave durante un par de minutos. Igualmente podemos espolvorar con perejil fresco picado en el momento de servir.

Más detalles aquí.

4. Crema de mejillones con manzana

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  • Ingredientes: 1.5 kg de Mejillones, Agua, 500 ml, Agua de cocer los mejillones, 300 ml, Puerro, 150 g, Aceite de oliva virgen extra, 50 g, 3 Diente de ajo, 1 Manzana, Cilantro fresco al gusto, Tomate troceado en lata 150 g, Sal y pimienta al gusto
  • Elaboración: Comenzaremos limpiando y lavando los mejillones. Los cocemos al vapor en una olla hasta que se abran las conchas, los retiramos del fuego y quitamos de las conchas. En una cazuela ponemos a calentar el aceite y sofreímos el puerro en rodajas, los dientes de ajo, la manzana en cubos, y lo salteamos todo durante unos minutos hasta que estén blandos. Añadimos el tomate y el cilantro y cocemos todo durante quince minutos. Añadir el agua y el caldo de cocer los mejillones. Añadimos los mejillones, reservando alguno para decorar, salpimentamos y después trituramos con la túrmix, pasándolo por el chino para que quede suave.

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5. Pintxo de patatas con mejillones y alioli de su escabeche

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  • Ingredientes: Mejillones en escabeche de lata, 4 Patatas pequeñas, 4 Tomate cherry, Mayonesa, Sal Maldon o en escamas
  • Elaboración: Para hacer esta receta comenzamos preparando una mayonesa sencilla con un huevo y aceite de girasol con ayuda de la batidora. Si lo preferís, podéis utilizar en esta época del año mayonesa industrial. Para hacer el alioli de escabeche, agregamos el aliño de la lata de mejillones en escabeche sobre la mayonesa y batimos con las varillas hasta obtener una crema homogénea anaranjada que guardamos en un biberón para poder dosificarla mejor. Por otro lado, cocemos las patatas con piel en agua con sal, durante unos 18 minutos, -dependerá del tamaño- y después cortamos los extremos de las patatas para que puedan sujetarse bien en el plato y servir de base de nuestro pintxo. Sobre cada patata ponemos un tomate cherry asado -aquí tenéis la receta para que os queden perfectos- y sobre cada tomate asado, colocamos un mejillón de la lata, sujetando todos los ingredientes en equilibrio con un palillo. Solo falta dar el toque final a nuestro pincho de patata, tomate y mejillón, añadiendo un buen chorro de nuestro alioli de escabeche y llevar a la mesa. Como me quedaba un poco de salsa de la de asar los tomates cherry, lo puse en la base, mezclado con un poco más del líquido de la conserva.

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6. Mejillones en salsa verde

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  • Ingredientes: 1 kg de Mejillones frescos, 6 ramas de Perejil fresco, 2 Dientes de ajo, Harina de trigo una cucharada, Guindilla de Cayena, 1, Agua, Vino blanco, Aceite de oliva virgen extra, Sal
  • Elaboración: Limpiamos los mejillones de barbas y suciedad. Los abrimos al vapor con un poco de agua y un chorrito de vino blanco. Retiramos y reservamos mientras hacemos la salsa. Aparte en una cazuela baja echamos un chorrito de aceite de oliva. Picamos finos los dientes de ajo y los doramos ligeramente junto a la guindilla. Añadimos la cucharada de harina y le damos unas vueltas para que se cocine. Echamos el perejil limpio y muy picadito y removemos durante un minuto. Por último ponemos 1/2 vaso de vino blanco, subimos el fuego para que se evapore el alcohol, y sin dejar de remover con una varilla, agregamos otro 1/2 vaso de agua. Cuando tengamos la salsa lista y sin grumos echamos un poco de sal y los mejillones. Cocinamos el conjunto unos 10 minutos. Podemos dejar reposar un ratito para que la salsa coja un punto mejor de picante. Servimos calientes.

Más detalles aquí.

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Ingredientes

Para 6 personas
  • Mejillones 1 kg
  • Vino blanco 100 ml
  • Jengibre fresco 10 g
  • Cebolla morada 1
  • Apio
  • Cilantro fresco al gusto
  • Yogur griego 125 ml
  • Pasta de ají amarillo 50 g
  • Zumo de lima 40 ml

Cómo hacer mejillones con leche de tigre

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 20 m
  • Elaboración 20 m

Limpiamos bien los mejillones y los abrimos al vapor con el vino blanco. Con un colador filtramos el líquido y lo reservamos. Quitamos una de las valvas a los mejillones y cortamos las barbas con unas tijeras, si las tuviera. Colocamos los mejillones en una fuente de servir con la valva hacia abajo.

Paso A Paso

Picamos el jengibre, media cebolla morada, el apio y el cilantro. Los ponemos en un bol y añadimos el líquido de cocción filtrado, el yogur, la pasta de ají amarillo y el zumo de lima. Lo trituramos todo con ayuda de una batidora de mano o la Thermomix. Vertemos la salsa en una jarra y rellenamos las valvas de los mejillones. Por encima repartimos el resto de cebolla morada picada menuda y servimos inmediatamente.

Las naranjas están en su mejor momento: las mejores variedades y nueve ideas para utilizarlas en recetas dulces y saladas

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Las naranjas están en su mejor momento: las mejores variedades y nueve ideas para utilizarlas en recetas dulces y saladas

Las naranjas están ahora en su mejor momento, y por eso hoy vamos a hablaros de sus diferentes variedades y ofreceros nueve ideas para utilizarlas en recetas de cocina. Además de consumirlas como postre o preparar con ellas un estupendo zumo, este ingrediente es muy versátil para muchas preparaciones tanto dulces como saladas.

Por su alto contenido en vitamina C y fibra, todos los cítricos son alimentos considerados como saludables, por lo que su consumo es elevado. Además, como nuestro país es uno de los grandes productores a nivel mundial, en especial en las provincias de Valencia y Sevilla, lo tenemos asociado a un ingrediente de proximidad que consumimos con gusto.

Cuándo consumir naranjas

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La naranja es un producto que tenemos muy arraigado a nuestra cultura, especialmente en la zona de Andalucía y Comunidad Valenciana, por lo que su consumo como fruta y como ingrediente de numerosas recetas de platos dulces o salados está muy extendido.

Las mejores estaciones para consumir las naranjas son el otoño y el invierno, las épocas en las que podemos consumir naranjas frescas procedentes o cultivadas en nuestro territorio ya que en esta época producimos más naranjas de las que consumimos y podemos exportarlas al extranjero.

A partir del mes de abril, consumimos más naranjas de las que producimos por lo que tenemos que recurrir a la importación o incluso podemos encontrar naranjas que han sido previamente congeladas hasta que en noviembre o diciembre, comienza a producirse más y se reduce la demanda de naranja del exterior.

Cuando usamos naranjas fuera de temporada, su textura es mucho peor, algo que se nota tanto al pelarlas como en la calidad del gajo, más fibroso y menos jugoso. Por este motivo, la naranja es uno de los productos que España más exporta -durante nuestra temporada- y a la vez uno de los que más importa.

Qué variedades de naranjas hay en el mercado

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Lo primero que tenemos que señalar es que hay dos grandes tipos o clases de naranjas, las llamadas naranjas de mesa y las naranjas de zumo. Dentro de cada una, hay diferentes variedades que se corresponden a distintos híbridos o injertos, que dan nombre a las distintas clases de naranja.

Las variedades de naranjas más habituales son las siguientes:

a) Naranjas de mesa o naranjas Navel.

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Se caracterizan por tener una especie de ombligo en uno de los extremos de donde deriva su nombre, ya que en inglés, la palabra ombligo, es navel, y las variedades existentes son mutaciones de la especie Washington navel.

Respecto a su pulpa, las naranjas de mesa tienen gajos grandes, ricos en jugo y también en fibra, por lo que son carnosas y aptas para servir de postre como naranja de mesa, al no tener pipos o semillas, como otras variedades.

La Washington navel llega al mercado al comienzo del mes de noviembre. Es rica para tomarla de postre, pero tiene poco zumo. Por eso los consumidores prefieren otras variedades como la navel late, algo más pequeña que encontramos desde la época navideña hasta primeros de mayo, siendo consumida hasta la primavera.

La navelina es otra variedad de mesa muy comercializada. No tiene pepitas y sí bastante jugo, así como la piel más delgada. Es carnosa y muy dulce, por lo que es ideal como naranja de mesa.

Por último, las naranjas Navel Lane Late son variedades más dulces que las anteriores, siendo idóneas tanto para el consumo en mesa como para exprimir y obtener zumos de naranja. Se trata de una variedad tardía, cuya producción comienza en febrero y se extiende hasta el mes de mayo.

b) Naranjas de zumo o naranjas blancas

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Estas naranjas blancas se caracterizan por no tener ombligo, y una piel más fina y lisa. Además, suelen tener más cantidad de zumo y menos cantidad de fibra, por lo que resultan perfectas para exprimir y utilizar en recetas en las que intervenga este ingrediente.

Entre las naranjas blancas o de zumo, destacan las variedades Valencia late, que son dulces y jugosas, aunque algo más ácidas que la variedad navelina Navel Lane Late. La temporada de estas naranjas es más tardía, a partir de marzo o abril, y son ideales para consumir en zumo, ya que proporciona grandes cantidades de jugo dulce y de color intenso.

La naranja Barberina es una mutación de la Valencia Late, otra naranja de zumo de gran tamaño, con un color intenso y en general muy poco ácida, lo que hace que su zumo sea muy agradable. Estas naranjas se dan en los meses veraniegos, junio y julio.

Finalmente, la llamada naranja Salustiana, es la que encontramos entre febrero y abril, con piel fina y poca corteza, a veces achatada, que ofrece mucha cantidad de zumo, dulce y sin acidez.

c) Otras clases de naranjas

Además de estas clases de naranjas, hay otras variedades menos comunes pero también muy apreciadas en la cocina como son las naranjas sanguinas, cuya temporada es muy breve y de las que ya os hablamos aquí, y las naranjas amargas, perfectas para hacer la clásica mermelada de naranja británica, pero que no son fáciles de comer por su amargo sabor.

Características nutricionales

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Ya os hemos hablado en general de los cítricos, destacando sus propiedades beneficiosas para nuestro organismo:

Entre esas propiedades de la naranja, destaca su contenido en vitamina C, así como en minerales como el potasio, calcio, fósforo, magnesio, sodio, hierro, zinc, yodo y selenio. También destaca la presencia de ácido fólico y vitamina A con efecto antioxidante en el organismo.

En cada 100 gramos de naranja, casi el 90% es agua, correspondiendo los 10 gramos restantes, 9 g a hidratos de carbono, y casi un gramo de proteína. Además, la naranja no contiene grasas por lo que es una fruta de escaso valor calórico que además nos aporta fibra soluble -pectinas- como otras piezas de fruta.

Usos en la cocina

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Como son cítricos, las naranjas son un ingrediente ácido, por lo que son estupendas para intervenir en recetas de escabeches, cebiches o tiraditos. Por su sabor dulce y menor potencia ácida que otros cítricos, para hacer que cocinen los alimentos será necesario tenerlos cubiertos con el zumo de naranja durante más tiempo, someterlos a más temperatura, o ayudar con un chorrito de vinagre o de zumo de limón.

Por otro lado, las naranjas funcionan muy bien en recetas de guisos, ya que se integran estupendamente en las salsas basadas en sofritos de cebolla y van muy bien tanto en recetas de carne como en recetas de pescado como ahora veréis.

Finalmente, las naranjas son estupendas en elaboraciones de postres, tanto formando parte de los ingredientes de masas y bizcochos como en otras elaboraciones alegrando cremas y otras salsas dulces.

Las mejores recetas con naranja de Directo al Paladar

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A continuación os mostramos unas cuantas recetas tanto dulces como saladas en las que la naranja es pieza importante o clave, para que os sirvan de inspiración.

Cinco recetas saladas con naranja

1. Pollo asado a la naranja

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Vamos a preparar un pollo al horno con naranja, una receta con sabor intenso gracias al marinado en el que tendremos el pollo durante unas horas previas a su cocción.

Además, cocinaremos el pollo mientras prepararemos simultánemente su guarnición: unas patatas asadas que recogerán los jugos del pollo, la marinada y el sabor de los trozos de naranja. Al hacerlo así conseguiremos un plato muy completo en el que apenas habremos manchado ningún cacharro.

Ingredientes

Para 4 personas
  • Pollo entero 1
  • Naranja 3
  • Patata 2
  • Finas Hierbas al gusto
  • Caldo de pollo 250 ml
  • Vino blanco 200 ml
  • Sal y pimienta al gusto

Cómo hacer pollo asado a la naranja

Dificultad: Media
  • Tiempo total 1 h 30 m
  • Elaboración 10 m
  • Cocción 1 h 20 m

Limpiamos el pollo de plumones, -vigilad en especial las alas y los muslos- y lo ponemos en una fuente honda. Exprimimos una naranja, agregamos el vino blanco y un pellizco de hierbas aromáticas y mezclamos para hacer una marinada. Regamos con ella el pollo y lo dejamos una hora en maceración. A los 30 minutos damos la vuelta al pollo para que el otro lado también se impregne.

Precalentamos el horno a 190º C con calor arriba y abajo. Pelamos y picamos las patatas en cubos y las ponemos en una fuente apta para hornear. Cortamos las otras dos naranjas en rodajas y cada rodaja en cuatro trozos. Metemos cuatro o cinco trozos dentro del pollo y repartimos los demás entre las patatas.

Colocamos el pollo con las pechugas abajo apartando un poco las patatas de la zona central. Añadimos el caldo de pollo y casi toda la marinada -reservando un poco para barnizar la piel de vez en cuando-. Horneamos durante 1 hora y media aproximadamente, dependiendo del tipo de horno.

Cada 20 minutos, damos la vuelta al pollo, barnizando con el resto de la marinada, para conseguir un bonito color dorado. Servimos el pollo en la misma fuente, trinchando en la mesa acompañando cada presa con unas patatas y unos trozos de la naranja asada.

Receta completa | Pollo al horno a la naranja

2. Pechuga de pollo a la naranja

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  • Ingredientes: 2 Pechugas de pollo, 2 Naranjas grande de zumo, 1 Cebolleta, 1 Dientes de ajo, Salsa de soja, 25 ml, Vinagre de manzana 5 ml, Miel, 15 ml, Salsa Worcestershire, 5 ml, Maizena, 15 ml, Cayena una pizca, Vino blanco un chorrito, Pimienta negra molida, Perejil, Sal, Aceite de oliva virgen extra
  • Elaboración: Pasar primero las pechugas de pollo por papel de cocina. Retirar los posibles excesos de grasa y cortar en piezas de un bocado más o menos del mismo tamaño. Salpimentar ligeramente. Picar la cebolleta y el diente de ajo. Exprimir el zumo de la naranja en un cuenco, procurando recoger también la pulpa que caiga. Añadir el diente de ajo picado, la salsa de soja, el vinagre, la miel, la salsa Worcestershire, el almidón de maíz, el vino blanco, la cayena y la pimienta negra. Batir todo bien. Calentar un poco de aceite en una sartén y pochar la cebolleta unos minutos. Incorporar el pollo a fuego fuerte y saltear durante unos minutos, hasta que se dore bien. Añadir la salsa, repartiéndola bien, y llevar a ebullición. Bajar la temperatura y dejar cocinar unos 10 minutos más, o hasta que espese. Corregir de sal y añadir un poco de perejil picado.

Receta completa | Pechuga de pollo a la naranja

3. Salmón glaseado con naranja y romero

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  • Ingredientes: Salmón fresco, 4 lomos, Aceite de oliva virgen extra 30 ml, Diente de ajo, 2, Caldo de pollo, 150 ml, Zumo de naranja, 300 ml, Ralladura de naranja, 1, Sirope de arce, 2 cucharadas, Maicena exprés, 1 cucharada, Romero fresco al gusto, Sal y pimienta al gusto
  • Elaboración: Comenzaremos precalentando el horno a 180 grados con el grill y calor turbo. Horneamos los lomos de salmón en una bandeja refractaria durante 12 minutos o hasta que estén tostados por la superficie. Reservamos. En una sartén calentamos el aceite de oliva y sofreímos los dientes de ajo picados, así como el romero fresco durante medio minuto. Incorporamos el caldo de pollo y lo cocinamos a fuego lento hasta que se reduzca a la mitad, Echamos entonces el zumo de naranja y la ralladura, así como el sirope de arce. Hervimos durante 10 minutos a fuego lento. Añadimos la Maicena exprés, removemos y cocinamos durante un minuto hasta que la salsa espese. Incorporamos el salmón, lo dejamos un minuto que se haga en la salsa y servimos rápidamente.

Receta completa | Salmón glaseado con naranja y romero

4. Carpaccio de calabacín con naranja

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  • Ingredientes: 2 Calabacines, 2 Naranjas, Berros 100 g, Granillo de alamendra cruda, 50 g, Aceite de oliva virgen extra 4 cucharadas, Vinagre de Módena 1 cucharada, Sal y Pimienta negra molida
  • Elaboración: Empezamos lavando los calabacines y los cortamos en rodajas muy finas con ayuda de un cortafiambres, una mandolina o un cuchillo afilado. Lavamos los berros sumergiéndolos en agua fría durante unos minutos, escurriéndolos y los reservamos. Pelamos las naranjas, retiramos la piel blanca que recubre la pulpa, los troceamos y reservamos el jugo que sueltan. Preparamos la vinagreta mezclando el aceite con el vinagre, el zumo de naranja, la sal y la pimienta. Colocamos las rodajas de calabacín ligeramente superpuestas en una bandeja, formando un círculo desde el exterior hacia el interior. Repartimos encima las naranjas, los berros y las almendras. Aliñamos con la vinagreta y servimos enseguida.

Receta completa | Carpaccio de calabacín con naranja

5. Magret de pato con salsa de naranja

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  • Ingredientes: 1 Magret de pato, para la guarnición de verduras, 1 Cebolla 100 g, Puerro 100 g, Zanahoria 200 g, Sal, Pimienta negra molida, Aceite de oliva virgen extra, y, para la salsa, Zumo de 1 naranja, Salsa de soja 100 ml, Vinagre de Módena 50 ml, Miel 25 g, Harina de maíz refinada, 5 g, y Ralladura de naranja para la presentación
  • Elaboración: Preparamos la salsa introduciendo todos los ingredientes, menos la ralladura de naranja, en un cacito y batiendo con una batidora de brazo, para que la harina de maíz quede bien incorporada y no haga grumos. Cocemos a fuego suave, removiendo de vez en cuando, hasta que espese. Reservamos. Para la guarnición lavamos bien el puerro, retirando los posibles restos de arena que pueda tener. Cortamos por la mitad a lo largo y, después, en tiras transversales. Picamos la cebolla en pequeños trocitos. Pelamos las zanahorias y las cortamos en dados. Calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén y pochamos todas las verduras juntas hasta que estén tiernas. Salpimentamos al gusto y reservamos hasta el momento de servir.Afeitamos la capa de grasa del magret retirando una capa fina (que podemos guardar para cocinar otras recetas, es una grasa exquisita). Cortamos en diagonal, haciendo rombos, con cuidado de no llegar a cortar la carne. Salpimentamos.alentamos una sartén (sin nada de aceite) y colocamos el magret con la parte de la grasa hacia abajo. Marcamos a fuego medio-alto durante tres o cuatro minutos antes de voltear. Marcamos, por la otra cara, durante otros tres o cuatro minutos. Retiramos y dejamos reposar la carne un par de minutos antes de cortar en finas rodajas. En el momento de servir calentamos la salsa y las verduras. Colocamos una cama de estas última en la base de cada plato y, sobre ellas, cuatro o cinco rodajas de magret de pato por ración. Espolvoreamos con la ralladura de naranja, salseamos y servimos inmediatamente.

Receta completa | Magret de pato con salsa de naranja

Cuatro recetas dulces elaboradas con naranja

1. Galletas rústicas de chocolate y naranja

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  • Ingredientes: 1 Huevo, Leche 2 cucharadas, Mantequilla, 75 g, Zumo de naranja 4 cucharadas, Harina de trigo, 125 g, Azúcar glas, 65 g, Miel, 20 g, para la cobertura, Piel de naranja, Chocolate negro 100 g y 20 g de mantequilla
  • Elaboración: En un bol, batimos el huevo con el azúcar glas y la mantequilla derretida, añadiendo después la miel, la leche y la naranja y removiendo hasta integrarlos bien. Agregamos la harina, tamizada previamente y añadiéndola poco a poco para que quede bien distribuida sobre la mezcla líquida. Amasamos y mezclamos, hasta obtener una masa que dejamos reposar diez minutos en la nevera. Pasamos la masa a la encimera y la colocamos en un plástico o film de cocina formando un cilindro. Dejamos el cilindro en la nevera durante tres horas hasta que esté bien endurecido. Cortamos la masa en discos de medio cm sw grosor -con las cantidades indicadas salen doce aproximadamente- y los horneamos a 180º durante 25 minutos hasta que empiezan a dorarse. Dejamos enfriar en una rejilla antes de decorar las galletas. Mezclamos el chocolate con la mantequilla y lo fundimos en el microondas, colocando una cucharada sobre cada galleta, y extendiéndola con el dorso de la cuchara. Picamos la cáscara de la naranja en trocitos pequeños y los colocamos sobre el chocolate antes de que se endurezca.

Receta completa | Galletas rústicas de chocolate y naranja

2. Bizcocho de naranja y aceite de oliva

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  • Ingredientes: 220 g de Harina, 150 g Azúcar, Bicarbonato sódico 1/2 cucharadita, Levadura química 1/2 cucharadita, Sal una pizca, Leche 300 g, Aceite de oliva suave, 300 g, 3 huevos M, Ralladura de naranja 1 y 1/2 cucharadas, y 125 ml de Zumo de naranja
  • Elaboración: Empezamos engrasando bien un molde de cremallera de 22 cm y cubriendo el fondo con papel de horno. Precalentamos el horno a 180º. Después, separamos los ingredientes en dos boles grandes. En uno ponemos los ingredientes húmedos: leche, aceite de oliva, huevos y ralladura y zumo de naranja. En el otro los ingredientes secos: harina, azúcar, sal, bicarbonato y levadura. Con un batidor de mano, mezclamos el contenido del bol de los líquidos, sin necesidad de batirlo. Cuando esté todo unido, incorporamos el contenido del bol de los sólidos y seguimos mezclando hasta integrarlo todo. Vertemos la masa en el molde y la horneamos unos 45 o 50 minutos o hasta que pinchando con un palillo este salga limpio. Dejamos enfriar y desmoldamos.

Receta completa | Bizcocho de naranja y aceite de oliva

3. Bizcocho de naranja y laurel

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  • Ingredientes: Mantequilla sin sal, 80 g, Laurel, 10 hojas, Harina de repostería, 230 g, Azúcar, 160 g, Levadura química, 5 ml, Sal, 2 g, 3 Huevos L, Queso fresco batido desnatado o yogur, 125 g, Esencia de vainilla, 2 ml, 1 Naranja, Azúcar glasé, 125 g
  • Elaboración: Derretir la mantequilla en un cazo, añadir 3-4 hojas de laurel. Dejar enfriar mientras se infusiona durante unos 30-60 minutos. Precalentar el horno a 180ºC y engrasar un molde redondo o de anillo. Retirar las hojas de laurel, escurriendo bien la mantequilla, y desechar. Disponer en un recipiente mediano la harina con el azúcar, la levadura química y la sal, y mezclar con unas varillas. En otro cuenco, batir la mantequilla derretida con los huevos, el queso fresco batido o yogur, la vainilla y la ralladura de la naranja. Incorporar esta preparación a la harina y mezclar bien, con suavidad, hasta tener una masa homogénea sin grumos secos. Llenar el molde con la masa, igualando la parte superior con una espátula o el dorso de una cuchara. Repartir por encima el resto de las hojas de laurel, presionando muy ligeramente. Hornear durante unos 40-50 minutos. El tiempo final dependerá del tipo de molde, mejor ir comprobando el interior pinchando con un palillo o brocheta. Esperar unos minutos fuera del horno, desmoldar con suavidad y dejar enfriar completamente sobre una rejilla. Preparar el glaseado batiendo con unas varillas el azúcar glasé y 1-2 cucharadas de zumo de la naranja colado, hasta tener una consistencia densa y viscosa. Repartir encima del bizcocho frío y dejar secar.

Receta completa | Bizcocho de naranja y laurel

4. Bocaditos de naranja y albahaca

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  • Ingredientes: Para la base: Mantequilla a temperatura ambiente, 220 g, Azúcar 100 g, Harina de trigo, 230 g, Sal un pellizco. Para la cobertura, 3 Huevos M, Azúcar, 200 g, Harina de trigo, 100 g, Zumo de naranja, 120 ml, Ralladura de naranja, 2, Albahaca, Azúcar glasé
  • Elaboración: Comenzamos forrando el molde con papel sulfurizado y pre-calentando el horno a 180ºC. En un recipiente hondo batimos la mantequilla con el azúcar, agregamos la harina tamizada el pellizco de sal y removemos hasta obtener una masa homogenea. La extendemos sobre la base del molde de manera uniforme y horneamos 15 minutos. Retiramos y dejamos atemperar. Mientras tanto preparamos la cobertura. Para ello batimos los huevos con el azúcar, agregamos la harina tamizada y mezclamos. Incorporamos el zumo de naranja y la ralladura y removemos de nuevo. Vertemos la mezcla sobre la base de galleta atemperada e introducimos de nuevo en el horno a 180ºC unos 20 minutos. Retiramos del horno y dejamos enfriar por completo antes de cortar en porciones y espolvorear con azúcar glas de forma generosa. Antes de servir aromatizamos los bocaditos con albahaca fresca picada para darles un toque exótico y diferente.

Receta completa | Bocaditos de naranja y albahaca

Imágenes | Pixabay.com
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¿Merece la pena comprar trufa negra para comer en casa? Esta pionera empresa de Aranda de Duero ha comprobado que, al menos, hay clientela

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¿Merece la pena comprar trufa negra para comer en casa? Esta pionera empresa de Aranda de Duero ha comprobado que, al menos, hay clientela

La trufa negra (Tuber Melanosporum) es un producto gourmet, que suele rondar los 1.000 euros el kilo. Dado su elevado precio, su consumo se concentra sobre todo en la hostelería de mayor nivel, donde el hongo no falta como toque de distinción en los menús de degustación de temporada. Pero ¿podemos disfrutar de ella en casa sin gastarnos una pasta?

Es la premisa de la que partió la empresa castellanoleonesa Trufbox, actualmente afincada en Aranda de Duero (Burgos), la pionera en el desarrollo en nuestro país de la venta de trufa a particulares a través del comercio electrónico.

Como explica su directora, Marta de Pablo, la empresa surgió hace ya más de un lustro como una spin off de Biotecnología Forestal Aplicada, una compañía de ingeniería forestal, que se dedica, entre otras cosas, a asesorar a truferos: “Con el tiempo vieron que había oportunidad de vender trufa, porque nadie la comercializaba desde la perspectiva digital. Es un comercio antiquísimo que siempre se ha hecho de manera bastante oculta, no ilegal, pero sin que haya registros. Y no los hay ni siquiera hoy en día”.

En Trufbox se vende solo trufa fresca por tramos de peso, a un precio fijo, que llega al consumidor en una cuidada caja, en la que encontramos el hongo envuelto por una tela. La trufa más barata, de entre 30 y 40 g, tiene un precio de 35 euros, una cantidad que De Pablo considera asumible para que todo el mundo disfrute de este manjar: “Nuestra idea siempre ha sido que la trufa llegue a todo el mundo, democratizarla, y hemos trabajado mucho en ello desde que nació la compañía”.

Ahora bien, para disfrutar de la trufa en casa, es necesario aprender a aprovecharla al máximo.

Cómo utilizar la trufa en casa

De Pablo es clara respecto a su producto: “La trufa no sabe a nada, o sabe muy poco, porque es un hongo que nace debajo de la tierra y el sabor no es intenso, lo que es intenso es el aroma”.

Para aprovechar bien una trufa lo ideal, explica, es usarla para trufar alimentos, sobre los que, además, rallaremos la trufa. “Hay que hacer las dos cosas para aprovecharla al máximo”, insiste, porque “echar una trufa encima de un alimento no sirve para mucho”.

“Tenemos muchísimas quejas de personas que dicen que no sabe a nada y es que no saben a nada, pero la gente está acostumbrada a ir a un restaurante a comerse una pasta con trufa, que se hace con aroma artificial”, puntualiza De Pablo.

Huevos Trufados

Lo ideal, continúa la directora de Trufbox, es utilizar la trufa, antes de rallarla o laminarla, para trufar cualquier alimento graso, que son los que más absorben su aroma: huevos, quesos, aceites, carnes…

“Para aprovechar una trufa como esta [de 30/40 g] la envuelves en papel de cocina, la metes en un túper con seis huevos y la dejas 48 horas”, explica De Pablo. “Absorben el aroma y saben a trufa”

Ahora bien, hay que planificar qué quieres hacer exactamente con la trufa antes de que se ponga mala. En los meses de enero y febrero la trufa negra está en plena temporada. Es la mejor época para comprar trufa, porque está más madura y tiene más aroma, pero no aguanta más que entre 15 días y tres semanas en buen estado (en la nevera). Y es mejor no congelarlas, porque se deshidratan y pierden peso y aroma.

Marta De Pablo Marta de Pablo, en la finca que la compañía tiene en Tórtoles de Esgueva (Burgos).

La trufa cultivada, una oportunidad para el desarrollo rural

De un tiempo a esta parte, la trufa se ha vuelto más accesible, pues ha aumentado enormemente la superficie cultivada de encinas truferas, que hoy comparten el mercado con la trufa salvaje. Y, a diferencia de otros productos, no siempre es más más apreciada su variedad silvestre.

“La silvestre es un poquito más aromática, pero no es tan redonda”, explica De Pablo. “La trufa extra, la de más calidad, es trufa redondita y olorosa, sin roturas, ni resquebrajada, y la silvestre, como nace en el monte, en encinares entre piedra y raíces, no tiene forma redonda”.

Trufbox trabaja con ambos tipos de trufa, pero solo con hongos de Soria y Burgos (aunque la mayoría de la trufa de España se cultiva en Teruel) por una cuestión de principios: “Somos de aquí, nuestras empresas están basadas en Castilla y León y creemos en el desarrollo rural y la sostenibilidad, no solo nos encargamos de comercializar trufa, sino de repoblar con encinas autóctonas”.

Perro Trufero La trufa cultivada también se recoge con perras como Rita, que se encarga de localizar las trufas en la finca de Tórtoles.

La empresa cuenta, de hecho, con 30 hectáreas de encina trufera propias, que dan empleo a tiempo completo a dos personas en la pequeña localidad de Tórtoles de Esgueva (Burgos), un municipio que tiene solo 433 vecinos.

Para De Pablo no cabe duda de que el cultivo y la comercialización de trufa es una oportunidad para el desarrollo, precisamente en algunas de las zonas más castigadas por la despoblación de España: “La trufa se planta en zonas que han sido bastante afectadas por la agricultura extensiva. Son suelos desgastados, que no se pueden utilizar para muchas cosas. No todos los suelos sirven para plantar trufa, pero son zonas que tuvieron encinas en su día, las cortaron para poner agricultura y ahora las estamos repoblando. Es importante porque las encinas fijan CO2 y reconstruyen ecosistemas que habían sido destruidos”.

El negocio tras la pandemia

Como en todos los negocios relacionados con la hostelería, la distribución de trufas se ha visto enormemente afectado por la pandemia, pero De Pablo está convencida de que su venta seguirá aumentando tras este parón: “Estamos buscando mercados en Estados Unidos, Australia, Asia…. Tiene que llevar una cadena de frío y mandarlo con celeridad, pero hemos enviado trufa a la India y ha llegado en 24 h”.

El mercado, explica De Pablo, también está creciendo para aplicaciones no gastronómicas: “Estamos vendiendo a empresa farmacéutica y cosmética. La investigación con los hongos aún está a años luz de la investigación con otras plantas, y hay mucho por hacer, muchas aplicaciones”.

Para De Pablo, no hay duda: “Hay margen para que la gente se dedique a esto”.

Imágenes | Trufbox
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Níspola o níspero de invierno, la olvidada fruta que es un manjar cuando empieza a pudrirse

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Níspola o níspero de invierno, la olvidada fruta que es un manjar cuando empieza a pudrirse

Mientras que cada año nos llegan nuevos productos exóticos que prometen ser la nueva moda, otros alimentos tradicionales van cayendo en el olvido. Es lo que sucede con la níspola o níspero de invierno, un fruto de lo más curioso cultivado ya por los antiguos romanos, que antaño podía verse a menudo de forma silvestre en gran parte de nuestro país, pero que hoy en día casi ha desaparecido.

No es cuestión de lamentarse por los tiempos pasados perdidos ni de desdeñar los nuevos productos que se han hecho un hueco en nuestros mercados, ya no solo importado, sino también asentándose en la producción local. Al fin y al cabo, debemos al descubrimiento de América alimentos tan básicos hoy como el tomate, el pimiento, el maíz, el cacao o el boniato. Pero sí que es inevitable sentir algo de pesar por esos sabores de infancia que, casi sin darnos cuenta, han ido cayendo en el olvido, desplazados por otros.

Nispola Arbol

Es lo que le ha sucedido al níspero europeo, que vio cómo la expansión del níspero japonés fue quitándole protagonismo en nuestras tierras, probablemente porque el segundo es mucho más atractivo y rentable que el fruto que nos ocupa hoy. Y lo primero que hay que dejar claro es que, a pesar de su nombre y apariencia, son plantas de géneros diferentes.

Fruto incomestible hasta que se deja pudrir

El llamado níspero europeo (Mespilus germanica) está emparentado con el japonés (Eriobotrya japonica) por pertenecer a la familia de las rosáceas. Por tanto, no es una variante como tal del níspero que hoy todos conocemos, y tampoco procede de tierras germánicas, sino también de Asia y del sudeste europeo.

Nispolas

Conocido en la Antigüedad, los romanos potenciaron su cultivo y lo introdujeron en diferentes zonas de Europa, adquiriendo gran importancia en tierras centrales del viejo continente, llegando también a las islas británicas. Llegó a tener un gran desarrollo hasta la Edad Media, naturalizándose en muchos territorios donde todavía se pueden encontrar ejemplares silvestres, casi siempre en zonas húmedas o cercanas a ríos.

Es un árbol frutal que puede alcanzar hasta unos cinco metros de altura, caducifolio, con hojas oblongas ligeramente puntiagudas que recuerdan a las del níspero, también con flores blancas. Ha llegado a apreciarse también como planta ornamental, aunque tiene un porte menos frondoso que el níspero japonés.

Nispola Dura Ejemplar de níspola todavía incomestible.

También a diferencia de aquel, el níspero europeo da sus frutos hacia finales del otoño, pero con la particularidad de que son incomestibles cuando aún están frescos. Las níspolas recién cogidas son muy duras y ácidas, desagradables e indigestas; es un caso similar al membrillo, con la particualridad de que estos frutos no se consumen cocidos, sino que se dejan madurar durante muchas semanas tras la cosecha.

Con el tiempo las níspolas van reblandeciéndose, la piel se oscurece hasta casi volverse negra, y adquieren una textura muy tierna con aspecto, en apariencia, poco apetitoso. Se dice que hay que dejar que se pudran, en un proceso que suena poco agradable, pero es el que la convierte en un manjar para quienes saben apreciarla, cuando pierde astringencia y se desarrollan sus azúcares.

Un sabor casi olvidado

El cultivo de Mespilus germanica ha desaparecido casi por completo, quedando relegado a producciones esporádicas más locales o usos particulares, con poca salida comercial, y sobreviviendo algunos árboles silvestres o ejemplares que en su día se plantaron en la ribera de ríos, acequias y márgenes de huertos.

Nispolas2

Podían encontrarse por casi todo el país, desde Galicia hasta la Región de Murcia, pasando por Galicia o Cataluña, adquiriendo diversos nombres populares según la región (cadapanal o ciparal en Asturias, nescles, en catalán, mizpira en euskera, etc.).

Para disfrutar del sabor peculiar de la níspola hay que tener paciencia, recolectando los frutos en el mes de noviembre y almacenándolos en un lugar fresco y seco, cubiertos de paja según las viejas costumbres. Ya a partir de enero, según la temporada, pueden empezar a degustarse, cuando la fruta ha adquirido ese color oscuro que anuncia una pulpa muy tierna y aromática.

Nispolas

Una vez en su punto óptimo de consumo, la níspola se transforma en un dulce natural, con una textura blanda y suave, de olor fragante con toques de alcohol fermentado pero un dulzor intenso que recuerda a compotas de membrillo o manzanas asadas, sin tener que pasar por ningún proceso culinario.

La costumbre popular es comerlas tal cual, desechando la áspera piel y lidiando con las incómodas semillas. Hoy en día se sigue utilizando en algunas zonas para elaborar mermeladas, compotas y otras conservas, se aprovecha en recetas dulces y es también un gran acompañamiento de asados y platos de carne.

Fotos | Takkk - Jean-Pol GRANDMONT - HDValentin - Nadiatalent
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Todo lo que la vitamina D puede hacer por tu salud y 37 recetas para sumarla a tu dieta en esta temporada

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Todo lo que la vitamina D puede hacer por tu salud y 37 recetas para sumarla a tu dieta en esta temporada

La vitamina D es la vitamina que siempre asociamos a la salud de nuestros huesos y que sabemos, podemos sintetizar cuando nos exponemos al sol. Por eso, en esta temporada de invierno es importante aumentar su ingesta para prevenir el déficit en el organismo. Te contamos todo lo que la vitamina D puede hacer por tu salud y dejamos 37 recetas que ayudan a sumarla a nuestra dieta habitual.

Las múltiples funciones de la vitamina D

La vitamina D es un nutriente de gran importancia para nuestro cuerpo y eso queda demostrado cuando identificamos sus funciones, las cuales detallamos a continuación:

Contribuye a la absorción del calcio

Cuando hablamos de vitamina D siempre reconocemos su participación en la absorción del calcio, lo cual repercute en la salud de nuestros huesos y dientes que poseen este mineral como componente principal.

Cuidar la ingesta de vitamina D es así un buen recurso alimenticio si buscamos prevenir la osteoporosis o garantizar el adecuado crecimiento y desarrollo de huesos y dientes, al favorecer la absorción del calcio y sus proporciones adecuadas en relación a las de fósforo.

Vitaminad

Favorece la salud cardiovascular

La vitamina D interviene en la contracción del corazón y puede reducir la presión arterial ayudando a moderar factores de riesgo cardiovascular.

Un déficit de vitamina D se ha asociado a mayor incidencia de enfermedades cardíacas diversas, y aunque no se conocen los mecanismos exactos podrían ser muchas vías las que permiten a la vitamina D ser beneficiosa para la salud cardiovascular, como señalan los estudios.

Contribuye a la prevención del cáncer

Según una investigación de gran tamaño, los niveles de vitamina D elevados se asocian a un riesgo inferior de sufrir cáncer de diferentes tipos.

Especialmente se han vinculado altos niveles de vitamina D con menos incidencia de cáncer de hígado, pero también, adecuados niveles de este nutriente servirían para alejarnos del cáncer de mama antes de la menopáusia.

Al parecer, el beneficio de la vitamina D viene dado por su efecto reductor de la proliferación y supervivencia de células cancerosas según indica un estudio.

Ayuda a lograr y mantener un peso sano

La evidencia científica señala una relación entre la obesidad y el metabolismo de la vitamina D, así como la presencia de hormonas que regulan el hambre y apetito, influyendo en el peso corporal.

Hay estudios que señala que a mayores niveles de vitamina D se poseen menores niveles de adiposidad y circunferencia de cintura, es decir, menos barriga.

También se ha observado una relación entre bajos niveles de vitamina D e infiltración grasa en tejidos musculares, lo cual puede caracterizar a la obesidad y a la enfermedad metabólica asociada.

Aunque no se saben bien los mecanismos, debemos saber que la vitamina D en adecuadas proporciones es clave para el logro y mantenimiento de un peso saludable.

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Interviene en el funcionamiento del sistema inmunitario

La vitamina D influye de diferentes maneras en la respuesta inmunológica de nuestro organismo ante enfermedades diversas.

Tal es así que podría ser de ayuda para prevenir enfermedades infecciosas como una gripe o resfriado común, así como también para afrontar con éxito o reducir las posibilidades de desarrollar Covid19, según señala un estudio reciente.

Ayuda a prevenir el desarrollo de diabetes

Ya se por vía indirecta al beneficiar el control del peso corporal o de forma directa al influir sobre la producción de insulina por afectar el funcionamiento de las células beta del páncreas, la deficiencia de vitamina D se ha asociado a mayor desarrollo de diabetes mellitus.

Asimismo, se han observado mejoras en la sensibilidad a la insulina cuando se administran suplementos de vitamina D, por lo tanto, debemos considerar a esta vitamina como un nutriente clave para prevenir enfermedades metabólicas de todo tipo, incluida la diabetes.

Lacteos

37 recetas para sumar vitamina D a tus platos

Ya vemos que la vitamina D constituye un nutriente con múltiples funciones en nuestro cuerpo, incluso mucho más allá del cuidado de nuestros huesos. Por eso, resulta grandemente beneficiosa para el organismo.

Aunque podemos obtenerla por exposición al sol debido a que se sintetiza en nuestra piel, en invierno es aconsejable su ingesta mediante alimentos fuente.

La vitamina D predomina en alimentos de origen animal, pudiendo encontrarse pequeñas cantidades en hongos y setas o en cereales así como otros productos enriquecidos.

Para que garanticemos un adecuado consumo de vitamina D en esta temporada, dejamos las siguientes recetas:

Platos con pescado graso

La vitamina D es soluble en grasas, por eso el pescado azul constituye una saludable fuente de este nutriente. aconsejamos para obtenerla el consumo de arenque, congrio, salmón fresco o ahumado.


Congrio
Salmonpatatas

Recetas con lácteos diversos

La leche y sus derivados, yogures y quesos, son buenas fuentes de vitamina D para el organismo. Por eso, podemos acudir a su ingesta en la dieta habitual durante el invierno:


Tarta
Huevosturcos Jpg

Preparaciones con huevos

En la yema de huevo encontramos gran cantidad de vitamina D que podemos aprovechar en diferentes platos de forma muy sencilla.


Aguacatesalhorno1
Fritatta

Platos veganos con vitamina D

Para quienes no consumen alimentos de origen animal, las setas y hongos así como cereales y harinas enriquecidas pueden ser buenas fuentes de vitamina D.


Bourguignonsetas

Imagen | iStock, Directo al Paldar y Vitónica

Tres recetas de carrilleras guisadas de tres grandes chefs (que llevan el plato a un nivel superior)

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Tres recetas de carrilleras guisadas de tres grandes chefs (que llevan el plato a un nivel superior)

La alta nobleza de las categorías cárnicas entiende de terneza cuando eleva al podio a solomillos y lomos al hablar del despiece de vacuno o de porcino. Sin embargo, en la búsqueda del sabor y de la textura pocos cortes acaban igualándose al que categorías a priori inferiores donde encontramos al morcillo, a las costillas, a la falda o las carrilleras ofrecen.

De esta última os venimos a hablar hoy. A veces la encontraréis como carrillada e incluso como facera, pero la realidad es que en cualquier caso hablamos de los mofletes del animal, caracterizados por una textura cargada de colágeno, melosa y fundente si se mima en el fuego pero dura si no le ponemos cierto cariño y damos tiempo.

Durante años se la ha considerado -y considera- parte de la casquería, ya sea del cerdo o de la ternera, aunque a mí personalmente me parece una categoría que no le corresponde porque las diferencias con otras vísceras como hígado, riñones o corazón es sustancial en textura, sabor e incluso modo de cocción.

Opciones te hemos dado en muchas ocasiones y es que, además de baratas, exigen solo una pizca de atención, pero el éxito está tan asegurado que las puedes convertir en clásico plato de domingo o de fiesta. Además, su versatilidad permite que las acompañes de verduras, purés, cremas o que incluso las reconviertas un día después en unos canelones o en unas croquetas.

Las hemos hecho clásicas al vino tinto, en salsa de chocolate,con vino blanco y vainilla, en una fresca salsa de cerezas, al horno e incluso con la crock pot. Todo un despliegue que llena de sabor las casas, pero también que siempre gusta disfrutar cuando salimos a comer fuera.

No extraña que la carrillera sea hoy un plato al alza en numerosos restaurantes, que han recuperado esa vitola de cocina casera con un guiso tan sencillo como sabroso. De carrilleras de cerdo de autor os venimos a hablar hoy, y de trucos dados por tres profesionales, para que saquéis todo el partido a tres estilos de carrillera distintos.

Las carrilleras tradicionales de Álvaro González de Audicana, chef de Aitatxu

Carrilleras del restaurante Aitatxu La carrillera de Aitatxu es purista y confía su éxito a una cocción pausada y a una buena reducción de los alcoholes.

"Yo las hago con una reducción de oporto, vino tinto y armagnac. Son muy clásicas y la clave está en fondearlas bien y cocerlas a baja temperatura", explica el chef bilbaíno, que ejerce una cocina creativa en el madrileño Aitatxu (Calle Claudio Coello, 122).

"En nuestro caso son carrilleras ibéricas, pero se puede hacer con una carrillera de cerdo convencional", cuenta. "Las abrimos, las lavamos bajo un chorro de agua fría para quitar ese olor a cerdo demasiado fuerte, las secamos bien con papel y vamos a la cazuela", prosigue.

"Sin harina, porque así hacemos más limpio el plato, y le quitamos un pelín de grasa sobrante a las carrilleras, no toda, pero algún pegote de más que tenga", matiza. "Sal, pimienta, gota de aceite, doramos y reservamos", anticipa.

Sofreír sin harina; recurrir a armagnac, tinto y oporto, y una gota de soja son las claves de las carrilleras de Aitatxu

"En esa cazuela vamos con el fondo de verduras. Un par de cabezas de ajo con piel partidas por la mitad [para su cazuela de tres kilos de carrillera], zanahoria, puerro y cebolla, todo en cuadrados grandes porque vamos a fondearlo mucho", especifica.

"Es importante que pochemos bien, pero no que se queme porque si quema, amarga. Cuando esté el fondo, añadimos la carrillera, su jugo y una pizca de armagnac, que flambeamos durante unos 10 minutos y dejamos rehogar", agrega cuando el alcohol entra en escena.

"Añadimos oporto, u oloroso, y rehogamos bien pero sin dejar que seque. Una vez que está integrado, añadimos vino y caldo de cerdo, alrededor de un 70-30%", aclara sobre las proporciones y deja otra clave. "Vino decente, del que te beberías. No hace falta un vino de 100 euros, pero uno de seis o siete euros está bien", perfila antes del toque salado.

"Le ponemos un pelín de soja, que nos ahorra añadir sal, y hará que al espesar el guiso se concentren más los sabores", reivindica. "Lo llevamos todo a un hervor fuerte, cuando lo alcanza lo bajamos al mínimo y así tenemos tapadas las carrilleras durante unas cuatro horas", recuerda. "Cuando están tenemos dos opciones con la salsa, que siempre hemos estado desgrasando y desespumando: quedarnos solo con el caldo escurriendo las verduras o triturar todo junto", comenta.

"El caldo nos va a durar más tiempo y luego lo podemos reducir aún más; la salsa, si trituramos con las verduras, tiene una vida más corta", apostilla. El colofón como guarnición, clásico en su caso, pasa por una parmentier de patata trufada o, si queremos algo más vanguardista, unos salsifís fritos. "También podemos añadir chocolate. A las carrilleras, como a la caza, le va bien el chocolate, así que podemos añadir un par de onzas en la cazuela o simplemente rallar un poco en el emplatado", ilustra.

La carrillera estilo coreano de Luke Jang

Carrilleras Coreanas De Luke Jang El contraste entre ácido, fresco y ligeramente picante de las carrilleras coreanas de Luke Jang es el encanto de este plato.

Forjado en Mugaritz y El Bulli, pero más coreano que el kimchi, que el gochujang o que la propia Samsung. Luke Jang ejerce una cocina coreana con ciertos toques vascos en Luke (C/ de Bárbara de Braganza, 2, Madrid), desde donde nos cuenta la historia de sus carrilleras al curry, uno de sus bestsellers y que también puedes encontrar en delivery.

"Son unas carrilleras al curry coreano, que espesa el plato y está más enfocado en el sabor, pero no es tan intenso", comienza. "Lo que buscamos son unas carrilleras en las que haya un contraste, que también se logra con la guarnición", añade.

"Es un curry coreano, pero el toque final es más del Sudeste asiático porque añadimos lemongrass, cardamomo, lima..., lo que le hace más refrescante", incide. A ello también contribuye el uso que da a la manzana, como integrante principal de esta guarnición.

"Empezamos con un sofrito español típico con la misma cantidad de pimiento rojo, verde y cebolla. Cuando está bien pochado añadimos la misma cantidad de tomate fresco pelado y dejamos que sofría y pierda la humedad", inicia.

"Cuando está bien sofrito añadimos un caldo de carne; varias hojas de lima keffir, pero no rotas, porque dan mucho sabor; lemongrass muy picado; clavo en polvo; semillas de cilantro machadas, y cardamomo verde en polvo y comino molido", sazona y especifica que de estas especias hay que añadir una cucharadita de café.

"Dejamos que hierva fuerte y añadimos dos cucharadas soperas de polvo de curry coreano. Recuperamos el hervor y bajamos a fuego medio. En otra sartén marcamos las carrilleras, sin harina, solo con sal y pimienta y cuando están doradas las metemos en el curry y las dejamos a fuego medio durante 35-40 minutos", explica.

Aparentemente poco tiempo, pero Luke nos da sus razones. " Si la damos más tiempo se empieza a deshilachar y a estar demasiado deshecho. A mí me gusta encontrar textura en la carrillera y que se pueda comer con cuchara, que haya un poco de corte", explica.

"Mientras tanto hacemos la guarnición, que es muy fresca y le va bien a la carrillera, que es un guiso muy potente. Partimos manzana granny smith en dados y la salteamos con una pizca de sal y aceite en una sartén, para que se caramelice y además cortamos unos cuantos tomates cherry, que son dulces y ácidos, que irán en fresco", aclara.

"Ya en el emplatado ponemos unas hojitas de menta partidas, un poco de piel de lima rallada y acompañamos de un arroz blanco coreano [sin sal] y dejamos que el curry se pueda comer con cuchara", aclara mientras deja otras pistas.

"Se puede añadir también cilantro, pero poco, porque tiene mucho sabor y puede comerse al resto del plato. A mí me gusta mucho la cebolleta china porque tiene una textura más crujiente que el puerro y es muy fina, o el eneldo, que también es fresco pero elegante", apostilla.

La carrillera versátil de Víctor Vila, de La Terraza del Santo Domingo

Carrilleras De La Terraza De Santo Domingo Con Rollo Thai La guarnición se refresca aquí con una mezcla de verduras crudas y el aroma se potencia con un aceite de vainilla.

Ibéricas, con un toque de vainilla y con un aire oriental, pero cargadas de casticismo. Así son las carrilleras que gesta el chef Víctor Vila, un carabancheleño de pro, que ejerce como jefe de cocina en el restaurante del céntrico hotel Santo Domingo (Calle de San Bernardo, 1, 7ª Planta), en el corazón de Madrid.

"Es un guiso muy clásico, de ama de casa, de los que gustan a todo el mundo. Nosotros lo empezamos como un estofado, sin mucha complicación", despliega. "Marcamos la carrillera después de salpimentar y sin enharinarla, para que así sean más ligeras, y retiramos", colige.

"Marcamos bien el ajo y las verduras clásicas de una bresa y cuando están bien pochadas, añadimos de nuevo la carrillera y el caldo, que nosotros hacemos de cerdo", explica y nos da algunas pistas. "En el restaurante tenemos un cochinillo deshuesado, así que aprovechamos esos huesos, pero en casa podemos hacerlo con un costillar de cerdo, las verduras, una hoja de laurel, un puñadito de pimienta negra y, sobre todo, que cueza desde agua fría", explica.

"Dejamos dos horas cocer a fuego lento. Si nos hemos pasado de caldo, destapamos para que evapore, pero los guisos tienen que estar justitos de caldo para que el sabor no se pierda. Además, es importante recurrir a buenos caldos porque es donde va a estar el sabor", considera.

"Retiramos la carrillera y trituramos la cazuela para que coja espesor mientras preparamos la guarnición. Nosotros hacemos un rulo thai de verduras y un aceite de vainilla, que son muy sencillos", aclara. "Los rulos se hacen con harina de arroz, mantequilla fundida y clara de huevo, que mezclamos bien y cocinamos como si fueran unas tortitas, y con ellos envolvemos unas verduritas en juliana [zanahoria, judía verde y puerro] y plancheamos", finaliza.

Para el aceite de vainilla tampoco hace falta ciencia y da buen resultado. "En un aceite de oliva que no sea virgen, porque tiene mucha acidez, infusionamos en caliente durante tres o cuatro horas unas vainas de vainilla abiertas a unos 80 grados. Cuando estén, lo colamos y salseamos con él", remata para ponerle ese toque africano y oriental a un plato que irradia casticismo.

Imágenes | Restaurante Aitatxu / Restaurante Luke / La Terraza del Santo Domingo

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Más allá del fuet y la butifarra: una guía por el sabroso mundo de los embutidos catalanes

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Más allá del fuet y la butifarra: una guía por el sabroso mundo de los embutidos catalanes

Chorizo, salchichón y lomo son los tres pilares maestros sobre los que se sustenta el edificio del embutido nacional. Tres columnas que bien podrían ser nuestro dórico, jónico y corintio del aprovechamiento porcino, que sirven como cimientos para construir meriendas, desayunos e incluso coquetear con recetas en las que el fuego participa.

A este templo culinario que es la carne del cerdo, sea blanco o sea ibérico, al que rendimos pleitesía y que da sentido a buena parte de nuestro recetario no le falta nunca una capilla para el embutido.

El invierno y los cerdos de San Martín permanecen así en el ideario colectivo de un aprovechamiento festivo, hoy en desuso y no tan necesario, que hacía de la matanza un despliegue necesario para que hubiera carne el resto del año. Tradición que se replicaba hasta no hace tanto y que ahora hemos sustituido por la comodidad de acercarnos a los lineales del supermercado.

Allí no falta nuestro anteriormente mencionado triunvirato, ni la negra omnipresencia de la morcilla, ni tampoco variedades regionales que han salido de su zona de confort y, reivindicando su acento, han conquistado bocadillos, paladares y tablas de cortar más allá de su casa.

Es el caso de fuets y espetecs, quizá los más populares de los embutidos catalanes, muy democratizados a través de la industria, y a los que resulta difícil no arrimarse. Hoy, abriendo esa puerta, nos metemos hasta la alacena catalana para poner en valor otros embutidos quizá no tan conocidos fuera de Cataluña, pero que enamoran a todo aquel que los acaba probando.

Hablamos de fuet y espetec, sí -no vamos a renunciar a ellos-, pero también a la butifarra, a la longaniza, a la somalla, al salchichón -Vic mediante- y por supuesto al despliegue de embutidos cocidos al que payeses como Marc Rovira, gerente de la chacinera artesana Cal Rovira, nos desvela entre bulls, butifarras y bisbes para demostrar todo lo que nuestros panes se están perdiendo.

Embutidos frescos

Foto Butifarra Cruda De Cal Rovira Butifarra cruda. © Cal Rovira.

Llonganissa (longaniza), de la que hablaremos largo y tendido a continuación, y botifarra (butifarra) son los dos principales formatos en los que veremos los embutidos catalanes, ya sean en fresco, en curado o cocido. La primera es habitual verla en formatos frescos y en curados, mientras que la segunda es más habitual encontrarla en fresco o cocida en los numerosos embutidos que de ella derivan.

Muy parecidas al resto de longanizas y salchichas frescas del resto de España, la gran diferencia estriba en que, por regla general, la butifarra en Cataluña lleva mucha más parte magra -jamón o lomo- y mucha menos grasa, ya sea panceta o tocino, por lo que son más ligeras y menos grasientas.

Embutidos curados

Foto Embutidos Curados Entre los embutidos curados encontramos al fuet (centro), al salchichón o llonganissa (izquierda) y a la secallona (derecha).

La internacionalidad del chorizo hace que en Cataluña también se trabaje con frecuencia, además de la pujanza del salchichón, que tiene en Vic su gran centro neurálgico, aunque se produce en toda la comunidad, pero si hablamos del gran embutido curado catalán nos hemos de referir a la llonganissa (longaniza) y a a las, digamos, versiones que de ella se gestan.

Todo ello parte de un tronco común de origen latino como es la lucanicia o lucanica, que ha derivado en llonganissa, longaissa (en la Val d'Aran), longaniza en Aragón, lukainka en Euskadi o la lucaniga italiana, que tienen su origen en la antigua Lucania romana. Muy resumido, todas tienen en común ser carne picada de cerdo, parte de panceta o tocino, sal, pimienta y luego posteriormente embutido.

En algunos casos será fresco y en otros, como ahora, nos vamos a lo curado, encontrando en la comarca de Osona -compartida entre Barcelona y Girona- el territorio longanicero por excelencia de toda Cataluña.

  • Fuet. Es el más popular y frecuente. Es alargado, ligeramente aplanado y mide entre 30 y 50 centímetros, luciendo unos cuatro centímetros de diámetro. En la báscula suele estar entre los 150 y los 260 gramos -aunque hay excepciones-. Se embute en el intestino delgado del cerdo y, en caso de no ser así, debe ser especificado en la etiqueta. Es suave, tierno -apenas unas tres semanas de curación- y le caracteriza una capa blanca de moho (Penicillium Nalgiovense, de la familia del que recubre el camembert o el roquefort) que contribuye en aroma. Se puede quitar para comer, pero va en cuestión de gustos, igual que la piel, que también es comestible cuando es tripa porcina natural. A veces se le encuentra nombrado como espetec (en la zona de Navarclés y también por alguna gran marca) o tastet, aunque esta última versión no es del todo correcta ya que realmente hace alusión a la primera prueba de sazón. Como detalle final habría que recordar que fuet en catalán también significa "látigo".
Foto Corte De Fuet
  • Secallona. Más fina, más alargada y generalmente en forma de collar o herradura, la secallona es un embutido más seco que el fuet y que generalmente no tiene tanta cantidad de moho. Cuando se deja secar se convierte en un embutido más quebradizo. En cuanto a ingredientes hablamos de exactamente los mismos.

  • Somalla. Aquí nos vamos a un embutido más seco, de hecho, su nombre viene de somall, es decir, cosa seca. También se la encuentra a veces como somaia y en ella concurren las mismas materias primas. Como rareza cabe mencionar que no es raro ver somallas gigantes, que miden más de un metro y medio y que se sirven al corte en las charcuterías.

  • Didalets. Literalmente 'dedalitos'. Son de pequeño tamaño, como de un meñique, tiernos y especialmente buenos como aperitivos.

Foto Longanisa De Vic Un claro ejemplo del tamaño y aspecto de la llonganissa de Vic. © IGP Llonganissa de Vic/ Salchichón de Vic.
  • Llonganissa. En puridad podríamos decir que una llonganissa y un salchichón son lo mismo, de hecho, la IGP de Llonganissa de Vic alberga ambas opciones. Aquí nos vamos al embutido que necesita más curación -alrededor de tres meses- porque es más grueso y también con una mayor sazón de pimienta y sal. Se embute en la parte final del intestino delgado, que es la más ancha y se cuelga durante los meses de invierno. Oficialmente se puede hacer llonganissa en toda Cataluña, pero solo se puede hacer con IGP en la zona de la Plana de Vic.

  • Xolís. También en la familia de los salchichones y longanizas encontramos a este emblema del Pallars (una comarca al norte de Lleida). Es aplanado, más oscuro, menos graso que los anteriores porque se suele elaborar con las carnes más nobles del cerdo y suele pesar entre 250 y 300 gramos, pero además cuenta con una curación más lenta, por lo que no es tan tierno, pero es muy sabroso.

Embutidos cocidos

Prepara el perol y la caldera, que aquí es donde llega el dream team de los embutidos catalanes, tanto es así que haría palidecer al de Cruyff. Si en fresco y en seco encontramos bastantes similitudes entre el embutido catalán y el embutido del resto de España, en el cocido es donde te sorprenderá la variedad que Cataluña embucha.

Quizá el gran cocido español sea la morcilla, tanto que nos valió para contarte por qué España es un país en la morcilla, pero benditas rarezas como el bull, el bisbe o el peltruc abren una ventana gastronómica a Cataluña que querrás meter entre panes.

De ellos nos habla Marc Rovira, segunda generación de hosteleros, carniceros y restauradores en Cal Rovira, en Sagàs (en el Berguedà, una comarca al norte de Barcelona, limítrofe con Lleida), que además regentan el estrella Michelin Els Casals, que da sentido a su filosofía slow food y kilómetro cero que han bautizado como Tancant cercles.

Cocidos y en intestino grueso

Bull Negre Y Bull Blanc Bull negre y bull blanc.

"Nosotros trabajamos el bull negre [con una pizca de sangre] y el blanc [sin ella]. Es una receta que aprovecha todo el despiece del cerdo, que de otra forma habría que consumir en fresco", indica. "Son las carnes más melosas y gelatinosas del cerdo como las partes de la cabeza o las vísceras.

Todo ello se cuece, se pica y luego lo mezclamos con carne cruda, se sazona, se embute y se vuelve a cocer en el perol", explica mientras menciona la importancia de la baja temperatura: "picamos en frío para así mantener la textura de la carne y de la grasa. Si se calienta, se deshace".

"El bull negre lleva la sangre justa para dar color, pero no aporta casi gusto; no es una morcilla", indica. "En los dos casos son productos que se pueden consumir en frío, a modo de embutido, o para desayunar con un poco de pa amb tumaca", explica. Un embutido contundente y muy pagès que también se puede cocinar a la brasa o a la plancha, donde su grasa natural se funde y deja una capa crocante muy sabrosa.

Otra de sus especialidades es el bull de lengua, que también nace como forma de aprovechamiento. Tocino, carrilleras, asaduras, careta, papada, cortes magros de la paletilla, pimienta negra, sal y, por supuesto, lengua, forman parte de este embutido que realizan en blanco y negro.

Bull Negre Y Bull Blanc De La Llengua Bull negre y bull blanc de la llengua. © Cal Rovira.

Todo textura, donde la lengua del cerdo se cuece previamente y luego se corta en tacos. La gelatina se convierte en la amalgama de este bocado finamente especiado y que en bocadillo, pero también en un arroz funcionaría de maravilla. Otra de las diferencias fundamentales que encontramos es la tripa en la que se embute, ya que el bull se embute en intestino grueso, pero no en su parte más ancha

Parecido es el bisbe (literalmente obispillo) -que comparte relleno y forma de elaboración-, pero que se embute en el ciego, la parte más engrosada del intestino grueso. La otra diferencia entre ambos, y no siempre, es que en ocasiones para rellenar los bull se utiliza la carne que ha sobrado de las butifarras.

Además de la lengua, es frecuente que en otros bulls se utilicen otros trozos de vísceras como pueden ser el bazo, los riñones o incluso los sesos cocidos del cerdo y taqueados, aunque no es tan frecuente como el bull de lengua. Como nota final, aunque en toda Cataluña se elaboran bulls, en Girona los encontrarás bautizados como paltrucs o peltrucs, aunque en esencia es el mismo producto. En el Alt Urgell también se trabaja un embutido parecido llamado bringuera, de origen andorrano, pero que comparte ingredientes con el bull negre.

Por esta razón su aspecto es más ancho y más tosco. Esta misma tripa es la que en otras partes de España se utiliza para embutir, por ejemplo, la sobrasada, el morcón ibérico o el asturiano chosco de Tineo. También se puede embutir en la vejiga del cerdo, pero no es tan común en la actualidad.

Cocidos y en intestino delgado

Catalana De Cal Rovira Un ejemplo claro de botifarra catalana. © Cal Rovira

La voz cantante en el terreno de los cocidos y el intestino delgado se lo lleva implacablemente la butifarra. En el resto de España no es habitual que veamos embutidos cocidos de esta índole, salvo la morcilla, pero que en origen difiere mucho de la tradicional butifarra.

Blancas y negras vuelven a ser protagonistas de este romance embuchado. Las blancas se denominan popularmente como 'catalanas', así que cuando veáis una de estas saber que sus ingredientes serán magro de cerdo picado, tocino, sal y una pizca de pimienta. Todo ello se embute en tripa fina, se cuece en grandes peroles sin que el agua rompa a hervir y luego se dejan repostar.

En el caso de la botifarra negre se añade una pizca de sangre, que la tiñe, pero que no la llena del mismo sabor que llenaría una morcilla. Además cambian mucho los aderezos entre las clásicas morcillas de arroz o de cebolla, amén del tipo de picada de la carne, ya que la botifarra lleva más magro, menos grasa y menos triturado, mientras que la morcilla lleva más grasa, más especias -pensemos en cominos, cebolla, ajo, pimientas y pimentones- y esa textura más grasa se percibe en el embutido.

Frecuentes y comunes, pero también encontramos joyas no tan conocidas. "Durante el mes de febrero y solo en febrero hacemos la butifarra de huevo", cuenta Marc. "Durante el invierno las gallinas ponen menos huevo, pero en febrero empiezan a recuperarse, así que tradicionalmente se aprovecha ese huevo para las butifarras", explica.

El proceso tampoco tiene más ciencia que la anterior: carne, grasa y huevo batido de sazonan, se embuten y se cuecen. El resultado, un embutido limpio, fresco y muy sabroso que se puede comer frito, a la plancha, a la parrilla o cocido. En este caso encontraríamos un producto parecido al mondeju vasco, solo que en el caso euskaldun se elaboran con carne de cordero.

Del cordero también se aprovecha la carne y sus asaduras para elaborar la llamada girella, que es típica de las comarcas pirenaicas de Lleida como el Pallars Jussà. Aquí se mezclan algunas vísceras, la carne del cuello y de la cabeza del cordero y el arroz, todo ello debidamente cocido, que después de embutirse se vuelve a cocer.

Jugosa, fresca, muy aromática y un auténtico alegato de supervivencia en regiones tradicionalmente agrarias y de duras condiciones donde uno no podía permitirse el lujo de desperdiciar carne.

Botifarra De Perol Cal Rovira Botifarra de perol. © Cal Rovira.

Precisamente de ahí nace la llamada botifarra del perol, que reúne casquería, remates de carne y grasa. Una mezcla que le da un aspecto más oscuro y que también se cuece primeramente, se pica, se embute y luego se vuelve a cocer en el perol, que la responsabiliza de su bautismo, y que es protagonista indispensable de platos como las mongetes con butifarra o los caldos.

El recorrido lo cerramos en Girona donde se estila la butifarra dolçe, que no engaña en su nombre ya que en la composición encontramos azúcar, miel, limón y canela. Se suele comer con manzana asada o untada sobre un trocito de pan y compota de manzana, pero es cuanto menos, curiosa.

Dónde comprar embutidos catalanes online

Sabemos que es difícil no irse con hambre después de este recorrido, así que os vamos a dejar unas cuantas direcciones virtuales en las que podréis conocer más y, sobre todo, llenar la cesta de la compra con embutidos catalanes.

  • Cal Rovira. Aunque llevan haciendo embutidos toda la vida, la empresa es relativamente moderna (apenas 25 años), pero la tradición la llevan en la sangre. Venden de manera presencial en su tienda de Sagàs, pero a domicilio puedes encontrarlos gracias a De Puesto en Puesto. No pierdas de vista ninguno de sus productos, pero si quieres descubrir lo más selecto de la casa apuesta por los bulls de la llengua o la butifarra del perol.
  • Pedragosa. En Caldes de Montbuí, en el Vallès oriental, los Pedragosa sientan cátedra chacinera desde 1916. Cualquier opción es buena, pero el despliegue de embutidos curados bien merece la pena porque tocan todos los palos.
  • Casa Sendra. Pocas referencias, pero de altísima calidad. Sendra es otro de esos emblemas del embutido en Vic y sus salchichones gozan de una justa fama.
  • Casa Riera Ordeix. Amparados por la IGP Llonganissa de Vic, Casa Riera también presume de cerca de siglo y medio consagrada a la elegante mezcla de carne, grasa, sal y pimienta que les hace únicos.
  • Cal Tomàs. Ecoturismo, slow food y una oferta online que puede poner en tu casa ternera del Pirineo, salchichones y pollos de corral es lo que proponen desde Cal Tomàs, una empresa familiar en La Pobla de Segur (Lleida). Perfecto para iniciarse en el mundo del embutido catalán.
  • Xolís de Adons. No engaña el nombre de esta empresa en la Alta Ribagorça donde la especialidad es el xolís. También cuentan con butifarras y bulls mientras retoman la producción de xolís, lo que prueba su carácter artesano.
  • Masia La Portella. Seis décadas de tradición familiar desde Avinyó (Barcelona) que se traducen en todo el despliegue de embutidos catalanes que hemos visto. De la butifarra y el fuet al bisbe y el bull, otra gran apuesta para no dejar ningún palo sin tocar.

Imágenes | Cal Rovira / iStock

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13 recetas internacionales muy sabrosas y fáciles para salir del arroz blanco en cualquier momento

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13 recetas internacionales muy sabrosas y fáciles para salir del arroz blanco en cualquier momento

Bueno, bonito y barato. El arroz no es por casualidad el cereal más consumido y plantado del mundo. No encontramos una cocina en la que no esté, ni prácticamente ninguna gastronomía en la que no tenga, de una forma u otra, importancia como ingrediente.

Su versatilidad también le hace primordial para salvar guarniciones, comidas rápidas y, por supuesto, convertirse en el plato estrella de la casa. De ello saben mucho los levantinos a base de arroces y los italianos a base de risottos, pero si en Europa sentimos amor por el arroz, lo que se siente en Asia es directamente devoción.

Del sushi japonés al arroz tres delicias chino, pasando por todo tipo de fideos o, por supuesto, eterno compañero de los currys en la India, el arroz ha dejado su semillita -casi literalmente- por todos los lugares de la tierra.

Plato salvavidas y socorrido donde los haya, hoy te ofrecemos unas cuantas alternativas viajeras al arroz blanco para que des salida a esos granos que tienes por casa. No importa la variedad: sean de grano corto y redondo, de grano largo, integral, basmati o tengas algo de carnaroli para risotto a mano.

1. Poké hawaiano de arroz, aguacate y salmón

Uno de los reyes de Instagram porque es fotogénico, sabroso y tiene un origen exótico, aunque en casa lo podemos imitar con mucha menos parafernalia.

Solventa una cena o una comida, es rápido, fresco y a lo único que hay que prestar atención es al punto del arroz para que quede ligeramente suelto. Por lo demás, solo usar buenos ingredientes. Y, si os ponéis aún más viajeros, podéis ir a esta versión asiática con alga wakame.

  • Ingrediente para 2. 300g de arroz para sushi, una cucharada de vinagre de arroz, media cucharadita de azúcar, sal, 150g de salmón fresco, 45ml de salsa de soja, 30ml de aceite de sésamo, 1 cucharadita de jengibre fresco rallado, medio aguacate, cuatro tomates cherry, medio pepino, media cebolla morada, semillas de chía, un puñado de anacardos y el zumo de media lima.
  • Elaboración. Limpiamos el lomo de salmón, retirando las espinas y la piel, y lo cortamos en dados. Añadimos la salsa de soja, el aceite de sésamo, el jengibre bresco rallado, removemos bien y marinamos durante 15 minutos. Tanto si lo preparamos en época de calor como si no, lo metemos en la nevera para que no se estropee. Mientras tanto preparamos el arroz de sushi, cociéndolo en agua salada siguiendo las indicaciones del fabricante. Mezclamos el vinagre de arroz con el azúcar y calentamos en el microondas para que se disuelva este último. Agregamos al arroz y enfriamos abanicando al tiempo que removemos para separar los granos. Cortamos el medio aguacate en láminas, los tomates cherry en mitades, el pepino el finos discos y la cebolla en juliana. Emplatamos el poké dividiendo el arroz en dos cuencos hondos y repartiendo, por la superficie, el aguacate, los tomates, el pepino y la cebolla. Decoramos con anacardos y semillas de chía. Regamos con un poco de zumo de lima y servimos inmediatamente.

Enlace directo a la receta completa | Ensalada poké de arroz, salmón y aguacate

2. Risotto de puerro, pera y azafrán

Risotto Meloso De Puerro Pera Y Azafran

Ligeramente dulzón, cremoso y muy aromático. Perfecto para iniciarse en el mundo de los risottos, aunque si quieres seguir experimentando, aquí tienes otras 19 recetas para coronarte.

Sabemos que exige un poco de paciencia, pero por eso te dejamos aquí los secretos del buen risotto, contados por un chef piamontés.

  • Ingredientes para 2 personas. 200g de puerro, tres granos de pimienta, 30ml de aceite, 180g de arroz arborio o carnaroli, 150ml de vino blanca, 1 pera mediana, 600ml de caldo de verduras o de pollo, unas hebras de azafrán, 25 de mantequilla, parmesano al gusto, pimienta negra molida y sal.
  • Elaboración. Cortar los extremos de los puerros y retirar, si hiciera falta, la hoja más externa. Lavar y cortar en rodajas finas o, si se prefiere, picar en piezas pequeñas. Lavar la pera (si es pequeña, usar dos), pelar y descorazonar. Poner a calentar el caldo a fuego moderado. Separar una pequeña cantidad a un vaso para infusionar las hebras de azafrán machacadas (unas 4). Calentar el aceite de oliva en una cazuela y sofreír el puerro con una pizca de sal y los granos de pimienta negra. Agregar el arroz, remover bien un minuto y regar con el vino blanco. Cuando se haya evaporado, incorporar la pera, remover bien y echar la infusión de azafrán. Comenzar la cocción del risotto a fuego lento, agregando caldo poco a poco, siempre caliente, removiendo con suavidad. Cocer hasta el tiempo marcado por el fabricante, unos 18-20 minutos. Añadir más caldo si fuera necesario. Al final mantecar con la mantequilla y queso parmesano recién rallado. Comprobar el punto de sal y servir con pimienta negra recién molida y más queso al gusto.

Enlace directo a la receta completa | Risotto de puerro, pera y azafrán

3. Jambalaya de langostinos

Jambalaya De Langostinos

No todo Estados Unidos es hamburguesa, pizza y barbacoa. Buscando un poco se descubren platos cargados de diversas herencias como este arroz que no es una paella llamado jambalaya aunque pudiera parecerlo.

La clave está en el contraste de la herencia criolla con un toque de picante y un punto francés para un arroz impecable que puedes elaborar con cualquier arroz de grano largo que tengas por casa. Aunque la versión habitual es con pollo, hoy te lo ofrecemos con langostinos.

  • Ingredientes para 2 personas. 1 cebolla blanca, 1 apio, 1 pimiento verde italiano, 1 diente de ajo, media cucharadita de hinojo seco, media cucharadita de pimentón dulce, media cucharadita de comino molido, una cucharadita de orégano seco, 100g de arroz de grano largo, 400g de tomate natural troceado, 1 pimiento amarillo, 250ml de caldo, 200g de langostino pelado, el tallo de una cebolleta, perejil, una guindilla, sal, aceite y pimienta negra molida.
  • Elaboración. Lavar y secar el apio, la guindilla, el pimiento, los tallos de cebolleta y el cilantro o perejil. Quitar los filamentos del apio y picar en piezas pequeñas. Picar la cebolla y el diente de ajo sin el germen. Retirar las semillas de la guindilla y cortar en rodajas finas. Cortar el pimiento en tiras, sin las semillas. Calentar un chorrito de aceite en una sartén amplia o cazuela y pochar la cebolla con el apio, el pimiento y una pizca de sal, a fuego suave, unos 5 minutos. Añadir el ajo y la guindilla -podemos reservar una parte para decorar al final- remover bien y echar todas las especias. Añadir el arroz y cocinar durante un minuto. Agregar el tomate, el pimiento, el caldo o agua y salpimentar muy ligeramente -si usamos caldo, cuidado, por el nivel de sal-. Remover bien, llevar a ebullición, tapar y bajar el fuego. Dejar cocinar suavemente durante unos 25-30 minutos, comprobando el punto del arroz. Debe haber perdido casi todo el líquido, aunque tampoco queremos un plato totalmente seco. Incorporar los langostinos, tapar y cocinar un poco más hasta que se hayan cocido. Servir con tallo de cebolleta picado, cilantro o perejil, y más guindilla o chile, si se desea. A mí me gusta dar un punto de limón también.

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4. Arroz frito con ramen instantáneo

Arroz Frito Con Ramen Instantaneo

Japón y China se dan la mano en esta receta fácil, rápida y con apenas tres ingredientes y que es el perfecto ejemplo de que la cocina de batalla no tiene por qué renunciar al sabor.

Ciencia tiene poca, casi tan poca como ingredientes, y puedes enriquecerlo a voluntad, aunque en esta receta te lo presentamos solo con un par de huevos.

  • Ingredientes para 2 personas. 200g de arroz de grano largo, 1 sobre de ramen instantáneo, 2 huevos y aceite de oliva.
  • Elaboración. debemos hacer un arroz blanco, siguiendo nuestra receta o cualquier otra. Una vez esté listo el arroz, resérvalo. Coge el sobre de ramen y aplástalo bien antes de abrirlo, para romper los noodles en pedazos. Si compras un ramen envasado en el típico cubo, debes introducir los noodles en una bolsa zip y aplastarlos allí. Vierte los noodles en un bol (o en el cubo), añade el contenido de todos los sobres de condimento y echa agua hirviendo solo hasta que cubra los noodles. Queremos que se hagan, pero no crear una sopa. Reserva. Una vez estén listos el arroz y el ramen, calienta un poco de aceite vegetal en una sartén a fuego lento y echa los huevos batidos. Remueve lentamente para hacer unos huevos revueltos. Una vez estén listos los huevos, vierte el arroz y mézclalo bien. Añade el ramen, sube el fuego, e integra todos los ingredientes. Deja que se cocine la mezcla durante unos 5 minutos, para que se evapore todo el agua que quede en el ramen y se fría el arroz. Corrige de sal y sirve de inmediato.

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5. Arroz tres delicias

Arroz Tres Delicias

Forma parte del sota, caballo y rey de cualquier menú de comida china y es, junto con el rollito y el pollo al limón, uno de esos platos con los que hemos crecido.

Las delicias son al gusto, pero lo habitual es que convivan jamón cocido, guisantes y huevo, aunque puedes añadir delicias a voluntad con lo que tengas por casa porque lo admite casi todo.

  • Ingredientes para 4 personas. 400g de arroz de grano largo, 1 zanahoria, 150g de gambas, 75g de guisantes, 75g de jamón cocido en taquitos, 2 huevos, 20ml de salsa de soja, 10g de azúcar y 20ml de aceite de oliva virgen extra.
  • Elaboración. Cortamos la zanahoria en dados pequeños y la ponemos a cocer en una cacerola con agua y un poco de sal. Abrimos la lata de guisantes. Batimos los huevos con la sal y una cucharadita de azúcar y preparamos una tortilla francesa en dos tandas, usando una sartén bien caliente con media cucharada de aceite de oliva. La tortilla debe quedarnos bastante fina, tipo crêpe. Mientras tanto, ponemos en otro cazo con agua de sal el arroz largo tipo basmati o thai a cocer. En unos diez minutos estará listo, dependiendo de la variedad, momento en el que lo escurrimos y reservamos. Mientras cuece, cortamos el jamón de York en taquitos. Salteamos las gambas ligeramente en una sartén amplia con el resto del aceite de oliva, y como ya tenemos todos los ingredientes listos, procedemos a preparar el plato de arroz tres delicias. Para ello, añadimos el arroz bien escurrido a la sartén, y sazonamos con las cucharadas de salsa de soja. Una vez bien salteado, agregamos los demás ingredientes, salteando para que todos se mezclen en la sartén y una vez listos lo pasamos a una fuente y lo servimos inmediatamente, muy caliente con un poco de salsa de soja aparte para que quien quiera pueda añadirla a su gusto.

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6. Arroz al curry con bacalao y huevo (Kedgeree)

Arroz Al Curry Con Bacalao Y Huevo

Un combo entre británico y oriental que es muy frecuente en la cocina inglesa, demostrando que hay platos que no merecen la fama que los isleños tienen a la hora de comer.

La clave es un arroz basmati, que se aromatiza con especias típicamente indias, y se integra bien con el bacalao desalado, lo que nos pone en la mesa un platazo que bien podría valernos para cumplir con la Cuaresma.

  • Ingredientes para 2 personas. 180g de arroz basmati, 1 hoja de laurel, 2 huevos, 200g de bacalao desalado, 1 cebolleta, 1 trocito de jengibre fresco, 1 cucharadita de cúrcuma molida, media cucharadita de semilla de cilantro, una cucharadita de curry, media cucharadita de comino molido, un cuarto de cucharadita de ajo granulado, 1 puñado de guisantes, 5ml de tomate concentrado, 2,5ml de zumo de limón, cilantro fresco, pimienta negra molida, sal y aceite de oliva.
  • Elaboración. Cocer el arroz basmati siguiendo las instrucciones del paquete con la hoja de laurel, dejándolo al dente. Escurrir bien y dejar enfriar. Cocer los huevos durante 10-11 minutos, enfriar y pelar. Calentar un par de cucharadas de aceite de oliva en una sartén amplia o cazuela ancha junto con el jengibre, la cúrcuma, el cilantro y el curry. Dejar que liberen los aromas y añadir la cebolleta picada. Pochar durante unos minutos. Incorporar los guisantes y dar unas vueltas. Agregar el arroz, el concentrado de tomate, el comino y el ajo, y remover bien. Saltear unos 5 minutos e incorporar el pescado ligeramente troceado. Añadir el zumo de limón y salpimentar. Cuando el bacalao esté cocinado, agregar los huevos cuarteados.

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7. Riz Casimir suizo

Riz Casimir Suizo

Pollo, arroz y curry son uno de los matrimonios mejor avenidos de cualquier cocina. Son baratos, fáciles de ejecutar y el curry se encarga de darle el sabor que generalmente le falta a sus dos compañeros.

El resultado es este platazo de origen suizo que tiene un encanto particular gracias al concurso de diversas frutas, lo que lo hace más jugoso, fresco y dulce.

  • Ingredientes para 4 personas. 300g de arroz de grano largo, 450g de pechuga de pollo, 1 cebolla, 3 cucharadas de curry molido, 1 cucharada de harina de trigo, 1 puñado de pasas de corinto, 250ml de caldo de pollo o de verduras, 200ml de nata líquida para cocinar, 300g de piña natural o en su jugo, 2 plátanos, 4 mitades de melocotón en almíbar, almendra laminada, cebollino, pimienta negra molida, sal y aceite de oliva o de girasol.
  • Elaboración. Cortar el pollo en tacos o cubos del tamaño de un bocado. Salpimentar y mezclar con una cucharada de curry. Calentar un poco de aceite en una sartén amplia y dorar la carne unos minutos. Retirar a un plato y reservar. Cocer el arroz hasta dejarlo al dente. Picar la cebolla fina y pocharla con un poco de sal en la misma sartén. Agregar el resto del curry y las pasas, y cocinar un minuto. Añadir la harina y remover rápidamente para integrarla. Echar el caldo y cocinar unos 5 minutos o hasta que empiece a espesar. Devolver el pollo a la sartén y echar la nata. Salpimentar y remover para integrarlo todo bien. Cocinar a fuego lento unos 10 minutos hasta que la salsa reduzca y espese. Corregir el nivel de líquido al gusto. Aparte, dorar con un poco de aceite o con mantequilla el plátano y la piña, si es natural. Se puede cortar en tacos o, como yo prefiero, longitudinalmente, obteniendo dos unidades de cada plátano.

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8. Arroz pilaf (o pilaw) al estilo turco

Arroz Pilaw O Pilaf Al Estilo Turco

Guarnición ideal de carnes y pescado en todo Oriente Medio, incluso acercándose a Asia Central, ya que también es un acompañamiento muy habitual en la cocina de Irán.

Sencillo, sabroso, aromático e ideal para marcarse un arroz blanco de campeonato con pocos ingredientes y que todo el mundo te pida la receta.

  • Ingredientes para 8 personas. 60g de cebolla, 120g de mantequilla, 300g de arroz redondo, 1 hoja de laurel, 1 rama de tomillo fresco, 1 rama de perejil fresco, 600ml de agua o caldo blanco y sal.
  • Elaboración. Pelamos la cebolla y picamos en brunoise fina, es decir, en pequeños dados. Calentamos la mitad de la mantequilla en una cazuela apta para horno y rehogamos la cebolla. Cuando empiece a transparentar añadimos las hierbas y el arroz. Rehogamos un par de minutos para que el arroz se impregne bien de mantequilla. A continuación mojamos el arroz con agua hirviendo y sazonamos al gusto. Si usamos caldo blanco y ya lleva sal, no hace falta añadir más. Removemos ligeramente y dejamos cocer a fuego fuerte durante 6 o 7 minutos. Seguidamente trasladamos la cazuela al horno, precalentado a 160 ºC, donde cocer 12 minutos más. Por último, retiramos la cazuela del horno e inmediatamente añadimos el resto de la mantequilla. Removemos para que se integre bien y dejamos reposar unos instantes antes de servir. Lo podemos servir moldeado o bien repartido en una fuente.

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9. Chirashi sushi o chirashizushi

Chirashi Sushi O Chirashizushi

Por su disposición e ingredientes bien podría parecer el primo japonés del poké. No tenemos intención de abrir hostilidades entre japoneses y hawaianos, así que pongamos un pacífico océano de por medio y digamos que se parecen bastante.

En este caso sienta muy bien el concurso de las diferentes texturas como la del pulpo o la de las setas, que además se refrescan con el toque crujiente del pepino. Huelga decir que podéis prescindir o añadir el ingrediente que queráis.

  • Ingredientes para 2 personas. 200g de arroz bomba o japonés, 50ml de vinagre de arroz, 5g de azúcar, 2g de sal, 2 huevos, 4 langostinos cocidos, 150g de pulpo cocido, 1 pepino pequeño, 5 setas shiitake frescas, 1 solomillo limpio de salmón, 10g de huevas de mújol o salmón, alga nori, salsa de soja, aceite de oliva, 100ml de caldo, 20ml de vino blanco o sake, azúcar y una pizca de sal.
  • Elaboración. Cocinamos un arroz al estilo sushi. Después solo hay que preparar el resto de ingredientes, salvo que ya los tengamos listos de otras recetas previas. Es práctico emplear sobras de langostinos cocidos, o una pieza de pata de pulpo, etc. Para preparar la tortilla fina cortada en tiras (kinshi tamago) hay que batir los huevos con una pizca de sal y de azúcar y cocinarlos en una sartén antiadherente ligeramente engrasada, a fuego medio, como si fuera un crêpe. Debe quedar muy fina. Una vez firme, se le da la vuelta para dorarla por la otra cara. Después se enrolla para cortarla en juliana fina. Lavar las setas shiitake y cortar en juliana. Saltearlas a fuego vivo con una pizca de sal y el caldo dashi (o de pescado, o agua), sake (o vino blanco) y un poco de salsa de soja. Saltear hasta que se evapore todo el líquido y reservar. Cortar el salmón en piezas delgadas, como si fuéramos a preparar sashimi o nigiris. Pelar los langostinos cocidos, dejando el extremo de las colas, retirando la tripa. Cortar el alga nori en tiras o en pequeños trozos. Cortar el pepino y el pulpo cocido en rodajas finas. Montar los platos colocando una base de arroz enfriado y el resto de ingredientes, siguiendo un buen orden y cierto sentido estético. Hay que procurar que queden equilibrados, sin amontonar demasiado. Se pueden añadir huevas de diferente tipo, o sucedáneo de caviar.

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10. Feijoada

Feijoada

Bien podría ser un plato de lo más español porque se juntan en el judías, despiece del cerdo y arroz, por lo que lo habría firmado cualquiera de nuestras abuelas.

Sin embargo, la feijoada es el plato nacional de Brasil, típicamente festivo o de fin de semana, que además de sabroso es contundente, así que tenéis una opción ideal para hacerlo el sábado y rendiros a la siesta.

  • Ingredientes para 6 personas. 500g de judía negra o frijoles, 125g de chorizo criollo, 125g de lomo de cerdo fresco, 100g de panceta, 150g de costilla de cerdo, 1 diente de ajo, media cebolla, medio pimiento rojo, medio pimiento verde, medio tomate, 1 hoja de laurel, sal, pimienta y aceite de oliva.
  • Elaboración. Antes de comenzar ponemos los frijoles en remojo de agua fría durante 12 horas. Arrancamos con las carnes, que tenemos que pasar por la sartén, a fuego medio, con una pizca de aceite. A las costillas de cerdo les retiramos el hueso y las sellamos. Después cortamos el lomo de cerdo en dados y hacemos la misma operación. Por último, a fuego lento, cocemos el chorizo criollo procurando que no se queme. Cortamos las costillas de cerdo en tiras y el chorizo criollo en lonchas de un centímetro de grosor aproximadamente. También cortamos la panceta en dados, después de retirar y desechar la corteza. Reservamos todas las carnes para su uso posterior. A continuación preparamos un sofrito con las verduras. Pelamos y cortamos el ajo, la cebolla, el pimiento rojo, el pimiento verde y el tomate en dados finos. Calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén, agregamos las verduras picadas y las pochamos a fuego suave durante 10 minutos. Reservamos. Escurrimos los frijoles del agua de remojo y los lavamos bajo un chorro de agua fría. Los colocamos en una cacerola y los cubrimos con abundante agua, tres centímetros por encima del nivel de los frijoles. Llevamos a ebullición y dejamos cocer a fuego suave durante 20 minutos, retirando siempre las impurezas. Incorporamos las carnes reservadas, el laurel y salpimentamos al gusto. Dejamos cocer durante 30 minutos a fuego suave. A continuación, agregamos el sofrito a la cacerola. Removemos y dejamos cocer a fuego suave durante 40 minutos o hasta que los frijoles estén tiernos y la mezcla cremosa.

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11. Arroz al estilo marroquí

Arroz Al Estilo Marroqui

Realmente no es un plato, sino una propuesta que nos traslada con algunos aromáticos y un punto dulce a esa cocina marroquí fácilmente reconocible donde los contrastes se perciben en boca y donde encontramos especias muy reconocibles como el comino o el pimentón.

Para esta receta podéis utilizar arroz bomba o un basmati, simplemente es cuestión de prestar atención a la cocción, pero con ambos el resultado es estupendo.

  • Ingredientes para 4 personas. 240g de arroz, 1 zanahoria, 1 puerro, 800ml de caldo de pollo, 25g de uvas pasas, la ralladura de media naranja, 25g de piñones, media cucharadita de pimentón dulce, media cucharada de miel, comino en grano al gusto y 25ml de aceite de oliva.
  • Elaboración. Ponemos las pasas en remojo durante quince minutos y cortando la zanahoria y el puerro en juliana. En una cazuela antiadherente echar tres cucharadas de aceite, calentar y sofreír el puerro y la zanahoria hasta que empiecen a ablandar, añadir las pasas, los cominos, los piñones y la ralladura de naranja, darle unas vueltas durante tres minutos. Añadir el arroz, sofreírlo un poco y añadir el pimentón y la miel, añadir el caldo de pollo o bien el agua con una pastilla de caldo. Cocer el arroz durante dieciocho o veinte minutos.

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12. Nasi goreng de pollo

Nasi Goreng De Pollo

Vamos poniendo el broche final a este recorrido acercándonos a la intensidad del perfume y a los toques ligeramente picantes -en función del gusto- del Sudeste asiático con una receta estrella de la cocina indonesia.

Aquí la clave está en elegir una buena pasta de curry rojo y en aderezar con gusto el arroz, al que le irá bien el punto fresco y ácido del yogur, o el buen aroma que el aceite de sésamo brinda. Como en todos los platos picantes, os recomendamos medir antes vuestra tolerancia y probar poquito a poco en vuestras recetas.

  • Ingredientes para 4 personas. 2 pechugas de pollo, 1 pimiento verde italiano, 1 cucharada sopera de pasta de curry rojo, 200g de arroz de grano largo, 1 yogur natural, 4 cucharadas soperas de aceite de girasol, 2 cucharadas de postre de aceite de sésamo, medio pimiento rojo, 1 cebolla y cilantro fresco al gusto.
  • Elaboración. picar bien las verduras y el pollo, todo en porciones alargadas o tiras de tamaño similar. Una vez preparados los ingredientes, comenzamos pochando la cebolla, y los dos tipos de pimiento en una sartén amplia o un wok con el aceite de girasol y el de sésamo. Cuando la cebolla y el pimiento estén pochados y blanditos, agregamos el pollo cortado en tiras y lo doramos con las verduras, subiendo el fuego. Una vez empiece a tomar color, añadimos la pasta de curry rojo y el yogur, mezclando bien y dejando que los aromas impregnen bien todos los ingredientes. Si lo preferís podéis utilizar leche de coco en lugar de yogur. Mientras se hace el pollo con las verduras, cocemos arroz largo tipo jazmín o tipo basmati y lo escurrimos bien. Salteamos el arroz en una sartén. Agregamos el arroz frito a la sartén donde tenemos el resto de ingredientes y lo salteamos hasta que todo esté bien integrado. Opcionalmente podemos añadir unos langostinos y una tortilla francesa de dos huevos cortada en tiras para completar nuestro menú. También puedes hacer un huevo frito y servirlo encima del Nasi goreng, una de las formás más habituales de encontrarlo en Indonesia. Llevamos este plato a la mesa donde lo presentamos todo junto adornando con hojas de cilantro fresco. Fácil y rápido, este plato es sabrosísimo y tiene gran efecto saciante.

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13. Arancini sicilianas

Arancini Sicilianas

A simple vista podrían parecer unas croquetas, pero aquí sustituimos la masa de bechamel por la del arroz cocido para conquistar el mundo con este clásico del sur de Italia.

El relleno lo puedes modelar a tu gusto, e incluso hacerlas más ligeras cuando hagas el relleno de arroz, pero os aseguramos que es un manjar muy sencillo con el que además podrás sorprender en cualquier picoteo. PD: su nombre literalmente significa naranjitas, aunque de naranja, más allá del posible tono dorado de su cobertura y su forma, tiene poco.

  • Ingredientes para 18 unidades. 200g de arroz para risotto, 70g de mantequilla, 100ml de vino blanco, 750g de caldo de verduras o pollo, hebras de azafrán, sal, pimienta negra molida, 50g de queso parmesano rallado, 50g de jamón serrano picado, 50g de mozzarella fresca en dados. Para el empanado: harina de trigo, un huevo, pan rallado y aceite en abundancia para la fritura.
  • Elaboración. Preparamos el risotto (en caso de no tener sobras para la ocasión). Calentamos la mitad de mantequilla en una cacerola y, cuando esté fundida y bien caliente, añadimos el arroz. Removemos un par de minutos para sofreír antes de añadir el vino blanco. Cocemos a fuego fuerte hasta que se evapore el alcohol. Añadimos el azafrán y el caldo (que habrá de estar caliente) al arroz. Esto último lo hacemos poco a poco y al tiempo que removemos mientras se cuece a fuego medio. Con ello conseguimos que se suelte el almidón y el risotto quede cremoso. Después de 18-20 minutos el arroz estará en su punto. Retiramos del fuego, añadimos el resto de la mantequilla, el parmesano rallado y salpimentamos al gusto. Dejamos enfriar antes de continuar con la receta. Se puede preparar el risotto el día anterior y dejar que coja cuerpo durante la noche en la nevera.

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Imágenes | Directo al Paladar

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Del sumac y la tahini al agracejo y el za'atar: 11 ingredientes clave en la cocina de Ottolenghi para tus recetas de Oriente Medio

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Del sumac y la tahini al agracejo y el za'atar: 11 ingredientes clave en la cocina de Ottolenghi para tus recetas de Oriente Medio

Yotan Ottolenghi ha puesto en el mapa culinario para occidente una cocina cercana, como lo es la levantina -nos referimos a la de Oriente Medio, no a nuestro Levante-, pero a la que quizá no hemos dado tanta cabida en nuestras vidas.

Israel, Palestina, Siria, una pizca de Egipto y un trocito de Turquía dan sentido a esta cocina de impronta mediterránea que reúne bajo su manto aromas intensos, muchas especias, sabores frescos y un mundo repleto de contrastes donde saben coexistir los dulces, los ácidos, los amargos y, por supuesto, una dosis controlada de sabroso picante.

Sus libros se cuentan ya como best seller como Jerusalem -de donde es nativo- o El gourmet vegetariano y es que este israelí afincado en Londres se ha convertido en uno de los popes de la cocina contemporánea de todo Oriente Medio, limando asperezas políticas a través del entendimiento que la cocina proporciona, sobre todo tras su colaboración con el chef palestino Sami Tamimi, con el que ha escrito varios de sus libros.

Son varias las recetas que hemos elaborado de él en Directo al Paladar, y nos atrevemos a decir que no son las únicas, pero son una buena forma de acercarse a esta cocina en la que no faltan nunca especias como las que hoy os detallamos, además de contaros cómo las usa Ottolenghi, dónde las podrás comprar y a qué platos -quizá no tan ottolenghianos- puedes utilizarlas.

Hablamos de todo tipo de platos donde caben el tahini, al que hemos puesto cara universalmente por el hummus, pero también de la picante harissa, con los que quizá ya nos hemos familiarizado en los últimos años, o con el cardamomo, que sobrevivió a la fiebre del gintonic y ahora sobrevive como afortunada especia.

Es el caso de las bayas de agracejo -que no son imposibles de encontrar-, la pimienta urfa, la nigella o los limones en conserva, a los que aún no ponemos cara tan frecuentemente, pero que se pueden empezar a descubrir en ultramarinos de comida árabe.

En bandeja ya te ponemos unas cuantas recetas, como estos tomates cherry asados con salsa de yogur, salmón en salsa chraimeh, la tarta de ajos caramelizados, un untuoso pastel de cordero con salsa de tahini y tomate, estas frescas truchas al horno con tomate, cítricos y mantequilla, además del alegato de masas y repostería que hace con esta quiche de calabaza, membrillo y gorgonzola, con una suculenta tarta de espinacas, queso feta y patata o el punto dulce y final con las tahini cookies, que demuestran que el tahini tiene mucha versatilidad -y que también te hemos enseñado a hacer en casa-.

Za'atar

Foto 01 Zaatar

Este término designa tanto a una planta, el Origanum syriacum, como a una mezcla de especias en la que suele aparecer desecado junto a semillas de sésamo, zumaque, sal y otros ingredientes. Lo que generalmente vamos a encontrar en nuestro país será esta segunda acepción, aunque se empieza a ver za'atar fresco ya.

En crudo se utilizan sus hojas, como podríamos usar la albahaca, que tienen un pungente aroma a comino, limón y menta, es decir, muy fresco y refrescante. Del za'atar fresco, Ottolenghi cuenta en el diario inglés The Guardian que se puede utilizar en ensaladas de tomate, de cebolleta y con una pizca de limón, o mezclado sobre una masa de pan antes de llevarlo al horno.

En su versión seca, que menciona solo debe llevar za'atar seco, semillas de sésamo, zumaque y sal, se deben utilizar las hojas cuando llegan a tonos plateados después de la floración, después de la cual se secan y se muelen. En este caso, recomienda añadirlo como sazón a una carne asada, en especial cordero o pollo, pero también añadirlo a una pizca de aceite de oliva con el que aliñar verduras a la parrilla, una ensalada o, sencillamente, para aderezar un hummus o el clásico labneh a base de yogur.

En la cocina libanesa es muy habitual encontrarlo servido sobre el manakish (un pan plano tipo pita sobre el que se espolvorea), con el fatteh -o feteh- (también un pan de pita que se cubre con yogur fresco y garbanzo cocido) y al que nosotros hemos utilizado en varias ocasiones, bien con estas borekas de queso, bien con estos crackers de garbanzo y za'atar o bien utilizado sobre una carne como este entrecot.

Podéis jugar con esta sazón a voluntad, recordando que los hornos sacan todo su potencial, donde podría irle bien a ciertas hortalizas asadas como la coliflor, la calabaza o la zanahoria, que tengan un punto dulce, o imitar los espagueti cacio e pepe que propone desde su web.

Tahini

Foto 02 Tahini

Es el líquido elemento que da sentido al hummus y uno de los ingredientes de Oriente Medio más replicados y conocidos. De él te hemos enseñado a hacerlo casero -que no lleva mucho esfuerzo y el resultado es muy satisfactorio- y es tan sencillo que solo necesitas tres ingredientes (sal, aceite y semillas de sésamo).

Hay dos versiones de la tahini, aunque en España la más popular es la que se hace con semillas de sésamo tostado y descascarillado, que aporta mucha cremosidad y un sabor relativamente goloso. La otra opción, no tan frecuente, es encontrar tahini de sésamo integral -podríamos llamarlo así- que no siempre se tuesta y en el que está presente parte de la cáscara que recubre cada semilla, como si del salvado del grano se tratara. En esta versión es más amargo y un poco más arenoso, pero es igualmente muy sabroso.

De la tahini (o tahina) poco más os podemos decir de lo que ya sabéis: es una emulsión cremosa, nutritiva, bastante grasa y con un fuerte sabor a frutos secos que podemos utilizar en crudo sobre tostadas o masas hornedas, pero también como dipeo o sazón para verduras, carnes y pescados a la parrilla.

En el caso del pescado, es una muy buena idea hacer la llamada salsa tahini, mezclando un poco de tahini con agua, zumo de limón, ajo machacado y sal, que Ottolenghi recomienda utilizar en su página de The Guardian a modo de vinagreta o de aliño. También menciona utilizar otros acidulantes o saborizantes en ella, como el vinagre, la miel o la soja, que ayudarán a mejorar esa textura y que llevará vuestras ensaladas y pescados a un peldaño superior.

Otras opciones es elaborar un tipo de hummus más rústico, haciéndolo por ejemplo de lentejas pero no machacándolas del todo, recurrir a la repostería como te contamos con estas galletitas o añadiendo un par de cucharadas de tahina a un yogur natural y que sirva como salsa para acompañar unas verduras a la plancha.

Zumaque o sumac

Foto 03 Sumac

Bajo estos dos nombres se esconde el fruto de la Rhus coriaria, un arbusto mediterráneo que pertenece a una familia de unas 35 especies, aunque la que más salidas tiene en gastronomía es la que os mencionamos. Del zumaque se aprovechan sus frutos, unas drupas de tamaño similar a una baya de pimienta, que se recolectan en otoño cuando están bien rojos y que además se utilizaban habitualmente en la industria del curtido.

Lo que nos interesa es su juego gastronómico, que, cuando es un zumaque relativamente fresco, aporta toques ácidos y alimonados a todo tipo de platos, especialmente a ensaladas y carnes. También se suele utilizar como aderezo en el hummus y en otros mezze levantinos como el tashi chipriota (una mezcla de yogur, tahini y sumac).

Se puede usar también para aromatizar arroces, añadiendo unos granos secos y enteros al agua de cocción, como en un pilaf, y espolvoreado y triturado es común verlo sobre los lahmacun, una especie de pizza también propia de Oriente Medio.

En el caso de Ottolenghi vemos frecuentemente que lo utilice para marinadas de carnes blancas como el pollo o el pavo, pero también con cordero, al que refresca bastante el bocado. Además, puede formar parte de las vinagretas con total facilidad e incluso de la parte dulce de nuestra cocina, yéndole bien unos cuantos copos de zumaque a unas fresas, que servirán para potenciar su dulzor y que contraste con la acidez de esta especia.

Harissa

Foto 04 Harissa

De ella te hemos hablado en otras ocasiones, sobre todo al hablarte de salsas picantes y en este [recopilatorio de especias](Cómo usar en cocina las ocho mezclas de especias más importantes de la gastronomía (como el curry, la harissa o el ras el hanout)) y es que la tenemos bastante cerquita porque sus orígenes son tunecinos, aunque está extendida por todo el Magreb y nuestro amigo Ottolenghi aprovecha la coyuntura para darle picante a sus platos.

La vamos a encontrar en forma de pasta o de copos molidos, aunque si encontramos unos buenos pimientos picantes podríamos hacerla casera. En el caso de la pasta basta con agregar un poco de aceite o agua hasta licuarla, pero no en exceso. Si la utilizamos a partir de copos molidos, habrá que rehidratarla también con una pizca de aceite y llevarla al mortero para que coja una textura untuosa.

Una vez lista, aparte de recordar que es una salsa bastante picante (aviso para los que no lo toleren bien) tendremos un ingrediente de primera para saborizar lo que queramos. Ottolenghi es bastante partidario de marinar carnes y pescados con ella, dando buen resultado el pollo, el cordero y los pescados blancos. Igualmente le va muy bien utilizarla como forma de potenciar una salsa de tomate o un ragú para una pasta, emulando una arrabbiata y, como es costumbre, como vinagreta donde lo más indicado es equilibrar el picor de la harissa con algún cítrico.

Sin embargo, también es frecuente darle un toque de gracia a arroces, cuscús, cremas o sopas añadiendo una puntita de harissa. Del mismo modo que a veces hacemos con las guindillas o con el tabasco, pero esta vez con el toque ligeramente ahumado y seco de la harissa. En ese sentido, también se potencia de maravilla si la usamos sobre verduras asadas -tanto parrilla como horno- donde los mejores resultados se sacan con hortalizas ligeramente golosas como podrían ser las zanahorias, el boniato o la calabaza.

Ajo negro

Foto 05 Ajo Negro

Si Victoria Beckham se quejó en su día de que España olía a ajo, no queremos imaginar lo que debe pensar de la cocina de Ottolenghi. Sea como sea, nuestra relación gastronómica con el ajo viene de muy lejos y no vamos a descubrir la pólvora hablando de sus virtudes.

Sin embargo, tenemos menos costumbre de trabajar el ajo negro, aunque se va viendo más, y no es otra cosa que un ajo común que se pela, cuece y se deja fermentar, además de luego deshidratarse ligeramente.

En la actualidad podéis encontrarlo fácilmente en tiendas españolas, aunque el propio Ottolenghi también lo comercializa. El resultado es un ajo que repite mucho menos pero que conserva prácticamente todo su sabor, renunciando a cierta potencia aromática agresiva, que se convierte en sabores más dulces. Podríamos decir que tiene ese carácter parecido al regaliz o a los vinagres balsámicos.

Su uso, como el ajo habitual, está indicado para todo tipo de platos, pero al ser más caro tampoco recomendamos que sustituyas al clásico ajo morado. Para obtener todo su sabor y aroma, lo más conveniente es utilizarlo a modo de sazón con el plato terminado. Para ello, basta con machacar en un mortero un poco de ajo negro -se desmenuza con facilidad- y añadirlo al final de la preparación.

De su sabor se pueden aprovechar carnes y pescados, pero principalmente verduras -salteadas, vapor, a la brasa, cocidas- aunque recomendamos que mantengáis al máximo la textura de éstas y que haya un toque final de calor para que los aceites esenciales del ajo se expandan mejor por el plato.

Agracejo

Foto 06 Agracejo

Del agracejo (barberry en inglés) solo se utilizan sus raíces y, principalmente, su fruto, que es una baya arbustiva como podrían ser los arándanos o las grosellas. Lo más habitual es encontrar el Berberis vulgaris, que proviene de Irán y Oriente Medio, aunque hay muchas más variedades.

Es una baya que no se come cruda, ya que es muy ácida, como algunos de sus familiares, sino que se deja desecar. El sabor es cítrico, ácido y, si está convenientemente deshidratada, deja un regusto dulce muy agradable, por lo cual es una forma ideal de utilizar contrastes agridulces sin recurrir a limones o naranjas.

Le va bien a todo tipo de platos donde queramos potenciar el aroma, como pescados y carnes al horno, además de dispersado sobre masas de tartas y pasteles como bizcochos y crumbles. En Irán es muy frecuente para perfumar arroces blancos como el famoso tahcheen-zereshk, que es un arroz de intenso color amarillo gracias al azafrán y que se acostumbra a servir con pollo.

Nuestro querido Ottolenghi recomienda usarlo en un arroz de grano largo que también podemos enriquecer con pistachos. Además, sugiere desde su web otras ideas como rellenar con agracejo y queso feta unos contramuslos de pollo o utilizarlo en una especie de fritatta de calabacín. Por supuesto, también le va bien a guisos de carne que queden sequitos, donde el agracejo se llena del sabor del caldo y crea una sensación muy agradable en boca entre su acidez y el sabor del guiso.

Melaza de granada

Foto 07 Sirope De Granada

La granada no nos sorprende gastronómicamente y es que estamos muy familiarizados con esta fruta de invierno a la que agradecemos sus crujientes pepitas. Frescas. ácidas y con una textura que combina especialmente con productos más blandos, la granada es una forma de añadir toques refrescantes a ensaladas, carnes y pescados.

Lo que no es tan habitual, o no en nuestra cocina, es recurrir a la melaza de granada, que es lo que descubrimos hoy con la connivencia de Yotam Ottolenghi. La gracia de esta melaza, obtenida a través de la cocción y reducción del zumo de granada, es que alberga por un lado la intensa astringencia de la granada con el dulzor natural que ofrece este casi sirope, potenciado por esa cocción.

Podríamos, salvando mucho las distancias, compararla con esa textura que adquiere el buen aceto de Módena, que combina lo agridulce en una toque pegajosa que le va de perlas a todo tipo de platos, sea como sazón o como ingredientes, pero que es mucho más frutal en boca.

Marinadas de carne y pescado son ideales para su uso, amén de las sazones de ensaladas verdes o simplemente vertido por unos vegetales a la parrilla o a la plancha, como podrían ser unos calabacines o unos espárragos trigueros. También se puede usar a la hora de elaborar estofados, añadiendo profundidad al fondo, tanto para carnes como para pescados o recetas vegetarianas.

Alcaravea, comino y cardamomo

Foto 08 Cardamomo

Del comino poco te vamos a poder decir que no sepas ya porque lleva entre nosotros mucho tiempo y confiere esos sabores 'morunos' a nuestros platos, como los famosos pinchitos. Es también una especia fundamental para mezclas como los masala, los currys y lo encontraremos también en el ras el hanout del norte de África. Exige cierta moderación porque es muy intensa y se puede utilizar tanto en sofritos como en platos terminados, funcionando bien con carnes y pescados principalmente.

El cardamomo sobrevivió a la fiebre del gintonic y ahora lo encontramos como opción refrescante y muy cítrica en muchos platos. Son pequeñas vainas que conviene machacar ligeramente con el mortero para que saquen todo su aroma. Es una buena forma de perfumar cualquier tipo de plato, especialmente arroces, pastas y sopas, pero también para cremas o salsas ligeras para carne.

La alcaravea, aunque es una especie también muy europea, quizá sea la menos conocida en nuestras cocinas de las tres mencionadas. Es muy frecuente utilizarla como saborizante de masas y panes, como por ejemplo en los panes de centeno judíos, pero también en galletas y bizcochos.

Una de las ventajas de esta semilla es que es bastante ligera, muy aromática y no necesita ser templada o molida antes de su uso. Le va bien a todo tipo de verduras salteadas y también a sopas de ciertas rutáceas como repollos y coles, porque tiene efecto carminativo. Razón por la que es frecuente verla en el aliño del chucrut alemán.

Ottolenghi la utiliza, por ejemplo, en una ensalada de pera e hinojo; sobre brotes de coles de Bruselas salteados; en una sopa de coliflor incluyéndola en el sofrito o haciendo unos bhajis de kale y cebolla que dipea en salsa de yogur y alcaravea.

Limones en conserva

Foto 09 Limones

Cerramos la ruta ottolenghiana yéndonos a Marruecos, lejos del Jerusalén natal del chef, pero donde encontramos otra de las claves de sus platos: los limones en conserva. Como concepto puede sonar raro, pero son sencillos de hacer en casa (aunque los puedes encontrar fácilmente en tiendas árabes y marroquíes) y dan mucho juego.

Básicamente es trocear limones, generalmente a mitades o a cuartos, y sumergirlos en una solución de agua, sal y diversas especias como la canela, las hojas de laurel, las semillas de cilantro y, habitualmente, alguna guindilla seca.

En 'crudo' es habitual servirlo para condimentar pescados -pensemos en una papillote-, pero también como usaríamos el limón fresco para cocinar pollos asados o guisados. También puedes trocear el limón en conserva y añadirlo a una marinada para cualquiera de estos ingredientes, como es el caso del djej makalli marroquí.

Nuestro estimado Ottolenghi en su web da un puñado de ideas para trabajar el limón en conserva, y todas muy apetecibles, sobre todo cuando se sale de lo establecido. Es el caso de utilizar este limón para hacer una salsa para pasta, que es cremosa, pero también amarga y ligeramente picante o, siendo puristas, para hacer el clásico pescado al horno con limón, pero yéndonos a este saborizante producto.

Además, al contrario que con el limón fresco, esta conserva -que debe tener una piel muy limpia antes de hacerse- se ablanda en su exterior de tal modo que ofrece un bocado menos resistente, pero aún terso, que en boca va de perlas cuando se corta en finas tiras y se utiliza, por ejemplo, como sazón de ensaladas o vinagretas.

Imágenes | iStock

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Trapizzino: la fusión entre pizza y sándwich que es la nueva sensación de la comida callejera en Italia

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Trapizzino: la fusión entre pizza y sándwich que es la nueva sensación de la comida callejera en Italia

La popularidad que tiene la pizza en todo el mundo no parece atisbar su fin, y prueba de ello son las innumerables versiones, más o menos afortunadas, que llenan las redes casi cada mes, con creaciones de todo tipo. Pero la reinvención definitiva nació hace unos años en las mismas calles de Roma, se llama trapizzino y es la fusión del concepto de pizza al taglio con el tramezzino italiano.

Roma es una histórica ciudad bulliciosa que, pandemia aparte, recibe millones de visitantes al año. Uno de sus grandes atractivos es la gastronomía, con infinidad de locales que buscan atraer al turista y también al hambriento local, que normalmente tiene poco tiempo para detenerse a comer tranquilamente. La comida callejera está a la orden del día, y por eso no es de extrañar que los trapizzini se convirtieran en todo un éxito casi instantáneo.

La pizza romana, a diferencia de la napolitana, es fina y crujiente, pero la fórmula que se emplea para preparar el formato al taglio (al corte) también difiere de ambas. Conecta en cierta manera con la focaccia, pues se trata de una masa muy hidratada, esponjosa pero resistente, fermentada lentamente y con un buen alveolado interior.

Trapizzino6

Es una pizza muy popular como comida callejera rápida, ya que los locales suelen presentarla ya preparada en grandes bandejas rectangulares, precortada en porciones, destinadas a ser consumidas fuera del local. Hoy en día es un formato extendido por todo el mundo, muy común también en las grandes capitales de España. Para ser una comida satisfactoria, eso sí, debe contener una generosa cantidad de ingredientes, de ahí que la masa sea más gruesa.

La pizza al taglio triunfa por su carácter de street food ideal, pero puede resultar monótona. ¿Podía mejorarse la fórmula?

El panadero glotón que quiso reconectar la pizza con la gastronomía italiana

Callegari

El creador de la sensación romana de la última década es Stefano Callegari, un apasionado pizzero que casi se puede decir que lleva lo de trabajar con masas en la sangre. Comenzó sus andanzas entre harinas siendo aún un niño en un horno de panadería, donde aprendió los fundamentos del viejo oficio y los secretos de la masa madre.

Tras pasar por el obrador de distintas pizzerías, Callegari dedicó varios años de su juventud a viajar y conocer mundo, hasta que volvió a su Italia natal para emprender su propio negocio. Después de calentar motores en Roma con Sforno, una pizzería que montó con unos amigos, inauguró más tarde en el barrio de Testaccio 00100 Pizza, en referencia al tipo de harina que usaban para sus masas, con notable éxito.

Trapezzino1

Callegari, que se define a sí mismo como "glotón, romántico y soñador", tenía, sin embargo un dilema. La pizza al taglio parecía siempre la mejor opción para la hora del almuerzo, que exige velocidad para satisfacer el hambre antes de continuar con la jornada laboral, pero todo tiene un límite. Tenía que haber más opciones de comida callejera que permitiera degustar otras recetas tradicionales de la cocina italiana.

Tras ahondar un poco en la diversidad de street food que se come en las calles de todo el mundo, el chef tuvo la idea de combinar su masa de pizza con el concepto del sándwich italiano, el tramezzino. Tras diversas pruebas y ver que la cosa tenía futuro, se alió con su amigo el también cocinero Paul Pansera para lanzar oficialmente su nueva criatura, el trapizzino. Corría el año 2008 y no tardó en ganarse el estómago de romanos y turistas.

Masa madre, paciencia y rellenos a la italiana

Los trapezzini siguen esa línea de comida callejera rellena para devorar con las manos, que tanto han marcado tendencia en los últimos años. Los baos, los bubble waffles, los taiyakis o las arepas son solo unos ejemplos, aunque nos faltaba algo más mediterráneo.

Trapizzino3

La creación de Callegari y Pansera, cuyo nombre está registrado, consiste en una masa de pizza blanca muy esponjosa horneada en bandejas rectangulares, porcionadas en cuadrados que se cortan diagonalmente por la mitad, obteniendo triángulos, como un sándwich. La esponjosa miga permite abrir un hueco en el interior de cada trapezzino, como un pan de pita, que se rellena a voluntad.

Trapizzino2

La fórmula de la masa no ha cambiado desde las primeras pizzas de Callegari, y se enorgullecen mucho de conservar la tradición artesanal original del pizzaiolo. Solo trabajan con lievito madre, harinas de primera calidad y lentas fermentaciones, lo que unido al cocinado de sus suculentos rellenos alargan la preparación de cada pieza hasta 48 horas. Es comida rápida de comer, pero no de cocinar.

La carta de los rellenos sí varía a lo largo del año, según el local y según la temporada. Sus responsables han querido homenajear a la cocina más tradicional italiana, ahondando en su propio pasado familiar e investigando en los platos típicos de otras regiones del país, recuperando recetas familiares e ingredientes locales, reinterpretándolos para adaptarlos.

Bacalao

De esta forma, se pueden encontrar trapizzini de alcachofas a la romana, de pulpo al sugo, stracciatella de burrata con calabacines alla scapece o con anchoas, lengua en salsa verde, pollo alla cacciatora, berenjenas a la parmesana, tripa a la romana, bacalao con pimientos, etc. No son, desde luego, los ingredientes más típicos de una pizza, pero sí reflejan la riqueza de la cocina italiana más auténtica.

Un éxito fulgurante convertido en franquicia internacional

Trapizzino

Parecía obvio que el negocio podía tener mucho más recorrido fuera de sus fronteras, y Callegari tenía puesto el ojo en el mercado estadounidense, donde tanto la pizza como la comida callejera gozan de una popularidad evidente. El gusto americano por pizzas de toda condición, y la particular afición que allí tienen por un producto precocinado llamado hot pockets ("bolsillos calientes"), ponían en bandeja la expansión internacional de la nueva franquicia.

En el año 2013, los trapizzini se independizaron del local original, acabando así la historia de la pizzería madre que los vio nacer, para convertir, definitivamente, el producto en toda una marca propia de sus creadores. En pocos años, los socios y amigos expandieron su negocio por la capital y desde entonces han abierto también locales en otras ciudades del país, como Turín, Florencia o Milán.

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Así, menos de una década después de su nacimiento en el corazón de Roma, el trapezzino desembarcó en Estados Unidos con su primer local en 2017 en Nueva York. Allí sigue abierto hoy el local en pleno Lower East Side, ofreciendo un menú algo más modesto que sus hermanos italianos, pero que parecen haberse convertido en un referente del street food de la zona, particularmente para almuerzos y trabajadores con poco tiempo para cocinar en casa.

Debido a la pandemia, el restaurante ha tenido que adaptarse para ofrecer solo comida para llevar, y actualmente está cerrado de forma temporal. Si todo vuelve a la normalidad en un futuro próximo, se espera que la franquicia de estos sándwiches-pizza sigan expandiéndose también en otros países.

Fotos | Trapizzino
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Una apuesta por el bacalao fresco de temporada: qué es, qué propiedades tiene y en qué recetas sacarle todo el partido

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Una apuesta por el bacalao fresco de temporada: qué es, qué propiedades tiene y en qué recetas sacarle todo el partido

La versatilidad marina convertida en delicia gastronómica. El bacalao es una de esas estrellas culinarias que lleva presente en nuestras cocinas desde hace siglos, bien sea en fresco o en seco, y que durante muchos años ha sido el primer pescado en colarse en nuestros fogones, sobre todo en la versión en salazón, que permitía extender su vida útil y llegar así a todos los rincones de España.

Los tiempos han cambiado y seguramente consumamos menos bacalao que el que consumían nuestros antepasados, y sobre todo tomemos menos bacalao seco e incluso puede que los más mayores de las casas se sorprendan viendo su precio. De un producto humilde e incluso barato hemos pasado a tener al bacalao a un precio que podríamos catalogar de caro, independientemente de frescos y secos, pero que tiene sus razones.

Eso no quita que en nuestras cocinas no sigamos sintiendo devoción por un pescado de primera categoría que ha hecho de su polivalencia su razón de ser. Nos puede allanar el camino en entrantes y aperitivos, pero también ser el rey de la cocina cuando hablamos de primeros y de segundos platos. Pocas cotas le quedan por alcanzar al bacalao, quizá solo la del postre, y porque no nos hemos metido en harina.

En Directo al Paladar sentimos predilección por él en cualquier época del año, ya que su versión en salazón permite usarlo en cualquier momento y porque el ultracongelado también ha hecho mucho bien. Espléndido en las recetas navideñas, fundamental para hacer la pascua y la Semana Santa, para emular a nuestros vecinos con las recetas portuguesas o simplemente porque es un producto magnífico del que hemos sacado decenas de recetas y al que hoy ponemos en valor en su temporada de fresco, más allá del famoso skrei.

Son legión las opciones que nos da en cocina: patatas con bacalao, brandada, buñuelos, croquetas, al horno, al pilpil, a la vizcaína, en tortilla, el empedrat, la esqueixada o el bacalao a bras.

Descripción y características

Foto Descripcion

Del Atlántico, común o de Noruega son los nombres comunes con los que conocemos al Gadus morhua, nombre científico del bacalao. Hablamos de un pescado blanco, originario del Atlántico norte y que por tanto vive en aguas saladas y frías, habituado a temperaturas que no superen los siete grados. Pertenece a la familia de los gádidos, a la que da nombre, caracterizada por tener tres aletas dorsales, dos anales y una cola que no se bifurca.

Aunque no lo aparente, es un pescado con escamas, solo que son muy pequeñas, bastante blandas y circulares. Físicamente además sorprende por el tamaño de la boca y la cabeza, destacando la mandíbula superior, muy marcada, que alberga una colección de pequeños pero fuertes dientes que le sirven para ser un voraz predador de peces más pequeños, crustáceos y otros mariscos, que forman la base de su dieta.

No es habitual que lo veamos en entero en los mercados, sino ya en lomos, filetes, supremas o en los clásicos despieces de salazón, al contrario de lo que pasa con otros gadiformes como la merluza, el carbonero o la brótola. Es un pescado de tamaño medio, aunque hay pruebas de ejemplares que han llegado al metro y medio, pero el bacalao comercial que solemos encontrar supera escasamente el medio metro y rondar los cuatro kilos.

Si lo viéramos vivo, veríamos que sus colores oscilan entre el marrón y el verde, incluyendo el ciertos tonos rojizos y que presenta una línea lateral que le sirve para detectar movimientos submarinos. Además, la parte superior de lomo está ligeramente moteada en un color más claro que su piel, mientras que la zona ventral se aproxima a tonos plateados.

Sus costumbres son gregarias, encontrándose en grandes bancos a bastante distancia de la costa y a una profundidad que habitualmente es superior a los 300 metros de profundidad pero aún dentro de la plataforma continental, razón por la que se considera pesca de altura (realizada con arrastre y cerco, principalmente). En estado salvaje pueden vivir hasta los 25 años, además de tener una madurez sexual bastante pronta, en torno a los 4 años. Aún así, el bacalao ha sido objeto de capturas masivas desde hace décadas, razón por la que la especie está incluida como vulnerable por la UICN, que ha instado a limitar capturas y a permitir mayores vedas del bacalao.

Zonas de captura y la mejor temporada

Foto La Mejor Temporada

Todo el Atlántico norte, tanto en la parte americana como en la parte europea, son los caladeros principales del bacalao atlántico, que se pesca desde el Golfo de Vizcaya hacia el norte, llegando al mar Báltico, al mar del Norte, el de Noruega y el de Groenlandia, siendo las costas canadienses y noruegas en las que más bacalao se captura.

El bacalao común tiene una temporada bastante larga, comprendida entre finales de diciembre y primeros de mayo, que permite ser capturado durante más tiempo que el del otro gran bacalao, el skrei -del que te hemos hablado aquí-, y que se captura solo de enero a abril.

Solo por detrás de las sardinas, boquerones y anchoas, la industria pesquera del bacalao es la segunda en toneladas capturadas anualmente, lo que ha mermado sus caladeros naturales y ha obligado a restringir capturas y zonas de pesca. Es el caso del mar Báltico, que en 2019 fue sometido a una moratoria de pesca, y también al Mar del Norte, donde asociaciones ecologistas recomiendan reducir las capturas un 70%, de las que se han hecho eco la Unión Europea. Incluso países tan bacaladeros como Islandia o Noruega han reducido sus capturas con vistas a recuperar la especie.

Propiedades y beneficios nutricionales

Foto Beneficios

Sano, saludable y muy fácil de preparar, el bacalao es además es un tesoro gastronómico que cualquier médico recomendaría. Muchas proteínas de alto valor biológico, pocas grasas e importantes minerales le hacen práctico en cualquier tipo de dieta, sobre todo en aquellas que necesiten cuidar problemas de peso, de tensión o relacionados con el colesterol.

Hablamos de un producto con un 22% de proteínas sobre el total, aportando en crudo apenas un 1% de grasa, un tesoro que también debemos mimar en la cocina y donde es conveniente no aportar demasiadas grasas en las preparaciones. Respetando su punto y el tipo de cocción, el bacalao también ofrece un aporte mineral relevante en potasio, sodio, fósforo y yodo, por lo que encontraremos en él un buen aliado para cuidar nuestra salud renal, ocular y también para fortalecer huesos, músculos y dientes.

Además, tiene la ventaja añadida de ser un pescado con muy poca merma y de no aportar apenas mercurios a nuestra dieta, al contrario de lo que puede pasar con grandes pescados o mariscos, por lo cual no hay que temer la presencia de purinas o metales pesados en su carne.

Consejos para escoger y comprar el mejor bacalao

Foto Mejor Bacalao

Salvo en pescaderías del Cantábrico es difícil encontrar pescados parecidos al bacalao. Es el caso del abadejo, el cual no es frecuente en las pescaderías del sur y del Levante español, pero aún así se distinguen bien por su tamaño y por carecer estos últimos del barbillón mentoniano (un par de bigotes en la mandíbula inferior del bacalao que el abadejo no tiene). El otro parecido razonable es el que se da con el fogonero o carbonero, que sí tiene barbillón aunque su cola es ahorquillada, lo que le distingue fácilmente del bacalao.

Generalmente vemos el bacalao ya preparado, ya sea en lomos, filetes, rodajas o supremas, amén de las preparaciones en salazón. Si nos vamos al bacalao entero veremos que oscila entre el kilo y medio y los cuatro kilos, por lo que es un pescado que da mucho juego si lo compramos así.

Siempre hay que tener en cuenta para qué lo vamos a utilizar y qué tipo de bacalao entre manos, siendo los tres principales en fresco, curado en sal y en salazón. Estas dos últimas categorías, aunque puedan parecer iguales, no lo son, y de ellas te hemos hablado aquí, puesto que hoy nos vamos a centrar en el bacalao fresco.

Si estamos en la pescadería delante del bacalao fileteado debemos prestar atención a su brillantez, tersura y olor. El bacalao fresco debe ser blanco marfil y presentar un aspecto prieto y brillante. Nunca debe estar ligeramente baboso, ni oler amoníacado, y por supuesto no debe parecer apagado.

Si nos vamos al bacalao entero las condiciones deben ser similares -aunque no es frecuente que lo compremos así-. La piel debe ser brillante, húmeda y los ojos han de corresponder a esos parámetros, siendo vivos y estando bien ajustados a las órbitas. Si cuelgan, son saltones o secos, el bacalao no será fresco. Tampoco debe estar magullado ni golpeado, además de mantener sus escamas naturales.

Es habitual que ya esté eviscerado incluso en la pescadería, puesto que sus interiores no son especialmente aprovechables -salvo para la industria del hígado-, con una excepción, la mal llamada 'tripa', que en realidad es la vejiga natatoria y no es una víscera como podría ser el hígado, el intestino o el corazón, y que puedes aprovechar para hacer los callos de bacalao.

Cómo preparar el bacalao en casa

Foto Cocina El bacalao en salazón es fácilmente distinguible del bacalao fresco por su color, aroma y textura.

Ventresca, lomo, desmigado, cola, cocochas y tripa son las partes fundamentales del bacalao, tanto en fresco como en seco. Los cortes más frecuentes serán supremas, filetes y rodajas, pero aún así todos tienen diferentes usos, ya que cambian las texturas y la gelatina presente en cada una de ellas.

El lomo, que es la parte menos grasa y más tierna, es conveniente utilizarla para recetas al vapor, a la plancha o para hacer fritos -ya sean rebozados o no-, además de poder utilizarlo para el horno, pero siempre vigilando bien los tiempos. En cualquier caso, siempre que vayamos a cocinar bacalao conviene secarlo a conciencia -sobre todo si va a ser frito o con aceite-, ya que es un pescado con bastante agua y no queremos que salte o se cueza.

La ventresca, que es la parte inferior del bacalao, es más grasa y más gelatinosa, por lo cual es más indicada para hacer platos al horno y también para todos aquellos guisos en los que tengan importancia las salsas, como por ejemplo un pilpil o un bacalao a la vizcaína, ya que los hace más densos. La cola también tiene una buena proporción de gelatina, aunque es más seca pero también muy sabrosa, así que la recomendamos utilizar también para guisos, sopas y caldos.

Las espinas del bacalao también se pueden aprovechar para hacer caldos, aunque en mi opinión quedan demasiado bastos porque sueltan más gelatina y sabor que otro tipo de pescados como rapes y merluzas, así que no recomiendo realizar caldos con ellos porque el bacalao eclipsa al resto de sabores.

Las cocochas y las tripas se preparan también en guisos y pilpiles, mayoritariamente, siendo las primeras algo más bastas que las de la merluza pero también muy sabrosas. Las segundas se pueden preparar a la manera de unos callos, yéndole bien los sabores ligeramente picantes.

28 recetas para aprovechar el bacalao de temporada

Patatas Con Bacalao

Si le damos la batuta al Gadus morhua nos puede cuadrar una orquesta en la que empecemos en entrantes y aperitivos con él, luego demos paso a los primeros platos al mando de la cuchara y rematemos la sinfonía con los segundos platos. No se le puede exigir más versatilidad ni capacidad de adaptación porque vale para fríos, para calientes, para platos reconfortantes o para picoteos rápidos, razón por la que nos entregamos a la causa bacaladera con pasión.

Aperitivos, entrantes y platos fríos

Bunuelos De Bacalao

Es cierto que la mayoría de recetas en las que el bacalao se presenta en frío es por haber desalado una buena pieza, aunque eso no significa que con el bacalao fresco no podamos imitar ciertas recetas tradicionales. Solo debemos tener en cuenta que habrá que ponerles un puntito de sal, pero por lo demás la elaboración es prácticamente la misma.

Sencillas, resultonas y donde bien podemos funcionar con rebozados (véase croquetas o buñuelos), pero también ensaladas creativas, cremas como la brandada o el atascaburras, o, cómo no, algunos platos regionales como el esqueixada o el empedrat, que son herederos de tradiciones bacaladeras en salazón que podemos imitar con fresco.

Sopas, cremas, potajes y primeros platos

Potaje De Cuaresma Con Bacalao Y Langostinos

La legumbre, la patata y todo tipo de hortalizas se llevan de maravilla con el bacalao, al que le podemos sacar mucho partido con la cocina caliente y que es bastante fácil de integrar en todo este tipo de recetas. Sobre todo cuando se acerca Semana Santa y le ponemos en mente como solución llena de proteínas para cualquier tipo de dieta.

Horno, plancha, fritos, parrilla y otros segundos platos

Bacalao Al Pil Pil

Es difícil encontrar una casa en la que el bacalao no se trabaje o haya trabajado. Aquí le vemos en todo su esplendor de los platos principales, demostrando que a pesar de su humildad, puede ser un importantísimo pescado con poco que envidiar a otros reyes del mar.

Todo un recital en el que sacar todo el partido posible al bacalao y demostrar que hay vida mucho más allá de unas pocas recetas para aprovecharle en todo su esplendor esta temporada.

Imágenes | iStock

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Redescubre la remolacha en la cocina: características, propiedades y recetas para sacarle partido a la hortaliza roja

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Redescubre la remolacha en la cocina: características, propiedades y recetas para sacarle partido a la hortaliza roja

Acostumbrados a verla decorando ensaladas de menú del día, la remolacha es una hortaliza que necesita reivindicar su presencia en la cocina más allá de las conservas y la quinta gama. Es además un producto del que se puede aprovechar todo, con unos tallos y hojas que se asemejan a las acelgas, y la bulbosa raíz de color intenso que puede llenar de color y sabor multitud de platos.

Asociada a peligrosas dietas milagro y también ligada a la industria azucarera y el forraje del ganado, es la remolacha de mesa la que, con su tratamiento adecuado, podemos disfrutar en recetas saladas y dulces. Eso sí, mejor ponerse el delantal para manipularla, pues la variedad roja más común tiñe y mancha como pocos alimentos.

Descripción y características

Remolacha Campo2

Culinariamente la solemos incluir en el grupo de las hortalizas de raíz (root vegetables en inglés), aquellas que crecen bajo tierra, combinadas a menudo con nabos, chirivías, colinabos, zanahorias o patatas, pues crece como un engrosamiento subterráneo que acumula gran cantidad de nutrientes.

Botánicamente, la remolacha común o betabel (Beta vulgaris) es una planta herbácea que pertenece a las quenopodiáceas, subfamilia de las Amaranthaceae, amplio grupo vegetal en el que también encontramos verduras tan extendidas como las espinacas o las acelgas. Como ya hemos señalado, la parte más valorada, a la que nos solemos referir cuando mencionamos la remolacha, se desarrolla bajo la tierra, mientras que en la superficie crecen tallos largos y rectos semejantes a las pencas de las acelgas o del cardo, más finos, terminados en hojas verdes de hasta 12 cm de largo.

Remolacha

La raíz de las variedades más populares en mesa presentan una forma casi esférica, globosa, acabada en una punta desde la que salen pequeñas raíces. En ocasiones, más acusadas en otras variedades, pueden crecer con formas más alargadas, recordando a los nabos.

El color de la remolacha común de mesa es rojo o violáceo, con matices de marrón y toques anaranjados, con una piel muy fina que apenas se distingue de la pulpa interior, normalmente de color rojo osuro, a veces con círculos concéntricos más claros. Es carnosa, dura y firme, y puede pesar entre 70 g y más de 200 g, sin las hojas, en crudo.

Origen, extensión y principales variedades

Remolachas

Las variedades de producción actual proceden de una planta silvestre de origen antiguo, la conocida como acelga de mar o Beta marítima, originaria de ciertas zonas costeras del norte África. Ya los pueblos de la Antigüedad comenzaron a cultivarla, dando lugar a dos variedades distintas, las acelgas y las remolachas propiamente dichas.

Estas últimas era ya consumida y apreciada por los egipcios, griegos y romanos, aunque se utilizaban sobre todo las hojas y se le otorgaban propiedades medicinales. En los primeros siglos de la Edad Media se consideró un producto de poco valor, como tantos vegetales de desarrollo subterráneo, despreciados por las clases más elevadas, hasta que su cultivo fue extendiéndose por Europa a partir del siglo XVI.

Remolacha Amarilla

La revalorización de este humilde vegetal, de agradecida producción, estuvo muy vinculada al alto contenido en azúcares que permitió abrir el mercado de este ingrediente más allá de la caña de azúcar. Hoy en día se distinguen tres grandes variedades de remolacha, la azucarera, la roja común, y la forrajera, destinada al consumo animal.

Y aunque asociemos la remolacha a ese color rojizo intenso, existen otras variedades de mesa con colores diferentes, como la amarilla o dorada y la blanca, a menudo confundida con el nabo. En el mercado también se clasifican en función de la forma (más alargada o esférica). Su cultivo está muy extendido por prácticamente toda Europa, gracias a que crece sin excesiva dificultad en climas templados, garantizando su presencia en los mercados todo el año, al repartirse la producción según las zonas.

Propiedades y beneficios de la remolacha

Remolacha1

Muy rica en agua y buena fuente de fibra, el macronutriente principal de la remolacha de mesa son los carbohidratos, pero a pesar de su aporte de azúcares no es un alimento muy energético, pues apenas aporta unas 30 kcal por cada 100 g de porción comestible cocida. El aporte energético puede variar en función de la técnica de cocción, aunque es, en general, una hortaliza poco calórica pero saciante.

En cuanto a los micronutrientes, destacan las vitaminas del grupo B, particularmente folatos, que intervienen en la formación de glóbulos rojos y blancos, y contribuyen al buen funcionamiento de los sistemas nervioso y digestivo, y ayudan a proteger la piel y las mucosas. Además, es una buena fuente de potasio y yodo, y las hojas destacan por su aporte de betacarotenos, de los que carece la raíz.

Remolacha Jugo

Asimismo, la remolacha es un alimentos muy interesante para deportistas, gracias a su contenido en nitratos, con beneficios para el rendimiento deportivo por su potencial acción como ayuda ergogénica. La evidencia científica ha demostrado que, tomado en las debidas condiciones, el zumo de remolacha puede ayudar a la resistencia anaeróbica.

Cómo utilizarla en la cocina

La presentación más habitual de la remolacha en los comercios es ya cocida y pelada, generalmente envasada al vacío, o en conserva de vinagre y sal, tanto en tiras como en rodajas. Es el formato más popular para emplear en ensaladas, sin embargo, resulta mucho más interesante adquirir la verdura al natural, preferiblemente con los tallos y hojas, que podemos preparar como si fueran acelgas o espinacas.

Remolacha Cocida

En mercados e hipermercados, la remolacha se suele presentar en manojos, ligeramente lavada pero aún con restos de tierra y algún que otro bichito ocasional entre las hojas. Los mejores ejemplares serán aquellos que presenten estos tallos enteros, con las hojas lustrosas y sin daños, verdes y crujientes, y la remolacha en sí misma firme y dura, de color homogéneo.

En casa podemos conservarla un par de días a temperatura ambiente si no hace mucho calor, en un lugar fresco y a salvo de la luz directa del sol o fuentes de calor; para guardarla más días o en verano conviene tenerla en la nevera. Las hojas se estropean más rápidamente, así que estas podemos cortarlas con el tallo y guardarlas, sin lavar, en el cajón de las verduras, envueltas en papel de cocina humedecido.

Ensalada Remolacha

Con su toque dulzón y sabor terroso, la remolacha resulta muy sabrosa asada, combinada con otras verduras de raíz más amargas como el nabo o la chirivía. Aunque se puede consumir cruda, es más digestiva si se cuece o blanquea, y por su textura firme es perfecta para sacar "espirales" o zoodles en sustitución de la pasta, para saltearla brevemente dejándola algo crujiente.

Le van muy bien los contrastes de sabores ácidos, picantes y herbales, también las frutas más frescas, no demasiado maduras. Combina muy bien con frutos secos, carnes de sabor intenso, hierbas aromáticas, especias más exóticas, quesos y aliños lácteos o con toques encurtidos. Sus jugos pueden dar toques de color muy interesantes a salsas, cremas y vinagretas, y la pulpa triturada es perfecta para elaboraciones dulces.

Recetas para cocinar con remolacha en casa

Gazpacho de remolacha

Gazpacho

Ingredientes

Para 2 personas
  • Remolacha cocida 2
  • Aceite de oliva virgen extra 80 g
  • Vinagre de Jerez (o al gusto) 10 g
  • Agua 200 ml
  • Diente de ajo 1
  • Jengibre fresco (o al gusto) 40 g
  • Sal

Cómo hacer gazpacho de remolacha

Dificultad: Media
  • Tiempo total 15 m
  • Elaboración 15 m

Troceamos las remolachas escurridas de sus jugos y las introducimos en el vaso de una batidora u otro robot de cocina potente. Pelamos el diente de ajo y lo añadimos, retirando el germen interior si lo queremos más suave. Vertemos el vinagre y el agua en el vaso.

Pelamos el trocito de jengibre y lo troceamos. Lo añadimos a los ingredientes y sazonamos al gusto. Batimos a máxima potencia, el tiempo necesario para que los ingredientes estén bien mezclados. Vertemos el aceite en hilo, batiendo a velocidad baja,hasta incorporar. Probamos y ajustamos de sal o vinagre. Servimos con la guarnición que nos guste.

Más detalles en la receta completa.

Caballa a la plancha con ensalada cremosa de remolacha

Remolacha Caballa
  • Ingredientes para 2 personas. 2 caballas limpias en filetes, 1 remolacha asada o cocida, 1 trocito de jengibre fresco, 1 manojo de cilantro, 1 limón, 5 ml de mostaza de Dijon, 40 ml de yogur griego natural o crema espesa, aceite de oliva virgen extra, pimienta negra, sal, canónigos.
  • Elaboración. Escurrir bien la remolacha, secar con papel de cocina y picar en cubos. Pelar el trocito de jengibre y picar o rallar muy fino. Lavar, secar y picar el cilantro. Mezclar estos ingredientes en un cuenco, añadir un chorro de la mitad del limón y salpimentar. Agregar la mostaza, el yogur o alternativa y mezclar bien. Probar y ajustar los ingredientes al gusto. Reservar refrigerado. Lo más fácil es pedir en la pescadería que nos limpien las caballas, separando cada unidad en dos filetes. Limpiar antes de cocinar y secar con delicadeza. Calentar aceite de oliva en una buena sartén o plancha, salpimentar ligeramente y cocinar los filetes a fuego medio-fuerte, primero por la parte de la piel. Dar la vuelta con una espátula adecuada y cocinar lo justo por el otro lado, apenas uno o dos minutos más. Servir con la ensalada y unas hojas verdes al gusto.

Más detalles en la receta completa.

Falafel de remolacha

Falafel
  • Ingredientes. 300 g de garbanzos hidratados 12 horas, 150 g de cebolla, 1 diente de ajo, 1 manojo de cilantro fresco, 1 manojo de perejil fresco, 1 cucharadita ce comino molido, 50 g de pan rallado, 75 g de harina de garbanzo, 1 cucharadita de levadura química, 1 remolacha cocida, pimienta negra, sal y aceite de oliva virgen extra.
  • Elaboración. Rallamos la remolacha y la colocamos sobre un colador de malla fina. Apretamos con una cuchara hasta dejarla lo más seca posible. Colocamos todos los ingredientes en el vaso de una batidora potente: los garbanzos hidratados y secos, la cebolla y el diente de ajo sin pieles, un par de cucharadas de cilantro fresco (solo las hojas) y otro par de hojas de perejil 150 g de cebolla, el comino, la harina de garbanzo, el pan rallado, la levadurra química, sal y pimenta. Trituramos hasta obtener una pasta homogénea. Dejamos reposar 30 minutos en la nevera, cubierta con papel film. Tomamos pequeñas porciones de la masa y formamos bolitas del tamaño de una nuez. Pasamos por pan rallado y freímos en una sartén con abundante aceite, a fuego medio alto, en tandas para que el aceite no pierda temperatura. Escurrimos sobre papel absorbente.

Más detalles en la receta completa.

Carpaccio de remolacha con pistachos

Carpaccio
  • Ingredientes para 4 personas. 2 remolachas cocidas o asadas peladas, 1 pizca de pimentón picante, 100 g de créme fraîche o nata agria o yogur griego, 5 ml de zumo de limón, 30 ml de aceite de oliva virgen extra, cebollino fresco al gusto, pistachos pelados picados, 2 rebanadas de pan de molde gruesas, sal en escamas o gruesa, pimienta negra molida.
  • Elaboración. Escurrir bien las remolachas. Cortar en láminas muy finas con mandolina o usando un cuchillo grande afilado. Seleccionar las más bonitas y repartirlas ligeramente superpuestas en una gran fuente o platos individuales de servir. Espolvorear por encima un poco de pimentón picante y pimienta negra molida. Batir la crema agria o yogur griego natural con el zumo de limón, el aceite de oliva y un golpe de pimienta negra. Lavas bien y secar el cebollino; picar fino y reservar un par de ramitas para decorar. Pelar los pistachos si estuvieran con cáscara, y picar. Si están crudos, tostar ligeramente en una sartén.

Más detalles en la receta completa.

Muffins de remolacha y nueces

Muffins
  • Ingredientes para unas 12-15 unidades. 2 huevos, 180 g de azúcar, 120 ml de aceite de girasol, 240 g de harina, 15 g de levadura química (1 sobre), 1 cucharada de canela, 1/2 cucharadita de esencia de vainilla, 400 g de remolacha cocida rallada, 120 g de nueces sin cáscara.
  • Elaboración. Precalentamos el horno a 180ºC y preparamos los moldes con cápsulas o engrasándolos. Tamizamos la harina con la canela y la levadura. Batimos en otro recipiente más grande los huevos junto con el azúcar hasta que doblen su volumen. Incorporamos la vainilla y batimos de nuevo. Añadimos el aceite poco a poco sin dejar de batir. Agregamos la mezcla de harina a cucharadas batiendo a velocidad baja. Paramos la batidora y añadimos la remolacha rallada, mezclamos con una espátula con movimientos envolventes para repartirla por toda la masa. Añadimos las nueces picadas y removemos con una espátula. Repartimos la masa en las cápsulas de papel y horneamos unos 17-20 minutos o hasta que pinchando con un palillo este salga limpio. Dejar enfriar sobre una rejilla.

Más detalles en la receta completa.

Fotos | iStock - Pixabay - Unsplash
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